SI LA GUERRA SIGUE OTROS CINCO AÑOS
Principios de 1918

En el otoño de 1925, el Diario Oficial, el único periódico que todavía se publica (semanalmente) en el Reino de Sajonia, incluyó el siguiente artículo corto bajo el siguiente encabezado:

UN NUEVO KASPAR HAUSER

«Cerca de Ronneburg, en Vogtland, se acaba de descubrir un penoso e inquietante incidente. Solamente en lo futuro se podrá determinar si se trata de algo meramente curioso o asunto de interés trascendental.

En el curso de la “eliminación de ciudadanos demostrablemente ineptos para el servicio público”, un programa que se ha organizado en nuestro distrito con ejemplar eficiencia y, salvo inevitables penalidades, humanamente ejecutado, las autoridades regionales de Ronneburg en uno de esos casos ya tan frecuentes, en el que un individuo, a pesar de su demostrada incapacidad de ser totalmente inútil al Estado y al bien público, aparentemente sobrepasa el límite de su existencia, asignado, en esta ocasión durante varios meses, según se informa. Un año antes, la junta de control de ancianidad había clasificado a este individuo en particular, un tal Phillip Gassner, residente en una casa apartada en el campo, afuera de una de las aldeas, como sujeto no ocupable, y, como es natural en estos casos, se le recordaron sus obligaciones civiles a base de reducirle progresivamente sus raciones. Cuando expiró su plazo final, no se reportó su fallecimiento, ni tampoco se reportó que se hubiera hecho alguna cita en el centro regional del cloroformo. Consecuentemente, las autoridades regionales delegaron al Sargento Kille para visitar la residencia de Gassner y hacerle una notificación formal sobre sus deberes de ciudadano e informarle del castigo por falta de cumplimiento.

Aun cuando esta notificación fue comunicada de acuerdo con los procedimientos aceptados y con el ofrecimiento usual de servicio gratis, Gassman un hombre de casi setenta años, sufrió un ataque de agitación extraordinaria y se rehusó obstinadamente a cumplir con la ley. Fue en vano que el sargento lo reprendiera por su actitud antipatriótica y tratara de hacerle ver lo desalentador que era que un anciano, después de haber recibido honores cívicos, declinara hacer el sacrificio que todos nuestros jóvenes estaban dispuestos a cumplir en el frente. Cuando el sargento llegó al punto de querer arrestarlo, Gassner se resistió. El sargento, que ya se había dado cuenta de la fuerza física de este individuo —que había estado sujeto a menguantes raciones— procedió a investigar la casa. Y ahora viene la parte increíble de la historia: en un cuarto del segundo piso, con vista al jardín, se descubrió un hombre joven. ¡El anciano lo había ocultado durante años!

Este joven, de veintiséis años de edad y rebosando salud, resultó ser Alois Gassner, el hijo del dueño de la casa. La forma en que este astuto anciano logró burlar a las autoridades de la conscripción y ocultar a su hijo durante años, queda por aclarar. La hipótesis más viable sería la de una falsificación criminal de los registros. También es indudable que mucho se puede explicar por la apartada ubicación de la casa, por los amplios medios de fortuna del padre, y por la existencia de un pequeño jardín cuidadosamente cultivado que les suministraba suficientes alimentos.

Lo que aquí nos interesa, no es tanto lo poco común del caso de un grave fraude y la evasión del reclutamiento, sino una anomalía psicológica que ha salido a luz y que por ahora está siendo investigada por expertos. La anécdota es difícil de creer, pero los testimonios que se tienen a la mano no dejan lugar a duda…

Todos los especialistas están de acuerdo en que Alois Gassner es un tipo mentalmente normal. Además de su habilidad para leer, escribir y la aritmética, es un sujeto muy culto, y con la ayuda de una buena biblioteca, el hombre se ha dedicado al estudio de la filosofía, independientemente de poemas y excursiones en el campo creativo literario; todo lo cual testifica que se trata de un joven de mente sana y cultivada.

Sin embargo, hay una laguna extraña en la vida del joven —¡no sabe nada de la guerra!—. Todos estos años ha vivido fuera de nuestro mundo. Justamente como oficialmente no ha existido para el mundo, nuestro mundo y nuestros tiempos tampoco han existido para él. Probablemente, es el único adulto en Europa que, aun cuando en plena posesión de sus facultades mentales, no sabe absolutamente nada de la Guerra Mundial, de los eventos y conmociones de los últimos diez años.

Nos atrevemos a comparar tan extraño filósofo con Kaspar Hauser, ese tipo legendario que pasó sus primeros años apartado en un medio crepuscular, lejos del mundo de los hombres.

Es indudable que no pasará mucho tiempo para dilucidar y juzgar este caso, relativamente sencillo, de Gassner Senior. Ha cometido una grave ofensa y tendrá que pagar las consecuencias. Sin embargo, por lo que respecta a la culpa o complicidad del hijo, las opiniones varían notablemente. Por ahora, sigue sujeto a exámenes en un hospital para enfermos mentales. La única reacción que ha tenido hasta la fecha de lo poco que ha podido captar de los sucesos actuales, sobre el Estado y sus deberes cívicos, ha sido una sorpresa infantil con algo de temor. Está de manifiesto que no toma en serio todos los intentos que se hacen por educarlo; tal parece que conceptúa todo lo referente al mundo de hoy en día como ficciones empleadas para comprobar sus facultades mentales. Hasta ahora, todas las preguntas y pruebas de asociación de ideas basadas en términos y expresiones familiares a todo muchacho no han tenido resultado alguno.

Antes de entrar en prensa, se nos informa que la facultad de filosofía de la Universidad de Leipzig tiene el caso bajo estudio. Se examinarán los escritos de Gassner. Pero, no obstante el valor positivo o negativo de estos ensayos, la propia facultad está sumamente ansiosa para conocer personalmente al sujeto en discusión, y quizás decida “adquirirlo” como único ejemplar de una clase extinta de hombre. Este “hombre de la preguerra” quedará sometido a una cuidadosa investigación y posiblemente se le conserve para la ciencia».