No confíes en quien te diga «confía en mí».
La confianza no se regala. En toda relación es lo que más cuesta ganarse y lo que antes se pierde. Es más, sólo hay una cosa peor que el «ya no te quiero», y es el «ya no confío en ti». Lo primero atañe al otro. No se puede hacer nada respecto a un cambio en el sentir del corazón. Lo segundo te atañe a ti, y a nadie más que a ti.