Dulce persuasión.
A fin de que alguien influya en ti, sobre todo a la hora de que hagas o creas algo que en absoluto va contigo, esa persona ha de gozar de cierta credibilidad. Tiene que existir un grado de confianza entre las dos partes. Pero la confianza, una vez perdida, es difícil de recuperar. Charlotte había avanzado en sus dotes persuasivas, pero hasta el momento la cosa no había tenido nada de dulce.