A principios de este siglo, Santiago Ramón y Cajal dijo que la hazaña suprema del hombre sería la conquista de su propio cerebro. Hoy nos encontramos en el umbral de esta conquista. Allí nos aguarda un mundo de maravillas y misterios, de esperanzas y promesas, una hazaña que rivalizará con las conquistas del espacio y del átomo. Pero, como han demostrado estos logros, cada uno de los grandes avances del Hombre no sólo ha supuesto un bien sino también un peligro potencial por su posible utilización para el mal. El conocimiento es, al fin y al cabo, la verdadera «caja de Pandora».