Identifícate.

Charlotte no sabía muy bien quién era ella en realidad, ni antes ni menos aún ahora. Pero sabía muy bien quién quería ser. El caso es que, en el instituto, a nadie le interesa saber quién eres, sino más bien quién no eres. Es mucho más fácil clasificarte y encasillarte de ese modo. A ella la habían encasillado bajo el epígrafe «Nadie», pero eso estaba a punto de cambiar si la dejaban. Estaba dispuesta a ver el mundo a través de otros ojos. De todos, salvo los suyos