7 de marzo
Mi programa de trabajo es: 1) Seguir con el alemán. 2) Seccionar el embrión de: a) un ave de corral; b) un tritón. 3) Artículo sobre el sistema arterial de los tritones. 4) Psicología de los tritones. 5) Lectura general sobre zoología.
2 de mayo
He ido a la colina C. Demasiado entusiasmado con la belleza del bosque para buscar nidos. He aquí algunas de las cosas que he visto: la corteza de varios árboles de los huertos de cerezos estaba bellamente lisa y pulida gracias a las vacas Red Devon, que se rascan contra ellos cuando les pica; he puesto la mano sobre el trozo de corteza lisa, de un rojo casi cereza, y me he alegrado de que las vacas tengan pulgas. Los brotes tiernos de los arándanos de la colina se volvían rojos bajo la luz dorada de un sol casi horizontal. He atrapado una pequeña lagartija que se ha cruzado en mi camino… A lo lejos, en el valle que acababa de cruzar, a través de un práctico agujero en un arbusto de acebo, he visto una vaca sentada en un campo sobre sus grupas matroniles. Ha sacudido las orejas y se le han posado dos estorninos en el lomo. Un conejo ha salido corriendo de una eglantina y una urraca ha emprendido el vuelo desde un seto situado a mi derecha.
En otra dirección, he visto un campo lleno de una hierba verde, alta y deliciosa. Cada uno de los tallos estaba tan lleno de savia que, si hubiera cortado uno, seguro que habrían caído gotas verdes. En el campo dormían unos corderos; uno de ellos se ha levantado y me ha mirado. El sol poniente le daba en la nuca y le atravesaba las dos orejitas, dándoles un aspecto transparente y rosado.
Tras rebautizarme en el sol, he tenido que regresar a casa. En cuanto los «súbitos lirios se abren paso por las relajadas fibras del corazón»[30], me retiro rápidamente a la vieja rutina, al recorrido diario. ¡Ojalá tuviera más tiempo! Más tiempo para pensar, amar, observar, dar forma a mi temperamento y desarrollar mi carácter. Ojalá pudiera dirigir todas mis energías hacia la gran y difícil profesión de la vida, ser un hombre en lugar de entretenerme con una profesión que me aburre y de hacer escarceos en otra.
5 de junio
En la isla de Lundy[31]
Frankie está en el fregadero, soplando dentro de unos huevos de gaviota para vaciarlos. Su padre, después de todo un día trabajando en la granja, ha llegado a la hora de cenar hambriento, pero está interesadísimo y de vez en cuando, dice:
—¿Cómo va, jefe?
—Bien, capitán —contesta Frankie con afecto. Y prosigue el sonido desagradable, asmático y sibilante, de los huevos…
Debajo de la mesa de la cocina duermen tres perros; cada uno pertenece a un amo distinto y ninguno es de A.
6 de junio
He salido a recoger huevos con los fareros. Caminan por los acantilados tan seguros como gatos y dan de comer a los perros los huevos que recogen con una cestita situada en el extremo de una larga pértiga. Uno de los perros se ha comido tres en otros tantos minutos: saca los dientes, rompe la cáscara y lame el contenido. De merienda, cangrejos.
7 de junio
Tras un día magnífico en el extremo N. de la isla con los frailecillos, esta noche me he visto obligado a dar otro paseo, puesto que el olor del tabaco de Albert, mezclado con su olor a pies con calcetines y sin botas, resultaba asfixiante.
9 de junio
La institutriz es una chica preciosa. Hemos estado charlando y me ha preguntado si era naturalista. Le he dicho que sí. Me ha dicho: «Ah, pues ayer encontré un escarabajo muy curioso y el señor S. ha dicho que debería habérselo dado a usted». Más tarde, desde el otro extremo de la playa, me he dado cuenta de que me miraba, así que le he devuelto la mirada. ¡Sí! Era cierto. Cuando nuestros ojos se han encontrado, me ha dedicado una de las sonrisas más lindas e insinuantes que he visto nunca; después se ha dado la vuelta, ha subido por el sendero del acantilado y ha salido de mi vida, para mi eterno pesar.
He regresado esta noche en un vapor de ganado.
18 de junio
El doctor —, M. A., F. R. S., D. C. L. y LI. D. han pasado hoy por el despacho y, al ver a papá escribiendo a máquina, le han preguntado: «¿Es usted el señor Barbellion?». Papá ha contestado que sí, por lo que el doctor le ha tendido su tarjeta, y papá le ha dicho entonces que creía que, en realidad, quería ver a su hijo. Es un anciano caballero que rondará los ochenta años, con botas con los laterales elásticos, paraguas y un sobrino guardián, un jovencito de unos sesenta años. Pero le he mostrado el respeto que merece como famoso zoólogo y, siguiendo su invitación [que me ha enorgullecido infinitamente], lo he acompañado de excursión a la costa, donde quería ver algunos Philoscia couchii, que le he localizado en seguida.
Me he aventurado a señalar que me parecía que la torsión de los gasterópodos era uno de los problemas más fascinantes y difíciles de la zoología. ¿Por qué se enrosca un caracol?
—Bueno, ¿y por qué nos sostenemos derechos? —ha contestado. No he sido tan tonto como para discutir con él, así que he actuado como si su respuesta me hubiera dejado sin palabras. Pero eso me ha permitido calibrar su talla intelectual.
Por la noche, he cenado con él en su hotel… Conoce a Wallace y a Haeckel[32] personalmente y me he sentado a sus pies para escuchar, expectante, los recuerdos personales de esos grandes hombres. Sin embargo, no parecía haber oído hablar de la teoría de Gaskell[33] sobre el origen de los vertebrados.
27 de junio
He caminado hasta V. Como siempre, la naturaleza, con regularidad de reloj, había abierto los grifos: las alondras cantaban, las cerezas maduraban y las abejas zumbaban. Todo me ha aburrido un poco. ¿Por qué no varía?
8 de agosto
Fría nota del doctor — diciendo que no puede asumir la responsabilidad de aconsejarme que deje el periodismo por la zoología.
Un frío infernal en la cabeza. Y también una inflamación tremenda en los ojos. Acabo de oír cantar en la capilla al otro lado de la calle: «Dios enjugará todas las lágrimas de sus ojos». Eso espero, por supuesto.
9 de agosto
Transformación. Tras una larga serie de experiencias monótonas en Sheffield, etc., la última de las cuales fue el punto culminante de ayer, esta mañana ha llegado un anticiclón y ¡he volado como un águila en un cielo sin nubes ni viento! ¡The Academy ha publicado mi artículo, mi resfriado ha mejorado repentinamente y esta tarde, cuando me dirigía hacia el mar, me he encontrado con Mary!
20 de agosto
He recibido una divertida carta de mi tía F., una solterona a la que no ha gustado «la atmósfera agnóstica» de mi artículo de The Academy. ¡Pobrecilla! Lamenta que piense así y aún más que lo diga por escrito. Termina con una referencia bíblica a la Epístola a los Romanos.
Navidad
Me siento mal, como un renacuajo blandengue. Tengo la voluntad paralizada. Visito regularmente al médico para que me examine con el estetoscopio, paseo por las calles, echo un vistazo a las revistas de la biblioteca y, de vez en cuando, patino sobre hielo, lo que me deja el pulso acelerado. En vista de la brevedad, amargura e incertidumbre de la vida, me parece fútil cualquier trabajo científico.