Sólo tememos a lo desconocido.
Y, sin embargo, el miedo es lo que nos hace sentir más vivos. Lo conocido alimenta el bienestar, lo desconocido alimenta la duda. ¿Será ésta tu última puesta de sol? ¿Volverás a comer helado otra vez? ¿Volverás a sentir lo que él te hace sentir en este momento? La incertidumbre nos mantiene en el borde, despiertos, en suspense, al filo de la posibilidad. Charlotte sabía que quería recuperar algo que llevaba en su interior, pero no sabía el qué.