[1] Schumpeter alude así a los ensayos de Adam Smith sobre lingüística e historia de la astronomía (Schumpeter 1995, p. 224). <<
[2] El modelo de esta línea es la History of Socialist Thought de Cole, una investigación avalada por el hecho de I. Berlin revisase su primer tomo. La obra empieza declarando que «ninguna idea o sistema importante puede ser definido exactamente» (Cole 1975, vol. I, p. 9), una obviedad gigantesca que no deja de ser inexacta para el comunismo en particular, sin duda un «sistema importante» aunque definido desde sus orígenes por algo tan inequívoco como su tesis sobre la propiedad y el comercio. <<
[3] Marshall 1920, p. XV. El texto sigue diciendo que «no hay una clara línea divisoria entre cosas que son o no capital, o necesidades, ni entre trabajo productivo e improductivo […] La acción de la naturaleza es compleja, y nada se gana a la larga pretendiendo de que es simple, e intentando describirla por medio de proposiciones elementales». <<
[4] Véase el detalle más adelante, p. 16-19. <<
[5] Schumpeter 1975 (1942), p. 92. <<
[6] La voz «Karl Marx» de la Wikipedia, bien documentada en general, especifica veintiún países gobernados por dictaduras proletarias, a los cuales añade Kerala y otros dos Estados de la Federación India. Pero omite el régimen de Guinea Bissau, una variante del angoleño-castrista que persiste allí. <<
[7] Marx 1965, p. 360. <<
[8] Me inclino a pensar —por las razones expuestas en el capítulo V— que pudieron empezar bastante antes, con herejías reprimidas entre los siglos IV y el VI, aunque sólo podríamos salir de dudas con ayuda de la Biblioteca Vaticana. <<
[9] Jesús se ha adelantado a todos en este sentido; cf. Mateo 12:30, y Lucas 9:50, 11:23. <<
[10] Apocalipsis 18:15. <<
[11] Monumenta Germaniae Historica, Legum, vol. 1, I, p. 152. Sobre este decreto de Ludovico Pio, y algún otro de su progenitor, véase más adelante, p. 189-190. <<
[12] Heeren en Scherer, 1874, p. 2. A.H. Heeren (1760-1842), que empezó publicando —en seis volúmenes— unas Ideas sobre la política y el comercio de los principales pueblos antiguos, tuvo tiempo también para describir con erudición y ecuanimidad el mundo comercial hasta sus propios días. <<
[13] Como cuando envilecían la moneda, y poco después eran forzados a nuevas y más costosas importaciones del mismo metal; o cuando sus leyes sobre precios máximos creaban no sólo desabastecimiento sino más carestía. <<
[14] La transcripción española escribiría «capital» con minúscula, pero Marx (tanto en la edición alemana como en la inglesa) le llama «Monsieur le Capital», y analiza su desarrollo como el de un principio que actúa subjetivamente. Esto justifica transcribirlo con mayúscula. <<
[15] Hayek 1998, p. 9. <<
[16] Génesis, 3:5. <<
[17] Véase más adelante, p. x. <<
[18] Los jíbaros o shuar del Oriente ecuatoriano, por ejemplo, atribuían sistemáticamente las muertes y dolencias al «dardo» lanzado por algún brujo. Tras identificar a ese agresor —cosa que exige siempre el concurso de otro brujo— cortaban y reducían su cabeza por el procedimiento llamado tantza, no sin antes coserle los ojos y la boca en evitación de nuevos dardos. Al ser descritos por primera vez —en 1922, gracias a la expedición del marqués de Wauvrin, un roussoniano enamorado del salvaje «no corrompido por el lucro»—, su colección mítica no incluía nada análogo a una Caída. <<
[19] Mateo 5:3-5. También Lucas 6:20-23. <<
[20] Simmel 1977, vol. II, p. 520. <<
[21] Naturalmente, retroceder ante los precipicios de la inseguridad no ha dejado de impulsar también lo opuesto, catalizando toda suerte de cambios. <<
[22] En efecto ¿cómo conciliaríamos el hoy si conociésemos el minuto y causa de nuestra muerte, incluso gozando entretanto de los más colosales cumplimientos? <<
[23] «El intercambio de bienes produce en los contratantes el mismo efecto que si la posesión de cada uno se viera enriquecida con un nuevo objeto»; Menger 1997, p. 244. <<
[24] Es poco verosímil que un bibliómano inveterado como Marx no estuviese informado sobre el marginalismo, bien en la versión de Menger o en alguna otra, pues —cumpliendo aquello que los biólogos llaman resonancia mórfica— fue descubierto a la vez, y de modo independiente, por el suizo Walras y el inglés Jevons. <<
[25] Ibíd, p. 284-286. <<
[26] Los dueños de resorts, por ejemplo, preferían alquilar una pequeña fracción de sus bungalows a tenerlos ocupados todos o casi todos bajando precios, algo tanto más curioso cuanto que sus empleados —principal coste añadido a una alta ocupación— trabajaban por sueldos ridículos, y a veces sólo a cambio de techo y comida. <<
[27] La antigua Indochina no ha dejado de ser en abrumadora medida una amalgama de la cultura hindú y la china, que si hubiese conservado ambos idiomas —o al menos uno— habría dispuesto de una comunicación fluida de puertas adentro y afuera. Pero cuando lenguas minoritarias conviven con alguna otra más hablada y escrita compensan a veces su complejo de inferioridad extremando lo diferencial, y en aquél territorio acabaron imponiéndose no sólo media docena de idiomas oficiales sino alfabetos dispares para cada uno. Hasta allí donde la fonética resultaba idéntica —como en miles de palabras— el residuo de la discordia se perpetúa en grafías heterogéneas. Sólo Vietnam decidió (ya en el siglo XVIII) adoptar el alfabeto consonante europeo. <<
[28] Landes 2000. <<
[29] Hayek 2003, p. 71. <<
[30] Entre ella y nosotros están, según Kant: 1) las «formas a priori» del espacio y el tiempo, dos continentes huecos que localizan cualquier contenido, y 2) las «categorías» o maneras de ser, pensamientos no menos huecos en sí como la cantidad y la cualidad, el modo de existencia (posible, efectivo, necesario) y la relación en general. <<
[31] Hegel 1966, p. 8-9. <<