Qualinost

Después de la trágica Guerra de Kinslayer (casi dos mil quinientos años antes de la Guerra de la Lanza) los elfos occidentales de Silvanesti se sintieron incapaces de aceptar por más tiempo la rigidez de los elfos orientales. Abandonaron Silvanesti capitaneados por Kith-Kanan, quien condujo a sus seguidores a la región boscosa limítrofe con la frontera de Thorbardin. Allí iniciaron la construcción de la ciudad de Qualinost[1].

Aunque la Torre del Sol se edificó a semejanza de la Torre de las Estrellas, el resto de la ciudad no tiene parangón[2]. Los edificios de Qualinost están diseñados para «realzar la naturaleza en lugar de ocultarla»[3]. La urbe cuenta con unas defensas naturales excelentes. Dos ríos atrincherados en profundas torrenteras protegen Qualinost por el norte, este y oeste, en tanto que las suaves colinas sobre las que se asienta la ciudad son estribaciones de unos picos mucho más altos que se encumbran justamente al sur[4]. Los barrancos de treinta metros de anchura por los que corren los ríos se salvan mediante angostos puentes, fáciles de destruir[5].

En lugar de murallas, cuatro torres esbeltas marcan los vértices de la ciudad y se conectan entre sí por «gráciles arcos que se elevaban hacia el cielo… lo suficientemente fuertes para soportar el peso de un ejército… y sin embargo de apariencia tan frágil…»[6]. La Torre del Sol se alza en la cumbre de la colina más alta de la ciudad. Desde el patio situado en su lado meridional se disfruta de una espléndida vista de la reluciente Qualinost tendida a sus pies[7].

La Torre del Sol está construida con oro bruñido que al reflejar la luz del astro «creaba ondulantes sombras y destellos que daban vida a la ciudad»[8]. Gilthanas condujo a los compañeros a una antesala, una pequeña alcoba. Desde ella, pasando a través de un arco con puertas doradas, el grupo penetró en la cámara principal[9]. El techo tiene un mosaico en el que se representa el ciclo diurno en una parte y en la otra, el nocturno con las estrellas y las lunas, separadas ambas mitades en el centro por un arco iris. Ventanas y espejos ascienden en espiral por las paredes captando la luz del sol, de manera que los haces convergen en el centro de la cámara, sobre la tribuna. A despecho de su tremenda altura la sala no tiene vigas de soporte, aunque unas columnas decorativas jalonan la circunferencia del suelo. Durante la audiencia concedida a los compañeros, Fizban se recostó en una de estas columnas puesto que no había sillas[10].

Desde la Torre del Sol los compañeros fueron conducidos por Laurana basta un bosquecillo de álamos en el que acamparon. La Arboleda, que así se llama esta fronda, está en una colina, en el centro de la ciudad[11]. Es tan densa que desde su interior ni se ven los edilicios ni se escuchan los ruidos de la ciudad. Aunque la mayoría de los árboles son álamos, también crecen manzanos, perales y melocotoneros[12]. La cruza un arroyo al que se llega por sinuosos senderos. En este lugar fue donde Tasslehoff divisó a Tanis y a Laurana, quien se aproximaba al semielfo por otra de las sendas que hay a la izquierda del arroyo[13].

En el centro geográfico de la urbe se encuentra la Sala del Cielo. Es una gran plaza al aire libre situada en lo alto de una colina, cerca de la Arboleda. Se alza sobre las copas de los árboles: «la inmensa bóveda celeste como único techo…»[14]. El suelo es un gigantesco mosaico que representa el mapa de Qualinesti y las tierras adyacentes[15].