La Explanada de la Piedra Blanca

Casi adyacente a las laderas del Monte Noimporta hay un área tan simple y serena como compleja y agitada es la ciudad gnoma: la Explanada de la Piedra Blanca. En los tiempos anteriores al Cataclismo el claro era un centro de adoración y el Príncipe de los Sacerdotes de Istar prohibió que nadie tocara la piedra que da nombre y entidad a la explanada[1].

El corazón del claro es una inmensa roca blanca de materia desconocida. Tal es su solidez que ni siquiera la fuerza del Cataclismo, que levantó nuevas montañas detrás del Monte Noimporta, consiguió dañar su suave superficie, a pesar de que el suelo sobre el que se alza la roca se resquebrajó. Aun en lo más crudo del invierno, su poder sobrenatural mantiene la explanada en una continua temperatura primaveral y su hierba siempre está verde[2].

Con su condición de lugar sagrado y benéfico, así como su conveniente localización en la orilla opuesta del río que baña el territorio de los caballeros en Sancrist, la explanada ha sido el tradicional punto de encuentro para la celebración de consejos entre las diferentes razas. Dicho consejo se compone de cinco miembros con derecho a voto y tres miembros consultivos. A la izquierda de la Piedra Blanca se instalan sillones de madera labrada para cada uno de los miembros votantes, en tanto que a la derecha se acomodan los consultivos. Sin embargo, en el consejo celebrado durante la Guerra de la Lanza sólo estaban ocupadas cinco sillas. Solostaran, el Orador de los Soles, se sentaba en la más próxima a la Piedra Blanca, en el lado del consejo consultivo, y a continuación Quinath, en representación de los silvanestis. La tercera silla estaba vacía, pero probablemente estaba destinada a un representante de los kalanestis o de cualquier otro pueblo libre, si bien Tasslehoff reclamó el derecho de representar a los kenders en el consejo consultivo después de iniciarse la sesión. Las tres sillas utilizadas en el lado del consejo votante estaban ocupadas por humanos: la primera por un marino de Ergoth del Norte, la segunda por uno de los exiliados de Sancrist y la tercera por el comandante Gunthar, de los Caballeros de Solamnia. En los bancos situados de cara al consejo y destinados a los conferenciantes invitados y a los testigos se sentaba entre otros Gnosh, el gnomo, con su informe sobre el Orbe en las manos; lo acompañaban Fizban y Tasslehoff[3].

El propósito de este consejo era, naturalmente, deliberar sobre el Orbe de los Dragones. El Orbe estaba colocado sobre una base dorada, justo delante de la Piedra Blanca; de allí lo cogió Tas y lo estrelló contra la roca, haciéndolo añicos. Momentos más tarde, la asamblea sufrió un nuevo sobresalto cuando una Dragonlance recién forjada surcó el aire y resquebrajó la Piedra Blanca[4].