La Morada de los Dioses

A su paso por las montañas Khalkist, camino de Neraka, los compañeros fueron perseguidos por draconianos. Fizban los guio por una senda montañosa que conducía a un barranco escarpado y angosto. Un decrépito puente hecho con troncos de vallenwoods salvaba la garganta, ciento veinte metros por encima del cauce del río, Tanis abrió la marcha al frente de los compañeros, y los tablones cedieron bajo los pies del semielfo a mitad del puente. Por una vez, Fizban realizó con éxito un hechizo y cubrió el hueco con una pasarela dorada; segundos después, toda la estructura del puente se venía abajo con el peso de los perseguidores draconianos[1].

En estas cumbres está ubicado el Palacio Resplandeciente, la «legendaria morada» de Paladine[2]. Sus puertas doradas pueden encontrarse en muchos sitios; facilitan la huida a quienes están amenazados por seres perversos y también dan acceso a aquellos que consideran necesario someterse a las pruebas que tienen lugar dentro de sus muros[3]. Una vez se han traspasado esas puertas doradas, el visitante contempla «una inmensa catedral de muros de cristal que se alzan en arco sobre la cabeza» a lo largo de toda la vasta nave, que termina en unas puertas de platino[4]. Al otro lado hay una enorme cámara circular con techo abovedado y una plataforma sobre la que reposa un trono de treinta metros de altura: la Cámara del Nexo. En la estancia hay tres puertas por las que acceden quienes entran en las áreas de pruebas[5]. La Prueba de la Sabiduría transcurre en un volcán y un posible final es el enfrentamiento de Fizban, adoptando la figura de Paladine, contra Takhisis[6]. La Prueba del Valor tiene lugar en el alcázar de Vingaard, deshabitado en una época anterior a la guerra, y finaliza con la posibilidad de que el autosacrificio de un compañero clausure el Portal del Abismo al meterse en él de manera permanente[7]. La Prueba del Amor discurre en una árida altiplanicie desde la que se divisa Kalaman. En ella interviene Jasla, la hermana de Berem que lo espera en la ciudadela y si logran reunirse se supone que el Portal debe cerrarse[8]. Todas estas revelaciones son sólo posibilidades, pero no la verdadera meta a alcanzar. Los amigos llegaron por último a un lugar sagrado, sito en el corazón de las Khalkist: la Morada de los Dioses[9]. En las cercanías, hay una ciudad que está en ruinas desde el Cataclismo y que tomó el nombre del asentamiento original, en tanto que la verdadera Morada de los Dioses había sido olvidada por completo[10]. En el corazón de la cadena montañosa existe una depresión circundada por riscos[11]. Un círculo perfecto de apretados peñascos deformes rodea el suelo de la cuenca, en donde están representados los dioses de Krynn[12]. El piso es de una roca negra tan pulida que a primera vista semeja un estanque. Aunque era de día cuando Tanis y Tasslehoff siguieron a Fizban al interior del círculo, hacia cuyo centro se encaminaba el anciano mago llevando en sus brazos a Flint, pudieron ver las tres lunas y las estrellas resplandeciendo en las profundidades de la roca. Cuando Fizban llegó al corazón de la Morada de los Dioses su verdadera naturaleza quedó revelada ya que el viejo mago desapareció y la constelación de Paladine reapareció en el pétreo estanque[13].