Pax Tharkas

Poco después de su asentamiento en Qualinesti, los elfos de Kith-Kanan y los enanos de Thorbardin aunaron sus fuerzas para erigir una grandiosa fortaleza entre sus dos territorios. Una vez finalizada su construcción, la fortaleza de Pax Tharkas fue dirigida por ambas naciones, práctica que continuó a lo largo de más de mil quinientos años[1]. No obstante, con la llegada del Cataclismo, los elfos se encerraron en Qualinost y dejaron a los enanos como únicos propietarios de la grandiosa Pax Tharkas. Durante el primer siglo posterior al Cataclismo, cuando Caramon condujo al ejército de Raistlin/Fistandantilus hasta sus puertas. Pax Tharkas se había convertido en el baluarte fronterizo de Thorbardin[2].

Las estancias de la inmensa fortaleza sufrieron pocos cambios en los dos siglos y medio transcurridos entre la victoria de Caramon durante la Guerra de Dwarfgate y la misión secreta encomendada a los compañeros al inicio de la Guerra de la Lanza. El equipamiento estaba más ajado y la ocupación de la fortaleza por las tropas de Verminaard había ocasionado ciertas variaciones estructurales a fin de albergar a sus peculiares huéspedes, los dragones, pero eso fue todo.

Pax Tharkas guarda el paso entre montañas que se dirige hacia el sur[3]. De hecho, sus murallas son una barrera. Desde el paso que protege, un viajero puede 1legar a la Puerta Sur de Thorbardin y también a la meseta en la que se encuentra Qualinesti a través de los senderos tortuosos que van hacia el norte y el oeste[4]. En consecuencia, la fortaleza es un baluarte de defensa septentrional y a tal efecto se planificó su construcción. Dos murallas almenadas se alzan una delante de otra sobre el suelo del valle norte, desde donde sólo se puede acceder a las puertas remontando unas rampas muy empinadas. La tercera barrera es el alma de la fortaleza. Comprende dos enormes torres con una muralla que salva el hueco entre ambas y cuya uniformidad sólo la rompe la Gran Puerta. Detrás de la fortificación, el suelo del valle se extiende llano desde el patio hasta las faldas de las altas cumbres de las montañas[5]. Unos accesos practicados en los farallones del valle conducen a las famosas minas de hierro de Pax Tharkas.

Estas minas estaban activas en tiempos de la Guerra de Dwarfgate y seguían productivas dos siglos y medio más tarde, siendo el objetivo principal de Verminaard al conquistar Pax Tharkas[6]. El Señor del Dragón tenía trabajando en las minas a más de trescientos prisioneros humanos y varios cientos de enanos gullys[7]. En las laderas de las montañas que rodean la parte posterior de la fortaleza hay dos cavernas al nivel del suelo: la gruta inmensa destinada a la forja y otra lo bastante amplia para albergar a los esclavos. Varios senderos tortuosos y angostos y una alzada serpentean montaña arriba y llevan a una explotación a cielo abierto que abre una profunda llaga en la ladera[8].

El Sla-Mori

Desde el norte, los compañeros vieron que no había otra entrada a Pax Tharkas y al paso que guarda más que a través de las puertas de la fortaleza. No obstante, los elfos qualinestis, copartícipes en su construcción, tenían conocimiento de la existencia del Sla-Mori o Ruta Secreta desde antes del Cataclismo[9]. Desde el valle principal al que lleva la calzada procedente del norte, parte una angosta cañada creada por un arroyo de montaña. De uno de los lados sale una senda que serpentea ladera arriba entre los bosques. Por ella condujo Gilthanas al grupo. No obstante, después de recorrer una corta distancia, Gilthanas salió de la senda, se dirigió a la izquierda y los llevó a través de la maleza hasta un gigantesco peñasco de granito; un bloque de la mole se deslizó hacia un lado y dejó al descubierto un oscuro túnel[10].

El túnel era tan irregular que los compañeros no supieron si era natural o excavado: tenía seis metros de ancho y se encumbraba otros cinco sobre sus cabezas[11].

Este corredor forma parte del pequeño laberinto que hay a las afueras de Pax Tharkas y que conecta con dos antiguas criptas. En uno de los sectores hay una pared deslizante que denota la utilidad estratégica de la red de túneles en algún momento del pasado[12]. Quizá se utilizara como refugio en caso de que la fortaleza cayera en poder del enemigo, y/o para frustrar los planes de los ladrones de tumbas, como al parecer fue el caso del cadáver que había en la Cámara de la Muerte[13].

Las dos secciones construidas del Sla-Mori están relacionadas con sendos panteones. Las estancias meridionales, incluidos el corredor cegado y la Cámara de los Antepasados, corresponden a la tumba de Kith-Kanan; las estancias septentrionales contienen las criptas de la Guardia Real de Kith-Kanan. En el pasado, el corredor cegado se conectaba directamente con el pasillo que lleva a la base de la Torre Este de la fortaleza, pero su extremo occidental se derrumbó durante el Cataclismo y obstruyó el acceso. La grandiosa Cámara de los Antepasados es bastante amplia para guardar muchos muertos, pero sólo hay uno: Kith-Kanan, sentado en el trono que se alza sobre unas gradas y que flanquean dos inmensas estatuas[14].

Tras llegar a este callejón sin salida, los compañeros volvieron sobre sus pasos y continuaron por la bifurcación occidental del túnel. Este corredor conduce a las criptas de la Guardia Real, estancia conocida como la Tumba de los Zombis. Más allá de las criptas se encuentra una antecámara: la Sala de las Columnas. Prueba de que los constructores diseñaron esta área como defensa es el corredor que parte de la esquina suroeste de esta sala y que termina en una trampa: el suelo cede y da a un pozo si se activa el mecanismo al pisarlo[15]. La verdadera salida de la Sala de Columnas es una puerta falsa. Las hojas de bronce encajadas en la pared de piedra parecen inaccesibles, pero cuando Raistlin pronunció un conjuro de apertura toda la sección giró sobre sí misma[16].

Desde allí parte un corredor hacia el sur, después tuerce al este y de nuevo gira al sur antes de desembocar en una cámara redonda de treinta metros de diámetro por treinta de altura: la Sala de la Cadena[17]. Aunque esta cámara se encuentra también fuera del recinto de la fortaleza, es en ella donde termina el extremo inferior de la cadena que controla el mecanismo de defensa de la Gran Puerta. Cada eslabón de la cadena tiene un metro ochenta de largo y treinta centímetros de grosor y la cartela que los sujeta al suelo alcanza los cuatro metros y medio[18]. La cadena no está perpendicular, sino que se inclina hacia el costado de la Torre Este, lo bastante para que un ágil escalador suba por ella hasta la abertura que hay en el techo. Esto fue una suerte para algunos de los compañeros, pues cuando llegaron allí huyendo del elfo oscuro que guarda el tesoro de Kith-Kanan en la cámara llamada Bóveda Tharkadan (al otro lado de la Sala de la Cadena), Tasslehoff y Fizban se quedaron retrasados y tuvieron que trepar por los eslabones para escapar[19].

Las torres de la fortaleza

El cuerpo principal de la fortaleza de Pax Tharkas se compone de dos torres, unidas por la Gran Muralla que salva la brecha entre ambas. La Torre Oeste está integrada casi en su totalidad por dependencias relacionadas con los defensores de la plaza. En el nivel del suelo se encuentran el comedor de la tropa; la cocina, que cuenta con un pozo; el almacén; la armería y dos grandes estancias utilizadas en algún momento de la historia como prisión de mujeres, y el cuerpo de guardia. Las otras plantas altas son diáfanas y se utilizan como alojamiento de tropas[20].

La Torre Este es más diversificada. Cuando los compañeros entraron en ella desde el Sla-Mori, siguieron un corredor lleno de escombros hasta llegar a los restos de lo que fuera una gran bodega. Aquí, al igual que en la Torre Oeste, algunas estancias se utilizaban como prisiones de mujeres y cuerpo de guardia, pero una de ellas estaba habitada por enanos gullys. Cerca del centro hay otra habitación que no tiene acceso directo a este nivel: la utilizada por el dragón Ember (Pyros[21]).

El cubil medía doce metros por veintiuno, pero el dragón apenas tenía espacio para moverse[22]. Se había abierto un agujero en el techo de la torre para permitirle remontar el vuelo[23]. También se había agrandado para uso del dragón[24], pero probablemente fuera una ampliación vertical desde el nivel inferior de la torre. El saliente en el que Verminaard se encaramó a lomos de Ember[25] pudo ser en su momento la plataforma desde la que el comandante de la fortaleza se dirigía a sus tropas.

Una angosta escalera conduce desde los sótanos hasta el nivel del suelo y fue en este nivel donde los compañeros encontraron mayor diferencia con la Torre Oeste, ya que era el utilizado por el Señor del Dragón como puesto de mando. En el centro estaba el salón del trono de Verminaard, con su correspondiente plataforma y solio. Esta inmensa estancia era la Sala de los Thanes cuando los enanos estuvieron al mando de la fortaleza[26].

Adyacentes al salón del trono existen unas estancias que Verminaard eligió para sus aposentos privados: sala de espera, comedor y dormitorio/despacho[27]. Una de las habitaciones frontales orientadas al norte del nivel servía como celda de prisioneros, pero la mayoría se utilizaba para dependencias de los draconianos, así como cocina, comedor y salón de recepción, con su chimenea correspondiente[28].

Las habitaciones traseras orientadas al sur albergaban ciento ochenta niños cautivos, con áreas de juego, almacén, cuarto para preparar comidas y la cámara de la niñera. Estos niños, sin embargo, tenían una niñera muy poco usual: una vieja hembra de dragón. Se habían efectuado algunos cambios para acondicionar este cubil. Después de que la hembra de dragón entrara en la cámara, se construyó un túnel abovedado entre el cuarto de juegos y el cubil, demasiado angosto para permitirle el paso. Una de las mujeres comentó: «Está tan prisionera como nosotras»[29]. Ello fue una suerte para los compañeros, pues durante la huida la dragona despertó y, de haber podido, habría ido en pos de ellos cuando salieron a través de las inmensas puertas que se abrían desde el cuarto de juegos al patio[30].

El tercer nivel de la Torre Este comprende sólo tres secciones: la «sala del mecanismo», como denominó Tas al túnel de la cadena, una galería y balconadas a lo largo del borde superior del salón del trono y alrededor del cubil del dragón[31]. Cuando Tas y Fizban alcanzaron lo alto de la cadena desde la Sala de la Cadena, treparon sobre la gigantesca rueda dentada y a continuación penetraron en el túnel. El borde superior de la cadena está a metro y medio del suelo del corredor, que mide dos metros diez de altura[32]. La única salida del túnel es una puerta secreta. Dicha puerta da acceso a un descansillo en lo alto de la escalera, pero Tas y Fizban fueron hacia las dobles puertas de bronce que se abren a la galería. La pared de la galería estaba por entonces adornada con cuadros en los que se representaba la historia de Pax Tharkas en sus comienzos, iluminados por unas estrechas troneras[33]. Continuando su investigación, Tasslehoff descubrió la balconada de columnas que se asomaba sobre el cubil del dragón[34]. Por último, Ember persiguió a Tas y a Fizban, y mientras los dos amigos retrocedían hacia la Sala de la Cadena el dragón fundió con su aliento los inmensos eslabones[35].

La Gran Muralla

La Gran Muralla, o Tharkadan, está hueca[36]. Esta obra de construcción sin par es la última línea de defensa. En la sección superior, a todo lo largo de la muralla, se almacenan toneladas de bloques de granito. Desde la Sala de la Cadena los eslabones llegan a la Torre Este y continúan su recorrido sobre otras dos ruedas dentadas cuyo propósito es bajar la cadena ligeramente para que pase por el túnel que recorre toda la parte superior de la Gran Muralla. Este pasillo lleva hasta el extremo oeste, donde se encuentra el mecanismo. Otras cadenas más pequeñas se conectan con la principal y pasan a través del pasillo hasta una serie de grandes losas de piedra, a las que están unidas[37].

No es visible el sistema que suelta los bloques de granito; sin embargo, es de suponer que el suelo de piedra que sujeta los pedruscos reposa sobre un sistema basculante instalado a todo lo largo del lado sur de la cadena, con las losas verticales como contrapeso reposando sobre el suelo. De este modo, cualquier movimiento lateral de la gran cadena levantaría las losas verticales permitiendo que el suelo basculara y dejara caer los bloques de granito entre las puertas anteriores y posteriores, llenando el hueco de la muralla.

Una vez cegada la entrada, las puertas no pueden abrirse ya que las exteriores lo hacen hacia dentro[38]. De tal modo fortificadas, las puertas resistirían la acometida de cualquier ariete y al enemigo tampoco le sería posible despejar la entrada ya que las piedras amontonadas quedan fuera de su alcance. Las puertas interiores se abren hacia dentro, de modo que permitirían a los defensores despejar la muralla en el momento que lo consideraran oportuno.

Cuando Pyros fundió los eslabones de la gran cadena las puertas quedaron obstruidas y los compañeros y los prisioneros pudieron huir de Pax Tharkas y se dirigieron al sur en busca de refugio[39].