Del revés.
Ocupar el cuerpo de otra persona es comparable a que le grapen a uno el estómago como tratamiento contra la obesidad. Pierdes un montonazo de peso, pero la niña gordita e insegura de siempre sigue ahí dentro. El mismo fruto, sólo que en una cáscara distinta. Charlotte seguía siendo igual de rara. Igual de insegura. Igual de necesitada de atención, pero en el cuerpo de Scarlet, eso no contaba del todo.