Aunque la mayoría de las aventuras sucede en Hogwarts, Harry ha viajado de norte a sur de Gran Bretaña para resolver los enigmas de su pasado y afrontar el desafío del futuro. Presta atención a esta guía para trotamundos, porque quizá necesites la información si piensas emprender un viaje próximamente.
La prisión de los magos se encuentra ubicada en el centro del mar del Norte, situado entre Gran Bretaña, los Países Bajos y Noruega. Es la ubicación perfecta para una cárcel gracias a su clima inestable, con unas corrientes irregulares provenientes del norte y del sur, la lluvia y la niebla además de las habituales tormentas. Aun si alguien lograse escapar de Azkaban, no lo tendría nada fácil para llegar a la costa. Siendo una isla y llamándose de ese modo, muchos pensarán en Alcatraz, la cárcel californiana donde estuvieron encerrados delincuentes como Al Capone.
Azkaban supone una dura contradicción en la filosofía de J. K. Rowling. Ella, que se postula como firme defensora de Amnistía Internacional (trabajó en sus oficinas durante un tiempo, y actualmente enlaza a la web desde su página oficial), ha decidido que exista la cadena perpetua para los malos de su mundo imaginario. Está claro que la palabra resociabilización no entra en el diccionario de los magos…
La academia de magia francesa está situada cerca de Cannes, al sureste del país. En Harry Potter y el Cáliz de Fuego había una pista para los más atentos, cuando en el banquete inaugural del Torneo de los Tres Magos se sirvió bouillabaisse, un plato de sopa de pescado típico de la región.
Beauxbatons es, en cierto modo, la representación mediterránea de la educación mágica europea. Comparte idioma con otros países como Bélgica, Monaco y Suiza, y es natural que instruya a sus propios magos y brujas. ¿Pero qué ocurre con España? ¿Dónde estudian los niños españoles, si en Beauxbatons las clases se imparten en francés? No hay que asustarse: aunque el Torneo de los Tres Magos sólo acepte tres escuelas europeas, eso no significa que sean las únicas del continente. Lo mismo sucedería con América Latina, que podría contar con una o varias escuelas. Tampoco podemos olvidar el colegio de Brasil, el mismo en el que estudió el amigo de Charlie Weasley.
Se encuentra situada al final del Callejón Diagon, un lugar tan antiguo que suscita sus propias leyendas. Algunos historiadores opinan que primero se construyó el Banco Gringotts, y después los negocios afloraron a su alrededor, pero la teoría no se ha demostrado. La agencia de viajes Terrortours, situada en el número 59, es visiblemente más reciente. Aunque no se conoce con exactitud qué se construyó primero, si el banco o los demás establecimientos, los profundos túneles de Gringotts hacen pensar que lleva siglos operativo. La única fecha que podemos usar de referencia es la de El Caldero Chorreante, abierto en el siglo XV por Daisy Dodderidge (1467-1555), aunque cuando este establecimiento abrió sus puertas el Callejón Diagon ya recibía visitas continuas. Sobre la creación del Callejón Kockturn todavía se sabe menos. Su establecimiento más conocido, Borgin & Burkes (13B de la calle) no fue creado hasta hace unas décadas, ya que el nombre del establecimiento es la suma de dos magos contemporáneos.
El banco fue fundado por un duende llamado Gringott, por el que se bautizaría la entidad financiera. Ha sido administrado casi siempre por los de su especie, aunque el Ministerio de Magia ha querido intervenir durante distintas épocas. En 1895 renunció a su control y la decisión ha sido muy duramente criticada por algunos sectores de los magos, sobre todo los más reacios a los duendes.
La cámara de seguridad de Sirius Black es la 711, por cierto. El dato sólo aparece en la edición estadounidense, señal de que la editora británica no lo consideró lo suficientemente importante (curiosamente, siempre es la edición británica la que recorta el texto). Si las celdas de Gringotts siguen un orden lógico, la de Sirius se encontraría al lado de la 713, donde Dumbledore guardó la Piedra Filosofal. Rowling no debió de reparar en la cercanía, porque toda la seguridad de una es la que no tiene la otra. ¿Cómo se explica si no que un fugitivo de Azkaban pudiese sacar dinero de su cuenta, usando el nombre del famosísimo Harry Potter, empleando un gato de intermediario para colmo? Teniendo en cuenta que la autora elige los números en relación con recuerdos personales, el 711 podría ser una fecha, una dirección y hasta una clave.
La nacionalidad de Viktor Krum ha provocado la falsa creencia de que el Instituto Durmstrang se encuentra en Bulgaria, pero lo cierto es que este lugar recoge alumnos de muchas más nacionalidades que Hogwarts. Durmstrang se encuentra al norte de Escandinavia, en Noruega o Suecia, miles de kilómetros más arriba que donde lo situaban los fans. Ni siquiera es la escuela que Viktor tiene más próxima: tanto Beauxbatons como Hogwarts están mucho más cerca de su país.
La sombra del Señor Tenebroso fue larga, y su poder llegó hasta los cimientos del Instituto Durmstrang. El director del centro, Igor Karkarov, se contaba entre los fieles mortífagos. ¿Era él una excepción por tratarse de un mago influyente, o Voldemort contaba con vasallos en el resto de Europa e incluso del mundo? Posiblemente la mejor forma para ver el alcance del mago más tenebroso de todos los tiempos sea un mapa de actividades de la Segunda Guerra Mundial, que mucho tuvo que ver con la primera de Voldemort. Durmstrang no quedó exento de su poderío y todavía hoy es cuna de magos tenebrosos, a juzgar por el deseo expreso de Draco Malfoy de ir a estudiar a este instituto. No obstante las cosas han cambiado desde Grindelwald: en los tiempos de Viktor Krum ningún alumno estaba dispuesto a tolerar símbolos xenófobos. La regeneración, después de décadas de odios, empieza a ser un hecho.
Es uno de los últimos pueblos exclusivos de magos que quedan en la actualidad y fue fundado en el siglo X por Hengist de Woodcroft, al mismo tiempo que Hogwarts. Algunos creen también que él vivió en Las Tres Escobas.
Hogsmeade nació en una época en que los magos y las brujas eran perseguidos por los muggles acusados de causar todos sus problemas, y necesitaban un lugar donde protegerse. Pero no siempre hubo caza de brujas: en el Concilio de Paderborn a finales del siglo VIII se castigaba con pena de muerte a aquellos que «cegados por el Demonio» acusasen a alguien de brujería. ¡Qué lástima que esta ley no llegase a tiempo para Hengist de Woodcroft!
El largo trayecto en tren desde King’s Cross debería ser una pista suficiente, pero por si necesitásemos confirmación explícita, Rowling ha admitido que Hogwarts se encuentra ubicado en Escocia, en el norte de Reino Unido. Es curioso que la escritora escogiese este país para la escuela mágica, ya que no se mudó a Edimburgo hasta poco antes de la publicación del primer libro. ¿Magia o casualidad? Hogwarts está en Escocia, siempre lo tuvo claro. El hecho de que su hermana ya viviese en la capital tuvo mucho que ver en su mudanza.
El lema de la escuela, «Draco Dormiens Nunquam Titilladus», significa en latín «Nunca hagas cosquillas a un dragón dormido». Las cuatro casas no sólo representan animales, sino también elementos naturales: Gryffindor es el fuego, Hufflepuff la tierra, Ravenclaw el aire y Slytherin el agua (lo cual explica que la Sala Común de las Serpientes se encuentre situada bajo el lago de Hogwarts, un ambiente muy húmedo). La tabla de elementos básicos tuvo su origen en la Antigua Grecia, que en ocasiones agregaba el éter como quinto elemento.
El castillo, de mil años de antigüedad, fue construido en una zona celta. Esta información fue desvelada por el cineasta Alfonso Cuarón, que dirigió Harry Potter y el Prisionero de Azkaban: en la escena de la película en la que Hermione golpea a Draco, Cuarón quería que apareciese un cementerio como imagen de fondo. Rowling se negó, porque según sus apuntes el cementerio estaba en el otro lado del castillo, opuesto a la cabaña de Hagrid. Cuarón sustituyó el cementerio por un reloj solar, que según Rowling encajaba mucho más con el ambiente celta del lugar. También estaba previsto que el camposanto apareciese en el sexto o séptimo libro, pero la escritora cambió de idea: Dumbledore no es enterrado en ningún cementerio, y no se ve ninguna lápida cerca de la suya.
Los muggles no pueden ver Hogwarts, así que los padres de Myrtle tuvieron que ser una excepción, ya que fueron a buscar a su hija al colegio. Si te acercases a sus terrenos lo único que verías serían ruinas y un cartel de peligro. Eso si eres muggle, por descontado.
Cada vez que nace un mago o una bruja en Reino Unido o Irlanda, una pluma mágica de Hogwarts escribe su nombre en un pergamino para que la profesora McGonagall lo revise después, cuando el niño cumple los once años requeridos. Los alumnos de Hogwarts se llaman Hogwartianos, del inglés Hogwartians, igual que los alumnos del prestigioso colegio muggle Eton se llaman Etonianos. Precisamente a este colegio iba a estudiar el Hufflepuff Justin Finch Fletchley, el mismo centro educativo que en su día educó a muggles como los príncipes Guillermo y Enrique de Gales.
No siempre existió Hogwarts, y antes de su fundación existieron otros educadores de magia: tal es el caso de la Reina Maeve, asentada en Irlanda. Maeve es un personaje rescatado por Rowling de la mitología irlandesa, y se la consideraba como una diosa. Se le atribuye el reino de Connacht, y no es la última reina bruja. Actualmente existen reyes y reinas bendecidos por el don de la magia en todo el mundo, aunque ya sabemos que no es el caso de Reino Unido.
¿Pero cuántos alumnos hay en Hogwarts? La escuela está siempre llena de alumnos, aunque el recuento de Rowling (según ella hay «un millar» de estudiantes) no se ajusta a la realidad. Si en el primer año de Harry son cuarenta alumnos, la multiplicación por siete cursos sólo da 280 aprendices en total. La escritora reconoce que no se le dan bien las matemáticas, así que se lo perdonamos.
Otra duda razonable es si es imprescindible que sean diez alumnos por casa cada año, cinco de cada sexo. A juzgar por la lista de ingresados en el curso 1991-1992, Rowling se preocupó de que así fuera, pero esto provocaría que algunos alumnos estuviesen obligados a asistir a una casa determinada con el único fin de cubrir la cuota. Siendo la magia un gen heredado o espontáneo, es de esperar que cada año haya una cantidad distinta de nuevos alumnos (por no mencionar los que renuncian a su plaza en la escuela). En el curso de Harry eran cuarenta estudiantes, pero en el de Ginny podían ser tanto veinte como sesenta; el número es aleatorio.
Sin contar vuelo, se imparten doce asignaturas en total. Rowling procuró que existiese paridad en el profesorado, siendo casi idéntico el número de profesores que de profesoras (aunque todo depende de la época en la que se haga el recuento).
Algunos profesores están casados, aunque la información es confidencial. ¿Qué profesores tienen pareja y por qué no se puede conocer? La razón podría estar en una protección de sus familias, no tanto de los alumnos sino de sus padres (algunos son mortífagos, pequeño detalle a tener en cuenta). La saga no ha dado ninguna pista de quién podría estar cansado, aunque sí sabemos quiénes no lo están: Dumbledore, Snape y Hagrid. Años después nadie oculta el matrimonio de Neville y Hannah Abbott, señal de que las normas han cambiado.
Los profesores viven en Hogwarts durante el curso, lo que posiblemente dificulte la vida conyugal. Durante las vacaciones todos se marchan salvo Filch, el celador, que se ocupa junto a su gata de que todo siga en su sitio.
¿Son compatibles la magia y la electricidad? Lo que una es para los magos, la otra es para los muggles. Ninguno sabría vivir sin la suya, y por eso no es de extrañar que en los terrenos de Hogwarts los aparatos eléctricos tengan sus propias reglas. Si bien es cierto que Harry Potter y el Cáliz de Fuego establecía que los electrodomésticos no funcionan en Hogwarts, Rowling ha tenido que matizar esta afirmación: sí funcionan, sólo que lo hacen gracias la magia que envuelve el lugar y no por pilas ni enchufes. Colin Creevey, además, elaboraba una poción para que sus fotografías tuviesen movimiento.
Los inventos de magos muggles han ido de la mano en muchas ocasiones. Cuesta encontrar diferencias entre los transistores de radios de unos y la mitad de los inventos de la sociedad mágica son sencillas adaptaciones de lo que ya habían inventado antes los otros. Cuando Rowling creó la norma mágica mediante la cual no podían funcionar aparatos eléctricos en Hogwarts, posiblemente lo hizo con vistas a inventos que le podían causar quebraderos de cabeza (la Sala Común no sería la misma con una televisión de plasma, ni el Ejército de Dumbledore habría tenido problemas de comunicación si todos sus miembros contasen con un teléfono móvil. Y definitivamente, ¡draco sí podría haber usado un walkie-talkie!), pero es posible que para cuando la escritora quiso solventar su error (pese a la norma, Colin realizó una foto en Harry Potter y la Cámara de los Secretos) no reparó en todos los demás objetos eléctricos que los personajes podrían haber utilizado en el interior del castillo. ¿Cuánto tiempo se habría ahorrado Hermione en búsquedas si la biblioteca de Hogwarts contase con un ordenador conectado a Internet?
Su fundador Mungo Bonham (1560-1659) pudo recibir el apodo de San Mungo por alguna conexión con el san Mungo muggle, santo patrón de la ciudad escocesa de Glasgow gracias a su labor de evangelización en el siglo VI. Lo más curioso de este santo es la parte de leyenda, donde se cuenta que conoció al mago Merlín.
No todo lo relacionado con la magia iba a ser bueno: también existen las enfermedades mágicas, letales o cómicas, que complican la vida de magos y brujas. El profesor Helbert Spleen es un experto en resolver los problemas de salud en su sección semanal de El Diario El Profeta. Con enfermedades como la Viruela de Dragón hay que andarse con cuidado, y si no que se lo digan a Chauncey Oldbridge (1342-1379), su primera víctima conocida. Los magos tuvieron que esperar dos siglos para conocer su cura, desarrollada por Gunhilda de Gorsemoor (1556-1639), aunque en algunos casos como el de Abraxas Malfoy el remedio puede llegar demasiado tarde.
En una escena de Harry Potter y la Orden del Fénix, Ron hace una crítica despiadada a la medicina muggle. Teniendo en cuenta que el marido de J. K. Rowling es doctor, es lógico imaginar que todo se trata de una broma de ambiente familiar. Tampoco podemos descartar que Ron quisiese llamar la atención de Hermione: después de todo los señores Granger son dentistas, y su hija podría salir a la defensiva.
Los adictos a los mensajes de teléfono móvil habrán advertido el secreto que esconde la clave de entrada, 6-2-4-4-2. Si lo escribes en «modo diccionario» en un SMS aparecerá la palabra «MAGIA».
Haría falta un nuevo libro para explicar todos los enigmas del lugar, aunque J. K. Rowling ya ha respondido algunas dudas: tras la puerta que Harry no pudo abrir ni con la ayuda de la navaja (la que supuestamente podía abrirlo todo) se encuentra una habitación con una fuente de Amortentia muy poderosa. Los Inefables la estudian para comprender el comportamiento del amor, tema que ocupa buena parte de la saga. Es gracias a ese sentimiento por lo que Lily Potter salva a su hijo, una magia antigua capaz de desequilibrar hasta un Avada Kedavra. Dado que el Filtro de Amor fue inventado por Laverne de Montgomery en el siglo XIX, la «Sala del Amor» tuvo que cerrarse después.
Malas noticias para los amantes de los viajes en el tiempo: todos los giratiempos del Ministerio fueron destruidos durante la Batalla del Departamento de Misterios, en un intento de Rowling por borrar toda posibilidad de que sus protagonistas quisiesen tener una nueva oportunidad a cada fallo de la guerra final. Las vueltas al pasado provocaron muchas complicaciones a Rowling, que tenía que inventar nuevas normas para explicar por qué Harry no había usado un giratiempos para salvar a sus padres o invitar a Cho al Baile de Navidad, justo antes de que se la arrebatase el tejón.
Y también hay respuestas para los interesados en el Velo de la Muerte, aunque los lectores posiblemente queden decepcionados: fue creado hace cientos de años, a la vez que el Ministerio de Magia, y nunca se empleó para ejecutar magos. Su único objeto siempre fue y ha sido el estudio. ¿Pero por qué iban a crear un arco tan peligroso, si no son capaces de averiguar adónde va la gente que lo cruza? No todas las respuestas de Rowling satisfacen a los fans.
El cargo más alto del Ministerio es el de Ministro de Magia, elegido democráticamente. Kingsley Shacklebolt es el nuevo Ministro tras la Batalla de Hogwarts, pero muchos le han precedido en el cargo. Antes de Fudge gobernó Millicent Bagnold, durante los ochenta, y retrocediendo más en el tiempo encontramos a Artemisia Lufkin (1754-1825), famosa por ser la primera mujer Ministra de Magia entre 1798 y 1811. Los miembros más ancianos del Wizengamot se indignaron por la designación, pero el mundo mágico le llevaba al muggle muchos años de ventaja: la primera mujer muggle en convertirse en Primera Ministra fue Margaret Thatcher, casi dos siglos después que su homologa bruja. Sus reuniones con el mundo mágico eran con otra mujer, Millicent Bagnold, señal de que el mundo ya había comenzado su transformación. Y es que cuando se publicó Harry Potter y el Príncipe Mestizo, más de uno quedó decepcionado al comprobar que la sustituta de Fudge no era Amelia Bones…
La saga no menciona la forma de elección del Ministro de Magia, simplemente se dice que es democrática. De todos los Ministros conocidos, no tenemos constancia de ninguno que no trabajase en el Ministerio con anterioridad, lo que podría ser un requisito indispensable para el cargo. Tampoco se conocen partidos políticos, sólo aspirantes. En los siete años en los que transcurre la saga hay tres cambios de poder y en ninguno se menciona que los ciudadanos voten, así que es posible que la elección corresponda a los miembros del Wizengamot. Si los miembros del Wizengamot son elegidos por los ciudadanos o no, es otro misterio…
A pesar de que la sociedad mágica se organiza con independencia del mundo muggle, su gobernador no es Primer Ministro sino Ministro de Magia, como si su competencia sólo fuese una fracción de todo el campo de actuación del gobernante muggle. El Primer Ministro no elige al Ministro de Magia ni viceversa, y sus legislaturas cumplen periodos alternativos. Sin embargo, el Ministro de Magia tiene una serie de obligaciones con el Primer Ministro, lo que hace imaginar una posible subordinación. Esto no ocurre en el sentido inverso.
Cuando el Ministro de Magia es elegido, tiene el compromiso de acudir al despacho del Primer Ministro muggle para presentarse. Lo mismo cuando hay nuevo Primer Ministro. Del mismo modo, si sucede cualquier acontecimiento peligroso en el mundo mágico (como la fuga de presos de Azkaban, o la entrada de dragones en el país), el Ministro de Magia debe informar al Primer Ministro, de acuerdo con la normativa. El Ministerio de Magia podría ser un ministerio independiente pero en un escalón inferior de la jerarquía respecto al Primer Ministro. Después de todo los magos y las brujas también se benefician de los bienes públicos, ya sean puentes, escuelas de primaria o policías.
La relación entre el gobierno mágico y el muggle viene de lejos: a finales del siglo XVII los magos y las brujas tuvieron que pedir amparo a los reyes Guillermo y María, soberanos británicos, para que las leyes muggles también les protegiesen a ellos. La reunión fue un fiasco, porque la delegación mágica no consiguió sus propósitos. Es posible que ello desencadenase la creación del Estatuto Internacional del Secreto de los Magos, que se introdujo apenas unos años después, en 1692. Lo que parece seguro es que los magos ya no acuden a los monarcas británicos para solucionar sus problemas, sino que lo hacen directamente con el Primer Ministro. ¿Estará enterada la reina Isabel II de todo lo que ocurre en el 10 de Downing Street?
Sabemos que el orfanato donde se crió Tom Ryddle se encuentra cerca de Vauxhall Road, en el centro de Londres. Gracias a la visita de Dumbledore también lo conocemos por dentro, pero no es hasta la película de Harry Potter y el Príncipe Mestizo cuando descubrimos el nombre del centro: Wool’s. Un detalle poco importante, ¿pero seríamos fans si no nos importasen estos detalles?
¿Es una asamblea para realizar juicios importantes? ¿Es lo que conoceríamos como el congreso de los diputados para los magos? ¿O es un poco de todo?
Si al Primer Ministro lo eligen los miembros del Wizengamot, hay que preguntarse cómo se eligen a éstos. El sistema puede ser parecido al español, con listas cerradas, o Rowling podría haberse inspirado en un modelo más ajustado al del gobierno británico muggle. La mayoría de sus miembros son octogenarios (la media de edad en los noventa era de 87 años), y son elegidos por un plazo máximo de tiempo, que algunos quieren reducir. Como no podía ser de otra manera, el Wizengamot no acepta duendes entre sus filas, desandando el camino que otros habían recorrido en siglos anteriores, cuando hasta las harpías podían formar parte de estos claustros. Un 18% de los magos de Reino Unido querría que la pureza de sangre fuese un requisito para participar en este tribunal, un porcentaje muy bajo que calmará a más de un hijo de muggles. Observando otros fenómenos xenófobos del mundo muggle (que mucho tienen que ver con los mortífagos), ni Adolf Hitler logró un apoyo tan bajo en sus peores resultados electorales. Teniendo en cuenta que hay una relación sustancial entre el mago tenebroso Grindelwald y el canciller alemán, los magos pueden estar tranquilos porque el Wizengamot está a salvo de momento.