Desde el nivel de la Cámara de los Antepasados había, al parecer, dos caminos para bajar: el elevador y la ruta secreta de Bupu. El elevador era un sencillo mecanismo similar al utilizado en las minas de los enanos y que habían construido los gullys poco después de que se hubieran instalado en las ruinas de la ciudad[1]. Dos gigantescas marmitas de hierro colgaban de una cadena inmensa. Cada marmita pasaba a través de unos agujeros de tres metros de diámetro que se habían practicado en el techo rocoso de la caverna, y subían y descendían al nivel inferior de la ciudad, unos doscientos metros más abajo[2]. La fuerza motriz del mecanismo era la de la propia gravedad, con enanos gullys que aguardaban en constante fila para ir arriba o abajo a fin de servir de contrapeso a los jefes draconianos. «La rueda comienza a girar y la marmita desciende, y al poco tiempo sube otra marmita.»[3]
Desde el agujero norte la cadena «pasa por dos grandes ruedas, atraviesa el techo y baja por el centro del agujero sur»[4]. El punto donde los eslabones de la cadena se separaban de los dientes de las ruedas tenía que estar lo bastante alto para dejar espacio suficiente para el acceso a las marmitas, así que la referencia a que la cadena cruzaba el techo, debía de hacer alusión a que las ruedas estaban colgadas del techo o que los ejes estaban instalados en unos soportes a bastante altura del suelo.
El camino menos conocido para descender a la ciudad era la ruta secreta de Bupu. Conducía desde las capillas privadas del extremo este de la Cámara de los Antepasados hasta la parte superior de una tubería que estaba inclinada hacia abajo. El otro extremo de la tubería llegaba al nivel intermedio de edificaciones, todas ellas vueltas del revés al precipitarse la ciudad por el acantilado. Pero los compañeros no llegaron allí. Bupu los condujo a través de otra tubería aún más inclinada que se bifurcaba hacia el sur[5].
La tubería terminaba en una antigua panadería llena de sacos de harina[6], en el lado norte de lo que en otros tiempos debió de ser un barrio comercial. Los edificios no se habían desplomado, pero se inclinaban y se recostaban contra los que estaban enfrente como soldados borrachos, de manera que formaban un pasaje abovedado sobre la calle[7]. Al final de la calle, las aguas que habían desaguado desde la parte alta hasta este nivel se precipitaban por una catarata sobre el lejano fondo de la caverna.
Desde el precipicio los compañeros divisaban la grandeza de la hundida Xak Tsaroth. El nivel inferior se extendía bajo sus pies, ciento cincuenta metros más abajo. El techo de la caverna se encumbraba otros sesenta metros por encima del nivel medio, mostrando los doscientos diez metros de la cadena del elevador y la base rota del gran pozo a través del cual el dragón ascendió al patio de la superficie, treinta metros por encima del techo de la caverna[8]. Las aguas del pantano se filtraban entre las grietas de la roca que rodeaba la caverna y se zambullían en grandes cataratas por el oeste, el norte y el este. Los compañeros tuvieron que descender hasta la base valiéndose de gruesas enredaderas que colgaban a las lados del salto de agua[9].