Este libro forma parte de un estudio más amplio referido a la estructura del carácter del hombre moderno y a los problemas relativos a la interacción de los factores psicológicos y sociológicos; estudio en el cual he trabajado durante varios años y cuya terminación hubiera exigido un tiempo considerablemente mayor. Los actuales sucesos políticos y los peligros que entrañan para las más preciadas conquistas de la cultura moderna —la individualidad y el carácter singular y único de la personalidad—, me decidieron a interrumpir el trabajo relativo a aquella investigación más amplia para concentrarme en uno de sus aspectos, de suma importancia para la crisis social y cultural de nuestros días: el significado de la libertad para el hombre moderno. Mi tarea en este libro resultaría más fácil si pudiera referir al lector al estudio completo acerca de la estructura del carácter humano en nuestra cultura, puesto que el significado de la libertad tan sólo puede ser entendido plenamente en base a un análisis de toda la estructura del carácter del hombre moderno. Pero, no habiendo sido esto posible, he debido referirme con frecuencia a ciertos conceptos y conclusiones sin elaborarlos tan completamente como hubiera podido hacerlo dentro de un tema más amplio. En cuanto a otros problemas de gran importancia, me ha sido posible frecuentemente mencionarlos tan sólo al pasar, y en algunos casos me he visto precisado a omitirlos por entero. Pero estimo que el psicólogo debe ofrecer lo que es capaz de dar para contribuir sin demora a la comprensión de la crisis actual, aun cuando tenga que sacrificar el desiderátum de una exposición completa.
Señalar el alcance de las consideraciones psicológicas con respecto a la escena contemporánea, no implica, según mi opinión, una sobrevaloración de la psicología. La entidad básica del proceso social es el individuo, sus deseos y sus temores, su razón y sus pasiones, su disposición para el bien y para el mal. Para entender la dinámica del proceso social tenemos que entender la dinámica de los procesos psicológicos que operan dentro del individuo, del mismo modo que para entender al individuo debemos observarlo en el marco de la cultura que lo moldea. La tesis de este libro es la de que el hombre moderno, liberado de los lazos de la sociedad preindividualista —lazos que a la vez lo limitaban y le otorgaban seguridad—, no ha ganado la libertad en el sentido positivo de la realización de su ser individual, esto es, la expresión de su potencialidad intelectual, emocional y sensitiva. Aun cuando la libertad le ha proporcionado independencia y racionalidad, lo ha aislado y, por lo tanto, lo ha tornado ansioso e impotente. Tal aislamiento le resulta insoportable, y las alternativas que se le ofrecen son, o bien rehuir la responsabilidad de esta libertad, precipitándose en nuevas formas de dependencia y sumisión, o bien progresar hasta la completa realización de la libertad positiva, la cual se funda en la unicidad e individualidad del hombre. Si bien este libro constituye un diagnóstico más que un pronóstico, un análisis más que una solución, sus resultados no carecen de importancia para nuestra acción futura, puesto que la comprensión de las causas que llevan al abandono de la libertad por parte del totalitarismo constituye una premisa de toda acción que se proponga la victoria sobre las fuerzas totalitarias mismas.
Debo privarme del placer de agradecer a todos aquellos amigos, colegas y estudiantes con quienes estoy en deuda por su estímulo y critica constructiva de mi propio pensamiento. El lector hallará en notas de pie de página una referencia a aquellos autores hacia los cuales me siento más obligado con respecto a las ideas formuladas en este libro. Sin embargo, deseo expresar mi especial agradecimiento a los que contribuyeron de una manera directa a la realización de esta obra. En primer lugar, a Miss Elizabeth Brown, quien me proporcionó una inestimable ayuda en la organización del libro, tanto por sus sugerencias como por sus críticas. Además, debo mi reconocimiento a Mr. T. Woodhouse por su gran ayuda en la redacción final del manuscrito, y al doctor A. Seidemann por su colaboración en lo referente a los problemas filosóficos tocados en el curso de este libro.
Deseo dar las gracias a los siguientes editores por el privilegio de usar extensos pasajes de sus publicaciones: Board of Christian Education, Filadelfia, citas del Institutes of the Christian Religion, de John Calvin, traducción de John Allen; Columbia Studies in History, Economics and Public Law (Columbia University Press), Nueva York, citas de Social Reform and the Reformation, de Jacob S. Schapiro; Wm. B. Eerdmans Publishing Co., Grand Rapids, Mich., citas de The Bondage of the Will, de Martín Lutero, traducción de Henry Cole; John Murray, Londres, citas de Religion and the Rise of Capitalism, de R. H. Tawney; Hurst and Blackett, Londres, citas de Mein Kampf, de Adolf Hitler; Allen and Unwin, Londres, citas de The Civilization of the Renaissance in Italy, de Jacob Burckhardt.
E. F.