Port Balifor y Flotsam

Al partir de Silvanost, los compañeros decidieron que el Mar Sangriento era la ruta más rápida para llegar a Sancrist, su punto de destino, a despecho de estar virtualmente en medio de territorio enemigo. El primer pueblo que encontraron fue Port Balifor, en la cosca suroccidental de Balifor.

La altiplanicie de un páramo se alza tras la protegida ensenada de Port Balifor. Los edificios se encuentran al pie de los barrancos del páramo, con la mitad de la ciudad construida a la orilla del mar, sobre el lecho de bajamar, y el resto como si «hubiese crecido encima de los pilotes de los muchos embarcaderos y muelles»[1]. Port Balifor está amurallada y sus puercas de acceso vigiladas[2].

Mientras estuvieron en la villa, los compañeros se hospedaron en la posada El Cerdo y el Silbido, llamada así por la apariencia del rostro del dueño y el agudo silbido producido por la brisa de la bahía de Port Balifor en las desajustadas ventanas del local[3]. Aparte de su peculiar nombre, la posada es como cualquier otra[4].

La última parte del viaje por tierra de los compañeros finalizó en otra localidad portuaria semejante, pero menos aletargada: Flotsam. Flotsam se encuentra en el borde suroccidental del Mar Sangriento y por entonces el mar arrojaba a sus costas no sólo los despojos de naufragios y de la hundida Istar, sino también «las heces de la humanidad»[5]. La ciudad portuaria ocupa un valle en forma de cuenco que cuenta con una bahía abrigada y está rodeada de colinas[6].

Las murallas serpentean a lo largo del perímetro de la villa en una extensión de casi tres kilómetros, con torreones de vigilancia de nueve metros de diámetro situados cada ciento ochenta metros y puertas con rastrillo en las tres calzadas principales[7].

La presencia del ejército de los Dragones era patente por toda la población, pero sobre todo se concentraba en dos lugares: la orilla norte y la península del sur. Al lado opuesto de la bahía está «la Roca», un escarpado promontorio muy adecuado para hacer de él una plaza fuerte. En la rocosa península está la mansión donde sentó sus reales Fewmaster Toede, así como la tesorería y La Brisa Salada, la mejor posada de Flotsam en donde tenía sus aposentos la Señora del Dragón, Kitiara[8].

El mercado de la ciudad, con sus tabernas y burdeles, está situado justo detrás de la zona de los muelles.

Los compañeros entraron por la puerta del suroeste y se hospedaron en la destartalada posada Los Muelles, unas cuantas manzanas al sur de la zona portuaria. Los héroes desconocían el hecho de que la bodega del local era el escondite secreto de los rebeldes; un túnel de alcantarillado que conecta la posada con el puerto era el acceso utilizado por los insurrectos en aquellos días[9].

El puerto de Flotsam tiene un diámetro aproximado de seiscientas metros. Además de la protección natural que representa la península, un rompeolas rematado por un faro cierra el puerto dejando sólo una estrecha bocana[10]. Los muelles eran un ejemplo de la mezcolanza social de Flotsam, ya que daban cobijo a barcos piratas, mercantes y los galeones del ejército de los Dragones[11]. El Perechon estaba anclado al final de uno de los muelles meridionales, de manera que los compañeros llegaron hasta la nave sin necesidad de atravesar las áreas vigiladas; asimismo, el barco pudo zarpar sin que la persecución fuera inmediata[12].