[1] Rousseau 1963, p. 184. <<
[2] A su condición de Padre Fundador de los Estados Unidos, artífice de la vital alianza con Francia, añadió un largo catálogo de inventos y una comprensión pionera del «fuego eléctrico». <<
[3] Franklin en Weber 1998, vol. I., p. 38-39. <<
[4] «La codicia de los mandarines chinos, de los antiguos patricios romanos o de los modernos agricultores resiste toda comparación […] Precisamente la falta más absoluta de escrúpulos a la hora de imponer el propio interés en materia de dinero caracteriza a los países cuyo desarrollo capitalista ha permanecido ‹retrasado› en relación con las pautas occidentales»; Weber ibíd, p. 48-49, subrayados suyos. <<
[5] Mateo 6, 34. <<
[6] Weber ibíd, p. 51-52. <<
[7] El inglés James Watt patenta en 1768 la primera, que desde 1774 se produce en serie. <<
[8] Allí la guerra civil ha acontecido más de un siglo antes, con las luchas entre el Parlamento y la Corona que devastan el país entre 1642 y 1651. <<
[9] Smith, Steuart, Millar, Ferguson y Gibbon, parientes espirituales de un Montesquieu que a sus compatriotas les parece «anglófilo». <<
[10] Hegel 1955, vol. III, p. 383. <<
[11] En el Wealth of Nations leemos, por ejemplo: «La Iglesia romana fue en la Edad Media la combinación más formidable contra la libertad, la razón y la felicidad. Pero su poder fue destruido por el progreso de las artes, las manufacturas y el comercio»; Smith 1982, p. 706. <<
[12] Según el idéólogue Mercier de la Rivière; cf. Tocqueville 1982, p. 173. <<
[13] Rush, en Szasz 1981, p 185-186. <<
[14] Jeremías Bentham (1748-1832), un niño prodigio, escribió sus Principles of Morals and Legislation (1789) para demostrar que «el dolor y el placer son los soberanos de la Humanidad», y que el principio moral absoluto es la «máxima satisfacción para el mayor número». Ni allí ni en ninguna otra parte de su copiosísima obra encontramos reflexiones sobre el concepto de justicia. Mandó ser embalsamado y expuesto al público con su ropa y bastón favoritos, dentro de un habitáculo que sigue atrayendo en Londres a devotos y turistas. El Essay on Government de su secretario Mill «no se puede calificar sino de absurdo insalvable, aunque según parece inextirpable» (Schumpeter 1995, p. 486). El logro de ambos es formular «la más superficial de todas las filosofías de la vida» (ibíd, p. 173). <<
[15] Hayek 1960, p. 174. <<
[16] Tocqueville 1982, p. 156. <<
[17] Schumpeter 1995, p. 162. Y prosigue: «En esta época, autonombrada Edad de la Razón, el mejor antídoto para los cumplidos que los literatos solían dirigirse a sí mismos es leerles». <<
[18] Suplemento al viaje de Bougainville, 1771; en Horowitz 1982, vol. I, p. 80. <<
[19] Diderot, en Schama 1977, p. 375. <<
[20] En 1754, por ejemplo, cuando su Discurso sobre el origen de la desigualdad sea prohibido en algunos países, Hume le ofrece el cobijo de su propia casa. Aunque acepta el ofrecimiento, Rousseau no tardará en pensar que su anfitrión le está tendiendo una trampa y sale huyendo. <<
[21] El tema se aborda monográficamente en el Discurso sobre el origen de la desigualdad (1755) y en Emilio o la educación (1762). <<
[22] Russell, en Moya 2007, p. 296. <<
[23] Rousseau 1963, p. 73. <<
[24] El credo es concretamente «la existencia de la Divinidad poderosa, inteligente, bienhechora, previsora y providencial, la vida venidera, la dicha de los justos, el castigo de los malvados, la santidad del contrato social y de las leyes»; Rousseau 1963, p. 186. <<
[25] Ibíd, p. 61. <<
[26] Ibíd, p. 64. <<
[27] Hirschman 1970, p. 132. <<
[28] En el Discours sur l’économie politique afirma que Roma «fue un milagro continuo que el mundo no podrá resucitar. La virtud de los romanos, engendrada por su horror a la tiranía y un patriotismo innato, hizo de cada uno de sus hogares una escuela de ciudadanía». Seis párrafos después afirma que «los pueblos más degenerados y oprimidos son las naciones conquistadoras». Roma no forma parte, según parece, de ese elenco. <<
[29] El barón D’Holbach, por ejemplo, escribe un Systéme de la nature (1770) en dos volúmenes donde ésta habla en primera persona, y concluye diciendo: «¡Oh vosotros que tendéis a la dicha en cada instante de vuestra duración, no resistáis a mi voz soberana! ¡Gozad sin temor!». Un ánimo algo menos exultante, aunque expresiones idénticas («gran Todo», «Causa absoluta», «Uno inmenso») inspiran a J.B. Robinet los cinco volúmenes de su De la Nature. Como Helvetius, estos autores traducen alma por materia y Dios por Naturaleza, ofreciendo sistemas filosóficos cuya ambición sólo puede parangonarse con su ingenuidad. El deísmo, otra de sus variantes, mantiene la fe en el Ser Supremo suprimiendo el dogma de las religiones positivas. <<
[30] Fisiocracia: fuerza (cratos) de la naturaleza (physis). Para ingresar en ella era preciso un juramento de fidelidad al Maestro y la Doctrina. <<
[31] Usando una expresión del hacendista Boisguillebert (1646-1714), que cifró lo necesario en laissez-faire la nature et la liberté; cf. Schumpeter 1995, p. 258-259. <<
[32] El circuito en zigzag de su Tableau sigue la circulación del efectivo como si fuese flujo sanguíneo, y pretende ofrecer a Luis XV un modo de aliviar su bancarrota sin merma para la renta nacional. Eso pide detectar no sólo dónde está realmente el dinero en cada momento del ciclo, sino qué tipo de impuesto evitará lo equivalente a no encontrar la vena buscada, o desangrar al paciente. <<
[33] Dotado con «talento de pianista, no de compositor» (Schumpeter 1995, p. 269), presidió la Asamblea Nacional francesa y se salvó in extremis de la guillotina, gracias a ser ejecutado Robespierre el día antes del que le tocaba a él. Una vez en América, organizó con su amigo Jefferson la creación del dólar y fundó una fábrica de pólvora —la Du Pont Company— que actualmente es la segunda empresa química del mundo, origen del nylon, el neopreno, el teflón, la licra y un largo etcétera. <<
[34] Desde los Principles of Economics (1890) de Marshall este criterio se conoce como «máximo en competencia perfecta». <<
[35] Hume, carta a Morellet de 10-7-1769. <<
[36] Cf. Samuels Warren 1961, p. 96-111. <<
[37] «Quesnay sólo ve producción de plusvalía en la tierra. Marx no la ve sino en el caso del trabajo. Ninguna de las dos construcciones reconoce productividad al capital, en el sentido de instalación, equipo y material», y mucho menos en los procesos de innovación que fundamentan su desarrollo (1995, p. 282). <<
[38] Turgot, en Tocqueville 1982, p. 172. Esto no altera que fuese un funcionario impecable, cuyos planes de reforma administrativa y fiscal iban a ser asumidos en buena medida por la Francia republicana. Si perdió el favor de Luis XVI fue por querer llevar adelante un programa de lucha contra el privilegio odioso para la Iglesia, la Corte y el resto de la nobleza. <<
[39] Aquí se mantiene también fiel a su dogma agrario, y contrapone un deseable luxe de subsistence (alto nivel de consumo en productos del campo) a un indeseable luxe de décoration (centrado en «manufacturas»); cf. Siegel 1973, p. 234. <<
[40] Rousseau, en su ya citado artículo «Economía política» de la Enciclopedia, afirma que «el derecho de propiedad es el más sagrado entre los de la ciudadanía, aún más importante en algunos aspectos que la propia libertad». <<
[41] Historia de los sevarambos, pueblos que habitan la tierra austral, conteniendo una relación del gobierno, las costumbres, la religión y el lenguaje de dicha nación, desconocida hasta ahora para los pueblos de Europa (Ámsterdam 1675). <<
[42] Fénelon en Fetscher 1977, p. 57. <<
[43] Su libro III —dedicado a la isla flotante de Laputa— describe los trabajos de una Academia aplicada a reconvertir excrementos humanos en la comida de la cual partieron, un modo ciertamente ácido de ridiculizar esta literatura. <<
[44] No se conservan fechas de nacimiento y defunción, ni otros detalles biográficos de Morelly. Ser abate —alguien ligado a la Iglesia por órdenes menores (en contraste con las órdenes mayores o solemnes del sacerdote)— explica su evidente dominio del latín, aunque no le impide ser agnóstico. <<
[45] Cf. Durkheim 1982, p. 139. <<
[46] Cf. Samuels Warren 1961, p. 106. Sin el acicate de la propiedad privada las personas no se verán inducidas a trabajar con eficiencia, cuando lo esencial para una sociedad bien ordenada es «que todos trabajen para los demás creyendo que trabajan para ellos» (Quesnay en Siegel 1973, p. 226). <<
[47] Schumpeter 1995, p. 180. <<
[48] Prefacio, p. 38. Uso la versión online del original francés (taieb.net/auteurs/Morelly/Code). <<
[49] Schumpeter 1995, p. 180. <<
[50] Libro I, p. 30-33. <<
[51] Schumpeter, ibíd. <<
[52] Leyes sagradas, I. <<
[53] Leyes económicas, XI. <<
[54] Leyes edilicias, I-II. <<
[55] Leyes suntuarias, III. <<
[56] Véase más adelante, p. <<
[57] Oeuvres, XIV, 342-343; cf. Durkheim 1982, p. 140. <<
[58] Observaciones sobre la historia de Grecia, en Oeuvres, IV, 22. <<
[59] Durkheim 1982, p. 145. <<
[1] Spinoza 1965 (1665), p. 334. <<
[2] Hayek 1995, p. 275. <<
[3] Smith 1997, p. 418. <<
[4] «¿Podría un patriota honesto abandonar un experimento en el apogeo de su éxito […] por temor a que este gobierno pudiera carecer de energía para preservarse? Confío en que no. Al contrario, considero que éste es el gobierno más fuerte de la tierra, el único donde cada hombre, ante el llamamiento de las leyes, haría frente a invasiones del orden público como si se tratase de su propio asunto particular»; Jefferson 1987, p. 333-334. <<
[5] Ibíd p. 334-335. A esto añade «justicia igual y exacta para todos, […] difusión de información y denuncia de todos los abusos ante el estrado de la razón pública; libertad de religión; libertad de prensa; libertad de la persona…». <<
[6] Spinoza 1965, p. 21. Quince años antes el Leviatán había afirmado que «el único modo de erigir un poder común […] es conferir todo poder y fuerza a un solo hombre»; Hobbes 1979, p. 266-267. <<
[7] Ibíd, p. 329. <<
[8] Ibíd, p. 331. <<
[9] Spinoza 1677, en Banfi (Porto-Bompiani 1959, vol. X, p. 289). <<
[10] La Restauración, que sigue a muerte de Cromwell y se prolonga hasta la monarquía constitucional inaugurada por el holandés Guillermo III, es «un periodo en el cual el comercio y la riqueza del país crecieron como nunca antes» (Hume 1983, vol. VI, p. 537). <<
[11] Locke menciona en el Prefacio que perdió «más de la mitad» del manuscrito original —donde quizá abordaba el asunto—, aunque parece hacer caso omiso del desarrollo histórico por razones de simplicidad. <<
[12] II, 7, 87. <<
[13] Leviatán 1979, p. 399. <<
[14] II, 9, 95. <<
[15] II, 19, 243. <<
[16] II, 5, 47. <<
[17] Hume 1988, p. 663. <<
[18] Ibíd, p. 666. <<
[19] Hume 1983, vol. VI p. 531. <<
[20] Hume 1988, p. 725 y 662. <<
[21] «Es difícil encontrar a una persona que ame a otra más que a sí misma, pero no menos difícil encontrar a alguien en quien la suma de los afectos benévolos no supere al egoísmo» (Ibíd., p. 655). <<
[22] Ibíd., p. 737. <<
[23] Ibíd, p. 665. <<
[24] La ley no admite otra excepción a su letra que la equidad, sinónimo de la adaptación que el juez está obligado a hacer del precepto a cada caso particular. <<
[25] Ibid, p. 719. <<
[26] Del griego syn («unidad») y pathos («pasión»), que equivale a ponerse en el lugar del otro. <<
[27] Ibid, p. 818. <<
[28] Common Sense (1776) ofrece a las colonias americanas los argumentos más sólidos para exigir su independencia. Rights of Man (1792) es el gran alegato de la revolución liberal, y The Age of Reason (1794) fulmina los desvaríos del Terror francés. <<
[29] Esto sucede casi tres décadas después de que redactara la Declaración de Independencia, durante las cuales ha sido sucesivamente gobernador de Virginia, embajador en Francia (1785-1789), ministro de Exteriores con Washington y vicepresidente con Adams. La Constitución americana se redacta y aprueba mientras está en Francia, pero sus hombres de confianza —Madison y Monroe, posteriores Presidentes— le representan a todos los efectos. <<
[30] Discurso inaugural de 4/3/1801; cf. Jefferson 1987, p. 330-331. <<
[31] Notas sobre Virginia (1781); cf. Jefferson 1987, p. 281. Siendo ya anciano añade: «Entiendo por libertad la acción no obstaculizada y acorde con nuestra voluntad, dentro de los límites fijados por el derecho idéntico de otros. No digo ‹dentro de los límites fijados por la ley› porque la ley es siempre tiránica cuando se inmiscuye en los derechos del individuo» (carta a I.H. Tiffany, 4/4/1819). <<
[32] Jefferson 1987, p. 282. Esto es llamativamente poco acorde con el posterior giro de su país hacia cruzadas higienistas y guerras oficiales contra alcohol, tabaco y otras drogas. En el mismo párrafo ha dicho que «si el gobierno debiera prescribir nuestras medicinas y nuestra dieta, nuestro cuerpos se encontrarían en el estado en el que se hallan ahora las almas [adeptas al absolutismo]». <<
[33] Ibíd, p. 283. <<
[34] Hijo de uno de los mayores terratenientes de Virginia, murió arruinado por no poder prestar la debida atención a sus plantaciones, pues se negó a percibir un céntimo de dinero público mientras fue ministro, vicepresidente y presidente. <<
[35] Los rebeldes se habían apoderado de un arsenal federal. <<
[36] Jefferson 1987, p. 460-461. «Regar con sangre el árbol de la libertad» llevaba impreso en la camiseta el terrorista McVeigh, que en 1995 voló un edificio público de Oklahoma. <<
[37] Smith 1997, p. 174. <<
[38] Arendt 1990, p. 51. <<
[39] Jefferson (1779) 1987, p. 321. <<
[40] Hume fue un hidalgo muy corto de patrimonio que decidió vivir en la más extrema humildad para poder dedicarse incompartidamente a mejorar su «capacidad en el campo de las letras», como declara en su Autobiografía. El próspero Smith vivió toda la vida con su madre, no conoció mujer en sentido bíblico y alternó una cátedra —primero de Lógica y luego de Filosofía Moral en Glasgow (negadas previamente a Hume)— con un cargo en Aduanas que ya ocupara su padre. La soltura teórica de ambos les ha hecho pasar al recuerdo como creadores, aunque tuvieron en común también una vocación de eruditos infatigables —para empezar, impuestos en todo el saber grecorromano—, y Schumpeter recuerda que «la estatura intelectual» de Smith no acaba de medirse sin leer textos poco conocidos como su Historia de la astronomía y su Disertación sobre el origen de las lenguas. <<
[41] Ya en 1675 el jansenista francés Pierre Nicole, por ejemplo, uno de los autores que Smith estudió de adolescente, decía en sus Ensayos de Moral que «el comercio satisface las necesidades de la vida sin recurrir a la caridad» (cf. Siegel 1972, p. 278). Luego llegaría la influencia de Mandeville y la de su predecesor en el College de Glasgow, el presbiteriano Hutcheson, uno abogando por el desenmascaramiento de la farsa rigorista y otro viendo en la human benevolence el sello del Creador en sus criaturas. <<
[42] Smith 1997, p. 176. <<
[43] Rodríguez Braun 1997, p. 26. <<
[44] Galbraith 1998, p. 78. <<
[45] Smith 1982, p. 419. <<
[46] Así lo afirma ya un precoz borrador de Smith, escrito en 1755; cf. Spiegel 1973, p. 278. <<
[47] Smith 1982, p. 546. <<
[48] Ibíd, p. 403. <<
[49] Ibíd, p. 402. <<
[50] Ibíd, p. 16. <<
[51] Ibíd, p. 17-18. <<
[52] La proporción de no empleados pasa a ser una variable de gran peso cuando —como sucede tan a menudo en Asia, África e Iberoamérica— sólo trabajan las mujeres, adoptando los varones una existencia de zánganos. En zonas islámicas sucede justamente lo inverso; sólo puede emplearse el varón, pues la costumbre de vender a las hijas —y venderlas vírgenes— impone una reclusión doméstica del otro sexo. <<
[53] Ibíd, p. 473-4. <<
[54] Ibíd, p. 56-57. <<
[55] Ibíd, p. 610. <<
[56] El método newtoniano consiste en «pasar de los fenómenos a [inferir las correspondientes] fuerzas de la Naturaleza, y luego demostrar los otros fenómenos a partir de esas fuerzas» (Newton 1987, p. 6). <<
[57] Schumpeter 1995, p. 359. <<
[58] Smith 1982, p.15. Ya en su Teoría de los sentimientos morales presentaba la Inglaterra del momento como un espacio donde por cada persona doliente y mísera pululan una veintena de sujetos alegres y prósperos. <<
[59] Ibíd, p. 687-8. <<
[60] Ibíd, p. 76. <<
[61] Ibid, p. 692 <<
[62] Ibíd, p. 118. <<
[63] «Rara vez suelen juntarse gentes ocupadas en la misma profesión u oficio —incluso cuando lo hacen sólo para distraerse o divertirse— sin que la charla gire en torno a alguna conspiración contra el público o alguna maquinación para elevar los precios». <<
[64] Ibíd, p. 125. <<
[1] Schama 1989, p. 781. <<
[2] Tocqueville 1982, vol. I, p. 161. <<
[3] Cf. Schama 1989, p. 44. <<
[4] Tocqueville ibíd, p. 187. <<
[5] Cf. Jefferson 1987, p. 96. <<
[6] La página web Histoire de l’eau-Paris contiene abundante información. <<
[7] El Prospectus explica: «Viendo con envidia algunos ciudadanos franceses que Londres estaba refrescado y provisto de agua tan abundante como barata para cualquier particular, en triste comparación con un París casi totalmente desprovisto de ese elemento imprescindible para la salubridad del aire, la limpieza de la ciudad, la salud y el bienestar de sus ciudadanos…»; cf. Greenfeld 2001, p. 146-147. <<
[8] Tocqueville 1982, vol. I, p. 14. <<
[9] SpCf. Schama p. 120. <<
[10] Tocqueville ibíd, p. 149. <<
[11] Cf. Schama 1989, p. 65. <<
[12] Young, en Tocqueville 1982, vol. I, p. 242-243. <<
[13] Cf. Bien 1987, p. 89-114. <<
[14] «Algunas personas, Sire, piensan que sois débil, y en alguna ocasión he temido la presencia de ese defecto en vuestro carácter. Por otra parte, en ocasiones más difíciles os he visto mostrar verdadero coraje»; misiva de Turgot a Luis XVI, en Schama 1989, p. 87. <<
[15] Cf. Schama 1989, p. 93. <<
[16] Cf. Greenfeld 2001, p. 146. Los Parlements del país han renovado su intolerancia desde la bula papal Vix pervenit (1745), que reafirma lo pecaminoso del crédito no gratuito. <<
[17] Véase supra, p. x. <<
[18] Cf. Tocqueville 1982, vol. I, p. 159. <<
[19] Jefferson 1987, p. 96-97. Suscripciones públicas trataron de paliar la falta de grano y las ciudades mantuvieron grandes hogueras en algunos cruces de calles, alrededor de las cuales se reunían muchedumbres para no perecer congeladas. Hasta mayo no fue posible restablecer el suministro normal. <<
[20] Jefferson 1987, p. 100. <<
[21] Sieyès, en Moya 2007, p. 39. Sieyès, que desde entonces no abandonó un momento la vida política, sobrevivió como pudo al Terror, desempeñó cargos muy destacados durante el Directorio y el Consulado, colaboró con Napoleón I y acabó conspirando —con éxito— a favor de Napoleón III. <<
[22] Concretamente, doscientos dieciséis comerciantes y agricultores, doscientos doce abogados y procuradores, doscientos representantes de condados, dieciocho magistrados urbanos, dieciséis médicos, doce nobles y dos eclesiásticos; cf. Mignet 1824 (2007). <<
[23] Bailly, en Bueno 2003, p. 164. Mirabeau añadió: «Di a quienes te envían que no nos moveremos de aquí sino por nuestra voluntad o a punta de bayoneta»; cf. Jefferson 1987, p. 103. <<
[24] Véase supra, p. 262-263. <<
[25] Cf. Schama 1989, p. 429-433. <<
[26] El teniente Elie y el soldado Louis de la Reyne son los «conquistadores» de la plaza. Cf. Schama 1989, p. 47. <<
[27] Michelet, en Moya 2007, p. 16. <<
[28] Tiene visos de formidable proeza apoderarse de un castillo protegido por un gran foso, ocho torres de seis alturas y muros con casi tres metros de grosor. Por otra parte, los defensores eran ochenta y dos invalides (mutilados de guerra) y treinta y cuatro granaderos suizos, que quedaron prácticamente indefensos cuando desde el interior alguien bajó el puente levadizo. <<
[29] Cf. Schama 1989, p. 439. <<
[30] Jefferson 1987, p. 11. <<
[31] Tocqueville 1982, p. 48. <<
[32] Cf. Mignet 1824 (2006), cap. II. <<
[33] Cf. Schama 1989, p. 463. Combino su relato con el de Mignet (cap. III) para el resto del episodio. <<
[34] En su apoyo han tenido a algún hombre disfrazado como el gigante Nicolás —un pacato modelo en la Academia de Bellas Artes hasta entonces—, que al parecer consuma la decapitación. <<
[35] Schama 1989, p. 468. <<
[36] Ibíd, p. 205-207. En Ma Constitution, por ejemplo, una lámina la muestra enseñando su genital (la «res publica») a Lafayette. Sin embargo, es más frecuente verla en esas ilustraciones copulando con el hermano del Rey y, sobre todo, presidiendo orgías. <<
[37] Tocqueville 1982, vol. I, p. 131. <<
[38] Jefferson 1987, p. 96. <<
[39] Michelet, en Moya 2007, p 18. <<
[40] No el ahijado y asesino de César sino el esposo de Lucrecia, cuya violación a manos de Tarquino el Soberbio desencadena el fin de la realeza romana y el comienzo de la República. <<
[41] Marat, cf. lamidupeuple.org, n.º 68. <<
[42] Año y medio más tarde, durante el juicio, su abogado defensor se atreve a recordarlo: «¿Qué haríais, ciudadanos, si os dijeran que una muchedumbre excitada se dirigía contra vosotros? ¿Le acusáis de derramar sangre? Pero él lamenta la catástrofe fatal tanto como vosotros. Es su herida más profunda»; Malesherbes, en Schama 1989, p. 659. <<
[43] Ibíd, p. 558. <<