Notas

[*] El mismo doctor Hayakawa reconoce la dificultad de traducir cualquier obra literaria, cuanto más una que trate precisamente del lenguaje y del estilo en el pensamiento y en la acción. Dice así en el Capítulo 8 de esta obra: “Por eso es tan difícil traducir literatura… porque la traducción de las connotaciones informativas falsificará frecuentemente las afectivas, y viceversa, de manera que los lectores que conozcan los dos idiomas quedarán descontentos casi siempre porque ‘se ha sacrificado el espíritu del original’, o bien, porque la traducción está ‘llena de inexactitudes’”. <<

1. LENGUAJE Y SUPERVIVENCIA

[1] “Por ejemplo: el cerebro del corpulento estegosaurio (animal de unas dos toneladas) no pesaba más de 70 gramos aproximadamente… En cambio, el cerebro de la oveja —animal que no tiene nada de brillante— pesa 130 gramos, siendo mayor en tamaño absoluto y más todavía en proporción a sus dimensiones corporales… En cuanto a fuerza, nada podía detener a los grandes dinosaurios cuando marchaban; pero, siendo tan importante poder ir adonde uno se dirige, son más importantes todavía las razones para ir y lo que se ve y entiende mientras se va”. Weston La Barre, The Human Animal (1954), págs. 24-25. <<

[2] Así es, aunque hay pueblos analfabetos que muestran una memoria fenomenal: recuerdan todas las señales y detalles de una jornada de hasta centenares de millas, o repiten al pie de la letra consejas y leyendas populares, que se necesitarían días para recitar. En cambio, los pueblos cultos, que manejan cuadernos de apuntes y libros de consulta, tienen relativamente mala memoria. <<

[3] El nombre de este personaje, “El famoso hombre de la calle”, se debe a Lillian y Hugh Lieber, de la Universidad de Long Island. La esposa de Mits se llama, como es sabido, Wits. Véase The Education of T. C. Mits (1944) y Mits, Wits, and Logic (1960). <<

[4] ¿Qué cabe decir de la influencia del lenguaje en los padres de dos niños, a quienes se puso el nombre de John Glenn al día siguiente de haber dado la vuelta al globo este astronauta? ¿Y de quienes ponen a sus hijos nombres ficticios de nobleza, como Duque, Barón y Señor? <<

2. LOS SÍMBOLOS

[1] El investigador J. B. Wolfe enseñó a unos chimpancés a meter fichas de póquer en una máquina expendedora (“chimpomat”) construida al efecto, de la cual sacaban manzanas, plátanos y otros alimentos. Los chimpancés llegaron a distinguir los distintos valores de las fichas (1 manzana, 2 plátanos,cero, etc.). y obraban en consecuencia, si los resultados eran más o menos inmediatos. Pero tendían a dejar de trabajar cuando acumulaban fichas. Indudablemente, su “sistema monetario” se limitaba a transacciones rudimentarias e inmediatas. Véase Robert M. Yerkes, Chimpanzees: A Laboratory Colony (1943)

Pudiéramos presentar otros ejemplos de animales que aprenden a entender las cosas por lo que representan, pero, por lo general, estas reacciones animales son extraordinariamente simples y limitadas en comparación con la capacidad humana. Así, parece probable que pudiera enseñarse a un chimpancé a conducir un vehículo sencillo, pero ocurriría, por ejemplo, que si se encendía la luz roja cuando estaba en pleno cruce de una calle, se detendría en el acto, y, al encenderse la verde cuando otro se le ponía por delante, seguiría su camino sin reparar en las consecuencias. En otras palabras: la luz roja no representa para el chimpancé la señal de parar: es la misma parada <<

[2] El autor de estas líneas tuvo un auto que venía funcionando en buenas condiciones desde hacía ocho años. Un mecánico, amigo mío, que conocía el estado del vehículo, insistía en que lo cambiase por un nuevo modelo. “Pero ¿por qué? —le pregunté—. Si está todavía en magníficas condiciones”. A lo que replicó él despectivamente: “Ya; pero ¡qué diablo! lo único que tiene usted es un medio de transporte”.

La expresión “auto de transporte” ha empezado a aparecer hace poco en los anuncios; por ejemplo: “Dodge del 48. Funciona perfectamente; auto de transporte. Me voy, tengo que venderlo. 100 dólares”. (Sección clasificada del Pali Press, Kaliua, Hawaii). Por lo visto, eso significa que el vehículo no tiene valor simbólico ni prestigio y sólo es bueno para ir y volver adonde uno quiero: ¡Qué automóvil tan miserable! <<

[3] Véase Hadley Cantril, The Invasion from Mars (1940); también, John Houseman, “The Men from Mars”, Harper's (diciembre, 1948). <<

[4] Recuérdese que lo que se reprochaba a los fariseos era su obsesión por los símbolos de la piedad a expensas de la preocupación que debería merecerles el espíritu piadoso. <<

3. INFORMES, DEDUCCIONES, JUICIOS

[1] Según la información proporcionada por la Asociación de Ferrocarriles Norteamericanos, “antes de 1883 había cerca de cien zonas horarias en Estados Unidos. Hasta el 18 de noviembre de dicho año… no se adoptó un sistema horario uniforme aquí y en Canadá. Antes de esa fecha no había más que la hora local o ‘solar’… El Ferrocarril de Pensilvania se guiaba en el Este por la hora de Filadelfia, cinco minutos atrasada con respecto a la de Nueva York y otros cinco adelantada con respecto a la de Baltimore. La Compañía Baltimore & Ohio se guiaba por la hora de Baltimore, para los trenes que salían de esta ciudad, por la de Columbas para los que partían de Ohio y por la de Vincennes (Indiana) para los que arrancaban de Cincinnati… A las 12 del día de Chicago, eran las 12:13 en Pittsburgh; las 12:24 en Cleveland; las 12:17 en Toledo; las 12:13 en Cincinnati; 12:9 en Louisville; 12:7 en Indianapolis; 11:50 en San Luis; 11:48 en Dubuque; 11:39 en St. Paul, y 11:27 en Omaha. Sólo en Michigan había 27 zonas horarias locales… si el viajero de Eastport, Maine. a San Francisco quería estar en hora constantemente con la del ferrocarril y salir al tiempo exacto, tenía que cambiar las manecillas de su reloj 20 veces durante el trayecto”. Daily News de Chicago, 29 de septiembre de 1948. <<

[2] “Brain Damage and the Process of Abstracting: A Problem in Language Learning”, ETC.: A Review of General Semantics, XVI (1959), 154-162 <<

4. LOS CONTEXTOS

[1] El período entre la segunda edición del Diccionario Webster (1934) y la tercera (1961) indica la tarea enorme de lectura y el trabajo extraordinario que supone la preparación de un diccionario concienzudo de un idioma que cambia tan rápidamente y se incorpora tantas palabras a su rico vocabulario, como el inglés. <<

5. EL LENGUAJE DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL

[1] Este bromear recíproco tiene algo de rito de iniciación entre los norteamericanos. Durante la segunda Guerra Mundial, se incorporó como profesor de física al claustro de un colegio universitario del Medio Oeste, un investigador judío que venía huyendo de Alemania. Era profesor de química allí un individuo alegre, dicharachero y chancero, que siempre estaba tomando el pelo a los demás profesores en el comedor. Solía meterse con el recién llegado en forma que a muchos nos parecía grosera: “Oiga, Max, ¿qué hicieron los judíos para que los echasen de Alemania?” El profesor Max, herido aún en carne viva por la persecución nazi, no contestaba palabra y se quedaba abochornado. Pero un día se le ocurrió una buena idea, y preguntó al químico: “Oiga, profesor Schlemmer, ¿no tiene usted apellido alemán?” “Hombre, sí —le contestó Schlemmer—; mis abuelos llegaron aquí de Alemania por el año 1880 y tantos”. “Ah, vamos —replicó el profesor Max—, entonces, echaron de allí a su familia dos generaciones antes que a la mía”. Schlemmer soltó la carcajada y dio un abrazo a su compañero Max. <<

[2] No estaría mal añadir que no me puse a aplicar conscientemente los principios de este capítulo en aquel episodio. Fue después cuando caí en la cuenta. Lo único que me proponía, como hubiera hecho cualquier otro, era romper el hielo y acabar con lo tirante de la situación. <<

[3] El doctor Karl Menninger comenta esta anécdota en Love Against Hate (1942), y da la siguiente explicación sicológica de la intervención del desconocido: “Hola, veo que ha sufrido usted un percance. No nos conocemos, pero acaso pudiéramos ser amigos si yo tuviese la seguridad de que no le parecería mal mi amistad. ¿Es usted una persona con quien se puede hablar? ¿Es usted un individuo decente? ¿Tendría inconveniente en que le ayudase? Me gustaría hacerlo, pero no quiero ser mal recibido. Ya lo notará usted en el tono de mi voz. ¿Cómo suena la suya?” El joven debería haberse limitado a decir sin rodeos: “Quisiera ayudarle”. Y el doctor Menninger comenta: “Pero la gente es demasiado tímida y desconfiada para hablar con esa determinación. Quieren oír la voz del otro. Necesitan estar seguros de que los demás son como ellos”. <<

6. DOBLE MISIÓN DEL LENGUAJE

[1] Los adjetivos “emocional” y “emotivo”, que suponen distinciones confusas entre los “aspectos emocionales” y los “aspectos intelectuales” del lenguaje, deben evitarse en lo posible. Lo “emocional” siempre sugiere sentimientos muy fuertes. En cambio, la palabra “afectivo”, en expresiones como los “usos afectivos del lenguaje”, no sólo indica la manera en que éste puede despertar sentimientos fuertes, sino reacciones sumamente delicadas y a veces inconscientes. Además, el epíteto “afectivo” tiene la ventaja de no distinguir indebidamente entre reacciones físicas y mentales.<<

7. EL LENGUAJE DEL CONTROL SOCIAL

[1] He aquí unos cuantos párrafos de la reseña de la Convención Nacional Republicana, celebrada en 1948: “Sobre el escenario, una foto gigantesca del candidato, quizá con colores muy vividos, miraba fijamente a la multitud. Sobre los balcones colgaban otras fotografías: la familia Dewey, jugando con su gran danés; los Dewey en el circo; Dewey en el campo. La infantería de Dewey sirve refrescos y atiende a los papanatas, repartiendo premios a cada visitante número 200. William Horne, empleado bancario de Filadelfia, resultó ser el número 45,000 y recibió una pequeña escultura de plata”. Time (5 de julio de 1948). “Por los megáfonos del Bellevue-Stratford llegaba una serie ininterrumpida de advertencias oficiales para que la gente no se amontonase a la entrada de las oficinas de Dewey. Eran parte del juego, pero estaban justificadas. ¿Cómo no iba a haber amontonamientos, si se repartían con la prodigalidad de una sesión de acertijos por radio, premios que iban desde simples peines de bolsillo y goma de mascar hasta mantelerías de seda y vestidos? Los partidarios de Dewey llegaron a organizar un espectáculo de moda con ocho beldades nadando. Un corresponsal extranjero preguntó, despistado, a un compañero: ‘¿Cómo voy a explicar a los lectores franceses qué tiene que ver esto con la elección de un Presidente?’… Los representantes de Stassen parecían estar rerervando su talento circense para el salón de convenciones, donde se derrochó a raudales desde el jefe indio ataviado con todo su atuendo, hasta la curvilínea muchacha con pantalones de marinero, que bailó una rumba náutica en el proscenio”. Nation (3 de julio de 1948). <<

8. EL LENGUAJE DE LA COMUNICACIÓN AFECTIVA

[1] La palabra “cliché” encierra otra metáfora. Puede verse su etimología en el Webster's Third New International Dictionary. <<

[2] ¿A qué edad empieza a observarse capacidad para la identificación imaginativa del individuo con los personajes o las situaciones literarias? El autor de estas líneas se inclina a creer, a base de una observación muy limitada, que comienza a los dos años, o antes. Léase, por ejemplo, a una nenita el cuento de los Tres Osos, o de Caperucita Roja, y verá cómo comienza a identificarse con el Osito, o Caperucita. <<

9. ARTE Y TENSIÓN

[1] Puede estudiarse la conducta “sustitutiva o simbólica” de los gatos sometidos a neurosis experimental en Behavior and Neurosis, de Jules Masserraan (1943). Ante los datos que aporta, no puede negarse que los gatos manifiestan en forma sumamente rudimentaria lo que podría llamarse conducta “prepoética”, análoga al hecho de guardar un bucle del pelo de la persona amada. Cuando tienen hambre, juegan con el botón que les valía para proporcionarles mecánicamente comida, aunque saben de sobra que ya no funciona (porque, después de oprimirlo, ya no van al cajón del alimento). <<

[2] En la investigación del doctor Charles W. Slack, de la Clínica Sicológica de Harvard, se advierte la importancia de desahogarse hablando. Se consiguió, a base de una remuneración modesta por horas, a unos cuantos mozalbetes de los que vagaban sin hacer nada por las calles de Cambridge, con objeto de investigar su comportamiento y estilo golfante. Lo único que tenían que hacer era despacharse a su gusto sobre sí mismos y sus problemas, para tomar sus declaraciones en cinta magnetofónica. La mayor parte de los muchachos mejoraron notablemente de conducta, se dedicaron a trabajar y disminuyó el número de detenciones entre ellos. <<

[3] Véase Kenneth Burke, Philosophy of Literary Form (1941). <<

[4] El que afirme que un poema puede significar cosas distintas para los distintos lectores (y yo lo creo así), se expone a que se le reproche que no distingue entre buenas y malas lecturas de un poema, con su relativismo. Por eso, quizá haya que aclarar lo que decimos aquí: podrá significar cosas distintas, pero no cualquier cosa. <<

[5] Wendell Johnson, de la Universidad de Iowa, dice que ver la televisión, leer los periódicos domingueros y otras diversiones por el estilo son “chuparse el pulgar semánticamente”: hace uno como que come, pero sin comer. <<

[6] En mi opinión, The Jungle está muy anticuada en muchos aspectos, aunque sigue teniendo garra en otros. Ya no se trata tan mal al obrero norteamericano, ni al de muchas otras partes del mundo, como se dice en esta novela, gracias a los sindicatos y a los progresos técnicos, así como al gran desarrollo de la conciencia pública. Pero desde que vio la luz esta obra, en 1906, la han leído las clases trabajadoras de todo el mundo: pocos libros de los Estados Unidos se han traducido a tantos idiomas.

Las tácticas simbólicas de las grandes obras literarias suelen ser, al contrario que The Jungle, demasiado complicadas y sutiles para el análisis elemental que hemos intentado hacer. Si hemos elegido esta obra, es porque libros así, tan lejos de ser obras maestras y, sin embargo, con tanta eficacia para calar hondo en la experiencia humana, son especialmente útiles para entender las teorías literarias expuestas en este capítulo. Como las tácticas no son demasiado delicadas, pueden apreciarse y describirse claramente. <<

10. CÓMO CONOCEMOS Y QUÉ CONOCEMOS

[1] La “escala de la abstracción” se basa en “el diferencial estructural”, diagrama elaborado por Alfred Korzybski para explicar el proceso de la abstracción. Puede estudiarse más detenidamente el diagrama y el proceso que ilustra en su obra Science and Sanity: An Introduction to Non-Aristotelian Systems and General Semantics (1933), especialmente el capítulo 25. <<

[2] The Logic of Modern Physics (1927), pág 5. <<

[3] Operational Philosophy (1953), pág 25. <<

11. EL HOMBRECILLO INEXISTENTE

[1] “Can Man Survive?” ETC., IV (1947), pág. 107. <<

12. LA CLASIFICACIÓN

[1] Este aforismo se formuló al principio de esta manera: “Exceptio probat regulam”, o sea, “la prueba de una regla es la excepción”. <<

[2] No sabe uno qué pensaría este comité de Elizabeth Duncan, ejecutada por asesinato en San Quintín el año 1962: su amor posesivo de su hijo la impulsó a contratar asesinos para matar a su nuera en estado. <<

[3] The Folklore of Capitalism (1938), pág 182. <<

[4] ETC., XIII (1956), pags 265-271; reproducido en Our Language and Our World, rec. por Hayakawa (1959), pags 133-140. <<

13. LA ORIENTACIÓN DILEMÁTICA

[1] Tomamos las citas nacional-socialistas de este capítulo, de Lunacy Become Us (1939), recopilación de frases de Hitler y sus secuaces, por Clara Leiser. <<

[2] “Death of Communication with Russia?” ETC., VIII (1950), pág. 89. <<

[3] B. Bykhovsky, “The Morass of Modern Bourgeois Philosophy” (trad. Anatol Rapoport), ETC., VI (1948), págs. 13-15. Al pasar el tiempo y después de morir Stalin, se ha impuesto un criterio mucho más moderado sobre la semántica en los círculos marxistas. Véase Introduction to Semantics, del filósofo polaco Adam Schaff (1962)’; y Teoría Poznaniya v Obschchei Semanlike (Teoría del conocimiento de la semántica general), de G. Brutyan (Erevan: Academia de Ciencias de la R. S. S. Armenia, 1959). Rapoport estudia ambas obras en “Two Marxist Critiques of General Semantics”, ETC., XVIII (1961), págs. 289-314. El capítulo de Schaff sobre “General Semantics” está traducido en ETC., XIX (1962), págs. 401-418. <<

[4] Maurice Hindus, Hou.se Without a Roof (1961). <<

[5] Es interesante advertir que, aun en matemáticas, hoy se insiste en que la lógica dilemática sólo es un sistema más de lógica. La lógica de la probabilidad, a base de la cual fijan sus primas las compañías de seguros y los libreros sus cálculos, y con la cual predicen los físicos la actividad de los neutrones, puede considerarse de valor infinito. <<

14. LA ORIENTACIÓN MULTILATERAL

[1] Stephen Potter comenta amenamente en Gamesmanship (1948) y Lifemanship (1951), el empeño por “quedar encima” que caracteriza todas las controversias y manifestaciones de nuestra vida social. <<

[2] The Blue Book se basa, según dice su autor, en una serie de conferencias pronunciadas ante once oyentes en un hotel de Indianápolis, el 8 y 9 de diciembre de 1958. De allí data la fundación de la John Birch Society por Robert Welch y los once. La edición es privada; la referencia paginal es de la cuarta, 1961. El comentario que hace Welch sobre el presidente Eisenhower pertenece a su libro anterior, de edición privada también, The Politician. <<

16. SINFONOLAS HUMANAS

[1] “Cuando Harold Stassen dijo en un debate por radio que jamás había salido progreso alguno como la penicilina de un país en que hubiera seguro médico, Oscar Ewing replicó tranquilamente que la penicilina salió de Inglaterra.” <<

[2] Como todos saben, las estadísticas de las compañías de seguros indican sin lugar a dudas que las mujeres son más seguras conduciendo vehículos que los hombres. Las compañías aseguradoras no aumentan las primas a las familias con hijas en edad de “manejar”, sino a las que tienen hijos en esa edad. <<

[3] Rosser Reeves, Reality in Advertising (1961), págs. 55-57. <<

[4] Por ejemplo: en un folleto publicado por la “Brand Names Research Foundation” (sin dirección), titulado “Your Bread and Butter: A Salesman’s Handbook on the Subject of Brand Names”, se dice que la mayor parte de las mujeres pertenecientes a organizaciones femeninas del movimiento de consumo están “dedicadas de verdad a resolver los problemas eternos de las compras con sentido común”, pero que se han convertido en portavoces de todas, unas cuantas que “quieren normalizar la mayor parte de los bienes de consumo, eliminar las marcas en competencia de los anuncios, extender los controles gubernamentales a la producción, distribución y ganancias. Están convencidas de las ventajas de una economía planeada, en que un monopolio gubernamental de cerebros corra con la responsabilidad de toda la planificación”. <<

[5] Claro está que no todos los propietarios de marcas registradas lo hacen así. Prueba de ello son los siguientes comentarios de consumidores, publicados en Consumer Reports: “Siempre me ha gustado que las cajas del cereal X estén llenas hasta arriba, de forma que casi se derrama su contenido al abrirlas. ¡ Qué bonito es esto en el mundo comercial de hoy!” “Tengo sumo gusto en manifestar que el envase de las galletas X muestra en grandes caracteres por delante y por detrás el peso exacto de su contenido. Se le quita a una un peso de encima.” educación pública, porque la orientación intencional se eleva a categoría de principio guía en la vida del consumidor. <<

[6] Martin Heidegger, “The Way Back into the Ground of Metaphysics”, en Existentialism from Dostoieusky to Sartre. Traducimos, y queremos dejar constancia de ello, de la versión y recopilación de Walter Kaufmann (1957), páginas 214-215. <<

[contestacion] Contestación a la Aplicación I: Todas las afirmaciones son “falsas” <<

17. RATAS Y HOMBRES

[1] Norman R. F. Maier, Frustration: The Study of Behavior Without a Goal (1949). Vcase especialmente el Cap. 2, “Experimental Evidence of Abnormal Behavior Reactions”, y el Cap. 6, “Comparison of Motivational and Frustration-Induced Behavior Problems in Children”. <<

[2] “Haciendo una gráfica representativa del poder explosivo… de la bomba que arrasó Hiroshima, tendría la altura del Empire State Building, y una bomba de 20 megatones alcanzaría la altura de la órbita del Sputnik I.” Después de que Harrison Brown y James Real escribieron esto en su folleto, Community of Fear (1960), el Gobierno de Khrushchev ha alardeado de tener una bomba de 100 megatones. En la reunión de la Asociación Norteamericana para el Progreso de la Ciencia, de diciembre de 1960, el doctor Ralph E. Lapp calculó que Estados Unidos tenía entonces un volumen igual a 50,000 bombas del tipo de la de Hiroshima, y que en tres años habría fabricado otras 30,000, o su equivalente. Esto significa, claro está, que la URSS está también almacenando un número parecido de armas atómicas y termonucleares. <<

[3] Véase Lester Markel, “The Real Sins of the Press”, Harper’s (diciembre de 1962). <<

[4] Alfred North Whitehead dice en su obra Science and the Modern World, que no es raro que el científico se alegre cuando se le demuestra que está equivocado, y que el progreso humano siempre ha dependido de “nuevas preguntas”, mas bien que de “nuevas respuestas a antiguas preguntas”. <<

18. HACIA EL ORDEN INTERNO Y EXTERNO

[1] Tengo la idea de que los comunistas no han sabido leer los libros de Marx, que en su tiempo contribuyeron considerablemente a la ciencia social. Los comunistas creen que todas las desviaciones de Marx (o de las interpretaciones que ellos hacen de Marx) son ataques a la “verdad”, con lo cual han hecho punto menos que imposible el progreso de la ciencia social en la Unión Soviética. Véase Anatol Rapoport, “Dialectical Materialism and General Semantics” ETC., V (1948), págs. 01-104. <<

[2] Véase Carl R. Rogers, Client-Centered Therapy (1951) y On Becoming a Person (1961); también Prescott Lecky, Self-Consistency: A Theory of Personality (1945); Gardner Murphy, Personality: A Biosocial Approach lo Origins and Stucture (1947); Donald Snugg y Arthur Combs, Individual Behavior (1949). <<

[3] Tuve hace tiempo un alumno que tardó varias semanas en decir a sus condiscípulos que era bombero; pero desde aquel momento empezó a contribuir con el producto de sus experiencias personales a las discusiones del aula. <<

[4] Desde luego, Romeo y Julieta no fueron siempre tan extensionales como pudieran haber sido. De no haber tendido a confundir las deducciones con los hechos, habrían vivido ambos un poco más. <<