CRIATURAS DE FASE
P
or encima del disco no puede sobrevivir nada que sea de metal o cerámica.
El gran disco giratorio tritura incesantemente la materia estelar. Lacerantes marejadas se precipitan al interior.
El Comilón mismo mantiene eternamente cautiva la masa acumulada de un millón de estrellas muertas.
La antigua materia se desvaneció en segundos de prolongada agonía, deslizándose por la empinada cuesta del espacio-tiempo. Pero el recuerdo de estas masas transitorias permanece en la curvatura.
Para el exterior, una distorsión fantasmal es testigo de las muertes. Diez mil millones de años de materia sacrificada —estrellas y polvo, planetas y ciudades, civilizaciones perdidas con sus documentos y sus esperanzas— tienen su lápida en la muda distorsión. El antiguo dolor de una galaxia persiste como gravedad silenciosa.
Grumos de materia incandescente se deslizan en espiral por la curvatura, a velocidades mayores que las que pueden hallarse en el resto de la galaxia, incesantes torbellinos condenados, materia que gira en un frenesí final.
Los grumos se estrellan, se despedazan, se transforman, se frotan. Los campos magnéticos median en la fricción. Manchas de plasma corren y giran. Las corrientes hierven.
Crecen los vórtices magnéticos. Los campos se entrelazan y se tuercen en los cauces condenados; en feroces colisiones, los campos mismos se aniquilan entre sí. Brota más energía.
Encima de esos hornos brutales flotan las criaturas de fase.
Una vez pertenecieron a los mecánicos. Ahora existen sólo en duros circuitos de inteligencias enquistadas en cuadrículas de cerámica. Han evolucionado a partir de una necesidad autodirigida. Beben más energía de la que han aprendido a disolver.
Mientras los torrentes de radiación dura los atraviesan, son plasma. El plasma se junta en flujos que se alojan en correlaciones de largo alcance.
Cuando baja la marea, las criaturas de fase cambian. En los lugares más fríos que hay por encima del disco pueden condensarse. Los delicados filamentos se convierten en descargas gaseosas. La energía así liberada se proyecta hacia el exterior, hacia las jerarquías inferiores que pueden almacenarla.
Las criaturas de fase usan estos flujos para organizarse en redes que flotan libremente. Circuitos sin cables. Electrones que fluyen sólo en sus campos magnéticos generados con autocoherencia. Corrientes contraídas que serpentean y estallan. Voltajes e interruptores. Veloces como la luz, delgados como gasa.
Aquí bailan inteligencias vivaces: inductivas, mudas, invisibles. Participan en el debate que se desarrolla encima de ellas, en los reinos más fríos. Con sedosa elegancia sus pensamientos se funden con los seres duros que constituyen las formas más toscas y primitivas de los mecánicos.
Pero las criaturas de fase conocen sus orígenes. Comparten los patrones mentales de las formas metálicas. Conversan.
No entendemos por qué estos extraños primates primitivos merecen ser estudiados.
¿Y a qué se debe esta llegada?
Tú/yo convocaste a ¦› A ‹¦, que estaba concluyendo la eliminación de los restos de materia orgánica en el planeta de origen de estos primates.
Este ¦› A ‹¦ es una extraña mezcla de inteligencias.
Yo/nosotros lo sé. Toléralo. Aquí está.
Salud. Empleo la aproximación de conciencia simple. Creo que esto os resultará cómodo.
Vaya. ¡Qué estrechez de miras!
Nosotros/vosotros lo hemos intentado antes y nos resultó sofocante.
Debemos dar facilidades a ¦› A ‹¦.
Muy bien. ¡Pero qué limitación tan demencial!
Soporta a ¦› A ‹¦ un momento.
Para sondear lo más recóndito del pensamiento primate se requieren tales restricciones.
¿Entonces, para qué estudiarlos?
Su percepción de la belleza no tiene parangón. Las variables orgánicas también son únicas, pero son de larga duración, aquí, en el Centro Verdadero.
¿Belleza? Nosotros somos sus árbitros.
Trato de obtener cotas totalmente nuevas de gracia y sabor. Estas son específicas de su especie, pródiga en tradición.
Es un lujo innecesario. Ahora nos enfrentamos a problemas más graves.
La belleza es tan vital para nuestra existencia como cualquiera de vuestras burdas ocupaciones.
¿Es un insulto?
De ningún modo. Es un hecho.
Cuidado, entonces.
No pretendo ofender. Soy una inteligencia especializada, con impulsos propios. Permitidme señalar, oh mentes reunidas, cuánta riqueza poseen estos primates. Son las criaturas que desarrollan el Motivo de Cinco Dígitos. Dominan los centros perceptivos como nadie. ¡Y el colorido de sus telones emocionales internos! ¡Maravillosos! Y sus Abstracciones Máximas Subvertidas. ¡Son creaciones prodigiosas!
Yo/nosotros estoy más preocupado por el peligro que pueden representar para nosotros. Y todo por ese supuesto conocimiento semilegendario que poseen.
Pero no lo saben. Esto es importante. ¡No deben saber que lo poseen!
Creo que intuyen poseer un destino especial. Pero ignoran su naturaleza, claro. La narrativa de dichos seres contiene el conocimiento más profundo. Para los primates, un mito es una historia profunda que responde los interrogantes difíciles de la vida.
Yo/tú pienso que los mitos son simplemente la religión de otro.
Desde luego, me refiero a los primates. Los he estudiado bien.
Entonces, tú eres el único que puede entrar en la Cuña y actuar allí en nuestro nombre.
¿Por qué? Tengo otros asuntos…
Tú los conoces mejor.
Pero nunca he estado en la Cuña.
No me extraña, ya que pasas el tiempo dedicado a las bellezas de la subvida.
La Cuña es traicionera.
Naturalmente. Pero nosotros/vosotros hemos penetrado en ella con formas menores. En este preciso instante esos diminutos informadores se han infiltrado en la ciudad portal. Vigilan atentamente a los primates de la nave… que pudieron entrar, por cierto.
Una decisión a la cual yo/tú me opuse.
Nos permitió obtener una valiosa información. Esos Legados… implican muchas cosas que desconocemos.
Nosotros/yo no necesitaríamos
conocerlas si hubiéramos exterminado a los primates.
¡No! No debéis pensar así. Los primates constituyen una forma valiosa, próxima a la extinción. Proteged a esos seres en sus últimos momentos.
Eso es un lujo.
Te ordenamos que sigas de cerca a los primates importantes, identificados por sus propios Legados.
La Cuña es peligrosa. Si entro allí, nunca sabré con exactitud dónde estoy. Ni en qué momento me encuentro.
Nosotros/yo te facilitaremos recursos.
Podría perderme en el caos.
Es un riesgo que nosotros/vosotros debemos correr.
He oído que en la Cuña hay agentes que pueden dañar incluso los sistemas superiores como nosotros.
Es verdad. No sabemos qué son.
Pero estoy en modalidad de conciencia simple. Si perezco, la «forma-yo» desaparecerá.
Yo/nosotros no podemos evitarlo.
Nosotros/vosotros elegisteis este estado.
Aunque, naturalmente, archivaremos tu estado actual. Una copia de ti permanecerá.
No soy apto para internarme en semejante turbulencia.
Vosotros / nosotros parecemos poco dispuestos a hacerlo. Pero vosotros/nosotros tenéis experiencia en lo más importante: habéis tratado con primates. Tú los llevaste a su intersección con los cuasimecánicos. Muy hábil.
Y nosotros/vosotros tenemos otras motivaciones.
¿Qué motivaciones? Arriesgar tanto…
Piensa en la belleza. En el arte.