Sección 3

[1] Boecio (ca. 475-525), De consol. phil., V, 141-142. <<

[2] Máximo, Avito, Mayoriano, Severo, Antemio, Olibrio, Glicerio, Nepote y Augústulo. <<

[3] Una de las epístolas del papa Gelasio afirma que en la Emilia, la Toscana y en provincias contiguas a ellas hominum propre nullus existit; cf. Gibbon 1984, vol. II, p. 487. <<

[4] Ibíd, vol. III, p. 247. <<

[5] Lo afirma en 475 Salvino, obispo de Marsella. Cf. Engels 1970, p. 189. <<

[6] El caudillo ostrogodo Valamiro, padre de Teodorico, había aceptado a regañadientes mandarle desde los ocho años a educarse en Constantinopla. A cambio de ese rehén real el emperador León se comprometió a pagar a la nación goda ciento cuarenta kilos de oro al año, y una digna renta para los gastos personales del príncipe; cf. Gibbon 1984, vol. III, p. 15. <<

[7] Donde se le llama Dietrich von Bern, quizá por Verona —una de las sedes de su reino—. <<

[8] Cf. Gibbon, vol. III, p. 29. <<

[9] Casiodoro, Variae 9.24.8. <<

[10] Orosio, Hist. adver. pag. VII, 43, 4-6. <<

[11] Su ambición termina tres lustros después, cuando Teodorico le mate con sus propias manos durante un banquete. <<

[12] Montesquieu comenta que «las leyes de los borgoñones son bastante juiciosas, y las de los príncipes lombardos aún más»; Esprit des lois, 1, XXXVIII, c. 1. <<

[13] Hume 1983, vol. I, p. 461. <<

[14] Cf. Gibbon 1984, vol. III, p. 17. <<

[15] La gran excepción en este sentido es Inglaterra, pues la conquista sajona iniciada en 449-450 somete todo sin contemplaciones, rozando el genocidio, y la invasión normanda en 1066 hace lo mismo en buena medida; cf. Hume 1983, vol. I, caps. 2 y 4. <<

[16] Gibbon 1984, vol. III, p. 25. <<

[17] Como vimos, ya en tiempos de Pertinax gran parte del agro itálico y el de otras provincias resulta ser dominio imperial, y por eso mismo no se explota. <<

[18] Pablo, Epístola a los romanos 13:1. <<

[19] Cf. North y Thomas 1982, p. 10. <<

[20] Cf. Duby 1970, p. 172. <<

[21] Los bizantinos instan también esa glorificación formal de la servidumbre, entendiendo que no sólo es la actitud ejemplar para el eclesiástico sino para el funcionario, cuyo servicio al Estado implica una esclavitud (douleia). <<

[22] La ciudad de Dios propone leer el libro de Apocalipsis como «alegoría» y entiende que el milenio lo cumple pacíficamente el gobierno eclesiástico. Cf. XX, 6-17. <<

[23] Véase, por ejemplo, Landes 2008, en rlandes.bu.edu. <<

[24] Cf. Wikipedia, voz «Pax Dei». <<

[25] Cf. Bloch 1961, p. 132-132. <<

[26] Esto determina, por ejemplo, el título LXII de la lex Saxonum. <<

[27] Es la ley de los anglos daneses, por ejemplo, de los francos y de los borgoñones; cf. Hume 1983, vol. I, p. 181-183. <<

[28] Desde Diocleciano, que lo menciona en su edicto sobre precios máximos, a despecho de naufragios y piratas es mucho más barato llevar en barco una carga de grano desde el extremo occidental al oriental del Mediterráneo que trasladarla en carros unos pocos centenares de kilómetros. <<

[29] Rostovtzeff 1998, vol. II, p. 1035. <<

[30] I Tesalonicenses, 4:6. <<

[31] Cf. McCormick 2006, p. 93-94. <<

[32] Ibíd. p. 28. <<

[33] Tomás de Aquino, en Cipolla 2003, p. 234. <<

[34] Cf. Gibbon 1984, vol. III, p. 251. Como es propietario de casi toda Sicilia por herencia familiar, desvía desde entonces el trigo de esa isla hacia Roma, bajo condiciones económicas que ignoramos. <<

[35] En teoría, 2,7 gramos de plata. <<

[36] Cf. Miracula sancti Benedicti, en Biblioteca hagiographica latina 1123. <<

[37] Cf. Duby 1978, p. 66. <<

[38] Cf. McCormick 2005, p. 578. <<

[39] Cf. Hume 1983, vol. I, p. 183. <<

[40] Cf. Bloch 1961, p. 152. <<

[41] Por lo demás, aquella España atravesaba la dura resaca de recibir montañas de plata sin industria o comercio donde reinvertirlas, padeciendo una inflación sin compensaciones. Véase más adelante, p. <<

[42] Concretamente: comino, pimienta, canela y clavo. <<

[43] Hincmaro, Epístola 52, Patrologia Latina, 126 274D. <<

[44] McCormick 2005, p. 728-733. <<

[45] Cf. Bloch 1961, p. 63. <<

[46] Para la fórmula completa de algunos protocolos merovingios cf. Duby 1978, p. 45-46. <<

[47] Ibíd., p. 145. <<

[48] Cf. Bloch 1961, p. 158, y 186-187. <<

[49] Engels 1970, p. 68-69. La región pasó a ser Marca carolingia en 808. <<

[50] Para una descripción del «sistema curtense», cf. Cipolla 2002, p. 151-155. Por lo demás, este libro abunda en descuido y otras deficiencias. <<

[51] Más allá de las lindes pululan famélicos convertidos en pequeños delincuentes y bandoleros, tan temibles en principio como otros señores de la vecindad. <<

[52] Bloch 1961, p. 61. <<

[53] Cf. Duby 1970, p. 92. <<

[54] Cf. Cipolla 2003, p. 126-127. <<

[55] Cantillon 1755, XV, 7. La campagna de Nápoles, añade el Essai, puede superar la tasa de 20. <<

[56] Véase antes, p. 14. <<

[57] Véase antes, p 111-112. <<

[58] Cf. McCormick 2005, p. 709. <<

[59] Ibíd, p. 687. <<

[60] El primer tratado medieval que se conserva es de 840 y constituye un acuerdo entre el carolingio Lotario I y la república de Venecia, donde ésta se compromete a no comerciar con los súbditos de aquél, y a cerrar su industria de castración; cf. McCormick 2005, p. 710. <<

[1] Montesquieu, L’esprit des lois, IV, XII, 6. <<

[2] Esas murallas resistirían el embate de ávaros, búlgaros, rusos, pechenegos, persas y sobre todo musulmanes, que hasta en siete ocasiones intentaron tomar la ciudad. Su perímetro rondaba los 30 kilómetros, y un muro con once metros de altura y tres de grosor se completaba cada cincuenta con torres del doble de alzada, capaces de descargar un infierno de proyectiles cruzados sobre cualquier punto de la muralla donde se concentrase un ataque. Ninguna urbe tuvo o tendría defensas remotamente comparables, y ninguna evocó tanta codicia en distintos vecinos. Juan Crisóstomo comenta —a finales del siglo V— que en los grandes palacios no sólo abundaban adornos de oro y plata, mosaicos y alfombras, sino refinamientos como grandes puertas de marfil perfectamente liso, con junturas invisibles. <<

[3] Ibn Hawkal, en McCormick 2006, p. 553. <<

[4] Cf. Vasiliev 1952. <<

[5] Gracias fundamentalmente a Belisario, uno de los grandes guerreros de la Antigüedad, recobra el norte de África, el sur de España, todas las islas del Mediterráneo, toda Italia y la Dalmacia. Ejércitos bizantinos se lanzan incluso a empresas en el norte, frenando el avance huno en Crimea y cruzando el Danubio para contener a otros bárbaros. <<

[6] El Hipódromo era una institución tan capital que una protesta conjunta de sus dos facciones —los Verdes y los Azules— basta para desencadenar la gran revuelta llamada de la Nika (532). Justiniano se salva por poco de morir, aunque acaba saliendo fortalecido. <<

[7] Gregorio Nacianceno, en Hegel 1967, p. 261. <<

[8] En la Historia secreta («Anekdota») de Procopio de Cesarea, que es el último gran historiador grecorromano, ella y su íntima Antonia —la esposa del conde Belisario— aparecen como demonios venusianos que desearían una cuarta apertura para introducirse falos. Antes de seducir a Justiniano se cuenta de Teodora que «nunca fue superada en lubricidad. A menudo salía de excursión con una decena de jóvenes aristócratas, entregándose públicamente a ellos noche y día. Cuando les agotaba recurría a sus sirvientes, y ni siquiera con treinta saciaba su ardor» (Procopio, 9, 7). <<

[9] Gibbon 1984, vol. II, p. 293. El interesado por la teología en sentido bizantino dispone de una exposición tan amplia como penetrante en el capítulo XXVIII de su obra. <<

[10] Ibíd., p. 301-307. <<

[11] El icono, entendido como «objeto visible que lleva a lo invisible», funda un culto que llega a oficializarse a finales del siglo VI. En 730 va a ser prohibido por el emperador León III, y los iconoclastas extreman la persecución de iconófilos entre 741 y 775. En 787 la emperatriz Irene reacciona prohibiendo la iconoclastia con gran rigor, aunque en 814 sus adeptos recobran el poder. Finalmente, la viuda de Teófilo I restaura la veneración icónica en 843, un evento que su Iglesia sigue celebrando como Fiesta de la Ortodoxia. <<

[12] Así lo refiere uno de sus cortesanos, Teófanes Continuatus; cf. McCormick 2005, p. 29. <<

[13] Cf. Plinio el Viejo Hist. nat., VI, 32. <<

[14] De hecho, sigue siendo el único lugar del mundo donde todos los dialectos son semíticos; cf. Wikipedia, voz «Arabia Felix-Yemen». <<

[15] Resinas de árboles pertenecientes a la familia Burseraceae, autóctonos en Arabia y Abisinia. <<

[16] Manat («el destino»), Allat (femenino de Alá) y Al, Uzza («la poderosa»); cf. Eliade 1978, vol. III/1, p. 77. <<

[17] Debido a ello, pertenecer al clan más poderoso de la ciudad no le ahorra emplearse como sirviente de una acaudalada viuda, con la cual acabaría casándose. Aunque ella tenía 40 años entonces, la tradición afirma que tuvieron siete hijos y cuatro hijas. <<

[18] Corán 2:127. <<

[19] Génesis 1: 3-12. <<

[20] Corán 5:19. <<

[21] Cf. Eliade 1978, vol III/1, p. 86. <<

[22] Por ejemplo, decreta una limosna obligatoria o «legal» (la zakât) que va de un décimo a un quinto de las rentas; cf. Gibbon 1984, vol. III, p. 454. <<

[23] Las esposas legítimas serán como máximo cuatro (Corán 4:3), pero no hay límite en el número de concubinas y esclavas. Tras quedarse viudo, Mahoma acabó teniendo un harén compuesto por nueve jóvenes. Cf. Eliade 1978, vol. III/1, p. 76. <<

[24] Alaha es uno de los nombres para YHWH en arameo. <<

[25] Sura 50:8. <<

[26] Por lo demás, la idea de dioses con idéntico poderío y signo opuesto parece haberse ido convirtiendo al monoteísmo ya desde el siglo II a. C., y una de sus tradiciones principales en la época de Jesús cree que un ser supremo —Zurvan (el Tiempo)— engendró a Ormuz y Ahrimán como epítomes de lo benéfico y lo maléfico; cf. Cohn 1995, p. 122-123. <<

[27] Corán 43:61. <<

[28] Ibíd. 61:6. <<

[29] Ibíd. 5:116. <<

[30] Por ejemplo, nace circunciso y con el cordón umbilical cortado. A los cuatro años dos ángeles le derribaron y le abrieron el pecho, «lavándole las vísceras con nieve derretida que traían en una copa de oro» (Corán 94:1). <<

[31] Ibíd, 9:3. <<

[32] Lo puntualiza un historiador islámico contemporáneo; cf. Hourani 1991, p. 72. En desiertos como los de Arabia, Libia, Mauritania o Asia Central cualquier carro quedaría inmovilizado. <<

[33] McCormick 2005, p. 595. <<

[34] A fundamentar esta tesis dedica McCormick su extensa investigación. <<

[35] Por ejemplo, qué actitud tomar ante alcohol, café, haschisch y otros vehículos de ebriedad, cuestión resuelta póstumamente por el derecho positivo (sharia) con 80 latigazos. El opio, considerado tradicionalmente regalo divino (mash Allah) esquiva la prohibición hasta 1955, cuando el parlamento iraní clausura su fumadero. Los países musulmanes irán sumándose desde entonces a las directrices de la ONU. Cf. Szasz 1990, p. 262. <<

[36] Cf. Gibbon ibíd, p. 509. <<

[37] Cf. Gibbon 1984, vol. III, p. 500. <<

[38] Dentro de la «practicidad» tampoco falta una escisión entre oligárquicos y democráticos, estos últimos representados por los kharijitas o secesionistas, según los cuales «sólo el pueblo puede elegir y deponer a su jefe»; cf. Eliade 1978, vol. III/1, p. 94. Su nombre les viene de negarse a seguir participando en la interminable Batalla del Camello o de Basora (655), donde el ejército del yerno del Profeta, Alí, se enfrenta al de Aisha, su viuda. Un kharijita asesinará al tercer califa. <<

[39] Alí, en Naipaul 2002, pp. 416-417. <<

[40] En el caso de Jayam, cuya obra como matemático y astrónomo está probada, sus maravillosos cuartetos (rubaiyats) pudieron haber sido inventados en mayor o menor medida por E. Fitzgerald, el traductor, pues no se ha descubierto un original árabe remotamente parecido. <<

[41] Este texto tiene la meta expresa de «desanimar a quien aspire al cultivo de las ciencias, allanando el camino al fervor». Un siglo después Averroes se ganaría el destierro de Córdoba por escribir una Destrucción de la destrucción, donde considera insincero a Algacel (que habría redactado su libro para escapar a acusaciones de herejía) y le llama «ingrato que vuelve contra el saber lo aprendido de él» (cf. Pioli, en Porto-Bompiani 1959, vol. III, p. 923). Suele atribuirse al tratado de Algacel una anticipación de la crítica hecha por Hume al principio de causalidad, pero su objeción al pensamiento científico es que «los filósofos no pueden demostrar la existencia de Dios ni la inmortalidad del alma» (Ibíd. p. 924). Resulta ocioso aclarar que ambas cuestiones son científicamente ridículas para Hume. <<

[42] Además de médico eminente, Avicena construye una brillante teoría de la esencia y la existencia. Averroes, acusado de considerar tiranos a los califas y —mucho peor aún— de ligar al Profeta con la impostura, es entre otras un genio jurídico que argumenta la independencia del científico frente al teólogo. Cf. Mahdi 1983, p. 1022. <<

[43] Hegel 1967, p. 276-277. <<

[44] Cuando toma esta última ciudad, en 641, en el perímetro urbano hay aproximadamente cuatro mil palacios, cuatrocientos teatros, una descomunal biblioteca pública, casi un millón de habitantes, cuarenta mil judíos y doce mil tiendas. Deja todo intacto a cambio del tributo salvo la Biblioteca, cuyos papiros se destinarán a calentar los baños públicos. Cf. Gibbon 1984, vol. III, p. 518-519. <<

[45] Cf. Hourani 2003, p. 151. <<

[46] La voracidad de los recaudadores, por ejemplo, impone que campesinos libres se pongan bajo la protección de señores locales, convirtiéndose en colonos atados a la tierra. <<

[47] Venta (bay), alquiler (ijarah), donación (hibah) y préstamo (ariyah). <<

[48] Cf. Coulson 1983, p. 1043. <<

[49] Cf. Schumpeter 1983, p. 57-95. <<

[50] La Ka’ba desaparecerá, se borrarán las letras en todos los ejemplares del Corán, serán ejecutados quienes pronuncien el nombre de Alá, etcétera. Cf. Eliade 1983, vol. III/1, p. 132-133. <<

[51] Cf. Hourani 2003, p. 320. <<

[52] Weber 1998, vol. I, p. 509-510. <<

[53] Véase antes, p 143. <<

[54] Cf. Braudel 1992, vol. I, p. 151. <<

[55] Weber 1998, vol. I., p. 508. En el delta de Tonkín los campesinos mejor alimentados consumen al día «cinco gramos de cerdo, diez gramos de salsa de pescado, veinte gramos de sal y hasta un kilo de arroz hervido» (Braudel ibíd, p. 151). <<

[56] Cf. Landes 2000, p. 38-39. <<

[57] Weber ibíd. p. 515. <<

[58] Cf. Landes 2000, p. 100. <<

[59] Ibíd., p. 316. <<

[60] Cf. Peyrefitte 1992, p. 286. <<

[61] Ibíd., p. 314. <<

[62] Braudel 1992, vol. I, p. 377. <<

[63] Entre otros hallazgos, China es cuna de la carretilla, el estribo, el compás, el papel, la imprenta, la pólvora, los fuegos artificiales, la porcelana, una máquina hidráulica para hilar y el alto horno; cf. Elvin 1970, p. 184 y 297. <<

[64] Burke, citado en Acton 1952, p. 57. <<

[65] Cf. Weber 1988, vol. I, p. 302. <<

[1] Hume 1983, vol. I, p. 463. <<

[2] Ibíd, p. 479. <<

[3] Cf. Pirenne 2005, p. 15 y ss. <<

[4] El ataque más antiguo ocurre hacia 520, protagonizado por un rey danés; cf. Bloch 1961, p. 36. <<

[5] Ribe tenía en 721 una hectárea destinada a la feria; Haithabu rondaba el millar de vecinos, sumados a otros tantos residentes temporales, una cifra alta para casi cualquier villa altomedieval. En ambos enclaves daneses se han encontrado balanzas, pesas, adornos, tejidos, elementos metálicos, botones (un invento árabe) y otros utensilios domésticos. Su existencia precede en un siglo a la primera incursión vikinga registrada (el saqueo de una abadía inglesa en 793). Cf. McCormick 2005, p. 567-573. <<

[6] Cf. McCormick 2005, p. 165. <<

[7] Ibíd, p. 31. <<

[8] Troeltsch 1992, vol. I, p. 222. <<

[9] Cf. Pirenne 1995, p. 24. <<

[10] Monumenta Germaniae Historica (en lo sucesivo MGH), Formulae, Cod. Sangallensis 27, 412.22-23. <<

[11] Cf. Pirenne 1995, p. 62. <<

[12] Cf. McCormick 2005, p. 714. <<

[13] Ibíd, p. 684. <<

[14] El inglés slave omite incluso la ce o la ka que enmascara levemente el término en otras lenguas europeas. <<

[15] Andrapodon y doulos en griego, servus, mancipium y famulus en latín. <<

[16] La Vida de Naum, el texto más antiguo de la Iglesia búlgara, afirma que «los vendieron a los judíos por un precio. Y los judíos los llevaron a Venecia, vendiéndolos de conformidad con la divina Providencia. Vino entonces el hombre del Emperador, y cuando supo de los hombres compró algunos y los llevó a Constantinopla»; cf. Kussef 1950, p. 143-144. <<

[17] Historia langobardorum, 1, 1, 47.25-28. <<

[18] Cf. McCormick 2005, p. 685. <<

[19] Cf. Sánchez Albornoz 1973, p. 55. <<

[20] McCormick 2005, p. 701-704. <<

[21] Ibíd., p. 705. <<

[22] Los normandos tienen gran éxito penetrando por el Loira, y luego por el Sena hasta París, donde una de sus razzias les depara un botín compuesto por varios centenares de jóvenes. Tampoco tardan en saquear Aquisgrán, la capital de Franconia. <<

[23] Cf. Engels 1970, p. 188. <<

[24] Cf. los capítulos de Neale, Oppenheim, Chapman y Benet, en Polanyi 1976. <<

[25] Polanyi 1976, p. 139-140. <<

[26] Los nórdicos solventaban sus cuentas con la limpieza mediante saunas y baños grupales —por supuesto desnudos— en lagos y ríos gélidos, una costumbre que asombró a Julio César por el respeto al aseo implicado en ella. Los romanos construyeron termas gigantescas, donde se bañaban cotidianamente sin remilgos. Los santos se comportan como el célebre Dionisio Cartujano, que prefiere alimentos rancios a los frescos, chilla de horror si se le acerca una mujer joven y limita su aseo a aspersiones con agua bendita. Las santas tienen a gala no haberse desnudado desde antes de ser púberes. <<

[27] La lepra puede transmitirse genéticamente cuando alguno de los progenitores esté ya infectado, y aparecer entonces sin necesidad de una previa desidia higiénica. Pero esto sigue sin hacerla contagiosa para terceros, y es sólo una leyenda que el personal de leproserías pueda contraerla sin descuidar su propio aseo. <<

[28] Todavía en 1230, cuando la población se ha multiplicado al menos por tres y la renta por al menos otro tanto, hay más de doscientas cincuenta leproserías en Inglaterra; cf. Wikipedia, voz «leper». <<

[29] Hume 1983, vol. I, p. 463. <<

[30] Cf. Pirenne 1995, p. 7-22. <<

[31] Cf. Hume ibíd, p. 215. <<

[32] Liutprando Hist. VI, 6. Sobre el escabroso periodo puede leerse con aprovechamiento el artículo dedicado a la papisa Juana en el Diccionario filosófico de Bayle. <<

[33] Cf. Engels 1970, p. 193. <<

[34] Pirenne 2005, p. 34. <<

[35] Mises 1995, p. 744. <<

[36] Duby 1970, p. 97. <<

[37] Ibíd, p. 108. <<

[38] MGH, Legum II, vol. I, 1, p. 152. <<

[39] Ibíd, p. 132. <<

[40] Cf. McCormick 2005, p. 646. <<

[41] Hoy Aachen (si se entra por Alemania) y Aix-la-Chapelle (si se entra por Francia). <<

[42] Duby 1970, p. 109. A su juicio, «el ánimo de lucro minó sostenidamente el espíritu de magnanimidad» (ibíd p. 270). <<

[43] Dopsch 1982 (1918). <<

[44] En efecto, nunca hubo fondos para sufragar la escolarización, y la fossa carolina se interrumpió al poco de iniciarse, cuando los picos toparon con roca basáltica. <<

[45] Para celebrarlo se convoca el gran concilio de Frankfurt, cuyo canon XXV dice: Omnis homo ex sua proprietate legitimam decimam ad ecclesiam conferat. <<

[46] Cf. Pirenne 2005, p. 29. <<

[47] Hegel 1967, p. 283. <<

[48] Ibíd, p. 285. <<

[49] Cf. Duby 1970, p. 159. En Inglaterra la peor hambruna de todos los tiempos ocurre en 1041, cuando reina Eduardo el Confesor, uno de los últimos reyes anglosajones; cf. Hume 1983, vol. I, p. 184. Otra hambruna famosa comienza en el Continente con el durísimo invierno de 1144, prolongándose hasta 1146; cf. Cohn 1970, p. 45. <<

[50] McCormick 2005, p. 683. <<

[51] Hume 1983, vol. I, p. 25. <<

[52] Como la Donación de Constantino, que inventa un legado territorial de este emperador al Sacro Imperio, la Vida del beato Silvestre —que pretende estar redactada en el siglo IV—, el Canon de los obispos, supuestamente acordado en un concilio de 314, las falsas Decretales (atribuidas a san Isidoro de Sevilla) o las falsas Capitulares del diácono Benito. Ya el poema de Beowulf aparece precedido por una imaginaria carta de Alejandro a Aristóteles. <<

[53] Hume ibíd, p. 169. <<

[54] Mateo 5:3. La New English Bible sustituye «pobres de espíritu» [pneuma] por «quienes conocen su necesidad de Dios» (these who know their need of God); pero usa seis palabras para traducir tres, y no modifica el sentido. <<

[55] Mateo 19:14 <<

[56] «El desarrollo de esta institución fue una consecuecia de transferir al laico los poderes disciplinarios del claustro, y tuvo su origen en la Iglesia de Escocia e Irlanda» (Harnack 1959, p. 403). <<

[57] Del papa Gregorio Magno (c. 540-602) ha partido esa idea de un lugar intermedio, donde las almas no padecen el fuego infernal pero se consumen de impaciencia por un cuerpo purificado. Un precedente de la confesión es que —como expone el propio san Gregorio— «el marido peca si ha sentido deseo carnal y no meramente afán procreador con su esposa […] y no podrá acudir a la iglesia sin purificarse» (Gregorio Magno, en Hume 1983, vol. I, p. 31). <<

[58] La Iglesia católica y la ortodoxa griega entienden que la confesión se apoya en ciertos pasajes del Nuevo Testamento, y deriva de la Encarnación. Confirmación y extremaunción son dos sacramentos adicionales introducidos por el Papado altomedieval. <<

[59] Aquella que considera la enfermedad como un fenómeno natural (physikós) y emplea remedios naturales para tratarla. <<

[60] Harnack 1959, p. 405. <<

[61] Ibíd. <<

[62] Según Bernardo Gui en su Manual para inquisidores; cf. Robinson 1903, p. 383. <<

[63] Cf. Vargas Llosa 1998. Coincidiendo con la instauración de la República, en el interior de Bahía cierto analfabeto antes tenido por lunático —Antonio Conselleiro— encabezó una rebelión que reclamaba la vuelta del rey y un reino evangélico llamado a la expropiación del incrédulo. Los treinta y tantos mil combatientes que acabaron oponiéndose al ejército —muchos de ellos niños, ancianos y mujeres— lucharon con enorme bravura, y ganaron varias batallas hasta sucumbir a los medios abrumadores que finalmente reunió el país contra ellos. La penuria intelectual les unía más aún que la escasez material, fascinados como estaban por un Consejero para quien toda desdicha o mutilación era belleza, excelencia. <<

[64] Cf. Cohn 1970, p. 41-42. <<

[65] Ibíd., p. 43-44. <<

[66] Una variante no mágica del confesionario es el diván psicoanalítico, que trata la pobreza de espíritu como neurosis. Desde la cruzada antidroga —una iniciativa de misioneros católicos norteamericanos en Filipinas— la galería de indigentes espirituales ha crecido con el adicto, que en una línea análoga a la histeria escenifica un drama de indefensión y dependencia: querría trabajar y ayudar a los demás, de quienes solicita favores sin pausa, pero lo traiciona una mala fe que ciertas veces reclama terapia y otras se afana por engañar al terapeuta. Tras una serie indefinida de otros adictos —ludópatas, bulímicos, anoréxicos, erotómanos, movilmaníacos, musculópatas, etcétera—, vuelve con distintos nombres el parvulus, que en una época solicita exorcismo y en otra tratamiento médico. Ver esas conductas como simples vicios o malas costumbres de cada persona no es admisible para exorcistas ni para otros terapeutas; cf. Szasz 1974, passim. <<

[67] Sí sabemos que consolidar las redes comerciales coincide en 1300 con una cifra próxima a los 80 millones. Cf. Cipolla 2003, p. 147-157. <<

[68] Cf. Troeltsch 1992, vol. I, p. 386. <<