[1] Diarios. Entrada del martes 10 de febrero de 1958, «al mediodía». Actualmente contamos ya con una “versión íntegra” de los diarios de Plath (The Unabridged Journals of Sylvia Plath, editada por Karen V. Kuldl, Anchor, 2000), que, según la editora, contiene un sesenta por ciento más de material que la que, en su día, publicó Ted Hughes recortada. Con todo, seguimos sin saber, si existe o no, el último cuaderno que Plath escribió y que, al parecer, destruyó su marido. Pero ¿cuándo? Judith Kroll asegura que Olwyn Hughes, la hermana del poeta, le confirmó la existencia de esa parte final de los Diarios a principios de los años setenta. (N. del T.) <<
[2] El adjetivo aplicado a estos poemas que Plath ya empieza a sentir como “suyos” es muy significativo —y muy acertado, a mi juicio—: weird: misterioso, en el sentido de que alude a/o sugiere lo sobrenatural; que concierne a/o controla el hado o destino. Quizás “arcano” sea lo que más se aproxime a él en castellano. (N. del T.) <<
[3] Regardless: sin miramientos; pese a quien pese; a toda costa. (N. del T.) <<
[4] En el año 2004, Frieda Hughes, la hija de Sylvia Plath y Ted Hughes, publicó en Faber & Faber “la edición restaurada” de Ariel, junto con la última copia mecanografiada del libro y una interesantísima introducción. (N. del T.) <<
[5] Judith Kroll, que colaboró, efectivamente, en la preparación de este volumen, lo expresó con suma claridad: «En Plath, las preocupaciones personales y sus papeles en la vida cotidiana son transmutados en algo impersonal, absorbiéndolos en un sistema mítico atemporal […] En su poesía hay un tema que está por encima de los demás: el problema del renacimiento o de la trascendencia, y casi todo en su poesía contribuye o bien al planteamiento, o bien a la vislumbrada resolución de ese problema». (Chapters in a Mithology, p. 3. Ver “Bibliografía”). El libro de Kroll es uno de los tres o cuatro realmente claves que se han escrito sobre Plath, pero, en mi modesta opinión, también acaba pecando de lo mismo que pecan los más desechables: arrimar el ascua a su sardina… hasta carbonizarla. <<
[6] Calificativos, todos ellos, que, indefectiblemente, aparecen en cualquier libro o artículo sobre Plath al uso. De hecho, la primera biografía que se escribió sobre ella, la de Edward Butscher, ya incluía en su título la palabra “locura”: Sylvia Plath: Method and Madness. Cuando Plath —perdónenme— no tenía nada de “loca”. ¿Y quién puede aportar pruebas reales de que sufría ese tan cacareado “trastorno bipolar”? ¿Quién? Kroll, mucho más lúcida que Butscher, zanja también esta cuestión con frases tan rotundas como éstas: «Ver un tema o una imagen (por ejemplo, el de la escisión entre el “verdadero” y el “falso” yo, [fundamental en Plath],) como un mero “síntoma de esquizofrenia” es despreciar el significado profundo al que nos enfrentamos […] El verdadero yo es la niña que Plath fue antes de que todo se torciese, la parte que, como evidencia “Electra en la Vereda de las Azaleas”, yace enterrada con su padre. La parte que sobrevivió a la muerte de éste está, pues, incompleta, es una suerte de yo falso, y la vida que vive es, en este sentido, irreal […] Esa tensión entre el verdadero y el falso yo, determinada inicialmente por la relación con su padre, fue la base del posterior desarrollo de [la poeta], y, en consecuencia, tifió todas las futuras manifestaciones del yo [o Sí Mismo], tanto en su relación con los demás [—el mundo y la naturaleza—] como consigo misma» (op. cit ., pp. 5, 9 y 10). <<
[7] En su importante libro (ver “Bibliografía”), uno de los dos únicos ensayos que yo conozco en castellano, Viorica Patea da cuenta detallada de todas esas reseñas que tuvo a bien consultar. Y demuestra lo que aquí digo. (N. del T.) <<
[8] Kroll, op. cit., pp. 51 y 52. <<
[9] Aparte de la italiana (ver “Bibliografía”, y comentario al respecto) sólo sabemos de otra traducción más: una húngara cuyo contenido real ignoramos. Esto es: no sabemos si es o no una versión íntegra de la edición de Faber & Faber. <<
[10] Las notas que siguen fueron elaboradas por el responsable de la edición de estos Collected Poems, el poeta y marido de Sylvia Plath, Ted Hughes. Las notas añadidas por el traductor figuran entre corchetes y/o con la debida indicación: (N. del T.). Para no complicar la lectura, he obviado, en el sentido canónico, la procedencia de las citas que incluyo —muchas de ellas, además, versionadas por mí directamente—, aunque la lectora o el lector podrá hallar al final del volumen toda la bibliografía consultada para realizar esta traducción. Asimismo, para mantener la coherencia de la edición, respeto las siglas S. P. y T. H. que prefirió el marido de la poeta. <<
[11] Ese año, Sylvia Plath (S. P., a partir de ahora) empezó a escribir los poemas de su primer volumen publicado.
A principios de enero, se hallaba ya Inglaterra, en la Universidad de Cambridge, estudiando Lengua y Literatura Inglesa con una beca Fulbright y viviendo en Whitstead, un anexo del Newnham College. En febrero, conoció a su futuro marido, Ted Hughes (T. H.). En abril, estuvo en Roma y París, viajando sola.
El 16 de junio se casó, y vivió hasta septiembre en España, principalmente en el pueblo de pescadores llamado Benidorm (que por entonces aún era un lugar de veraneo sin explotar).
Después pasó el mes de septiembre en West Yorkshire, con su marido, regresó a Cambridge en octubre y volvió a vivir en Whitstead hasta diciembre, cuando ella y T. H. se mudaron a un piso de la capital. En Navidad, regresaron juntos a West Yorkshire. <<
[12] Poema sobre un cuadro de Giorgio de Chirico [1927, Washington, National Gallery of Art]. S. P. tenía una reproducción en postal de él clavada en la puerta de su habitación [del Newnham College].
[Las traductoras italianas dan otro título a este cuadro: Interno in una valle, aunque en la N. G.A. de Washington figura con el mismo título que le da S. P. (N. del T.)] <<
[13] Un peinado que estuvo de moda a principios del siglo pasado y que, en efecto, lleva la mujer del cuadro de Chirico. (N. del T.) <<
[14] Estate, figuradamente, también significa “situación, estado”. (N. del T.) <<
[15] El 20 de febrero de 1956, S. P. anotó en su diario: «He escrito un buen poema: “Paisaje invernal, con grajos”: se mueve, y es atlético: un paisaje psíquico». <<
[16] Como era habitual en ella por entonces, S. P. eligió cuidadosamente, en su ya célebre Thesaurus, cada una de las palabras de este poema. Bleak, en concreto, posee esos dos sentidos, aparte del de “inhóspito, expuesto a los elementos”. (N. del T.) <<
[17] S. P. escribió este poema sobre «las oscuras fuerzas de la lujuria» tan sólo dos días después de su primer y apasionado encuentro con T. H., a quien, según ella misma, va dedicado (anotación del lunes 27 de febrero de 1956 de sus Diarios). S. P. ya había leído “El jaguar”, uno de los poemas más célebres de T. H., y probablemente conocía también “La pantera”, de Rilke, poema en el que sin duda abrevó el poeta de Yorkshire. Al margen de su calidad, este texto nos da una idea aproximada del tipo de “pasión animal” que imperó al principio de la relación de S. P. y T. H., por no hablar de las diversas premoniciones que entraña. Con todo, algunos críticos, como Steven Gould Axelrod, incluyen este poema en la serie que S. P. dedicó a su padre, viendo en «nuestro delito ancestral» una alusión no a Adán y Eva (figuras a las que S. P. dedicó varios poemas de juventud) sino al deseo incestuoso reprimido. De ser así, la autora habría fundido inconscientemente, ya desde el principio, la figura de su padre y de su amante. La “réplica” que T. H. escribió a este poema en Cartas de cumpleaños se titula “Trofeos”. (N. del T.). <<
[18] «En la espesura de los bosques, vuestra imagen me persigue». La cita pertenece al drama Fedra, sobre el que S. P. estaba escribiendo un ensayo ese trimestre (“La pasión como destino en Racine”). T. H., al final de su vida, tradujo la obra al inglés. En la carta que S. P. le envió a su madre adjuntándole el poema, además de darle una explicación de éste completamente distinta a la que se dio a sí misma en los Diarios, escribió: «Otro epígrafe posible podría ser una cita de mi amado Yeats: “El corazón resinoso del ser humano/ ha alimentado todo cuanto flamea en la noche”». Con todo, las aseveraciones que S. P. hacía en esa carta del 9 de marzo de 1956 eran muy atinadas, empezando por la de que en el poema se advierte «cierta influencia de Blake (…) Y, naturalmente, [la pantera es] un símbolo de la terrible belleza de la muerte, e incluso de la paradoja de que cuanto más intensamente vive una, más arde y más pronto se consume: la muerte, aunque incluye el concepto de amor, es más grande y rica que el mero amor, ya que éste no es más que un componente de aquélla». (N. del T.) <<
[19] Aflame también significa “incendiado” en el sentido sexual, “excitado”. (N. del T.) <<
[20] Haggard, aplicado a un halcón —otro de los animales totémicos de T. H.— significa “salvaje, intratable”. (N. del T.) <<
[21] Aparte de “radiación lumínica”, radiance significa en inglés “mezcla de salud, bienestar y felicidad”, como cuando decimos en castellano que alguien “está radiante”. (N. del T.) <<
[22] La elección de la palabra parece aludir a la célebre obra de Virgilio, llamada en inglés The Bucolics, por lo que el título de este poema también podría ser “Escena bucólica”, o simplemente “Bucólica”. Aun así, bucolic es sinónimo culto de peasant. De hecho, muchas de las palabras que emplea aquí la autora son arcaísmos. <<
[23] 10 de mayo: Eve of May Day o May Day. La “Noche de Walpurgis”, de origen pagano. Su culto se remonta, como poco, a la Floralia, fiesta que los antiguos romanos celebraban desde el 23 de abril al uno de mayo, y que en la Italia actual recibe el nombre de Calendimaggio. Para S. P. el mes de mayo pudo tener una importancia especial, pues en la Roma clásica era un período consagrado a los antepasados muertos y en el que éstos visitaban a los vivos. (N. del T.) <<
[24] El 20 de febrero de 1956, S. P. escribió: «He comenzado otro [poema] largo, más abstracto [que “Paisaje invernal, con grajos”; cf. nota al poema n° 2], escrito en la bañera: ¡ojo!, que no resulte demasiado general».
[Y, unos días después, anotó: «Creo que lo que más me horroriza de todo es la muerte de la imaginación. Cuando el cielo de ahí fuera es simplemente rosado y los techos simplemente negros: esa mente fotográfica que, paradójicamente, dice la verdad sobre el mundo, pero una verdad sin ningún valor (…) Me horroriza imaginar lo pobre que sería la vida sin sueños, la peor clase de locura».
El título del poema alude, según algunos críticos, a la obra casi homónima de Swift, A Tale of a Tube, y, más concretamente, a la sección IX: “Digresión concerniente al origen, la utilidad y el perfeccionamiento de la locura en una comunidad”, en la que Swift; ironiza sobre la oposición razón-fantasía.
Con todo, la bañera tenía para S. P. una fuerte carga simbólica, ligada a la del fuego, y, por ende, al anhelo de “purificación” o de “renacimiento”, tal y como ella misma reveló, por boca de Esther Greenwood, en el capítulo dos de La campana de cristal: «Debe de haber varias cosas que un baño caliente no puede curar, pero yo conozco muchas que sí […]Yo medito en la bañera. El agua tiene que estar bien caliente, tanto que a duras penas te atrevas a meter un pie dentro […] Nunca me siento tan yo misma como cuando tomo un baño caliente. Me tendí en aquella bañera […] y sentí cómo de nuevo volvía a ser pura. Yo no creo en el bautismo ni en las aguas del Jordán, ni en nada semejante, pero sospecho que lo que siento por el baño caliente es lo mismo que los creyentes por el agua bendita […] Cuanto más tiempo pasaba allí, en el agua clara y caliente, más pura me sentía, y, cuando por fin, salí y me envolví en una de las toallas del baño del hotel —grandes, suaves, blancas—, me sentí pura y dulce como un bebé». (N. del T.) <<
[25] Una imagen difícil de interpretar. Que yo sepa, navel no tiene un sentido botánico (que sería lo más propio, dada la manera de escribir de S. P., o sea, concatenando las imágenes que se van autogenerando las unas a las otras), así que supongo que alude a las células madres que contiene el cordón umbilical —en este caso, de una “pérdida”, de unos “desechos”, tal vez de un aborto. (N. del T.) <<
[26] En enero de 1956, S. P. visita Niza y Vence con su novio de entonces, Richard Sassoon. El tren que los llevó a la Costa Azul llegó allí al amanecer. La Angels’ Bay a la que alude el poema es la Baie des Anges, de Niza. La visita a la Chapelle du Rosaire la impresionó vivamente: «Un día de días». S. P. escribió un texto sobre ella, “La catedral de Matisse” en una edición del Prometeo encadenado que debía de llevar consigo. Su emoción fue doble, porque entró allí «de milagro»: al llegar a la puerta, ella y Sassoon descubrieron que estaba cerrada. S. P., que adoraba al pintor francés, se quedó allí de pie, desconsolada… ¡Había cruzado dos veces el océano para verla! Hasta que oyó la voz de una de las monjas, que le dijo: «Ne pleurez plus: Entrez!». (N. del T.) <<
[27] Leave-and-flower alude tanto al arte de hacer flores de papel, tela, etc. como a la clase de botánica donde los niños dibujaban “hojas y flores”, antiguamente. (N. del T.) <<
[28] S. P. retomará esta imagen acuarelista al final de sus días, en “Árboles de invierno”. (N. del T.) <<
[29] También “La dolencia de la reina”. En el Times Literary Supplement del 31 de julio de 1969 apareció publicado como “La endecha de la reina loca”. (N. del T.) <<
[30] Por la fecha en que el poema fue escrito, el “gigante” no puede ser otro que T. H., célebre por su presencia y su mirada imponentes. S. P. habla de ello en varias cartas de este período y en sus Diarios. (N. del T) <<
[31] «¡No puedo parar de escribir poemas! Cada vez me salen mejor. Nacen de las palabras de los bosques, de los animales y de la tierra que me muestra Ted […] Bebemos jerez en el jardín y leemos poemas; no nos cansamos de recitar fragmentos: él recita un verso de Thomas o de Shakespeare, y me reta: “¡Sigue tú!”. Jugamos con las palabras. Aprendo muchas nuevas, y las empleo en mis poemas. […] Escucha: aquí te van dos poemas más, para leer en voz alta, surgidos de mi dicha al descubrir un mundo para mí desconocido hasta ahora: toda la naturaleza». Cf. Letters Homes, carta del 21 de abril de 1956. (N. del T.) <<
[32] Un poema a lo Dylan Thomas, difícil de leer, de comprender… y de traducir. (N. del T.) <<
[33] O “estercolero”. Aunque, en el ámbito de la arqueología (la autora habla de “sílex”), un “suelo midden es un estrato con restos de huesos de animales, conchas, cerámicas… prehistóricos, lo cual indica que en él hubo un asentamiento humano. (N. del T.) <<
[34] Como en la estrofa anterior, S. P. juega con las acepciones marinas y campestres de los términos que emplea. Este verso también podría entenderse, quizás, así: «Las nubes navegaban a la deriva, llevadas por una corriente centelleante». (N. del T.) <<
[35] Primer poema en el que S. P. evidencia su convicción de que una mujer estéril o contraria a dar a luz no es una “auténtica” mujer, puesto que, a sus ojos, una de las mayores virtudes de su sexo era su capacidad de procrear, de generar vida. Tal y como se aprecia en numerosos pasajes de su obra y de sus Diarios, S. P. deseaba convertirse tanto en una buena escritora como en una buena madre y esposa. Un ideal ciertamente condicionado por la época pero también «libremente» anhelado por ella —y que, desde luego, estaba en las antípodas del naciente y posterior pensamiento feminista.
Estas dos “hermanas” de Perséfone o Proserpina (“la diosa del nombre doble”), parecen más bien simbolizar dos aspectos suyos: el fértil y el estéril, el ardiente y el álgido, en correspondencia con los seis meses que pasaba en la tierra o en el Hades, o incluso de Deméter o Ceres, su Gran Madre-Gemela, diosa del ciclo vital, de la agricultura, y protectora del matrimonio, y del aspecto “infernal” de Perséfone, la Gran Madre terrible.
A parte de esto, el mito de Deméter-Perséfone (como el de Isis, cuya imagen presidió una de sus moradas) pudo influir a la poeta en su aspecto iniciático de “viaje a los infiernos”, muerte y resurrección, en busca del auténtico “Sí Mismo”. No en vano, ambas diosas ocuparon un lugar central en los ritos órficos y eleusinos. (N. del T.) <<
[36] La Wikipedia nos revela, en su entrada sobre Deméter, que «en una estatuilla de arcilla de Gazi, la diosa de la amapola minoica lleva las cápsulas de su semilla, fuente de nutrición y narcosis, en su diadema. Kerényi apunta que “parece probable que la Gran Diosa Madre, que llevaba los nombres de Rea y Deméter, portase la amapola, junto con su culto, desde Creta a Eleusis, y no hay duda de que, en la esfera religiosa cretense, el opio que se empleaba era el de las amapolas”». (N. del T.) <<
[37] Sabacio, dios orgiástico tracio, identificado luego con Dionisos por los griegos, fue, según éstos, hijo de Zeus y de Perséfone, a la que el padre de los dioses preñó disfrazándose de serpiente. S. P. debe de aludir a él (o a Zagreo, o a Yaco, que vienen a ser lo mismo: encarnaciones de Dionisos/Baco). Su culto, como el órfico, el dionisiaco y el eleusino, era de carácter iniciático: «El mito y el culto mistérico de Sabacio hunden sus raíces en el subsuelo telúrico. Así lo demuestran tanto su condición de dios de la vegetación como el empleo de tierra, salvado y serpientes en el rito iniciático, herencias de una prehistoria religiosa de tipo agrario numinoso». (N. del T.) <<
[38] También «conservada para los gusanos». (N. del T.) <<
[39] Fig., “la alta sociedad”. Dado el tema —nada feminista, tal y como lo aborda ella—, es raro que la autora no lo titulase “La hoguera de la/s vanidad/es”. Con todo, S. P. retomará más adelante el tema de la brujería de un modo bien distinto, incluso ardiendo ella misma en la hoguera (“Quema de brujas”) o transformándose en una hechicera/vengadora: “Lady Lázaro”. La “hechicera” del poema es, claramente, una celestina. La obra de Fernando de Rojas no aparece citada en los Diarios de S. P., así que dudo que la leyese —aunque ella llegó a saber algo de español, y su madre incluso a impartir clases. (N. del T.) <<
[40] Este poema (titulado inicialmente “Metamorfosis”) y los dos anteriores fueron escritos «justo después de conocer a Ted». (Diarios, anotación del 27 de julio de 1957). En la carta del 19 de abril de 1956 a su madre (la misma en la que le confesaba abierta y apasionadamente su amor por «ese hombre, ese poeta, ese Ted Hughes»), S. P. le adjuntó esta pieza, comentando: «Aquí te envío un pequeño poema sobre una noche en la que fuimos a dar una vuelta, en busca de búhos, bajo el claro de la luna». Noche que T. H. evocó también en Cartas de cumpleaños: “El búho”.
Según Kroll, “Fauno” es el primer poema de S. P. con claras referencias a La Diosa Blanca de Robert Graves, uno de los libros capitales de su vida y de su obra. T. H. y su amigo Lucas Myers, ya vivían consagrados a Ella en 1956, y fue él quien introdujo a S. P. en su “culto”. Uno de los pisos que tuvieron en Londres estaba presidido por un poster de «la gran Diosa-Luna, “Isidis”, Magnae Deorum Matris, y en él figuraban varios de sus epítetos, incluidos los de “Hécate”, “Proserpina”, “Diana” y “Luna” [sic]». Siguiendo el ejemplo de Robert Graves y Laura Riding, la nueva pareja intentaría llevar una existencia acorde con las exigencias de la Diosa, entregándose «a la poesía por encima de cualquier otra actividad humana» (palabras de Graves); «una existencia en la que la poesía y lo que ésta representa devendría en una forma de vida natural».
Así y todo, como dice Kroll, «es importante tener en mente que, mucho antes de conocer a [T. H.] o de leer La Diosa Blanca, [S. P.] ya había desarrollado en gran medida sus intereses intelectuales y poéticos; intereses que, temática y simbólicamente, casaban a la perfección con el material de Graves, y que, por eso mismo, le resultaron tan adecuados». (N. del T) <<
[41] “Coot: fúlica, focha, gallina de agua; tonto, bobo (jerga); tipo, fulano (jerga).” (N. del T.) <<
[42] Ciertamente, este poema también podría titularse “Canción del mercado (o de la plaza)”, ya que obviamente alude al pasaje evangélico en el que Jesús expulsa a latigazos a los mercaderes del templo. Sólo que este Cristo actual, sin resucitar —a juzgar por sus heridas— vaga enloquecido por un mundo tan “resquebrajado” como él, a causa de la insoportable ausencia de Dios. (N. del T.) <<
[43] To strut es “pavonearse”, mas también “apuntalar”. S. P. parece querer decir que este Cristo sostiene con garbo y astucia su «cuerpo en carne viva, ensangrentado», e intenta disimular comprando pan y vino, etc. La frase «arming myself with the most reasonable ítems» también puede interpretarse como «armándome de las razones más juiciosas». (N. del T.) <<
[44] Por lo general, “purista en relación con el lenguaje; amante de la corrección lingüística”. (N. del T.) <<
[45] Sin duda, el Coloso de Rodas, pero también el Padre-Coloso del poema n° 117 (ver nota al respecto). Con todo, S. P. ya había aludido a esta figura en un poema de juventud, “Lamento”, y en el relato titulado “Un domingo en casa de los Minton”. (N. del T.) <<
[46] Como en el poema anterior —y en la mayoría de los poemas de S. P.— nos encontramos ante la buscada neutralidad del o de la protagonista, que tanto nos hace dudar a los/las traductores/as. Solipsista es quien practica el solipsismo: “Forma radical de subjetivismo según la cual sólo existe o sólo puede ser conocido el propio yo”. (N. del T.) <<
[47] Por su tema y por su tono, este poema podría leerse como un antecedente de “El carcelero”, incluso de “El detective”, en el que, según Susan R. Van Dyne, «la insaciable boca recuerda la fusión, frecuente en los diarios de Boston, de los apetitos emocionales de [S. P.] con su ansia de éxito artístico, así como su costumbre de confiar en que fuese [T. H.] quien alimentase ambos: “El viejo dios del amor que yo perseguía ganando premios en la infancia se ha vuelto más inmenso y más insaciable aún». (N. del T.) <<
[48] En argot, “órgano sexual”. (N. del T.) <<
[49] Cóctel: Wassail es tanto la bebida con la que se brinda como el brindis que se hace con ella. Los diccionarios suelen traducir este término por “cerveza especiada”, pero lo cierto es que hay muchos tipos de bebida (ponche, cóctel, sidra…) que reciben este nombre. (N. del T.) <<
[50] Según la agenda universitaria que S. P. utilizó en aquella época, este poema fue escrito el día 3 de octubre. Llama la atención que los críticos —tan dados a resaltar los momentos de conflicto de S. P. y T. H.— rara vez hayan abordado este “monólogo” de absoluta desolación, pero aún más que la propia poeta no aluda a él en sus Diarios… (N. del T.) <<
[51] El participio wrenched conlleva otras connotaciones muy ligadas a este impresionante poema: “desquiciada”; “angustiada”; “retorcida de dolor”; “presa de espasmos”… (N. del T.) <<
[52] Escrito, según T. H., «en un parapeto de un puente del Sena, el 21 de junio de 1956» (Cf. “Introducción”).
Quienes recuerden a Melvil Udall, el personaje que interpretaba Jack Nicholson en Af Goodas it Gets [Mejor… imposible], comprenderán muy bien de qué clase de soltera habla esta vez S. P.: sin duda la misma enferma tennessewilliamna que, bajo el nombre de “Miss Norris”, aparece en el capítulo XV de La campana de cristal:
«La señorita Norris llegó a la puerta del comedor y se detuvo. Había recorrido todo el trayecto con suma precisión, colocando los pies en el mismo centro de las rosas, grandes como coles, que atravesaban, en dos líneas paralelas, el dibujo de la alfombra. Aguardó un instante y luego, uno por uno, alzó los pies por encima del umbral, como si estuviera pisando un escalón invisible, y entró al comedor.
Luego se sentó a una de las mesas redondas cubiertas con un mantel y desplegó una servilleta sobre su regazo.
—¡Todavía falta una hora para la cena! —gritó la cocinera desde la cocina.
Pero la señorita Norris no respondió. Se limitó a mirar más allá de ella, muy cortésmente.
Yo coloqué una silla enfrente de la suya, al otro lado de la mesa, me senté y desdoblé mi servilleta. Ninguna de las dos habló. Ambas permanecimos calladas, sentadas allí, en aquel íntimo y fraternal silencio, hasta que el gong que anunciaba la hora de la cena resonó en el vestíbulo».
En cuanto a la estructura estrófica, nótese que, una vez más, ésta casa a la perfección con el tema, ya que está formada por trece versos —el número de la “mala suerte”. (N. del T.) <<
[53] Traduzco así este verso para no desvelar de antemano el final del poema. La autora lo evita sabiamente —como siempre—, empleando un término, ward, que puede significar tanto “barrio”, como “sala o pabellón de un hospital”. (N. del T.) <<
[54] Este poema (titulado originalmente “Una bruja moribunda habla con su joven aprendiz”) es la contrapartida de “La vidente” (poema n° 42). S. P. siempre mostró interés por el esoterismo, incluso antes de conocer a T. H. y a su hermana —devotos confesos de esa disciplina—. Pero ¡ojo!, porque tras el tema aparente de esta abjuración brujeril se halla, más bien, la declaración de una nueva poética en ciernes: rechazar toda clase de “trucos”, de “supercherías”, en favor de la veracidad de «la simple vena» y de «la franca y directa boca». Con lo cual no quiero decir, ni mucho menos, que S. P. fuera a convertirse en una “poeta confesional” al uso, tipo Lowell o Sexton, ya que, a pesar de su innegable carga biográfica, la poesía de S. P., en sus momentos cenitales, siempre logra trascender la mera anécdota personal, gracias, precisamente, a su profunda raigambre mítica y a su poderosa imaginación visionaria. (N. del T.) <<
[55] Sobre el trasfondo de este poema, ver el relato “La caja de los deseos”, incluido en Johnny Panic y la Biblia de los Sueños. Como es sabido, el alcaudón —un ave considerada rapaz dentro del grupo de los paseriformes— no sólo se alimenta de sus congéneres sino que tiene la “cruel” costumbre de “almacenar” a sus víctimas ensartándolas en arbustos espinosos. (N. del T.) <<
[56] Primero de los poemas que S. P. concibió en Benidorm, durante los meses de su luna de miel. Aunque no exento de tópicos —que aún no eran tan tópicos en los años cincuenta—, el texto refleja bien la España del momento, cuando los pueblos de la costa mediterránea, aún sin explotar y sin “modernizar”, empezaban a recibir las primeras oleadas de turistas. (N. del T.) <<
[57] Naranja china: Aunque no lo aclara, parece que el DRAE denomina así el fruto de la fortunilla margarita, también llamada “quinoto” o “kumquat”. (N. del T.) <<
[58] Los dos puntos del verso anterior unen, a través del adjetivo sibilant (que, como sustantivo, significa “silbido o chirrido de un freno”, aunque aquí también evoca el sonido del mar), la imagen de los tranvías con la de los amantes paseando por el puerto. (N. del T.) <<
[59] La mañana de febrero de 1956 en que S. P. compró el primer y único número de la revista St Botolpss Review, creada por T. H., Lucas Myers y otros amigos poetas, fue la misma en que visitó por primera vez al psiquiatra de Cambridge que le habían recomendado varios profesores a causa de su “historial clínico”. Los cuatro poemas deT. H. que aparecían en ella la impresionaron tanto que decidió ir a la fiesta de lanzamiento que sus promotores daban el día 25. Fiesta en la que, como es sabido, tuvo lugar el legendario —y salvaje— encuentro amoroso entre la de Boston y el de Yorkshire. Tras varias semanas sin volver a verse, T. H. y Myers se presentaron —algo borrachos— bajo la ventana de “la joven poeta estadounidense”, y empezaron a tirar fragmentos de barro para llamar su atención. Pero se equivocaron de ventana, y S. P. no supo del hecho hasta el día anterior, ya que mientras T. H. intentaba volver a contactar con ella, “Sivvy” estaba inmersa, precisamente, en el sueño que dio lugar a este poema: «(…) soñando que estaba en casa, en Winthrop, en un hermoso y reluciente día de primavera, paseando en pijama por las calles de alquitrán fundido hasta el mar; allí noté la frescura de la sal, y, acuclillados en el mar, en medio de una maraña de juncos verdes, divisé a los mariscadores de almejas con sus cestas de mimbre, quienes, al verme así, en pijama, fueron irguiéndose, uno tras otro, de cara a mí, hasta que yo corrí a esconderme, avergonzada, bajo las pérgolas emparradas de la casa de Day (…) Y, mientras yo soñaba eso, aquellos chicos, en la oscuridad, me estaban tratando como a una puta cualquiera, acercándose como soldados a Blanche DuBois [el personaje de Un tranvía llamado Deseo, de Tennessee Williams], dando tumbos por los jardines, borrachos, y mezclando mi nombre con el fango (…)». Diarios, entrada del domingo 11 de marzo. La indignación de S. P. no debía de ser, empero, tan grande, pues, en otra anotación da cuenta de su alegría al saber que T. H. andaba tras ella. (N. del T.) <<
[60] Pienso que el mejor retrato que hemos heredado sobre aquellos recién casados es el que realizó Wendy Christie recordando «la extraordinaria pareja» que conformaban: «Los recuerdo, muy vivamente, a ambos, en una fiesta que yo había organizado; de pie ante la chimenea, hablando con tal o cual persona, los dos sonriendo y sonriendo sin parar, casi incandescentes de felicidad. En eso llegó el decano de la facultad de Ted, y se quedó un instante en el umbral de la puerta, ojeando con desagrado aquel grupillo de gente, hasta que divisó a Ted. “Veo que conoces a algunas personas extraordinarias”, murmuró. También yo pensaba que Ted era alguien realmente extraordinario, así que solté una carcajada, y él otra (…) Ted vivía todo con tal vehemencia, con tal ausencia de conciencia propia o afectación, y con tal indiferencia respecto a los hábitos sociales, que no era fácil conservarlo a él y, al mismo tiempo, mantener esas apariencias supuestamente tan necesarias. En aquella fiesta, un amigo mío me dijo al marcharse, señalando a Ted y a Sylvia: “Entre esos dos hay algo”, a lo que yo repliqué: “Y tanto: acaban de casarse”. Y, sí, a todas luces, algo los unía poderosamente. Los dos parecían haber encontrado tierra sólida en el otro. Ted se había vuelto más constructivo en sus gustos, y Sylvia había encontrado a un hombre de su mismo nivel. Su vivacidad demandaba altura, intensidad, algo extremo, y Ted no sólo era alto físicamente, sino que también era intrépido: le traía sin cuidado todo —en el pequeño sentido burgués—; la gente y la moral convencional le importaban un bledo». (N. del T) <<
[61] Los que sembró Jasón, con la ayuda de Medea. Aquí, S. P., pacifista convencida, alude a los ejércitos y sus “guerreros” en general. (N. del T.) <<
[62] La expresión, de tan hermosa, es intraducibie, pues stroke significa tanto “ataque” y “golpe” como “caricia”, tanto “lapso” como “latido”, y muchas cosas más. (N. del T.) <<
[63] Aunque to hangfire significa “tardar en disparar o explotar”, y, de ahí, “dudar”, S. P. parece utilizar siempre la frase hecha en sentido literal. (N. del T.) <<
[64] Creo que S. P. juega con una acepción poco conocida de limb (“renuevo; miembro”): “Astronomyi The circumferential edge of the apparent disk of a celestial body”. O sea, que este “radiante renuevo” también es el sol naciente. Y digo también porque la connotación erótica es obvia: una vez apagado el deseo “la semilla” que aventa “la rama (o el miembro) radiante” ya es sólo “ceniza”. (N. del T.) <<
[65] El tipo de melón llamado en inglés honeydew, “rocío de miel”. (N. del T.) <<
[66] Otro variedad de melón. (N. del T.) <<
[67] S. P. y T. H. vieron, en efecto, una corrida de toros en la Plaza de Las Ventas de Madrid, el 8 de julio de 1956: «Ted y yo coincidimos: estamos de parte del toro. Yo creía que el matador realizaba una especie de danza con el peligroso animal, y luego lo mataba de una estocada limpia. Pero nada de eso…». (Carta del 14 de julio de 1956). Este poema, «de estructura y de versos insólitos y complejos». (Anna Ravano), está íntimamente ligado a otro de T. H., “Tú odiabas España”, incluido en Cartas de cumpleaños. En cuanto al título, hay que tener en cuenta que to gore significa tanto “cornear” como “derramar sangre”. (N. del T.) <<
[68] En el sentido —irónico— de “escritores o actores de tragedias”. (N. del T.) <<
[69] Anansi es el famoso trickster, el héroe-araña del folclore del África Occidental y del Caribe.
[Es hijo de Nyame, el dios-cielo, y de Asase Ya, la diosa-tierra de la fertilidad, y marido de Aso, “la señora Anansi”. Entre sus poderes está el de traer la lluvia y apagar con ella los incendios.
A finales de ese año, S. P. empieza a interesarse por el folclore africano en general, y los resultados de ese interés pueden rastrearse a lo largo del resto de su obra (v., en especial, nota al poema 119, “Poema para un cumpleaños”, sección VII, “Las piedras”).
La experiencia a la que alude el poema ocurrió en Benidorm, durante la luna de miel de la pareja, y aparece relatada en los Diarios, anotación del 14 de agosto de 1956.] <<
[70] La expresión robber barón, “barón ladrón”, proviene del alemán raubritter, “señor feudal que explotaba económicamente a los pasajeros terrestres o marítimos que pasaban por sus dominios”. En el siglo XIX pasó a denominar, en EE. UU., al “magnate que se enriquecía por medios ilícitos”. (O sea, el ilustre antepasado de nuestros actuales especuladores). Pero la robber barón cave es también la cicurina baronia, una araña pequeña de la especie Dictynidae —que, por cierto, también está en peligro de extinción: como todo—. Su aspecto coincide con el de la primera araña que describe S. P. en el fragmento de sus Diarios, aunque, como se ve, ella denomina robber baron a una “araña come hormigas”, tal vez porque ésta parecía estar acechando como “un bandolero”, dispuesta a robarle las hormigas a la otra. Las ant-spiders viven en zonas rocosas («su pequeño stonehenge») y son, en efecto, negras, tal y como se aprecia en un video “muy didáctico” —y muy elocuente— realizado por unos soldados estadounidenses en Irak, quienes, tras arrojar una de esas arañas a una ensaladera transparente atiborrada de hormigas, se divirtieron filmando la escabechina… Es obvio que S. P. fundió en una sola araña el recuerdo de ambos espécimenes. (N. del T.) <<
[71] Al estudiar la influencia de la obra de Emily Dickinson (la escritora que, junto a Virginia Woolf, más marcó, según él, a S. P.), Steven Gould Axelrod habla también del gusto de ambas por los riddle o acertijos. Bien, pues, creo que, al igual que en “Metáforas”, nos hallamos ante una de esas cancioncillas/adivinanzas rimadas, de ahí que entienda el título original como “[Nursery] Rhyme”. En el ámbito anglosajón, nuestra “gallina de los huevos de oro” es una oca. Con todo, es probable que la oca simbolice aquí, como en otros poemas similares, la poesía de la propia S. P. En tal caso, llama mi atención el hecho de que la dueña —pues parece ser una mujer quien habla— tan sólo consiga obtener sus ansiados beneficios amenazando a la oca con matarla o con matarse a sí misma —cuando gira el cuchillo hacia ella—. Otro aspecto muy curioso es que el resultado final de esa “evacuación” no es el esperado o incluso programado —los huevos de oro— sino otro distinto —esas heces o residuos de rubí. (N. del T.) <<
[72] Addled significa tanto “podrida” como “estéril”, “confusa”. El tema de la esterilidad, en general, y de la poética, en particular, es uno de los más recurrentes en la obra de S. P. (Ver, entre otros, el poema n° 66, “Virgen en un árbol”). (N. del T.) <<
[73] Escrito al marchar de Benidorm, donde, como ya se dijo, S. P. y T. H. pasaron su luna de miel aquel verano. (N. del T.) <<
[74] Amargura: Lit. «mezcla [o intensifica] sus amarguras», pero también «compone [o prepara] su angostura». Lo cierto es que ambas interpretaciones son posibles. (N. del T.) <<
[75] Sin don: O “sin talento”. S. P. alude probablemente a su insatisfacción por no haber escrito y dibujado más y mejor. (N. del T) <<
[76] El término maudlin (“sensiblero, lloroso, patético”) parece derivar del nombre Magdalena o Maudeleyne, la “llorosa”. <<
[77] En todas las culturas, antiguas y modernas, encontramos ejemplos de pareidolia lunar; o sea, inclinación a ver figuras de personas o animales en las manchas de la luna, y, en consecuencia, crear mitos y leyendas sobre dichas figuras. En la cultura hebrea, por ejemplo, “el hombre de la luna” es, según unos textos, Caín, según otros, Jacob. El moons man de S. P. se asemeja mucho al de la época isabelina (Shakespeare alude a él en varias obras), cuando era visto como un viejo aficionado al clarete, que siempre estaba buscando un poco de leña para calentarse, acompañado, a veces, de un perro. Pero, curiosamente, el lunático isabelino recuerda a otro muy anterior, el de los indios mimac de Norteamérica, protagonista del relato Rabbit [conejo] y el hombre de la luna (cuya versión al gallego, por cierto, acabo de iniciar): tras ser descubierto y cazado por Rabbit, el hombre de la luna promete no volver a la tierra a robarle sus trampas y sus presas. Con todo, parece que “el hombre de la luna” al que alude S. P. en éste y en el poema n° 48 es de una leyenda alemana, que tal vez le contaran sus padres (ver nota al respecto en “Un lunes interminable”). Es cierto que la autora lo llama aquí Jack (nombre del protagonista del cuento de las habichuelas mágicas), pero, a mi juicio, lo hace en el sentido de “un tío, un fulano, un Juan cualquiera: a Jack”. Otras posibles fuentes de inspiración pudieron ser el poema anglosajón que comienza «Mon inpe mone stond & s trip», y, por supuesto, las dos o tres canciones infantiles relativas al tema, la más célebre de las cuales es «The man in the moon / Come down too soon». (N. del T.) <<
[78] Curse, popularmente, es la —maldición de la— menstruación; ese «espasmo de sangre» del verso anterior. (N. del T.) <<
[79] Hatched: Lit., “incubado, empollado” (en su “huevo impecable”); en argot, “borracho”. Creo que “alumbrado” recoge ambas acepciones. (N. del T.) <<
[80] El verso parece tener obvias connotaciones fálicas, dando a entender que el tal Jack o no quiere o no puede mantener relaciones carnales. (N. del T.) <<
[81] Este poema es un magnífico ejemplo de los “ejercicios de observación” minuciosa a los que se sometía la autora, mediante los cuales pretendía —a la manera zen— devenir en los objetos que observaba. Así lo confiesa ella misma en uno de sus poemas «sobre la inspiración poética». (Jacqueline Rose): “Sobre la plétora de dríades”, poema n° 52. Ver nota al respecto. (N. del T.) <<
[82] Probablemente, los profesores de Cambridge ante los que tenía que presentar sus exámenes finales. Aunque S. P. y T. H. ya se habían mudado al piso de la Eltisley Avenue, tras “confesar” en la universidad que se habían casado. (N. del T.) <<
[83] Anotación del 3 de julio de 1958: «Ted me ha sugerido algunas ideas y algunos temas apasionantes: ya escribí un buen poema breve sobre la marmota y otro sobre los terratenientes, y estoy impaciente por escribir más».
No creo que se deba traducir el título por “Propietarios” ya que en el propio poema se compara a éstos —o sea, los dueños de un piso— con los que poseen su propia casa con y sobre la tierra. (N. del T.) <<
[84] Entre las maldades que dice la gente de la anciana Masón las hay, seguramente, de índole sexual, ya que uno de los sinónimos de cat es pussy, “micho, minino”, pero también “coño”, y, como verbo, “mantener relaciones sexuales”. Así lo han visto los críticos que han analizado este poema y que intuyen ciertos “hábitos consoladores” (entre ellos, el alcohol) en la pobre mujer. (N. del T.) <<
[85] El verbo to blink at es, en cierta medida, la clave de este poema sobre la soledad y la frustración, así que conviene saber algunas de sus distintas acepciones. La anciana Ella Mason, por un lado, “evita, ignora” a las jóvenes casadas, que le recuerdan su “glorioso” pasado y su degradación actual; incluso las “desdeña”, con una mezcla de rebeldía (pues, obviamente, en su época ella desafió las normas de la sociedad que la “maldijo” y “proscribió”), rabia y envidia, mas también las comprende y las “perdona”. (N. del T.) <<
[86] En realidad, “La adivina que lee el futuro en una bola de cristal”. Al parecer, este poema está inspirado en otro de Sara Teasdale, “The Crystal Gazer”, que, en sus mejores versos, dice: «Reuniré de nuevo mis pedazos en mí / Tomaré mis yoes diseminados y haré uno solo con ellos, / Fundiéndolos en una bola de cristal pulida/ En la que pueda ver la luna y el sol centelleante». Según Edward Butscher, S. P. «tenía que simpatizar a la fuerza, en aquel momento crítico de su joven vida, con el impulso que originó el poema de Sara Teasdale: el deseo de una mujer moribunda, la necesidad de fundir sus yoes diseminados en una sola, entera, saludable, eficiente, satisfecha entidad, y quizás utilizar ese nuevo y postrero yo para vislumbrar el futuro y disipar todas sus inseguridades. [S. R] escribió dos poemas, en su casa de la Eltisley Avenue, sobre ese motivo de la señora Teasdale: uno, el que ahora se titula “Cristal Gazer”. [Clarividente o La vidente, en mi versión], y el otro “Retractación” [poema n° 25], aunque el primero huye del sentimentalismo otoñal de la finada [señora Teasdale]».
S. P. y T. H. no se tomaban nada en broma esta clase de «sabidurías ancestrales» —como las definía él. Como sabemos, ambos estudiaron el tarot, la uija, la cábala, la astrología… ¡Y hasta pensaron en tener una bola de cristal auténtica! Pero es que, además, su vida y su obra estuvieron plagadas de esa clase de “sucesos inexplicables”. En “La gitana”, por ejemplo, uno de los poemas de Cartas de cumpleaños, T. H. relata un hecho que les ocurrió —o, más bien, les sobrevino— enfrente de la catedral de Reims. La pareja estaba en una terracita, S. P. concentrada en escribir unas postales. Tanto que, cuando una gitana se le acercó a ofrecerle una medallita, ella la despachó sin ni siquiera levantar la vista. La gitana, ofendida, la apuntó a la cara con el índice y le soltó una maldición/premonición: «Vous crèverez bientôt»: «Muy pronto la espichará». Ella, al parecer, no oyó la frase, pero T. H. sí, y, horrorizado, se pasó «días enteros rimando /talismanes de poder, cotraconjuros en lengua sajona, / para neutralizar el veneno». El vaticinio, desgraciadamente, se cumplió. Pero es que, además, la medallita que la gitana le había ofrecido «era de San Nicolás», el futuro nombre del hijo que S. P. en, aquel momento, llevaba ya en su vientre… (N. del T.) <<
[87] Una vidente real que, según Timothy Materer, vivía cerca de la casa paterna de T. H., en West Yorkshire. (N. del T.) <<
[88] Ver nota 2 al poema n° 30. Al hablar del alma como una “luz” que se separa del cuerpo, Frazer menciona en La Rama Dorada el caso de una hechicera cuya “vida” era una “luz” que ella guardaba en un huevo. Algo que Kroll relaciona con el verso «The soul is another light» de “El cirujano a las 2 a. m.”. (N. del T.) <<
[89] El de Heptonstall, West Yorkshire, donde la propia poeta está enterrada. <<
[90] Guardar luto. La expresión proviene de la Biblia. Por ejemplo, este hermoso versículo del Salmo 29: «Cambiaste mi luto en danzas, me desataste el sayal y me vestiste de fiesta». En cuanto a las «dríades elegiacas», ver poema n° 31. (N. del T.) <<
[91] Igual que “traílla” en castellano, leash designa en inglés tanto la correa de una jauría como la jauría en sí, sólo que en Inglaterra los perros van en ternas, no en pareja. Por su parte, to rave — un verbo muy dylanthomasiano que S. P. utiliza con frecuencia— significa tanto “desvariar” como “elogiar con entusiasmo”; incluso “evangelizar ardientemente”: to flame, en argot. (N. del T.) <<
[92] Veo en esta alusión al ángel cierta influencia rilkeana. De hecho, S. P. había leído y traducido a Rainer Maria Rilke un par de años antes (v. en estas “Notas” el apartado “Traducción”). Aunque lo cierto es que este poema tiene más de Wallace Stevens (que también abordó el símbolo del “ángel necesario” y escribió un poema similar titulado “Angel Surrounded by Paysans”) que del poeta de las Elegías. (N. del T.) <<
[93] Ese año, S. P. completó su licenciatura como Master of Arts en la Universidad de Cambridge.
En junio, ella y su marido se trasladan a los Estados Unidos, donde la habían invitado a dar clases en el Smith College de Northampton, Massachussets, su antigua escuela. Pasaron el verano en el Cabo Cod.
En octubre, S. P. empezó a enseñar en el Smith College. <<
[94] Curiosa y extrañamente, la discusión a la que alude el poema —y la situación a la que dio lugar— es idéntica a otra que, según Edward Butscher, uno de los biógrafos de
S. P. aconteció años después, en la navidad de 1961, en la casa de los Hughes, cuando la poeta estaba embarazada de más de ocho meses de su hijo varón, Nicholas. Sylvia y Olwyn, la hermana de T. H., nunca se llevaron bien, a pesar de sus esfuerzos por superar sus celos mutuos, ya que en la vida de Olwyn, a decir de ella misma, «no hubo otro hombre que Ted», por lo que S. P. solía decir, en los momentos de calma, que los hermanos Hughes mantenían un «incesto intelectual», y, en los momentos de furia, como dice Butscher, «prescindía directamente del adjetivo». El caso es que aquel día ambas discutieron —«¡En esta casa, la hija soy yo!», gritó Olwyn—; Sylvia se encerró en su habitación y allí permaneció un buen rato, aguardando al marido/hermano que, fluctuando entre esas dos aguas, no sabía qué hacer. Al constatar que éste no subía a ver cómo estaba, S. P. se marchó indignada de la casa y vagó por los páramos hasta al anochecer, cuando, por fin, ya preocupado, T. H. decidió ir a buscarla. Tal vez Butscher y el testigo que le contó la anécdota se confundiesen de fecha —no he podido averiguarlo—, y el hecho ocurriese en realidad durante la primera navidad que pasaron en Yorkshire, la de 1956-57. (N. del T.) <<
[95] En alusión, seguramente, al del Rey Hamlet, urgido por la aurora. S. P. compara varias veces en sus Diarios al espectro del padre de Hamlet con el del suyo. (N. del T.) <<
[96] En sentido figurado pero también literal: “capó”. (N. del T.) <<
[97] S. P. utiliza to barnacle, así, como verbo —inexistente o inusual—, por lo que creo que está verbalizando la segunda acepción del término: “suerte de horquilla que se emplea para aguijonear [y por tanto doblegar] a los caballos indóciles” (unruly, el mismo término que aplica ella al hombre en cuestión), al tiempo que juega con la idea de que, esa clase de mujeres, domina a los hombres hasta reducir su virilidad… al tamaño de un percebe. Otra hipotética traducción sería: «Cubrimos de percebes estos muslos de acero». (N. del T.) <<
[98] El “Mayflower”. (“Flor de mayo”) era el nombre del barco que transportó a los llamados Peregrinos desde Inglaterra hasta la costa de lo que ahora es Estados Unidos, en 1620. Debido a una serie de problemas en la nave, se vieron obligados a regresar en dos ocasiones al poco de zarpar. En un tercer intento, salieron de Plymouth el 6 de septiembre y, finalmente, consiguieron llegar el 11 de noviembre al Cabo Cod: el lugar, tan querido por S. P., donde ella y T. H. pasaron aquel verano. (N. del T.) <<
[99] El cual, según el Protoevangelio de Santiago, floreció durante la boda de los padres de Jesús. (N. del T.) <<
[100] La Diosa-Puerca es, según Robert Graves, una de las más antiguas representaciones de La Diosa Blanca. La puerca que «conmemora» el poema, según T. H., pertenecía a un vecino del pueblo de Heptonstall. En un postfacio fechado en 1960, Graves comentó que había sido precisamente allí, en Devon —el condado al que la pareja se iría a vivir— donde había “visto” con claridad y había empezado a escribir su maravilloso ensayo. En noviembre de 1961, tras ser nombrado profesor de poesía en la Universidad de Oxford, Graves regresaría a Inglaterra, y S. P. tendría la oportunidad de participar con él en un recital. (N. del T.) <<
[101] Como reitera más adelante, S. P. compara a la puerca con un hulk, “armatoste; barco viejo y pesado”. Con todo, la autora juega con otras acepciones del término cruise, el mejor resumen de las cuales sería, en castellano: “buscón” (también en sentido sexual): “morro buscón, jeta buscona”. (N. del T.) <<
[102] Brobdingnag. Tierra imaginaria o comarca de descomunales gigantes que aparece en Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, y donde todo tiene enormes dimensiones. (N. del T.) <<
[103] Lit. “Enrocado; acomodado como en un castillo; fantaseador”. Figuradamente, hay que entender este adjetivo como “alojado en sus castillos en el aire”, o algo semejante, creo. (N. del T.) <<
[104] Otra muestra del ingenio verbal de S. P., ya que trough significa tanto “pesebre, abrevadero” como “pipa, cuba” y “depresión (geográfica, marítima)”. (N. del T.) <<
[105] El lunes acabó adquiriendo un fúnebre significado simbólico para S. P. (cf. “Una aparición” [poema n° 159], y otros textos).
[Como ya adelanté en la nota al poema n° 38, S. P. alude aquí a una leyenda alemana recogida, entre otros autores, por Ludwig Bechstein en Deutsche Märchenbuch (1845): “So sollst du fürder ewigen Mondtag haben und im Mond stehen”. Según mis colegas italianas, a quien debo y agradezco este dato (ver “Bibliografía”), la cita podría pertenecer a esa popular antología que, quizás, estuviera en la casa de los Plath.
La leyenda alemana retrata fielmente una situación que vivieron todos los campesinos europeos hasta ahora (cuando ya están a punto de extinguirse como “clase”, por las razones que, tan lúcida y conmovedoramente expone John Berger en esa joya de la literatura universal titulada Puerca tierra), esto es: la necesidad de trabajar incluso los días santos, a causa de su pobreza. Pues bien: uno de ellos, muerto de frío, fue un domingo a buscar leña para calentarse. Al volver, se topó con un joven, vestido de fiesta, que, camino de la iglesia, le reprochó el hecho de trabajar en el Día del Señor. «Ya sea domingo en la tierra o lunes en el cielo, para mí todos los días son días de trabajo», le contestó el hombre. A lo que el joven, que en realidad era Dios, le replicó con ese típico sentido de la justicia que tiene Él: «Pues a partir de ahora tendrás que acarrear por siempre tu fardo, y, como no respetas el domingo en la tierra, tendrás un lunes eterno en la luna, al igual que todos aquellos que no respetan el día de descanso».
El 26 de abril de 1958, S. P. anotó: «Extrañamente, me atrae: la leyenda cristiana del hombre que acarrea leña en la luna, el epígrafe “Tendrás un lunes interminable y te erguirás en la luna” —la idea yeatsiana del trabajo, del devenir, fundido con el ser estático: un trabajo y una vida de lunes eternos, de eternas coladas y nuevos inicios». Pero el poema de S. P. no es tan sólo un “poema contra el lunes” y lo que éste implica, digamos, sino un claro y directo desafío a ese Dios Vengador (el mismo que, tras el pecado original de Adán y Eva, condenó a la humanidad a “ganarse el pan con el sudor de su frente”), y transforma al “hombre de la luna” en otro ángel caído, rebelde, como Satán, quien, «si pudiese también recogería / Más leña contra la negra escarcha, no descansaría/ Hasta que la luz de su cuarto eclipsase/ El espectro del sol dominical». El poema llegó a revestir tanta importancia para ella, que la autora también barajó la posibilidad de titular así, The Everlasting Monday su primer poemario, El coloso.
Por último, recordar que el 24 de agosto de 1953 (primer intento de suicidio de S. P.) y el 11 de febrero de 1963 (día en que murió) fueron, curiosamente, sendos lunes. (N. del T.)] <<
[106] Valle del río Hebden, una profunda y boscosa garganta al borde de la carretera que atraviesa los páramos de West Yorkshire.
[Otro de los poemas en los que S. P. expresa su incapacidad para afrontar, aprehender, fundirse con una naturaleza cuya poderosa vastedad y crudeza la sobrepasa. Al menos, en esta etapa de su evolución. (N. del T.) <<
[107] El Hombre del Saco o El Coco. Lit. “El Hombre de Arena”. El espectro al que alude la protagonista no puede ser otro, según los críticos, que el de Otto Plath. La imagen del “saco”, como cárcel, lugar de tormento o vientre mortal, reaparece tanto en varios poemas de la última época como en La campana de cristal. En el capítulo once, cuando Esther visita por primera vez a su psiquiatra, el doctor Gordon, se siente «como si me estuvieran metiendo, cada vez más adentro, en un saco negro, sin aire, sin salida». (N. del T.) <<
[108] S. P. escribió este magnífico poema en una época en la que su conciencia política, ya presente en su juventud, comenzó a intensificarse, sobre todo después de volver a los Estados Unidos, cuya política social, económica y, especialmente, armamentística la indignaba. De hecho, los hermosos versos finales constituyen una clara invitación a la revolución, ¿o no? ¡Y luego dicen algunos que S. P. no estaba “concienciada” políticamente! El día en que conoció a Elizabeth Compton (mayo de 1962), exclamó: «¡Una mujer comprometida! ¡Gracias al cielo!». Su crítica, además, sigue siendo muy, muy pertinente, en esta sociedad “obesa” en la que, pese a la opulencia, aún hay millones de “personas escuálidas”.
En un principio, S. P. lo tituló “The Moon Was a Fat Woman Once”, “La Luna era antaño una mujer gorda”, la leyenda africana a la que se alude en los versos 26-31 y que forma parte de otro libro fundamental para S. P. y T. H.: African Folktales, de Paul Radin (ver nota a “Poema para un cumpleaños”, parte VII, “Las piedras”). (N. del T.) <<
[109] Para comprender este poema, hay que recordar que, según la mitología clásica, las dríades eran deidades o ninfas de los árboles, con los que S. P. las identifica. De hecho el término griego drys significa “roble” —árbol sagrado por antonomasia en las culturas “celtas”—, y procede de la raíz indoeuropea derew, “árbol o bosque”. Asimismo hay que saber que S. P. estuvo muy influida —sobre todo en esta “segunda etapa” de su trayecto— por el “trascendentalismo” del reverendo unitarista Ralph Waldo Emerson (1803-1882), quien a su vez se sintió atraído por las filosofías orientales. Tal y como expuso en su ensayo más célebre, Nature, el alma del ser humano, libre de todo apego material y sensual, es capaz de aprehender y de unirse al alma divina que entraña la naturaleza —su reflejo—, y de llegar así a una suerte de comunión mística con ella. En el fondo, Emerson no hizo sino reformular por enésima vez una intuición espiritual que se remonta al origen de la humanidad, y los “ejercicios” a los que se sometía S. P. tenían mucho del animismo, digamos, propio de las “culturas primitivas”, que tanto le interesaban a ella y a T. H. En una de las varias entradas que escribió a este respecto en sus Diarios dice: «Debemos luchar para regresar a esa mente primordial, originaria (…) Ese torrente emocional fluye en nosotros —debemos recrearlo en nuestra mente, incluso mientras estamos pesando harina para hacer, a toda prisa, un pastel. Ejercicio: Ser una silla, un cepillo de dientes, una taza de café, de dentro a afuera: conocer sintiendo». (N. del T) <<
[110] T. H. aborda el trasfondo de este poema en su “réplica” de Birthday Letters, titulada “Moonwalk”. (N. del T.) <<
[111] En francés en el original: “punto muerto, callejón sin salida”. (N del T.) <<
[112] Arruinamiento: S. P. emplea una palabra muy poco habitual —incluso en francés, la lengua de la que parece proceder, aunque, curiosamente, yo la he encontrado en un viejo diccionario de inglés-escocés, así: “Ruinatiom ruinage”. (N. del T.) <<
[113] La “cabeza” en cuestión acabó colocada en el hueco de un sauce, a orillas del Cam, y nadie la reclamó. (Cf., opinión posterior de S. P. sobre este poema, citada en la “Introducción”, páginas 7 y 8).
[La versión original, que S. P. le envío a su madre por correo el 8 de febrero de 1957, tenía tres estrofas más intercaladas. En la versión final, la autora eliminó esa parte más narrativa, en la que hablaba, por ejemplo, del “amigo” de la protagonista y del rechazo que también a él le provocaba el busto.
T. H. relata el transfondo real de este poema en otro de los “diálogos” con su primera esposa, incluido en Birthday Letters, “The Earthenware Head”. Según su versión, aquel “retrato tosco” nunca les gustó, ni a ella —para quien llegó a representar el mismísimo “Mal”— ni, en efecto, a él, que un día la convenció para abandonaría, a modo de altar, en el hueco de un sauce, a orillas del río Cam. Arrepentida, S. P. lo convenció a su vez a él para volver a recuperarla, pero no consiguieron dar con el árbol exacto. Así que… «¿Qué le ocurriría?», se pregunta T. H. en ese hermoso poema: «Tal vez nada. Tal vez / Aún siga allí, representándote/ Ante el amanecer (…) ¿O quizás el propio árbol también acabó arrodillándose ante ella? // Seguramente se la llevó el río. Seguramente / El río es ahora su capilla, y la conserva (…)».
Sin embargo, en la citada carta del 8 de febrero de 1957, S. P. afirma haber vuelto a verla «por vez primera hoy (…) observando los hermosos prados verdes con una paz más allá de toda comprensión (…) como un monumento al sosiego en medio de la naturaleza». Aún así, la idea de verse “decapitada” de esa forma, debía de parecerle algo siniestro a la poeta, y no le falta razón a Erica Wagner cuando asevera, en Ariel’s Gift, que «la imagen de esa cabeza separada de [S. P.] recuerda la naturaleza dual de su personalidad, y la transforma en una suerte de Orfeo femenina: su cabeza cantando aún después de haber sido escindida del cuerpo». (N. del T.)] <<
[114] Debo a mi amigo Jordi Doce, también traductor de T. H. y S. P., la siguiente aclaración sobre este complejo verso: «Creo que spite, “el rencor, el desprecio”, es lo que siente la copia al no poder ser el original, y, a la vez, lo que siente también la mujer/modelo; algo que, en términos psicoanalíticos, podría interpretarse como el desprecio que experimenta ésta hacia sí misma, desplazándolo o proyectándolo sobre el busto». O sea, sobre su “tosco” doble, sobre su “sombra”, en la terminología junguiana.
Doce también me aconsejó traducir spite-set como «dispuesta o resuelta en [/al] desprecio». Dos cosas, carta y consejo, que le agradezco sinceramente. (N. del T.) <<
[115] Es difícil acertar con la acepción correcta de to fare, ya que aquí puede significar hasta “comer, devorar” (cosa que hacía la Efigie mitológica con sus víctimas, además de calcinarlas). La acepción “congeniar” se transforma, argóticamente, en “copular”. Y, para colmo, creo que hay un juego homófono obvio entre to fare y to phare: “alumbrar, dar luz un faro”. (N. del T.) <<
[116] La primera versión, fechada el 7 de abril (cf. Cambridge Manuscript) contenía, tras la cuarta, dos estrofas más, en las que la protagonista describía al padre como una figura semidivina muerta antes de tiempo. En Johnny Panic y la Biblia de los Sueños hay un cuento homónimo, escrito por esta misma época. <<
[117] Creo advertir un juego entre la expresión original y la expresión hecha “to ride herd on: controlar, vigilar el ganado (a caballo)”. Los muertos, esos “fuera-de-la-ley (natural)”, esos “proscritos”, regresan para fiscalizar a los vivos. (N. del T.) <<
[118] Skulled-and-Crossboned alude al conocido símbolo de la bandera pirata. «Riddled with ghost» podría traducirse también como «acribillados de (o por) espectros». Como Gulliver, atado y acribillado por los liliputienses. (N del T.) <<
[119] Top Withens es una pequeña granja en ruinas situada al borde del páramo que hay sobre Haworth, West Yorkshire, y en la que, supuestamente, se inspiró Emily Bronte para escribir Cumbres borrascosas. En su primera visita [agosto de 1956], S. P. llegó a ella por el sur, recorriendo unas cuantas millas del páramo.
[S. P. volvió allí al año siguiente, al parecer, algún día del mes de junio. La granja permaneció habitada hasta los años veinte del pasado siglo, y en Internet pueden verse fotografías de cómo era “en vida”, hasta que el abandono la desmoronó. Sobre aquellas visitas a las tierras de las Brönte, que motivaron este poema y el n° 148, leer “Wutherings Heights”, de T. H., en Birthday Letters —además, por supuesto, de las cartas y de los fragmentos de los Diarios de la autora. (N. del T.)] <<
[120] Un fenómeno extraño que se observa a veces en los páramos altos durante una media hora o así, al atardecer, cuando las manos y los rostros de la gente parecen emanar luz.
[«Los ocho peregrinos de la segunda estrofa son los protagonistas de un cuento de Nathaniel Hawthorne titulado igualmente “The Great Carbuncle” (en Twice-Told Tales): ocho desconocidos que se encuentran durante el transcurso de una misma búsqueda: la de una gran gema esplendorosa incrustada en una roca. En el relato, la gema es una metáfora de lo intangible, y todos los peregrinos, salvo dos, fallan o perecen en su intento, víctimas de su ansia de posesión. Tan sólo dos jóvenes esposos consiguen ilesos la gema, pero renuncian a ella cuando comprenden la imposibilidad de vivir continuamente inmersos en semejante esplendor.» (Cf., Anna Ravano, Opere, notas, pág. 1592, a partir de Kroll, seguramente). (N. del T)] <<
[121] Aunque to estrange significa, comúnmente, “enemistarse, distanciarse, separarse” (de ahí, estranged husband! wife, “el marido/la mujer del/la que me he separado”), el Thesaurus recoge también su acepción radical: sinónimo de to strange. Empleo, pues, “diversos” en el sentido de “desemejantes”, a falta de otro hallazgo mejor. (N. del T.) <<
[122] «Acabo de recibir una carta urgente de la revista \The\ Atlantic [Monthly] con la noticia de que me han aceptado un poema de 50 versos que escribí a modo de ejercicio. Se titula “Words for a Nursery”, y quien habla, en primera persona, es la mano derecha: cada verso tiene cinco sílabas, y son cinco estrofas de diez versos cada una. Muy digital», le escribió S. P. a su madre.
Nos hallamos, pues, ante uno de los “poemas acertijos” de S. P. en los que más se advierte la influencia de William Blake y, sobre todo, de Emily Dickinson, su “Gran Madre” literaria, junto con Virginia Woolf, como ya dijimos. Pero madres a las que, como a la real, también tuvo que “matar”, para llegar a ser ella misma —según los críticos que analizaron su influencia. El enigmático «botón de rosa» que se abre aquí, ante nuestros ojos, es, en efecto, la mano derecha —y, más concretamente, de un o el hombre—, a través de cuyo simbolismo S. P. aborda la progresión de la vida del ser humano, desde el nacimiento hasta la muerte, centrándose en “la herramienta” que, junto con el cerebro, nos ha traído adonde hoy estamos —para bien y para mal. (N. del T.) <<
[123] El verso implica varias posibilidades, incluso una argótica, pues lay también significa “relación sexual”. ¿Qué olfatea o percibe este perro amaestrado: la endecha, la relación que hay entre, la dirección hacia la que tienden o, incluso, la posición en la que se hallan el cardo y la seda? Dado que to snare out significa, figuradamente, “descubrir, en especial, algo escondido”, me decanto por “la relación” (opuesta, en este caso: punzante-suave, frío-caliente). “La mano” nos enseña a distinguir las cosas y la sensación que éstas nos producen. (N. del T.) <<
[124] O “placa caliente”. El “polo”, supongo, es el geográfico, aunque pole también significa “palo, verga, mástil” —con lo cual podríamos estar ante otro calambur de índole sexual: «la verga fría y la placa caliente». (N. del T.) <<
[125] Cualquiera de las especies pertenecientes al orden de los pleuronectiformes: platija, lenguado, rodaballo… (N. del T.) <<
[126] Do, como sustantivo, significa “el hacer (lo que se debe y lo que no se debe)” o “el quehacer”, pero también “conmoción”, y, figuradamente, “engaño”. (N. del T.) <<
[127] Cuando leyó este poema en un programa radiofónico de la BBC, S. P. comentó: «El título lo tomé prestado de un cuadro de Giorgio de Chirico: Le muse inquietanti. A lo largo de todo el poema, tengo en mente las enigmáticas figuras de esa obra: tres terribles maniquíes sin rostro, vestidas con túnicas clásicas, una sentada y las otras dos de pie [en sendos pedestales], bañadas por una luz clara, misteriosa que proyecta esas sombras largas, duras, tan características del período inicial del pintor italiano. Las maniquíes son como una versión contemporánea de otros siniestros tríos de mujeres, como las Tres Parcas, las brujas de Macbeth o las hermanas de la locura de Thomas de Quincey».
[S. P. leyó en profundidad (incluso apuntando citas del pintor “metafísico” que «poseen un extraordinario poder para conmoverme») el libro de James Thrall Soby sobre
Giorgio de Chirico (1955). «Con el descubrimiento de de Chirico, entra en la imaginería plathiana la figura de la cabeza oval y lisa, luminosa y lunar, que, asociada quizás al recuerdo de las enfermeras que le practicaron la electroterapia […] devendrá en una enfermera calva (“Las piedras”, “La visita”), impasible (“Mujer estéril”, “Una vida”) o luminosa (“Tres mujeres”), y, sobre todo, será la figura ora musa, ora salvaje, ora calva [o yerma], ora materna, ora pétrea, de la musa-luna». (Anna Ravano).
Judith Kroll, a quien sigue Ravano, analiza soberbiamente este tema de “El símbolo central de la luna” en el tercer capítulo de Chapters in a Mythology: The Poetry of Sylvia Plath, uno de los libros realmente imprescindibles de la bibliografía plathiana: «El papel de la luna en los [“capítulos de la mitología” de S. P.], ilumina la naturaleza de toda la mitología en sí, porque es un símbolo o emblema concentrado de toda la visión […] Como musa emblemática de la poeta —su Luna/Musa— simboliza la fuente de inspiración más profunda de la visión poética, la vocación de la poeta, su propia biología femenina, y su papel y su destino en un trágico drama […] Unos años antes de que de Chirico iniciara sus paisajes “metafísicos”, empezó a popularizarlos con extrañas figuras de maniquíes o figurines de sastre. Generalmente, las cabezas de sus maniquíes no tenían rasgos, y estaban calvas, y sus cuerpos a veces eran retratados como columnas pétreas. Muchas de esas cabezas semejan lunas; Soby escribe acerca del maniquí de El Vidente que “su cabeza blanca es sorprendentemente luminosa…”. Y tal vez tengamos ahí uno de los motivos por los que [S. P.] identificó posteriormente la luna con la cabeza de su musa».
Sobre la influencia de Giorgio de Chirico y su mundo en S. P., ver también nota al poema n° 63, “Sobre el declive de los oráculos”. (N. del T.)] <<
[128] En alusión obvia al cuento de La Bella Durmiente, de Charles Perrault, con la diferencia de que S. P. transforma a las tres hadas madrinas buenas en esas “musas inquietantes” que no cesaban de acosarla. (N. del T.) <<
[129] Cuentos que, según escribió la propia Aurelia Plath en Letters Home, «yo inventaba para dormirlos, centrados en el oso de peluche favorito de Warren: “Las aventuras de Mixie Blackshort”». (N. del T.) <<
[130] «1938 fue también el año del huracán. Llegó el 21 de septiembre, arrancando árboles y postes de electricidad, provocando impresionantes marejadas, y matando a doscientas personas desde Long Island a Canadá, antes de alejarse. En su diario, Sylvia recuerda el estremecimiento previo a su llegada, el viento y la lluvia atronadores que azotaron su casa durante toda la noche. En “Las musas inquietantes” evoca aquella tormenta, vinculándola al nacimiento de su yo creador y a la incompetencia de su madre». (Edward Butscher). <<
[131] «(…) a pesar de las (…) clases de piano, y de acuarela, y de danza (…) jamás volví a ser realmente feliz». (Cf. La campana de cristal). (N. del T.) <<
[132] En el sentido musical —que el DRAE no recoge—: “Línea musical que produce la sensación de curva sinuosa con entrantes y salientes y que se obtiene combinando partes en arpegio y partes en movimiento conjunto”. (N. del T.) <<
[133] ¿Contigo o con las tres lúgubres “madrinas”? Las opiniones varían. Parece, más bien, lo primero. De hecho, “no fruncir el ceño” ante su madre, no contarle sus verdaderos sentimientos, es lo que Sivvy había hecho siempre hasta aquel momento, cuando ya empieza a revelarse abiertamente contra su “Medusa”. Aunque las dos opciones vienen a ser la misma. (N. del T.) <<
[134] El primer título de este poema, que los críticos sitúan entre los mejores de su “etapa de transición”, fue “Paseo nocturno”, y, de hecho, swift significa también “paso”: el paso de la realidad interna a la externa. Edward Butscher, que le dedica dos páginas de la biografía que escribió sobre ella, afirma, entre otras cosas: «La metáfora central de “Turno de noche” nos lleva al corazón mismo de la era de la máquina. Utilizando una sintaxis parca, un mínimo de adjetivos y una constante dependencia de los participios de presente para dar agilidad, el poema en sí funciona como una máquina bien engrasada hasta su clímax perturbador: el orden humano reducido a unas meras “camisetas” que se ocupan de “esas máquinas engrasadas” (…) Los inmensos martillos y los engranajes (…) sugieren la metáfora del reloj universal que Sylvia ya había empleado en algunos poemas de juventud, cómo “El Día del Juicio Final” y “A Eva bajando las escaleras” [v. Juvenilia\ (…) Para Sylvia, la palabra fact [“hecho”, del último verso], representa, como parte de la serie de imágenes nihilistas que inició con bald [“pelado; baldío”] y black [“negro”], la terrible, innegable presencia del naciente y decadente mundo que rodea la frágil vida humana». (N. del T.) <<
[135] De vez en cuando, S. P. se entretenía, junto con una o dos personas, posando el dedo índice sobre un vaso puesto boca arriba, colocado en medio de un círculo de letras, sobre una mesa lisa y bien pulida, e interrogando a los “espíritus”.
T. H. incluyó un poema homónimo, “Ouija”, en Birthday Letters.
Diálogo alrededor de una tabla uija[1]
Diálogo en verso
Personajes: SIBYL y LEROY[2]
SIBYL:
Bueno, vamos a poner el vaso, aunque sé que esta noche
Volverá a pasar exactamente lo mismo que las otras:
Cuando estemos sentados, frente a frente, a la mesa
Del café, probando suerte, con los índices apoyados
En la base redonda del vaso de vino invertido,
Ellos pasarán de largo, arrastrándose pesadamente como estatuas de mármol
A la espera de mejor oportunidad, o moviéndose como muebles
Heredados de la familia, cuando alguien los mueve. Y, mientras,
Nosotros imaginaremos un gran friso, egipcio, quizás, o griego,
Y sus ojos mirándonos desde él: penetrantes,
Con la ardiente y seca frialdad del hielo. Pero el reloj
Nunca ha dejado de ver nuestra fabulación trasquilada,
Reducida a un círculo de letras: veintiséis
En total. Más un Sí y un No. Y esta tabla desnuda.
LEROY:
Siempre dices lo mismo, antes de empezar.
Pero hoy he traído brandy y he avivado el fuego
Para que el artero vaso no cambie su frialdad por sangre
De corazón y reborde de muñeca, codo, hombro, labio
Con el invierno, como tú afirmas que hace. El carbón
Cruje al rojo vivo.
SIBYL:
No pasa nada.
LEROY:
Espera. El vaso ya inicia
Su viaje. Un tirón. Y ahora el primer vagabundeo lento
Alrededor del círculo. Yo creo que quiere cerciorarse
De que las letras viven en el mismo lugar. O a lo mejor
Es que cada vez tiene que aprenderse las letras de nuevo. ¿Quién va
A preguntar si hay alguien en casa: tú o yo?
SIBYL:
Lo haré yo.
¿Hay alguien ahí? Se está moviendo. Se está moviendo,
Directo al Sí. Apuesto a que es Pan. ¿Quién sino Pan
Iba a llamar así? Mira, lo está refrendando.
Esta vez, con una P nada más, y fuera.
Y vuelta a la P, como si ya nos conociéramos lo suficiente
Como para andarnos con apodos.
LEROY:
¿Cómo estás, Pan?
SIBYL:
B—I—E—N, dice. ¿Notas cómo te tira
Del dedo? Quiero decir si estás empujando o no,
Aunque sólo sea un poco.
LEROY:
Ya sabes que no, y aún así…
SIBYL:
Y aún así soy escéptica. Lo sé. Me estoy comportando como una boba,
Supongo. Si no confiase en ti en esto
Tampoco confiaría en mí misma. De quien dudo es
De Pan: mi fe en él ha ido menguando desde el lío
Que organizó con las quinielas —burlándose de nosotros
Con aciertos incompletos, semana tras semana, aguardando hasta
Hacernos creer que lo teníamos dominado, antes de descontrolar del todo.
No es muy de fiar que digamos.
LEROY:
Tal vez. O tal vez le aburran
Las quinielas. Por lo que se ve, es más dado a la filosofía
Que a las finanzas.
SIBYL:
Pues ¿de qué nos sirve, entonces, si no es capaz
De predecir la buena fortuna? ¿Y de dónde procede la buena fortuna
Sino de las quinielas?
LEROY:
Ah, pues de un montón
De sitios: del pozo de petróleo que tiene mi tío, para empezar;
O de tu benefactora de pelo canoso, a la que podría darle
Por cambiar su testamento a nuestro favor. ¿Quieres que sigamos
Preguntándole cosas sobre dinero?
SIBYL:
No. Estoy harta de eso.
LEROY:
Pues entonces ¿sobre qué?
SIBYL:
Ése es el problema.
Veamos si realmente puede prever el futuro.
Dejando a un lado las quinielas y los testamentos,
¿Qué es lo que en verdad queremos saber?
LEROY:
Todo.
Cosas sobre nuestro trabajo, el amor, la vida después de la muerte…
SIBYL:
¿De verdad quieres descubrir si alcanzarás
La fama o no? En cuanto al amor, me figuro que cuando dejemos
De estar enamorados tendremos tiempo de sobra
Para cortejar al remordimiento. O a otra persona. Yo preferiría
Examinarle acerca de la vida después de la muerte, antes que sobre ésta:
No es tan inminente. Yo, al menos, le tengo más miedo
A nuestro mundo que al del más allá.
LEROY:
Porque no crees
Mucho en él. Haces oídos sordos a los peligros
Reales, pero no te importa oír cosas sobre los del infierno,
Esa patraña.
SIBYL:
A mi me gustaría creer,
En serio, y que ellos consiguieran
Convencerme para hacerlo.
LEROY:
Bueno, pues pregunta.
SIBYL:
Es que… Lo confieso:
Siempre tengo miedo de que el vaso suelte algo que no quiero
Saber en absoluto. Y sin embargo… Ahí voy.
Pan, ¿sigues ahí?
LEROY:
Mira, el hecho de que corra
Al Sí significa que su predisposición es buena.
SIBYL:
Pan, ¿hay una vida
Después de ésta? Va volando
Al Sí, luego es él quien lo tiene claro, no nosotros.
¿Y sabes cómo está mi padre?
LEROY:
Va en busca
Del Sí, arrastrando nuestros dedos.
SIBYL:
Bien, pues
¿Cómo tal está? Empieza a deletrear. E—N. Deslizándolo así,
Acabará levantando el vaso. P—L—U—
M—A—J—E. En plumaje. Jamás se me habría ocurrido
Semejante expresión, así que debe de ser cosa suya.
LEROY:
¿Lo ves?
Ahora te estás ablandando, porque crees que ha puesto
Una nota de originalidad. Y eso que apenas ha dicho algo:
Incluso muerta, jurarías que Pan es víctima de nuestra propia
Y vana ventriloquia. Pero ni tú ni yo traficaríamos
Con alas.
SIBYL:
Dejemos que nuestro amiguito acabe lo que empezó.
¿Plumaje de qué, Pan?… Ahí va de nuevo,
Tirando de nosotros a través del plumaje. Casi hasta siento
Las plumas aventando la habitación. Una fina
Columna de resplandor atrae mis ojos hacia la pared,
Como si el aire estuviese afanándose en producir
Un ángel. Plumaje. D—E—C—R. Ahora irá
Más despacio, dirá cosas sin sentido y nos liará,
Recurriendo al ruso o al serbocroata.
U—D—O—S—G. Se ha vuelto majara: ¿qué diablos
De palabra es ésa? U. ¿U qué?
S—A. ¿Sociedad Anónima? N—O—S. Se para. Mira,
Preferiría palabras separadas y con sentido
A estos semiindicios, estas insinuaciones
Tan disparatadas.
LEROY:
Sigues viendo semiindicios
En lugar de un todo. Gusanos, no alas, es lo
Que Pan está diciendo. Un plumaje de crudos gusanos.
SIBYL:
Qué pesadez.
Eso es lo que deberíamos decirle nosotros.
Hablar sobre la podredumbre
Que se cría en la raíz de las cosas…
Seguro que esa frase también la birló
De algún lado, igual que nos birló nuestra ingenuidad dejándonos perplejos
Con lo de las quinielas, engañándonos para que confiáramos en su visión,
Mientras, noche tras noche, nos iba vendiendo nuestras propias corazonadas
Como si fueran oráculos. Yo estaba en lo cierto:
Pan es una mera Marioneta de nuestras intuiciones.
LEROY:
¿Y qué, si lo es?
Aquí hay algo a estudiar, incluso aunque no sea
El Creador de Fe, apresado en el puño de su nube, o el coro
De voces preceptivas que tú, en cierta medida, esperas
Que resquebraje estas cuatro paredes. Tu fe vuela
Como la paloma con la rama de olivo sobre la realidad engullidora:
Las sillas y las mesas bien podrían sacarnos a codazos
De nuestra clara certeza con sólo abultar más y más
Realmente de lo que nosotros pensamos o somos: a cada momento
Nos enfrentamos a la aniquilación, por mucho que nuestra mirada
Pueda convertir las mesas en tigres a fuerza de latigarlas u obligar
A las presuntuosas sillas a devenir en castillos.
SIBYL:
Todo eso ya lo sé,
Y, por ese motivo, cuando el puño maravilloso
No se manifiesta, cambio, y, al cambiar, reduzco
El tamaño de mi exigencia a lo mágico: que las mesas leviten,
Liberadas del cepo de la gravedad; que la bebida
Se emborrache, y las hojas de té se sinceren; que un espasmo clarividente
Prediga que, al cabo de una hora, tres chicos interpretarán
Alguna escena miserable en la escalera del comedor para pobres:
Ésos sí que son unos buenos regalos.
LEROY:
Ya, y cuando los nieguen, dirás
Que los Dioses se han vuelto demasiado orgullosos para cumplir con su deber
De porteros en el reborde de un vaso y permitirnos entrar en esos mundos
Reservados al santo comedor de bellotas o los ojos que arden, como los huecos
De los nudos de un árbol, sobre la sonrisa afectada, cubierta por un sudario, de una monja.
SIBYL:
Dejando a un lado la puerta de los santos, una puerta trasera es una puerta,
Y yo preferiría con mucho que me ataran a una estaca, me quemaran
Y me redujeran a cenizas por bruja que conocer a un mísero advenedizo
De nuestro yo más inferior dándoselas de profeta y sisándonos arteramente
Los cantos de piedra que guardamos en nuestras alacenas
Para construir sus torcidas torres. Tú, en cambio, anhelas comprobar
Cuán versátiles somos: Has estado mimando a Pan
Como si fuese nuestro primer mocoso malcriado, el niño bonito
Fruto de dos talentos, una suerte de bastardo psíquico
Engendrado en nuestra misma noche de bodas,
Nueve meses antes, por pura comodidad; un chico brillante, sí,
Dado a componer curiosos poemas en atinados versos
Yámbicos, pero que los recita a la fuerza, por temor
A las reprimendas o por ansia de halagos. Por lo visto, sólo yo—
Aunque tú pareces más calmado ahora —prefiero
Concebir otra clase de individuo que hable a través
De nuestras venas separadas y de esta boca de cristal.
LEROY:
Oh, tú
Meterías el pulgar del ángel Gabriel en el pastel
Si para hacerlo tuvieras que matar a Mamá Ganso[3].
Al ángel Gabriel o a Belcebú: ahora me doy cuenta
De que a ti, en realidad, no te importa demasiado la clase de
Diablillo o trasgo que empiece a cantar, con tal de que
Pruebe algo que desvanezca tus dudas.
Yo nunca precisé semejante credulidad para tapar
Mis grietas de escepticismo. Tú, con los sentidos sellados
Tan herméticamente, te burlas de todo, y, aún así, caerías de rodillas
Si el saúco que hay junto a la verja empezara a arder,
A echar humo y, aun al rojo vivo, conservase sano
Y salvo su verde celosía de hojas. Tú necesitas nada más
Y nada menos que un milagro para apuntalar
Tu fe: un milagro, y un olor a sangre
Que demuestre ser genuino.
SIBYL:
También tú te arrodillarías
Si un arbusto floreciera lenguas y te hablase. Te arrodillarías
Hasta que terminase, y luego buscarías furtivamente
Los cables del altavoz oculto, corriendo, como un argumento
Lógico, a la puerta de la casa continua. O si
Tu lado Sherlock Holmes se topase con un callejón sin salida,
Presumirías que tu voz interior posee ya suficientes plumas divinas
Como para habitar en las ramas con los pájaros que hablan.
LEROY:
Plantaría Dioses
Y los haría crecer, como quien cría habichuelas, desde estas costillas mías
Antes de que uno de ellos se encaramase a la carpa del cielo
Para contradecirme.
SIBYL:
Tus voluntariosas palabras superan en afán
Los trabajos de Sísifo.
LEROY:
Pregúntale, pues, a Pan dónde
Vive. Su respuesta pondrá fin a estas chanzas
Y nos aclarará las cosas.
SIBYL:
Oh, él se las dará de listo,
Como todos los demás, y jurará que es un puma
En el Tíbet, o una llama en Zanzíbar
Para tantear nuestra inmensa credulidad,
Dándonos otra pizca de nada.
LEROY:
Entonces,
Preguntaré yo.
SIBYL:
Vale. Ya le hemos hecho esperar
Demasiado. Aunque él es un chico amable. Y tú, a veces,
Demasiado severo con él.
LEROY:
Es un vago. Y, como cualquier
Chaval, necesita que lo zarandeen un poco
Para acelerar el pulso de su perezosa sangre.
SIBYL:
Pero no necesita venir
Aquí precisamente a que lo zarandeen. Y, si es un intermediario
Entre nuestro mundo y el suyo, haríamos mejor en plantearle
Nuestras preguntas con humildad, para granjearnos su gracia
Y su deseo de darnos respuestas sinceras.
LEROY:
Ya veo que no has tardado
En comerte tus palabras… Pero enseguida volverás a negar su divinidad,
En cuanto su cambiante ánimo respalde tus indicios de que un destino
Funesto pesa sobre las personas que amas; o bien proclamarás
Su ascenso al rango de ángel antes de que vuelva
A deletrear algo. En el caso, claro, de que su próximo mensaje
Demuestre que Pan fue engendrado por la unión de dos
Punzantes estrellas, y no por nuestras tacañas psiques.
SIBYL:
Hay que ser
Corteses. Ya sabes que yo no soy de esas consciencias atareadas,
Dispuesta a que la sangren los escaramujos,
Si con ello no consigo nada. Por otro lado,
¿Qué novato descarga su ponzoña contra los gigantes
Que aguardan fuera de la cueva cuyo contorno más bien recuerda
El de la oreja de un gigante?
LEROY:
Sospecho que este vaso
Podría hacer las veces de portavoz de un dios,
Igual que un ciclón. Es pequeño, pero el volumen de la voz
De esta época también lo es.
SIBYL:
Venga, no te hagas el listo.
LEROY:
Está bien,
Voy a preguntarle, y veremos quién es el más listo. Pan, dinos:
¿Dónde vives?
SIBYL:
Se mueve.
LEROY:
Ágil y enérgico,
Como un buen chico.
SIBYL:
Ten cuidado. No estoy segura de que
Pueda deletrear sarcasmo a través de nuestros dedos.
LEROY:
Ahí va…
SIBYL:
E—N—E—L—C—A—S—T—I—L—L—O—A—E—R—
E—O—D—E—D—I—O—S.
LEROY:
¡Castillo Aéreo de Dios! Qué bueno. Este mequetrefe
Bromea con el espejismo de los “castillos en el aire”.
Que te impulsan a cruzar este desierto, como un agua
Soñada.
SIBYL:
Espera.
LEROY:
Castillo de Dios[4], no te envidio
En absoluto: cada perpiaño labrado por un cura, y la masilla mezclada
Con huesos y plumas de veinticuatro mirlos negros —cada uno de ellos, Un demonio.
SIBYL:
Espera: aún no ha terminado. Se está desplazando
De nuevo: E—N—L—A— C—A—B—E—Z—A—
D—E—D—I—O—S. ¡Ahí está! ¿Lo ves?
Ya sabía yo que antes se había liado: no sólo las vírgenes
De antaño eran merecedoras de una visión. Hay que ser
Pacientes. Si las verónicas y las fuentes
Pudiesen alguna vez, bajo una luz azul, aprehender las sombras
De su devenir en una perecedera pantalla
De batista o de gotas de agua, quién sabe la creencia
Que podrían elaborar con este médium de cristal.
LEROY:
Creencia, sí,
Si alguno de nosotros dos pudiese creer: pero no ese juego de azar
Sin emoción que tú practicas con tantísima cautela
Bajo el disfraz de la indolencia. Pan se está riendo
De los dos, por darle alas
A su espíritu travieso, pero sobre todo de ti,
Que ocultas tu anhelo de paraíso en un sombrero
De ceremonioso desprecio, hasta ver la primera señal
Del ojo de un ángel entre el público; entonces, lo sacas de golpe
Como un mago un conejo vivo, dispuesto a empezar
A correr, cabeza contra cabeza, con los más devotos
Conejos del lote.
SIBYL:
Estás enfadado
Porque Pan acaba de hablar claramente de la cabeza de dios,
Pero no de la tuya, a fin de cuentas. Con lo cual, más bien parece
Estar riéndose de ti, por planear sacar a la luz
Resultados de quinielas, profecías y cosas así, del insondable
Fondo de tu cerebro. Pero, por desgracia,
En vez de pescar un enorme pez, te has hundido como una plomada
Más allá del propio fondo de tu océano, y has cogido
Una quimera con cabeza de percebe, peluca de musgo
Y patas de langosta, que afirma haber vivido
En el cajón de Davy[5], y que el señor está en casa,
Y no difunto, como todo el mundo supone.
LEROY:
Si pudieses pender la religión en el reborde
De un vaso, la clavarías en él como el rabo
De uno de esos burros de cartón, para que éste rebuznara:
“¡Castillo de dios!”.
SIBYL:
¿Ah sí? Entonces, ¿por qué te dignaste a presentarme
A Pan, nuestro huésped vespertino, siendo, como lo es,
Tan dado a meter trolas?
LEROY:
Las trolas son nuestras, no suyas. Pan es bueno
Sondeando sílabas que nosotros aún no hemos conseguido
Sacar a la superficie en nuestro interior: puede deletrear un verso
Poético con estas letras, pero el ritmo de éste, su pulso
Es el nuestro, igual que el don,
Y la lengua, y el pensamiento, y este calor corporal
Que él, con nuestro consentimiento, nos chupa como una sanguijuela.
SIBYL:
Aunque continúa fastidiándote, y por eso sueltas puyas,
Cuando Pan refleja otro rostro distinto al tuyo.
LEROY:
Igual que te fastidia a ti,
Cuando recita uno de mis símiles
De putrefacción.
SIBYL:
No creerías haberme engañado con eso, ¿no? Yo sabía
Muy bien de dónde procedían esos gusanos.
LEROY:
Te juro que a mí
Me sorprendió tanto como a ti: no lo esperaba en absoluto.
SIBYL:
Da igual.
Entonces, dices que Pan ha dicho dos mentiras…
Llamémoslas, mejor, dos frutos
LEROY:
Arrancados de tu tozudo árbol: esa cabeza de dios, ese castillo de dios
Alimentan tu anheloso pensamiento.
Pregúntale por tercera vez
SIBYL:
Cuál es su hogar. Dale tres oportunidades
A tu voluntad, para vencer a la mía. Dicen que a la tercera
Va la vencida, ¿no?
LEROY:
Esta clase de duelos malquistan a los mejores amigos.
SIBYL:
Pan,
dinos la verdad esta vez: dinos en qué reino
Habitas.
LEROY:
Sí, y de la manera más sencilla posible.
Dinos la verdad.
SIBYL:
¿Dónde vives?
LEROY:
Empieza
Como si lo persiguieran unos perros de caza.
SIBYL:
E—N—E—L—C—E—…
¿Habrá escrito C en vez de G?
LEROY:
No. Ahora va
AlaN. La T. R. O.
SIBYL:
En el centro…
LEROY:
D—E—L—N—E—
R—V—I—O.
SIBYL:
¡En el centro del nervio! Espero
Que estés satisfecho. A todas luces, mi voluntad
Se inclina reverente ante la tuya.
LEROY:
Hiciste muy mal en llamar
A Pan por tercera vez.
SIBYL:
No te regodees, encima. Tu voluntad erró el tiro
Dos veces, antes de dar en el ojo del toro.
LEROY:
Venga, no vamos a pelearnos
Como dos parientes rivales acerca de un niño
Precoz, para averiguar a quién le debe Pan
Su proeza, como si fuese obra nuestra,
Y no suya.
SIBYL:
¿Cómo podemos ayudarle sino peleando,
Cuando nuestros nervios son lo único que alimenta
Los pronunciamientos de Pan, nuestros nervios tensados
Con objetivos opuestos?
LEROY:
Al final, comienzas a vislumbrar
Algo de luz, ¿eh?
SIBYL:
No vislumbro nada en absoluto,
Dado que nos miramos con recelo desde campos opuestos:
Esta tabla es nuestro campo de batalla.
Pero dejemos que Pan desista de una vez
Y se vaya, después de realizar tan mal su trabajo.
LEROY:
Espera.
SIBYL:
Vuelve a agitarse.
LEROY:
Bah, cabriolea un poco nada más, para ganarse su paga:
Querrá que lo sigamos alojando aquí, y así nos da una buena razón.
SIBYL:
No,
Ahora está soltando un montón de improperios. Mira. Recorre a todo meter
Su catálogo de insultos.
LEROY:
Nervio o noúmeno[6],
Sus modales son atroces.
SIBYL:
S—I—M
I—O—S.
LEROY:
Nos ha llamado simios.
SIBYL:
¡Ahora verá!
(Rompiendo el vaso).
¡Toma, mocoso! ¡Así te callarás!
LEROY:
Bueno. Mejor así:
Adiós a mi querido amigo y a tu aspiración.
SIBYL:
Una vez, en un sueño,
Destrocé un vaso, y, desde entonces siempre soñé
Con hacerlo de nuevo. Y ahora mi sueño
Se ha cumplido.
LEROY:
Lo has destrozado, sí, y ya no hay manera de arreglarlo.
A Pan, quiero decir.
SIBYL:
Es su lengua lo que había que arreglar.
LEROY:
¿Sabes?
Estos cristales hechos añicos me dan escalofríos:
Es como si yo… sólo hubiese creído en él a medias, pero él
No es como tú, ni como yo, ni como los dos juntos, en absoluto,
Así que es probable que aquí haya estado realmente otra persona.
SIBYL:
Eso es absurdo.
Pero ahora que se me ha pasado el enojo, noto como una sensación de pena
Planeando, en forma de un ave con grandes garras,
Sobre mi mente, proyectando una sombra. Sí, esa pena
Se ha instalado ahora en este cuarto. Sus alas ennegrecen la mesa.
Las sillas forman parte de su oscuridad. Huelo la podredumbre,
Algo semejante al olor de la base de las setas. Y tú, ¿te sientes
Más sabio ahora, tras las sabias palabras de esta noche?
LEROY:
Me sentí
Arrastrado más al fondo de lo oscuro, y como si, arrojado más allá
De mi mismo y de mis convicciones,
Un rigor me aferrase: vi aparecer unas grietas,
Dilatándose hasta volverse cráteres, en este salón;
Y te vi a ti, pálida y encadenada, cruzando la fisura, convertida en el espectro
De una mujer que amé[7].
SIBYL:
Yo vi florecer la escisión
En la oscuridad, más vivida y antinatural
Que una orquídea.
LEROY:
Por eso, entonces, rompiste a Pan.
Rompí
Tu imagen, traspasada por las raíces, pálida como la cera,
Bajo una piedra.
LEROY:
Esas dos muertes soñadas se apoderaron
De nosotros: una tercera las deshizo.
SIBYL:
Y nos volvimos uno,
Cuando el vaso voló echó pedazos.
LEROY:
Clavémosle, pues, una estaca
A esos dos sueños de muerte, y enterrémoslos con el cuerpo que desangró la vena,
Como se hace con los vampiros[8]; y resignémonos a permanecer
En la frontera de lo irreal.
SIBYL:
Démosle nuestras espaldas, ahora vigorosas,
A lo que encaramos antes. Siente mi mano.
LEROY:
¡Uf! ¡La tienes helada!
SIBYL:
Entonces, expulsemos el frío
De ella. Aquí. La habitación vuelve
A la normalidad. Vamos a cerrar las cortinas.
LEROY:
Todo parece salvaje
Esta noche, tras el marco de la ventana.
SIBYL:
El viento nos advierte
De que noviembre se acaba.
Las hojas que arrastra semejan murciélagos
Con alas de telaraña, y furiosos.
LEROY:
La luz de la luna llena
Bate las tejas de los hastiales vecinos,
Azul como las escamas de un lagarto.
SIBYL:
La escarcha lustra la calle.
LEROY:
Me he convencido.
La razón no puede desenredar
Esta madeja de voces.
SIBYL:
Prometimos olvidarnos
Del laberinto e ignorar al monstruo, cualquiera que sea
El que pazca en él.
LEROY:
Prometo cerrar la puerta
Con llave y con pestillo para que ninguna visita
Pueda buscar a tientas su camino a la redención a través de este maremágnum
De palabras contendientes.
SIBYL:
Alguna pitonisa, sumida
En su profética convulsión, debió de escuchar lo mismo que nosotros,
Pegada a su trípode[9], sobre la falla[10] humeante,
Respirando la palabra de dios, o la del diablo,
O la suya propia, emboscada en una equívoca
Espesura de palabras.
LEROY:
Venga, bajemos ya el telón de esta obra.
SIBYL:
La mesa parece querer seguir siendo una mesa
Toda la noche, incluso aunque el sueño
Cierre nuestros ojos.
LEROY:
Las sillas no se esfumarán ni devendrán
En castillos en cuanto apartemos la vista.
SIBYL:
Así es.
Tan cierto como esos carbones arden, el salón
Vuelve a ser él mismo, y nuestro.
LEROY:
El sueño
De los soñadores se ha disipado.
Una vez más, conformamos
Sendas figuras sólidas en el aire.
SIBYL:
Ojalá que el decoro
De nuestros días nos sustente.
LEROY:
Ojalá que cada pensamiento
Y cada acto pueda allegarse a dar testimonio, en el punto crucial del tiempo,
A nuestro significativo pozo[11].
AMBOS:
Ojalá que, cuando las luces
Se apaguen, dos personas reales vuelvan a respirar en esta habitación real. <<
[136] Imposible trasvasar todos los sentidos que conlleva el verbo to spell, aunque, en castellano, “deletrear” añade una acepción que nos viene al pelo: “Adivinar, interpretar lo oscuro y dificultoso de entender”. (N. del T.) <<
[137] S. P. afirmaba tener frecuentes atisbos de presciencia, aunque siempre sobre cosas insignificantes.
[¡No tan insignificantes, debían de ser, a juzgar por lo que él mismo aseveraba sobre sus “poderes psíquicos”! (cfi, cita de T. H., en la “Nota del Traductor” introductoria al volumen). Al igual que “Conversación entre las ruinas” (n° 1) y “Las musas inquietantes” (n° 60, escrito en la misma época), este poema parte de un cuadro de Giorgio de Chirico, titulado El enigma del oráculo (1910). Cuando S. P. publicó el poema en la revista Poetry (septiembre de 1959), incluyó esta cita del pintor italiano, extraída de su ensayo “El sentimiento de la Prehistoria”: «En un templo en ruinas, la estatua rota de un dios habla en una lengua misteriosa». No es de extrañar que el ensayo de de Chirico calara hondo en S. P., pues, además de ser muy hermoso, está lleno de intuiciones que luego se han demostrado —como la del origen chamánico del “arte rupestre”, que hoy ya nadie pone en duda.
La mayoría de los críticos incluye este texto de S. P. dentro de la serie que dedicó a su padre. Según la profesora Robyn Marsack, “Sobre el declive de los oráculos” y “Las musas inquietantes” «sugieren una relación entre la desaparición del hombre (y su voz) y el surgimiento de la mujer en su acusador silencio», dentro de la obra de la autora. Y añade: «Sospecho que las primeras estrofas están basadas en la información que James Thrall Soby da en su estudio sobre de Chirico, cuando analiza la influencia de [Arnold] Böcklin, [el pintor suizo del Romanticismo tardío], en éste. De hecho, la figura envuelta en una túnica o una mortaja que se ve a la izquierda de El enigma del oráculo está sacada de un cuadro de Böcklin. A decir de Soby, los campesinos toscanos, acostumbrados a los pintores del norte que se deleitaban con los paisajes italianos, estaban perplejos ante la actitud de Böcklin, quien “al final de su vida, por ejemplo, pasaba horas sentado en su jardín, como paralizado, medio muerto, salvo por el hecho de que allegaba a sus oídos unas grandes caracolas para escuchar el bramido de un océano que ya no podía visitar”. Ese gesto del pintor cercado por la tierra debió de conmover especialmente a [S. P.], quien asociaba la pérdida del mar de su niñez con la pérdida de su padre», y de su capacidad de “fundirse” con la naturaleza —añadimos nosotros.
Judith Kroll —que también se percató de que S. P. había leído el libro de Thrall— dedica parte del tercer capítulo de su magistral ensayo a analizar la influencia no ya de los cuadros, sino de la «visión metafísica» del italiano en la obra de la estadounidense: «El enigma del Oráculo, que, según el propio de Chirico, intentaba evocar el “lirismo de la prehistoria griega”, es para [S. P.] una imagen del romántico aunque perturbador e inaccesible pasado en el que ella ubica la muerte de su padre, así como de la “auténtica” visión que ella ha perdido. La poeta es como una sacerdotisa o una adoradora superviviente de una religión muerta (y probablemente se identifica a sí misma con la figura de la adoradora del cuadro que, alejándose del dios, parece marcharse del templo)». (N. del T.) <<
[138] ¿El signo del zodíaco chino, equivalente a Capricornio? El cisne puede ser el de Leda, y la estrella ardiente, Venus. (N. del T.) <<
[139] La planta con la que se hacían las “zampoñas” o “pipas” (esa pipe del original). Imito, pues, a la autora, que juega con las dos acepciones de reedy (“cubierto de alcaceres” y “aflautado, atiplado”), igual que con las acepciones musicales de necky undulating. De ahí que yo recurriese a “lengüetas” en vez de “lenguas de tierra”. (N. del T.) <<
[140] Entiendo sinews, “tendones”, en su sentido figurado, ya que la autora parece aludir al santo que «domina sus pasiones con arrestos». De hecho, Suso (ver nota siguiente) fue célebre no sólo por sus obras y sus visiones, sino también por los severos castigos que se infligía. (N. del T.) <<
[141] Sin duda, Heinrich Suso —o Suson, o Seuse, también conocido como Amandus— (1295-1365). Beato alemán; predicador y místico de la orden dominicana. Fue discípulo del Maestro Eckhart. Las obras de este poeta de “la Eterna Sabiduría” gozaron de enorme popularidad en la Edad Media. S. P. debió de conocerlo a través de la obra de William James The Varieties of Religious Experience, que ella leyó en octubre de 1957 para preparar sus clases en el Smith College. (N. del T.) <<
[142] Ciro II el Grande (c. 600/575-530 a. C.), fundador del imperio persa. Según Heródoto (Libro I, CLXXXIX, CXC), «cuando Ciro, caminando hacia Babilonia, estuvo cerca del Gyndes (río que tiene sus fuentes en las montañas Matienas, y corriendo después por las Darneas, va a entrar en el Tigris, otro río que pasando por la ciudad de Opis desagua en el mar Eritreo), trató de pasar aquel río, lo cual no puede hacerse sino con barcas. Entretanto, uno de los caballos sagrados y blancos que tenía, saltando con brío al agua, quiso salir a la otra parte; pero sumergido entre los remolinos, lo arrebató la corriente. Irritado Ciro contra la insolencia del río, le amenazó con dejarle tan pobre y desvalido que hasta las mujeres pudiesen atravesarlo, sin que les llegase el agua a las rodillas. Después de esta amenaza, dirigiendo la expedición contra Babilonia, dividió su ejército en dos partes, y en cada una de las orillas del Gyndes señaló con unos cordeles ciento ochenta acequias, todas ellas encauzadas de varias maneras; ordenó después que su ejército las abriese; y como era tanta la muchedumbre de trabajadores, llevó a cabo la empresa, pero no tan pronto que no empleasen sus tropas en ella todo aquel verano.
»Después que Ciro hubo castigado al río Gyndes desangrándole en trescientos sesenta canales, esperó que volviese la primavera, y se puso en camino con su ejército para Babilonia. Los babilonios, armados, lo estaban aguardando en el campo, y luego que llegó cerca de la ciudad le presentaron batalla, en la cual, quedando vencidos, se encerraron dentro de la plaza. Instruidos del carácter turbulento de Ciro, pues le habían visto acometer igualmente a todas las naciones, cuidaron de tener abastecida la ciudad de víveres para muchos años, de suerte que por entonces ningún cuidado les daba el sitio. Al contrario, Ciro, viendo que el tiempo corría sin adelantar cosa alguna, estaba perplejo, y no sabía qué partido tomar». (N. del T.) <<
[143] De nuevo Heródoto: «Ésta es la mejor tierra del mundo que nosotros conocemos para la producción de granos; bien es verdad que no puede disputar la preferencia en cuanto a los árboles, como la higuera, la vid y el olivo. Pero en los frutos de Ceres es tan abundante y feraz, que da siempre doscientos por uno; y en las cosechas extraordinarias suele llegar a trescientos». Marrow significa tanto “calabacín” como “médula”, también en sentido figurado. (N. del T.) <<
[144] En los primeros meses de ese año, S. P. continuó dando clases en el Smith College, mientras su marido impartía cursos en la Universidad de Massachussets. En algún momento de aquella primavera, ambos decidieron dejar de enseñar e intentar ganarse la vida como escritores.
Durante el verano, volvieron a estar en Cabo Cod, y regresaron a un piso de Boston, situado en el n° 9 de Willow Street, donde permanecieron hasta el mes de junio del año siguiente.
Durante ese tiempo, a S. P. le costó mucho escribir, y, para aliviar la sequedad, se esforzó en plantearse temas y realizar deliberados ejercicios estilísticos.
Art News le había pedido a S. P. algunos poemas basados en cuadros. “Virgen en un árbol” (n° 66) parte de un aguafuerte de Paul Klee, al igual que “Perseo” (n° 67); “Escena de una batalla…” (n° 68) y “La despedida del fantasma” (n° 73) están basados en cuadros de Klee. <<
[145] El aguafuerte de Klee se titula, en alemán, Jungfrau in Baum o Jungfrau (Traumend), y pertenece a la primera —y más expresionista— época del pintor. La obra está en la colección del MOMA de New York, al igual que la de “Perseo”.
S. P. escribió, como estamos viendo, distintas variaciones sobre el mismo tema: la joven casta, solterona, prostituta o estéril que acaba convertida en una anciana solitaria y amargada. En aquel entonces, un poema tan “ácido” como éste aún podía resultar insultante para la ultra religiosa sociedad anglosajona. Con todo, creo que aciertan los críticos y las críticas que vislumbran bajo estas sátiras de S. P. su propio miedo a convertirse en una de aquellas “profesoras solteronas y amargadas” que tanto la horrorizaban. (N. del T.) <<
[146] Tart significa también “fulana”: “Fábula de una fulana”. (N. del T.) <<
[147] Alusión a la célebre escena en la que Hamlet —contra sí mismo y sus sentimientos— rompe con y rompe a Ofelia, iniciando el proceso que abocará a ésta a la locura. Según el príncipe, esta sociedad ha creado una «moral de ratonera» para cazar y mantener subyugadas a las mujeres. (N. del T.) <<
[148] También “rechazadas”, aunque la mayoría de los críticos ven un retruécano entre chase y chaste (casta). (N. del T.) <<
[149] En los dos sentidos de la palabra. Por eso empleo el verbo “adoptar”. (N. del T.) <<
[150] También “trasero”. (N. del T.) <<
[151] Otro retruécano, ya que to hide es ocultarse, así que hide podría entenderse también como “escondite” o incluso “disfraz”. (N. del T.) <<
[152] El hecho de que S. P. se fijase en este Perseo que, con su ingenio o sabiduría, supo vencer al sufrimiento, es más que elocuente. Sobre todo teniendo en cuenta que, al fondo del aguafuerte, cuelga la cabeza de Medusa. En aquella época, ella estaba convencida de que éste era «el poema más largo y el mejor que he escrito». Escribió más, pero ésta, sin duda, fue una de las grandes visiones que recibió y nos legó como poeta.
En la clase de arte a la que acudía como oyente, S. P. apuntó este comentario del propio Klee: «Este nuevo Perseo ha partido por la mitad al monstruo lúgubre, el sufrimiento, decapitándolo. La acción aparece expresada fisionómicamente en los rasgos de Perseo […] cuyas profundas arrugas de dolor se entremezclan con esa risa final de victoria. Ésta reduce al absurdo el sufrimiento absoluto de la cabeza de la Gorgona, que cuelga a un lado: una faz sin nobleza, con el cráneo privado de su ornamento serpentino, a excepción de un único despojo grotesco». (N. del T.) <<
[153] Para mí, la soga con la que arrastraron y los clavos con los que crucificaron a Cristo. Lead, además, significa, “liderazgo, primacía”. La comparación entre Perseo y Jesús era casi obligada, dado el tema. (N. del T.) <<
[154] Ravined parece ser un adjetivo sacado de Shakespeare —como tantos otros, en los casos de S. P. y T. H—: “rapaz”. Aunque también puede ser entendido como “expoliado”, “víctima de la rapiña”. (N. del T.) <<
[155] Escrito el 21 de marzo, junto con “La despedida del fantasma”. Respecto a este poema, cabe recordar, además de lo que afirmó arriba T. H., que “The Seafarer” es también el título de un poema escrito en inglés antiguo e incluido en el Libro de Exeter, uno de los cuatro manuscritos de poesía antigua inglesa que se conserva. Ignoro si Paul Klee lo conocía, pero sé que Ezra Pound realizó una versión libre de él. Lo cierto —como se dice en el poema— es que Klee pintó una especie de guerrero antiguo, con casco y penacho, arponeando a tres grandes “monstruos” —uno de ellos, más bien una foca, o un león marino, que un calamar—. A mi juicio, S. P. logra transmitirnos muy bien la “cautivadora”, “fabulosa”, “infantil” pureza de Klee. (N. del T.) <<
[156] Basado en El sueño [de Yadwigha] de Henri Rousseau, “El Aduanero”. S. P. escribió acerca de él [en su diario], el 27 de marzo de 1958: «Mi primera y única buena sextina».
[La obra de Rousseau iba acompañada de unos versos de Apollinaire, a quien el pintor había escrito: «He enviado mi gran cuadro, y todos lo encuentran hermoso; supongo que estarás dispuesto a desplegar tu talento literario para vengarme de todas las afrentas y de todos los insultos recibidos». (N. del T)] <<
[157] He preferido obviar la estructura de sextina, ya que, desprovista de medida, no tiene mucha lógica, además de obligarme a retorcer la sintaxis de un modo que resulta caduco. (N. del T.) <<
[158] Objetos de arte, joyas pequeñas. Aunque tanto esta palabra francesa como la anterior aparecen recogidas en los diccionarios ingleses, es obvio que la autora las emplea en sentido irónico, aludiendo a esa alta sociedad, francesa e inglesa, que colecciona dichos objetos. (N. del T.) <<
[159] En alusión, claro, a la obra homónima de Shakespeare, aunque su argumento sea otro. (N. del T.) <<
[160] Parque de Boston, uno de los más antiguos de Estados Unidos. Como afirma la autora, en el siglo XIX aún pacían las vacas por allí. (N. del T) <<
[161] State House o Towne House, un celebre edificio de Boston, frente al cual se congregaron los bostonianos, el 18 de Julio de 1776, para escuchar la Declaración de Independencia. Ahora es el Museo Histórico de la ciudad. (N. del T.) v. 10. Bonwit’s, Jay’s: Dos grandes almacenes. (N. del T.) <<
[162] Empresa de alimentos y edificio de Massachussets donde ésta tiene una de sus sedes más antiguas, que en la época de S. P. era una enorme tienda de comestibles. (N. del T.) <<
[163] Supongo que se trata de una imagen superrealista que, en efecto, debió de ver la autora en el escaparate de esos almacenes: muñecos-caniches horneando galletas (N. del T.) <<
[164] Otros grandes almacenes. (N. del T.) <<
[165] Lit. “trueno”, “rayo”, en alemán. Dos de los renos de Santa Claus, menos conocidos que Rudolph. (N. del T) <<
[166] Todos los grandes parques estadounidenses e ingleses tienen una, que se encarga del mantenimiento y de las actividades que se organizan en ellos. (N. del T.) <<
[167] Calles de Boston. (N. del T) <<
[168] S. P. empezó a idear este poema mientras ascendía con T. H. el Mount Holyoke (cf. poema n° 81), donde, entre otras, vio esa preciosa imagen de «las pendientes bordeadas de cortinas de hojas». Dicho monte está en el Valle del Río Connecticut, al oeste de Massachussets, y, cerca de él, se hallan, entre otros, el Smith College, el Amherst College y el Mount Holyoke College: de ahí la alusión a las “academias”. El río, al internarse en el valle, formaba, en efecto, un meandro que, con el tiempo, devino en un lago con forma de herradura (oxbow). Varios pintores estadounidenses “lo inmortalizaron”, entre ellos Thomas Cole, en 1836, cuando el Connecticut River Oxbow aún era eso, un río. (N. del T.) <<
[169] Tal vez, «colección (o muestra) de alturas», pero mustering alude principalmente a “un grupo de soldados; tropa, división, etc.”, y también a “una bandada o manada”. (N. del T.) <<
[170] Latinismo: “que fluye en círculo”. El DRAE no recoge ni el verbo ni el adjetivo. (N. del T.) <<
[171] Durante el verano de 1950, S. R estuvo trabajando en una granja llamada Lookout Farm, recogiendo y empaquetando fresas y espinacas. La parte de sus Diarios publicados empieza justo ese verano, y una de sus secciones llevaba por título el nombre de la granja. La joven autora ya había escrito y publicado otro poema sobre aquella experiencia, incluido en los Juvenilia que T. H. seleccionó e incluyó en esta Poesía Completa. (Ver “Fresas amargas” y nota al respecto. N. del T.) <<
[172] Escrito también el 21 de marzo, como “Escena de una batalla”. Dos obras en las que S. P. profundizó durante el curso de Arte Moderno que impartió Pauline Van der Poel. La versión que S. P. le envió a su madre incluía una estrofa más. El cuadro de Klee, Gespenster Abgang, podría aludir a la despedida del Rey Hamlet, tras aparecerse por vez primera a su hijo, exigiéndole venganza. Y, como sabemos, Shakespeare y Otto Plath están íntimamente relacionados en la obra de S. P. De hecho, la poeta define las sábanas de este fantasma como «sus delatores andrajos». (N. del T.) <<
[173] S. P. diferencia entre “la cabeza despertadora” del fantasma y “las cabezas despertadas” —que no despiertas— de los mortales. (N. del T.) <<
[174] Alrededor de la casa del escultor Leonard Baskin yacen numerosos hombres muertos realizados en bronce.
[Baskin ya era profesor de arte en el Smith College —desde 1953— cuando S. P. y T. H. lo conocieron. Él y T. H. realizarían posteriormente varias obras conjuntas, fundarían la Gehenna Press y mantendrían hasta el final de sus días una intensa correspondencia que ahora forma parte de la Baskin-Hughes Collection de la British Library. Al igual que la autora y su marido, Baskin simpatizaba, strictu senso, con la espiritualidad de las culturas primitivas. De ahí que S. P. vea en él una suerte de Gran Creador-Chamán al que los seres de la superrealidad acuden en busca de un cuerpo. (N. del T.)] <<
[175] Probablemente en el sentido etimológico —y hoy desusado— de “estado actual de una cosa”, aunque no hay que descartar el sentido religioso de “estación” de Vía Crucis. En inglés, station significa, además, “posición, rango social”. (N. del T.) <<
[176] El primer poema [de madurez] escrito sobre su padre, visto aquí en su papel mítico de «padre-dios marítimo e inspirador» (cf. “Introducción”, pág. 8). S. P. compuso el poema mientras leía uno de los libros de Cousteau sobre el mundo submarino, alternando lectura y escritura sin moverse del sitio.
[El título del poema procede de un verso de La tempestad de Shakespeare, y, concretamente, de uno de los pasajes que recita Ariel:
Full fathom five thy father lies;
Ofhis bones are coral made;
Those are the pearls that were his eyes:
Nothing ofhim that doth fade,
But doth suffer a sea-change
Into something rich and strange.
A cinco brazas de profundidad yace tu padre;
Con sus huesos se hicieron los corales,
Y esas perlas que ves fueron sus ojos.
No hay nada suyo que se desvaneciera.
Al contrario: el mar lo transformó todo
En algo lujoso y extraño.
Con todo, «esa analogía y referencia al mar de La tempestad como lugar de transmutación y transformación de la muerte no es nueva. Fue, también, explotada por T. S. Eliot al utilizar “Those are the pearls that were his eyes” como leitmotiv de The Waste Land», nos recuerda Viorica Pâtea, una de las escasas especialistas que existe sobre S. P. en España.
La relación de la poeta con su padre muerto —afirma Judith Kroll— «halló obviamente confirmación en el “desposorio sagrado”, que es un elemento indispensable de muchos de los mitos y los rituales abordados por Frazer y Graves, y que precede a la muerte (y a menudo a la resurrección) del “dios agonizante” […] La lista de poemas cuyo tema central es el “matrimonio divino” incluye “A cinco brazas de profundidad”, “El coloso”, “Electra en la Vereda de las Azaleas”, “La mota en el ojo”, “Sobre el declive de los oráculos”, “La hija del apicultor” y varias secciones de “Poema para un cumpleaños”. En ellos, el “desposorio sagrado” (que representa [según Jung] una verdad psicológica elemental) aparece a veces dramáticamente representado y, otras, tan sólo aludido, pero en cualquier caso la hablante se define a sí misma ante todo en relación con su padre. Todavía no es una protagonista por derecho propio, como en los últimos poemas».
Sobre el título —uno de los que pensó para su primer libro— y el proceso del poema, ver Diarios, anotación del 11 de mayo de 1958, en la que, entre otros lúcidos comentarios, leemos éste que confirma la hipótesis de Kroll: «[El título] tiene por trasfondo La tempestad, la asociación con el mar, metáfora central de mi infancia, de mis poemas y del subconsciente del artista; la asociación con la figura paterna —el vínculo con mi padre, con la musa masculina, el dios-creador sepultado y resucitado para ser mi compañero [encarnado] en Ted». (N. del T.)]. <<
[177] Todos los críticos ven en este verso una alusión al “primer intento de suicidio” de S. P., cuando, supuestamente, al poco de morir su padre, se introdujo en el mar con ese anhelo inconsciente y fue rescatada por su madre. Pero antes de su primera crisis depresiva, cuando se encerró en el sótano de su casa con un bote de somníferos, también intentó ahogarse (como Virginia Woolf, a la que evoca en el siguiente poema). (N. del T.) <<
[178] El 3 de julio, S. P. y T. H. realizaron una sesión oracular con la uija (cf. nota al poema n° 62), «por primera vez en Estados Unidos». S. P. también anotó por entonces: «Entre otras penetrantes observaciones, Pan dijo que escribiría un poema sobre el tema de “Lorelei”, ya que ella es “de mi familia”. Así que hoy [4 de julio], por pura diversión, lo hice, recordando la quejumbrosa canción alemana que mi madre solía tocar y cantarnos: “Ich weiss nicht was soll es bedeuten…”, [el poema de Heinrich Heine que, entre otros, musicalizó Friedrich Silcher]. El tema me atraía doble o, mejor dicho, triplemente: por la leyenda germánica de las sirenas del Rhin, el símbolo mar-infancia, y el anhelo de muerte envuelto por la belleza de la canción. Me llevó todo el día escribirlo, pero creo que es un poema para el libro, y estoy contenta con él».
[Al enviarle el poema, S. P. le comentó a su madre que el consejo de “Pan” la había dejado estupefacta, ya que a ella jamás se le había ocurrido, al menos a nivel consciente, escribir sobre la figura de Lorelei. (N. del T.)]. <<
[179] S. P. juega con el sentido musical del término: “agudo”, pero también “afinado; armonioso, agradable al oído”. El célebre risco de Lorelei, a orillas del Rhin, escenario de tantas leyendas, es, en efecto, un lugar muy peligroso debido a la fuerte corriente y a sus traicioneros escollos. (N. del T.) <<
[180] En el sentido antiguo de “cantar o interpretar un discante”; “cantar melodiosamente”. A S. P., como a Rimbaud, le encantaban estos arcaísmos. (N. del T.) <<
[181] Una frase del libro de Cousteau que S. P. estaba leyendo mientras escribía “A cinco brazas de profundidad” (n° 75), un poema algo anterior a éste. Alude al estado eufórico, visionario, producto de la escasez de oxígeno, en el que los buzos olvidan por completo sus habituales precauciones y el peligro que corren por ello. <<
[182] Al escribir este verso, S. P. debió de recordar, aparte de la leyenda escrita por Brentano y por Heine, a Virginia Woolf, cuya obra estuvo estudiando, entusiasmada, por aquél entonces. (N. del T.) <<
[183] Rock Harbor está en el Cabo Cod. El 4 de julio de 1958, S. P. anotó: «Supongo que ahora mi poema estrella es “Una mariscadora en Rock Harbor”».
[La escena que inspiró este poema está detalladamente contada en Diarios, anotación del 21 de agosto de 1957. Como ejemplo de la manera de componer de la autora basta aquél entonces, valga este fragmento de una carta a su hermano Warren: «Léela en voz alta, el sonido es importante. El poema está escrito en versos “silábicos”, o sea, compuestos no sobre la alternancia de sílabas acentuadas y átonas sino sobre el número de sílabas en sí, que aquí son siete por verso. Es un tipo de verso de rigurosa belleza, y que, además, le da al poema una cierta sofisticación (el número de sílabas puede alternarse, ser mayor o menor, siguiendo un diseño preciso, como hace M[arianne] Moore) pero que, al mismo tiempo (y a diferencia de los versos acentuados) crea la ilusión de la libertad del habla corriente, porque los acentos varían libremente».
Tras recibir en su casa a la joven pareja de poetas, y leer el poema que S. P. le había enviado con la esperanza de que la ayudase a obtener una beca, Moore le respondió en un tono más bien displicente que disgustó mucho a su joven admiradora. Cosas, ambas las dos, lógicas, ya que, por un lado, la visión de la naturaleza de S. P. distaba mucho de la de Moore, y, por otro, el poema estaba a la altura de sus mejores modelos. (N. del T)]
Pese a los que acusan a S. P. de ser una egotista, hay que recordar que, en la mayoría de sus poemas, evitaba aclarar el sexo del o de la protagonista de éstos, como ocurre en este caso. Pero esa neutralidad no se puede mantener constantemente en español. Otra cosa: la palabra “mejillonero/mejillonera” no significa en castellano “recolector/a de mejillones”. A diferencia del gallego —en el que sí existe, por ejemplo, la palabra percebeiro—, en castellano se denomina “mariscador/a” a cualquier persona que recoge frutos del mar. (N del T.) <<
[184] El primer verso, partido, ya es un retruécano, pues literalmente significa «me allegué al agua». (N. del T.) <<
[185] S. P. alude al fiddler crab, el “cangrejo violinista”, propio de Norteamérica. Los machos tienen, en efecto, una pinza más grande que la otra. (N. del T.) <<
[186] «“Moonrise”, escrito probablemente en 1959 [y no en 1958], evidencia que la poeta ya había interiorizado considerablemente el influjo de La Diosa Blanca, lejos del excesivo entusiasmo propio de la novicia. El poema fue compuesto a partir de un dato que ofrece Graves, según el cual la mora, que, en su proceso de maduración pasa de blanca a roja, y de roja a púrpura negruzca, es un fruto consagrado a la Triple Diosa, cuyos emblemáticos colores son ésos. “Moonrise” sigue la maduración de las moras a través de esos cambios cromáticos —que también sufre la Luna— y termina con una apóstrofe a la Luna, denominada aquí “Lucina, madre huesuda” […] Los versos finales del poema, “las moras se vuelven púrpuras / Y sangran. El blanco estómago aún puede madurar”, conectan claramente la Luna y, a través de la imaginería de las moras, la Diosa Blanca con el proceso del parto. ([S. P.] probablemente escribió este poema estando preñada de su primer hijo)». (Judith Kroll). <<
[187] Probablemente en el sentido de “retrasados”, como “fuera de estación”. (N. del T.) <<
[188] “Se viene abajo”, pero también “deprime, hunde”. (N. del T.) v. 15. Vestidura inmaculada: Alusión obvia a la resurrección de los cuerpos cristiana. (N. del T.) <<
[189] La palabra complexión no significa exactamente lo mismo que en castellano: “Color, textura y apariencia natural de la piel, esp. de la cara; apariencia, aspecto, carácter”. (N. del T.) <<
[190] To build up tiene aquí el sentido de “aumentar, intensificarse”, aunque la autora juega también con su sentido habitual. (N. del T.) <<
[191] Nombre que, en la mitología romana, recibe la divinidad que presidía el nacimiento de los niños. Hija de Júpiter y Juno, madre de Cupido. También reciben este sobrenombre Diana y Juno, en su calidad de diosas de la luz y de los alumbramientos. Según Viorica Pâtea, que analiza este poema en su hermoso —aunque discutible— libro, Lucina es «otro nombre de Diana o Hécate [que], en cuanto diosa lunar del parto, engendra la vida desde las esferas lunares a las que ascienden las almas de los muertos para volver a nacer […] Lucina se asocia a la imagen del padre primordial —“our ancient fathef”—, al que obliga a empezar una nueva existencia, arrastrándolo como a un recién nacido at the heel. El padre es viejo y niño a la vez. Lucina establece la correspondencia entre la vida humana y el plano astral». (N. del T.) <<
[192] “Enchufadas”, como las luces de un árbol de Navidad. (N. del T.) <<
[193] Hay varios juegos de palabras implícitos en esa expresión, at the heel. Lucina “arrastra por el talón” al anciano padre pero también “le pisa los talones”. Además, to be out —or down— at the heel significa “ir mal vestido, andrajoso”. (N. del T.) <<
[194] S. P. debió de comenzar este poema en agosto de 1958 y concluirlo al año siguiente, a juzgar por la siguiente anotación del 13 de mayo de 1959: «Ayer escribí un poema hermoso-hermoso, “En el País de Midas”, una de esas piezas ideales para The New Yorker». Ver también nota mía al poema n° 92. (N. del T). <<
[195] O vara de oro. Una planta que abunda en Conneticut, de intenso color dorado —como todo en el poema. (N. del T.) <<
[196] El título debe entenderse en el sentido literal de “falta de comunicación”. El escenario de este poema fue el Monte Holyoke, por el que «subí con Ted (…) sudando, en busca de animales». Cf. Diarios, anotación del 1 de julio de 1958. (N. del T.) <<
[197] S. P. emplea el término currency (literalmente “divisa, valor de cambio”, pero que aquí podríamos entender figuradamente como “aceptación”) ligado al verbo anterior, to exchange. Entiendo que lo que está “acorralado, en peligro” no es el pellejo del animal, digamos, sino el hecho de que se dé o no un “intercambio” entre la protagonista y el animal. <<
[198] Aunque aceptada en inglés, es muy significativo que S. P. emplee este palabra alemana, sin duda vinculada a su madre y a su infancia. De hecho, por aquél entonces, la poeta había vuelto a estudiar alemán, y había empezado a traducir algunos de los cuentos de los Hermanos Grimm. (N. del T.) <<
[199] Personaje del “Cuento del escudero”, uno de los Cuentos de Canterbury, de Chaucer. S. P. hizo un seminario sobre él en Cambridge, y T. H. la rememora relatando pasajes suyos ante un prado con vacas —una de las anécdotas más hermosas de su relación, acaecida durante uno de los días más felices de su amor— en Cartas de cumpleaños, “Chaucer”. (N. del T.) <<
[200] Child’s Parle, el escenario de varios poemas de este período, estaba pegado a la casa de S. P. en Elm Street, Northampton, Massachussets. El 11 de junio de 1958 escribió: «Acabo de escribir un buen poema, medido, sobre las piedras de Child s Park, yuxtaponiéndolas a las azaleas anaranjadas y fucsias. Creo que ese parque es mi lugar favorito de Estados Unidos».
[En parte por eso, porque era su lugar favorito, un día S. P. regañó furiosamente a unas muchachas a las que “pilló” cogiendo flores allí. «Como si estuvieran robando las brasas / De tu propia hoguera», dice T. H. en “Child s Parle”, el poema de Cartas de cumpleaños que escribió sobre aquella explosión de cólera. Cf. poema n° 85, “Fábula de las ladronas de rododendros” y nota al respecto. (N. del T.)] <<
[201] El 26 de junio de 1958, S. P. anotó: «He escrito un poema breve esta mañana —“Búho sobre Main Street”—, en verso medido. Podría ser mejor. El principio es lírico de más, para este tema, y la última estrofa podría expandirse». El poema acabó titulándose simplemente “Búho”, y, el 23 de abril de 1959, en Boston, al revisar sus textos, S. P. escribió: «Ya tengo cuarenta poemas incontestables, creo. Y, en cierto modo, estoy contenta con ellos, aunque me gustaría que algunos fueran más potentes. Todos los que escribí en el Smith [College] entrañan miserables deseos de muerte. Los de aquí, aunque grises (“Los males que nos acompañan” [n° 88], “Búho”), tienen fuerza y expresan la alegría de vivir». <<
[202] El 9 de julio de 1958, S. P. anotó: «He escrito lo que considero un “poema para el libro” sobre mi desenfrenada carrera por Cambridge, cuando Sam se desbocó: un tema “arduo” para mí, ya que los caballos me son extraños; pero el temerario cambio de Sam, y el hecho de que yo —Dios sabe cómo— lograse sujetarme a él, fue una suerte de revelación: todo acabó bien».
[El “carrerón” que a punto estuvo de costarle la vida a la poeta aparece contado en todas las biografías, aunque merece más la pena leer el poema que T. H. escribió al respecto en Cartas de cumpleaños: “Sam”. El hecho aconteció el 12 de diciembre de 1955, exactamente, dos meses antes de que S. P. y T. H. se (re) conociesen. (N. del T.)] <<
[203] ] S. P. cuenta en sus Diarios —anotación del 11 de junio de 1958— cómo un día, paseando por un parque (el del poema n° 82) donde ella y T. H. solían coger una sola rosa para adornar su casa, vieron un grupo de chicas arrancando «arbustos enteros de rododendros». Inexplicablemente para su marido (cf. “Childs Park”, Cartas de cumpleaños), S. P. montó en cólera y les armó un escándalo. Después, sorprendida ella misma de aquella rabia (contenida, sin duda, desde la niñez, y debida, quizás, en aquella época, a su profunda insatisfacción laboral y personal) escribió: «Tengo una violencia en mi interior caliente como la sangre criminal. Podría quitarme la vida —ahora lo sé— o incluso matar a alguien. Podría matar a una mujer, o herir a un hombre. Sí, creo que podría hacerlo. Yo apretaba los dientes, intentando controlar mis manos, pero vi como un flash de sangrientas estrellas en mi cabeza cuando divisé a aquella descarada, de cuclillas allí [robando rododendros], y me entraron unas ganas asesinas de [abalanzarme] sobre ella, sacudirla y descuartizarla en sangrientos pedacitos». Esa misma furia, liberada ya con la “traición” de T. H., es la que reborda en sus poemas más célebres de Ariel, como “Lady Lázaro” o “Papi”. Pero aquí —como se aprecia en el poema, tan distinto a la anotación de los Diarios— aún continúa en estado latente. (N. del T.) <<
[204] Myth-making (“el hecho —o la capacidad— de crear mitos”) es la traducción, literal, inglesa, del término griego mythopoeia. En castellano no existe una equivalencia exacta, aunque en este caso podríamos, quizás, verter el título como “La muerte de la mitología”. Es obvio, pues, que el tema de este poema es el mismo que el del n° 63, “Sobre el declive de los oráculos”: la muerte de los antiguos mitos y de sus hacedores (los poetas, los artistas visionarios), y, en consecuencia, la incapacidad de la sociedad y del arte actual de crear otros nuevos. Incapacidad o necesidad frustrada, en una época en la que las religiones institucionalizadas, lejos de colmar nuestros anhelos espirituales, conforman otro de los muchos obstáculos que frenan nuestro desarrollo —por el momento, única y destructivamente materialista. Por eso, quizás, dice S. P. que «la Razón» va montada «en un semental», y «la Cordura» apenas en un flaco y cansado «jamelgo»… (N. del T.) <<
[205] La Razón, la Cordura: ¿Don Quijote y Sancho Panza, pese a que el primero simboliza más la Imaginación que “la Razón de cara enjuta”? El adjetivo lantern-jawed es muy curioso, pues literalmente significa “con jeta de linterna”. “La Cordura”, en el original, es “el Sentido Común”, pero quise igualar los géneros de “estas dos funcionarlas”, sin cambiar “la Razón” por otro sinónimo de distinto cariz. (N. del T.) <<
[206] Desultory, el adjetivo que aplica S. P. a las amas de casa, es muy significativo. Estos dos últimos versos dicen, literalmente: «Y volvía lobuno [salvaje] el carácter del niño criado en el campo /, Y el del ama de casa, desorganizado [inconexo, divagante, sin objetivo]». Empleo, pues, la palabra “desastre” en el sentido que tiene en la frase hecha: “Ser un auténtico desastre”. (N. del T.) <<
[207] S. P. pasó sus primeros años en la península de Winthrop, donde vivían sus abuelos.
[La vuelta al “idilio” de su niñez supuso, en efecto, para S. P. un tremendo shock, al verlo convertido en «un remedo cursi y chabacano» del paraíso que ella recordaba; un paisaje expoliado y contaminado que «hiere la vista». A la pérdida de los mitos viene a sumarse, pues, ahora la pérdida del Edén. Porque Dios, la otra vieja muleta, se partió, para la pequeña Sivvy, junto con las de su padre. La misma noche en que su madre le comunicó la noticia y ella replicó: «¡Jamás, jamás volveré a dirigirle la palabra a Dios!». (N. del T.)] <<
[208] The tideline es, en realidad, la “línea de marea”: lugar donde dos corrientes convergen en el océano, y donde el viento, las olas, las algas… suelen formar líneas sinuosas. Pero S. P. parece referirse más bien a la “lengua del agua”, que sí recoge el DRAE. (N. del T.) <<
[209] Los/las especialistas, que suelen destacar la influencia de T. H. sobre S. P. (incluidas mis colegas italianas), se olvidan casi siempre de la reciprocidad que alimentó esa relación. Este poema de ella —que, a mi juicio, podría muy bien pertenecer a un libro muy posterior de él, Cuervo, traducido magníficamente en España por Jordi Doce— es un buen ejemplo de esa comunión, al igual que un poema de él —“La luna llena y la pequeña Frieda”, escrito en el reverso de un manuscrito de ella— podría muy bien pertenecer a alguno de los libros póstumos de S. P.
En For Children: The Gates of Paradise, de William Blake, hay una ilustración con este mismo título, aunque la imagen que se ve en ella no guarda relación directa con el poema. (N. del T.) <<
[210] Otra prueba de la afición de S. P. a los arcaísmos (muchos de los cuales hallaba en Shakespeare). Gilded no es aquí “dorado”, obviamente, sino “enrojecido, como con sangre”. Por otro lado, resulta difícil no ver en este texto otra denuncia más del Cristianismo, tan aficionado a provocar y justificar los derramamientos de sangre propios y ajenos. (N. del T.) <<
[211] Imposible dar al mismo tiempo las dos acepciones de Une con las que juega la autora: “línea; verso”. (N. del T.) <<
[212] Más brumosos: Misty también incluye la acepción —negativa— de “emotivo, sentimental”. Aquello que la joven S. P. intenta “desterrar, expulsar” de sus poemas. (N. del T.) <<
[213] Establecimientos: También “estamentos”. Es probable que S. P. conociera una acepción histórica de este término: “imprenta”, pues casa a la perfección con esta curiosa poética que incluso parece anticipar al mismísimo Seamus Heaney (siempre tan crítico, por otra parte, y debido, tal vez, a su amistad con T. H., en su valoración de la obra de S. P.) (N. del T.) <<
[214] Lit. “Los tiempos están en orden (pulcros, limpios, aseados)”. (N. del T.)
Uno de los poemas más ácidos de S. P. sobre esta sociedad en la que el heroísmo, la compasión y la espiritualidad han sido suplantados por la vulgaridad, el egoísmo y el materialismo. Ahora ya no hay caballeros ni dragones, sino políticos que sólo buscan enriquecerse y lagartijas reducidas al tamaño de una hoja. En cuanto a la hechicería (esto es: la espiritualidad primitiva, oculta y reprimida) ha sido definitivamente aniquilada por las Iglesias. El mundo es como «el asador del alcalde» que «gira por cuenta y voluntad propias», y nosotros con él —espetados en él. (N. del T.) <<
[215] S. P. y su marido viven en Boston hasta el mes de junio. Durante ese tiempo, ella trabaja como secretaria en el registro del Hospital General de Massachussets. También vuelve a ver a su antigua psiquiatra, la doctora Ruth Beutscher (cf. nota al poema n° 101), y asiste —junto con Anne Sexton y George Starbuck— a un curso de escritura impartido por Robert Lowell.
En julio, S. P. y T. H. viajan en coche por Estados Unidos, desde Canadá a San Francisco, de allí a Nueva Orleans y vuelta, acampando por el camino, durante unas nueve semanas. En septiembre, ambos aceptan una invitación a Yaddo, una colonia de artistas próxima a Saratoga Springs, en el norte del estado de New York.
Ese mismo año, T. H. obtiene un premio de la Fundación Guggenheim, y, añadiendo ese dinero al que ahorraron dando clases y realizando otros trabajos, él y S. P. se embarcan rumbo a Europa en el mes de diciembre. <<
[216] Cf. English and Scottish Popular Ballads, edited by F. J. Child (1883), donde se halla el siguiente “fragmento”:
The great bull of endy-law
Has broken his band and run awa
And the king and his court
Canna turn that bull about
El gran toro de Bendy-law
Rompió su correa y escapó,
Y ni el Rey ni su corte consiguen
Que ese bicho dé media vuelta
[En el Apéndice n° 10 de la edición íntegra de los Diarios de S. P., figura la siguiente anotación (en la que también se alude al poema n° 80, “En el País de Midas”, sin citarlo): «El toro de Bendylaw —Rey y corte: ceremonia y regla —prado tapiz, margaritas, caléndulas— jugando a las cartas / Rey y reina — / Toro— fuerza dionisíaca — inspiración / virilidad masculina — / indoblegable/ Europa y el toro / color: versus toro negro». El poema rezuma, obviamente, una intensa carga erótica, similar a la de otros mitos y leyendas como “El rapto de Europa”, por ejemplo. Después de que el toro le contagie su deseo, el mar “en celo” (v. poema n° 94) asalta el palacio del rey de Bendylaw para yacer con “la rosa real”: su reina.(N. del T)] <<
[217] El incidente que dio pie al poema ocurrió mucho antes, el 12 de marzo de 1956, en Cambridge. «El médico estuvo muy amable […] y me ha quitado el corpúsculo que tenía clavado en el iris, mientras yo miraba […] y hablaba acerca de cómo Edipo y Gloucester, en El Rey Lear, adquirieron una nueva visión perdiendo la vista, cuando yo, en cambio, habría preferido conservar la vista pero adquiriendo, al mismo tiempo, una nueva visión de las cosas». T. H., por su parte, comentó: «La alusión a Edipo, así como a otras figuras de la tragedia griega, pueden parecer literarias, pero, si tomamos como pruebas mis sueños, eran personajes profundamente ligados a su vida interior».
Por último, es obvio que el título en sí alude al pasaje evangélico de Lucas, 6,41-2. El 15 de julio de 1957, S. P. pensó en escribir un relato titulado “La viga en el ojo”. (N. del T.) <<
[218] Corregimos errata mantenida en la edición de los Collected Poems pero no en la de The Colossus: while, en lugar de white. (N. del T.) <<
[219] Una obra pictórica realizada con distintas tonalidades de un sólo color. El DRAE no recoge este término artístico. (N. del T.) <<
[220] El cabo de la península de Winthrop (cf. nota al poema n° 86). El 20 de enero de 1959, S. P. escribió: «Terminé un poema este fin de semana, “Point Shirley” —lugar que volví a visitar—, sobre mi abuela. Extrañamente vigoroso y conmovedor, para mí, a pesar de su rígida estructura formal. Evocador. No tan unidimensional».
[Según el propio T. H., S. P. escribió este poema en un intento deliberado de aprehender el paisaje marino a la manera de Robert Lowell, durante el seminario que éste impartió en la Universidad de Boston, y al que la autora asistió junto con otros compañeros de generación, como George Starbuck y Anne Sexton. Con todo, los críticos han alabado, en general, este paso hacia delante de S. P, considerándolo incluso superior a sus modelos. Para comprender bien el trasfondo de esta pieza, conviene leer también el capítulo 12 de La campana de cristal, así como el texto autobiográfico “OCEAN 1212-W” de Johnny Panic y la Biblia de los Sueños—, en el que aparecen varios de los motivos retomados luego en el poema —como el del tiburón arrastrado por el huracán. En ese hermoso relato, además, S. P. recuerda uno de los momentos claves de su infancia, aquél en el que dejó de sentirse fundida con el universo y comprendió «con una mirada lúcida y fría, la escisión de todas las cosas». Los lugares citados en todas estas obras pueden verse en http://www.sylviaplath. info/thumbs32-42.html (N. del T.)]. <<
[221] Unos dulces helados, en forma de bolas que recuerdan a las de nieve. (N. del T.) <<
[222] El antiguo canal de Shirley Gut, que separaba la Isla de Deer, fue rellenado en los años treinta, uniendo ésta a Winthrop (cf. capítulo doce de La campana de cristal). En el verso siguiente, la autora parece jugar con el presente del verbo “to ground: cercar, conectar a tierra, varar…”, y el pasado del verbo “to grind: moler, triturar”. Pero la imagen de la molleja hace prevalecer éste último. (N. del T.) <<
[223] En alusión, claro, a la comedia de Shakespeare Labores de amor perdidas o Trabajos de amor perdidos. (N. del T.) <<
[224] “Banco o bajo de arena que se forma a la entrada de algunas rías, en la embocadura de algunos ríos y en la estrechura de ciertos mares o lagos, y que hace peligrosa su navegación”. Semejante pero no igual a “bajío”. Además, S. P. parece aludir también a “la tranca” de la puerta de la casa de su abuela. (N. del T.) <<
[225] Ave nocturna que tiene varios nombres en inglés: goatsucker, nightjar, fernowl… Esther Baskin [la mujer del escultor] estaba recogiendo material para un libro sobre las criaturas de la noche, y este poema fue la contribución de S. P. El 20 de enero anotó: «He pasado una tarde realmente agradable, lluviosa, en la biblioteca, consultando libros sobre el chotacabras para un poema destinado al libro de Esther sobre las criaturas de la noche. Mucha más [información] que sobre las ranas, y un tema mucho más apetecible. Tengo ocho versos de un soneto sobre esa ave, muy aliterado y colorista». S. P. escribió varias páginas con notas detalladas sobre el tema.
[Pero… ¿conocerían S. P. y T. H. el mito del Chupacabras? «Nombre de un ser mitológico contemporáneo que ataca a animales de diferentes especies en zonas ganaderas, agrícolas o rurales. El mito tuvo origen en la isla de Puerto Rico. Se argumenta que existe en América Central y América del Sur, en países como México, Chile, Guatemala, Costa Rica, en la isla de Puerto Rico, etc., y en algunas zonas del sur de Estados Unidos». ¿O nacería éste del término inglés para designar al chotacabras? (N. del T.)] <<
[226] Fly-by-night, “vuelo de noche”, es una frase hecha, muy empleada en los negocios para referirse a algo o a alguien que aparece y desaparece en un santiamén: “visto y no visto”. (N. del T.) <<
[227] El 19 de febrero, S. P. anotó: «He escrito un poema sobre Grantchester, puramente descriptivo (…) Una furiosa frustración. Cierta inhibición me impide escribir lo que realmente siento». Las praderas en cuestión se extienden a lo largo del río Cam, en dirección a Grantchester, cerca de Cambridge.
[Recomiendo al lector o a la lectora conjugar el análisis de este poema con otro de T. H. titulado “Pintar un nenúfar”, escrito por esa misma época. Las cartas y las anotaciones de los Diarios correspondientes a estos primeros meses de 1957 contienen diversas descripciones de ese célebre paisaje «inmortalizado por Rupert Brooke en su poema “The Old Vicarage, Grantchester”, que lo celebra como la quintaesencia de lo propiamente inglés». (Anna Ravano). (N. del T.)] <<
[228] Spring lamb y, simplemente, lamb significan lo mismo. El hecho de que se emplee esa denominación es porque “lamb has alivays been associated with spring and called Spring lamb”, ya que la primavera es la época en la que nacen. (N. del T.) <<
[229] Fig. “fiera, harpía”. De hecho, quizás haya una alusión velada a The Tamingofthe Shrew [La fierecilla domada], de Shakespeare. (N. del T.) <<
[230] Grasshead es la cabezuela o inflorescencia de la hierba, y wilderness no puede significar aquí “páramo, “erial” sino “a large wild tract ofland covered with dense vegetation or forests; fig. solitude”. (N. del T.) <<
[231] El hecho de que S. P. utilice el nombre antiguo, anglosajón del actual Río Cam (rebautizado así cuando Grantebrycge pasó a denominarse Cambridge) es muy significativo. (N. del T.) <<
[232] “El estanque de Byron”. Un merendero a orillas del Granta/Cam, llamado así en honor del poeta romántico. (N. del T.) <<
[233] O “cuarto de los niños”, en una casa. En “The jaguar”, uno de los poemas más célebres de T. H., hay un verso casi idéntico a éste: «It might bepaintedon a nursery wall». El poema está incluido en su primer libro, The Hawk in The Rain (1957), y ambos versos recuerdan el título de uno de los poemas que ya hemos leído: “Words for a Nursery”. Otra muestra más de la influencia mutua que se dio entre estos dos genios. (N. del T.) <<
[234] Los estudiantes/amantes de este poema son iguales a los que aparecen en el poema n° 99, “Dos atisbos en una sala de autopsia”, en el que, por cierto, S. P. emplea el verbo to moon, igual que aquí el adjetivo moony: “lunar”, en el sentido no sólo de “propio de la luna o iluminado por la luna” sino también de “ensimismado, soñador”. (N. del T.) <<
[235] El puerto descrito es el de Winthrop. En el verano de 1960, S. P. y T. H. mandaron imprimir este poema para enviarlo como tarjeta de felicitación navideña ese año. (N. del T.) <<
[236] Botón con un diseño de ojo en su interior o con forma de glóbulo ocular. (N. del T.) <<
[237] Muchas de ellas eran redondas. De ahí el símil. (N. del T.) <<
[238] La autora retoma la imagen anterior de las “olas chismosas”, sólo que ahora no murmuran sino que “peroran”, “profieren frases pomposas”; pero to mouth significa también “mascar o mascullar”. Las tartas heladas —aquí, una metáfora de la espuma invernal, supongo, y que también aparecen en el poema n° 125— son un postre típico de Navidad, tanto en Estados Unidos como en Inglaterra. (N. del T.) <<
[239] En el sentido náutico, sinónimo de “cuadernas”. (N. del T.) v. 26. Barbado. Sin resuello: Sendos juegos de palabras. Las “barbas” son también las algas y los filamentos de los mejillones que lleva el barco pegados a su casco. “Blown: movido por aire o vapor; sin aliento; ajado, marchito, consumido”. (N. del T.) <<
[240] Las que tuvo la traición de Jasón. Con todo, es difícil no ver en este impresionante poema una terrible premonición de lo que le iba a ocurrir a la autora en vida y después de muerta. S. P., a diferencia de Medea (y de Assia Gutman), no mató a sus hijos, sino que se suicidó. Pero, lejos de caer en el olvido, se convirtió, como Medea (y ahora Assia Gutman, cuya primera biografía, A lover of Unreason, publicaron en 2006 Yehuda Koren y Eilat Negev), en un mito. A partir de ahí, “los perros” no cesaron de acechar y de devorar su cadáver (cf. T. H., “The dogs are eating your mother”, Birthday Letters). Al margen, sin embargo, de su propia leyenda, lo cierto es que poemas como éste, como muchos otros de esta etapa, demuestran que S. P. ya era una poeta inmensa años antes de escribir Ariel, aunque aún no hubiese modelado del todo su propio estilo, su “propia voz”. (N. del T.) <<
[241] Prodigious poseía también, antaño, el sentido de “ominoso”, adjetivo que casa perfectamente con los improperios o maldiciones que lanza Medea a Jasón y a los Corintos. (N. del T.) <<
[242] Los dos adjetivos que emplea S. P. son propios, precisamente, de una “ama de casa” que no sabe cocinar: charred (algo que se ha quemado en el fuego) y sodden (aquí, algo pastoso, apelotonado). Asimismo, el último adjetivo del poema —cheated— es un resumen del mismo, ya que to cheat también significa “ser infiel”: como Jasón. (N. del T.) <<
[243] En el mito, Medea es apedreada en el templo de Hera por los habitantes de Corinto, y obligada a abandonar la ciudad en el carro de serpientes aladas que le regaló su abuelo Helios. (N. del T.) <<
[244] El cuadro de Brueghel al que alude [la parte II] es El triunfo de la muerte.
[S. P. visitó, en efecto, la sala de autopsia del Boston Lying-In Hospital en octubre de 1951, donde trabajaba su amigo Dick Norton. Una experiencia que la autora también reflejó en el capítulo seis de La campana de cristal, transmutada en Esther Greenwood. El cuadro de Brueghel está en el Museo del Prado, donde seguramente lo vieron S. P. y T. H. durante su estancia en Madrid. (N. del T.)] <<
[245] To moon es uno de los verbos más hermosos de la lengua inglesa, y el magnífico verso de S. P. refuerza su belleza. Significa muchas cosas, entre ellas: “suspirar enamorado”, “vagar ensimismado”, “estar en la luna”, “recordar con nostalgia”, “mirar con tristeza”… En mi versión he intentado conjugar algunas de esas acepciones. <<
[246] La punta de Egg Rock a la que alude el poema se halla en Nahant, Massachusset, cerca de la playa de Lynn, una localidad al norte de Winthrop. El faro original ya no existe pero quedan fotos, cuadros y dibujos que lo recuerdan (y que pueden verse en http:// www.lighthouse. cc/egg/history. html). S. P. habla también de ese lugar en el capítulo trece de La campana de cristal, cuando Esther Greenwood cuenta todas sus tentativas de suicidio frustradas, incluida la de ahogarse en el mar.
No obstante, éste es uno de los pocos poemas de S. P. en los que el protagonista es claramente un hombre. Todos los críticos coinciden en que “Suicidio en Egg Rock”. supone un giro importante en la obra de la autora, pues, al escribirlo, comenzó a ser consciente del camino que realmente debía seguir: «Furiosa frustración, una inhibición que me impide escribir lo que verdaderamente siento. He empezado un poema sobre el “Suicidio en Egg Rock”, pero he creado una estructura estrófica tan rígida que toda la fuerza se me va en ella: tenía la nariz tan pegada a eso que no veía lo que estaba haciendo: anestesiar el sentimiento» (Cf. Diarios, anotación del 19 de febrero de 1959; ver, también, anotación del 25 de febrero). El propio T. H. comentó en sus Notas sobre el orden cronológico de los poemas de Sylvia Plath (1966): «Estos poemas se encaminan, magistralmente, hacia un punto de su vida muy doloroso para ella. Por primera vez, [S. P.] intentó identificar el origen de su sufrimiento». (N. del T.) <<
[247] También, “ardiendo por dentro (con dolor, rabia, desesperación… contenidos)”. (N. del T.) <<
[248] Bien podía tratarse de una obra de Virginia Woolf, a quien S. P. leyó, como sabemos, con intensidad, y cuyo suicidio la obsesionó por un tiempo. Tal vez Al faro. O La señora Dalloway: Septimus Warren Smith, el “loco” que acaba tirándose por una ventana, aparece varias veces evocado en los Diarios de la poeta. (N. del T.) <<
[249] En realidad, “formando crema”, aunque to cream también significa “derrotar, destruir”. (N. del T.) <<
[250] El 9 de marzo, S. P. escribió: «Tras una lúgubre sesión con R. B. [Ruth Beutscher, su psiquiatra], me siento muy liberada. Buen tiempo, pequeñas buenas noticias. Me dijo que si no paraba de llorar tendría que atarme. En el trolebús, se me ocurrió un poema sobre mi rostro desfigurado: “El rostro asolado”. Incluso un verso. Lo escribí, y luego me salieron los [otros] cinco versos de una sextina. Ayer escribí los ocho primeros versos al volver de una agradable jornada en Winthrop. Me gusta bastante; es franco y directo, como “Suicidio en Egg Rock”». Desde su primer intento de suicidio, S. P. tenía una cicatriz muy visible en la mejilla. <<
[251] Me utilizáis [malamente]: También “me maltratáis”. (N. del T.) <<
[252] S. P. escribió este poema «irónico» después de una falta de doce días en los que creyó estar embarazada. Los nueve versos eneasílabos aluden, claro, a los nueve meses de gestación. Cf. nota al poema 103. (N. del T.) <<
[253] Aquí, en el sentido botánico. (N. del T.) <<
[254] Azalea Path es el nombre de la senda del cementerio junto a la cual está la tumba del padre de S. P. El 9 de marzo, escribió: «Un día claro y azul en Winthrop. Fui a visitar la tumba de mi padre, cuya visión me deprimió mucho. Hay tres cementerios separados por callejas, todos hechos en los últimos cincuenta años, más o menos; tumbas horribles, de un negro crudo; lápidas juntas, como si los muertos durmiesen cabeza contra cabeza en un asilo para pobres. En el tercer cementerio, en una zona llana, con césped, mirando a través de un terreno yermo hasta unas hileras de viviendas de madera, encontré su tumba: Otto E. Plath: 1885-1940. Justo al lado de la vereda, así que es posible que la gente pasee por encima. Me sentí muy defraudada. Me entraron ganas de desenterrarlo, para demostrar que existió y constatar que está muerto. ¿Hasta qué punto se habrá descompuesto? Ni árboles, ni paz; la lápida pegada al cuerpo del lado opuesto. Me marché enseguida, pero está bien que tenga ese lugar en mente».
El 20 de marzo, escribió: «Terminé dos poemas: uno largo, “Electra en la vereda de las azaleas” y “Metáforas para una mujer embarazada”, irónico, nueve versos de nueve sílabas cada uno. Como siempre, no son perfectos, pero creo que hay cosas buenas en ambos». Y el 23 de abril: «Debo hacer justicia a la tumba de mi padre. He quitado del libro el poema de Electra. Demasiado forzado y retórico».
[S. P. narra la experiencia en el capítulo trece de La campana de cristal, y es muy interesante comparar ambos textos, en verso y en prosa. Para Judith Kroll, “Electra en la Vereda de las Azaleas” «podría ser considerada una pieza complementaria de “Las musas inquietantes”». A partir de esta afirmación que compartimos, podríamos ver en el binomio Electra-Musas una primera tentativa de elaborar los temas de ese otro posterior y mejor: el que conforman “Papi” y “Medusa”. (N. del T)). <<
[255] El de su madre. Como es obvio, toda esta primera estrofa alude al primer —o segundo— intento de suicidio de S. P, cuando se ocultó en el sótano de su casa e ingirió una enorme dosis de somníferos. (N. del T.) <<
[256] El padre de la poeta la bautizó Sylvia en honor, precisamente, a esa planta que posee numerosas propiedades medicinales. (N. del T.) <<
[257] Según J. M. Bremen, no se trata de una cita textual, sino de una mezcla de frases (“stilts: pilares; zancos”, aquí en el sentido de “apoyos”, pero no de “muletillas”) de la Ilíada de Homero y la Orestíada de Esquilo. También Eurípides y Sófocles —a quien S. P. estaba leyendo por entonces— dedicaron, como es sabido, una tragedia a Electra. (N. del T.) <<
[258] Alusión a la casa de Escorpio, que según la tradición astrológica causa infortunio. Era el signo de S. P. pero también el de la muerte de su padre, fallecido el 5 de noviembre. Según Kroll, S. P. le habría dicho a T. H. que «los nacidos bajo la cola del dragón son desventurados». (N. del T.) <<
[259] El sueño al que se alude aquí aparece contado en los “Apuntes sobre las sesiones con R[uth] B[eutscher]”, Diarios, viernes 12 de diciembre de 1958. A pesar de ser éste un poema dedicado a su padre, la madre de S. P. está presente ya desde el juego fónico que existe entre los nombres de Azalea Path y de Aurelia Plath. (N. del T.) <<
[260] El detalle citado en la última estrofa aparece mencionado en el libro de Otto Plath, Bumblebees and Their Ways [Los abejorros y sus hábitos], quien, además, se lo había demostrado a su hija.
[Este poema constituye el primer acercamiento serio de S. P. a los distintos aspectos simbólicos que tan magistralmente desarrollaría luego, al final de su breve vida, en la llamada “serie de las abejas”, algunos de los cuales podemos rastrear tanto en La Diosa Blanca de Graves como en La Rama Dorada de Frazer. Kroll, que fue, quizás, quien más ahondó en este texto, comenta, por ejemplo, que, a través de su desposorio con «el dios muerto y sepultado», la hija «asume la culpa de la muerte de éste» y desciende con él al fondo de la tierra. Para ella, “La hija del apicultor” es «el retrato más completo y explícito del “desposorio sagrado” de la hija con el dios subterráneo muerto». Claramente «ubica do en un soto sagrado», este «intenso drama “freudiano”» narra «un evento crucial en la Vita Nuova» de su autora. (N. del T.)] <<
[261] Sic en el original. Sobre todo, en su sentido musical: gran compositor o director de orquesta. Pero ¿quizás también en el sentido masónico? Frock coates, una levita, pero frock, en sí, también es el habitas talaris. (N. del T.) <<
[262] O “múltiples caras”, en el sentido de “cara (de trabajo) de una mina o un túnel”. De ahí, supongo, la “miel de caras”. Con todo, parece que nos hallamos ante otra alusión velada a La Rama Dorada de Frazer: «En su santuario de la Aventina, [Diana] era representada por una imagen copiada del ídolo de múltiples pechos de Artemisa, la diosa de Éfeso, con todos sus abigarrados emblemas de exuberante fecundidad». (N. del T. La cursiva es mía). <<
[263] “Bot., parte de la corola donde se inicia el limbo”. El DRAE no recoge esta acepción. (N. del T.) <<
[264] El uso del verbo to drip unido a powders (cosa ilógica) me hace pensar que éste último término conlleva la acepción de “medicamento”. Por eso lo traduzco como “drop: dosis”. Mi colega italiana, a quien debo el dato de que «el Golden Rain Tree es el nombre común del Koelreuteria paniculata, árbol ornamental de flores amarillas en forma de espigas», traduce este verso así: «L’Albero Pioggiadoro stilla [destila] le sue polveri».(N. del T.) <<
[265] Normalmente, se denomina “flores de azúcar” a las decorativas, hechas de papel, cartón, tela, etc., aunque también las hay realmente de azúcar, claro. (N. del T.) <<
[266] The Outermost House [ 1928] es un clásico popular acerca del Cabo Cod.
[Su autor y protagonista, Henry Beston, pasó un año allí, aislado en una cabaña. Otro poema de S. P. que, por su tono, parece preludiar el futuro Crow, de T. H. (N. del T.)] <<
[267] S. P. volverá a emplear esta forma de denominación irónica en “Poem for a birthday”. “Pie en (forma de). Garra”, alude a una deformidad conocida sobre todo como “pes cavus o pie cavo” —lo contrario a “pie plano”. En inglés, también recibe el nombre de hollow foot. En cuanto a Stone-Head, creo que S. P. pensaba en las enormes “cabezas de piedra” de los dioses de las culturas antiguas, como las precolombinas. (N. del T.) <<
[268] Puede que la autora emplee aquí el verbo “to thumb: hojear” en relación con la metáfora inicial que convierte el cielo y el mar en dos «tablas de azul en blanco» (como las tablas de los Diez Mandamientos). Ningún diccionario de los muchos que consulté recogía la forma verbal “to thumb out”. Ravano lo traduce por “modelar”, pero yo disiento de su interpretación. (N. del T.) <<
[269] Creo que S. P. ve a los dioses como dos enormes “potes” o tiestos (pétreo, uno, córneo, el otro) en los que, siguiendo la imagen, el ermitaño entrevé «un cierto verdor significativo». Pot abarca muchas acepciones, entre ellas, la de “trampa para anguilas, peces o crustáceos”, que probablemente T. H. conocía. Por eso utilizo “pote”, porque incluye al menos dos de ellas: “tiesto” y “vasija (con boca y brazos)”. A mi juicio, pues, el significado de estos oscuros versos sería: el eremita —más budista que cristiano, parece— después de entrever “el verdor” de los dioses (su parte humana, tierna, positiva, luminosa: la que todos poseemos oculta por su opuesta), se “enfrenta” a ellos y consigue que se vuelvan “casi” verdes. A partir de entonces, las gaviotas pudieron meditar «bajo una luz más verde». (N. del T.) <<
[270] Lit. “pinza de cangrejo”, ya que claw significa ambas cosas. Cambio la expresión original para mantener la alusión al dios Pie en Garra. (N. del T.) <<
[271] Según S. P., «el único “poema de amor” de mi libro [El coloso], escrito hace poco más de un mes, en una de mis fructuosas visitas a Winthrop». En concreto, su visita del 8 de marzo de ese año, cuyos “frutos” fueron, además de este poema, “A Winter Ship”, “Aftermath”, “Electra on Azalea Path” y “Old Ladies’ Home”.
El hombre en cuestión era, en efecto, T. H., que ese día llevaba puesto un abrigo negro. Pero S. P., al observarlo, pensó en su padre, fundiendo las dos figuras en una. Ella era consciente de esa «transferencia» psicológica, y así lo reconoció en varios pasajes de sus Diarios: «[Ted] siempre me está animando a que estudie, piense, dibuje y escriba. Es mejor que cualquier profesor, y, de alguna manera, incluso vino a llenar ese inmenso, triste hueco que yo sentía por no tener padre». «El “negro difunto” [o “negro profundo, absoluto”] de mi poema ha de ser una proyección mía, después de la visita a la tumba de mi padre». En su mente, el color negro estuvo siempre asociado a la muerte, en general, y a la muerte de su padre, en particular, hasta el punto de que éste devino para ella en el Black Man. T. H. abordó ese recuerdo y esa fusión simbólica en una de sus Cartas de cumpleaños: “El abrigo negro”: «El cuerpo del espectro y yo, aquella borrosa mancha transparente, // Convergiendo en un mismo punto focal…». (N. del T.) <<
[272] Otro buen ejemplo de la maestría léxica de S. P. Primero transforma el sustantivo shard en un verbo, y luego, a partir de dos de sus acepciones (“fragmento de loza antigua; élitro [ala endurecida] de un insecto”) elabora dos comparaciones íntimamente ligadas. (N. del T.) <<
[273] S. P. debió de empezar este poema en Benidorm, Alicante, durante su luna de miel, y revisarlo en 1959, o bien escribirlo este año, recordando aquellas rederas «vestidas de negro, de pies a cabeza» de las que habla en sus Diarios. Ella y T. H. vivieron el n° 59 de la calle Tomás Ortuño (no Ortunio, como pone en el original). Cerca de allí sigue estando la Avenida de los Almendros, a la que también alude el poema. En una carta a S. P, escrita entre el 1 y el 2 de octubre de 1956, T. H. termina diciendo: «Ahora me voy a hacer una taza de chocolate a lo Tomas Ortunio [sic], antes de retirarme». (N. del T.) <<
[274] Magnolia es una villa marinera situada a unos cincuenta quilómetros al norte de Boston. (N. del T.) <<
[275] El DRAE define este término como sinónimo de “contra ventana”, cuando en realidad es eso, una “puerta acristalada” que sirve de ventana, llama da también “ventana francesa”. (N. del T.) <<
[276] O “como un brindis”, o “como calentarse junto a un fuego”, ya que las tres interpretaciones son posibles. Opté por la primera debido a la hora del día en la que transcurre el poema. (N. del T.) <<
[277] Titulado originalmente “Snake”, “Serpiente”, este poema tuvo una importancia especial para S. P. en su búsqueda de un nuevo lenguaje poético. Búsqueda que se vio recompensada con el primer premio exaequo que le concedió la revista inglesa The Critical Quaterly a la que lo envió. (N. del T.) <<
[278] Un milk glass es, en general, un tipo de cristal coloreado, mate, y, en especial, uno de color “lechoso”, hecho con óxido de estaño. (N. del T.) <<
[279] La “perfección” de esta postrera sonrisa preludia ya la de la mujer del último poema de S. P.: “Edge”. (N. del T.) <<
[280] El escenario del poema son los jardines de la residencia de Yaddo. S. P. decía que éste era un poema «para Nicholas», pero su primer hijo, nacido cinco meses después, fue una niña.
[En palabras de Anna Ravano, este poema «compuesto a mitad de octubre, después de una serie de ejercicios de respiración y meditación que le sugirió [T. H.], es, junto con “El coloso”, escrito en los mismos días, la primera señal de una nueva vena poética; de ahí que [S. P.] lo eligiese para abrir el poemario en sí, El coloso. En aquel momento, apenas estaba embarazada de cuatro meses, y, en el poema, la gestación fisiológica se confunde con la gestación poética. La estación otoñal, tiempo tanto de madurez como de decadencia, provee la metáfora de los temores que despiertan los dos acontecimientos». (N. del T.)] <<
[281] El hallazgo, en Yaddo, de estos dos topos muertos aparece descrito —con expresiones reutilizadas en el poema— en la entrada del jueves 22 de octubre de 1959 de los Diarios, antes y después del párrafo en el que la poeta habla de las «ambiciosas semillas» de “Poema para su [sic] cumpleaños”: «Dos topos muertos en el camino. A unos diez metros de distancia, uno del otro. Muertos, masticados hasta exprimirles los jugos, ataúdes de ante informe, azul humo, con las blancas manos en forma de zarpa, las palmas humanas, y las pequeñas, puntiagudas narices en forma de sacacorchos apuntando hacia arriba. Según Ted, luchan hasta la muerte. Después un zorro debió de mordisquearlos». (N. del T.) <<
[282] En el sentido botánico: “barbas”. El musgo gotea sobre las “mantillas” (hierba) que son las “aristas” (la “pelusa”, digamos) de los huesos de los árboles arcaicos, ya muertos y enterrados. (N. del T.) <<
[283] Juego de palabras, ya que el ram’s-horn es, en sí, un tipo de caracol: Planorbisplanorbis. (N. del T.) <<
[284] Tal vez en el sentido que tenía para Rilke, poeta que S. P. conocía y tradujo (v. nota al respecto en el apartado “Traducción”). (N. del T.) <<
[285] O “tejos”, en referencia a ese juego. La imagen es fantástica: el agua arroja e inserta sus destellos (aros) en las ramas de un abeto. Fíjese el/la lector/ra, además, en esos dos versos de la estrofa anterior («hourglass sifts al Drift of gold pieces») donde la aliteración se conjuga con una rima interna. (N. del T.) <<
[286] «Un mero ejercicio de ligereza […] Algo melindroso, pero me he divertido haciéndolo». (Diarios, 6 de octubre de 1959). “Polly” era en realidad la poeta Pauline Hanson, secretaria de la directora de la colonia de Yaddo. (N. del T.) <<
[287] Escribiendo sobre su afición mutua a las sesiones de uija, T. H. comentó: «Su padre se llamaba Otto, y, durante aquellas sesiones, solían llegar “espíritus” con instrucciones para ella de un tal Príncipe Otto, quien, según ellos, ejercía un gran poder en el submundo. Cuando ella los presionaba demandando una comunicación más personal, ellos replicaban que el Príncipe Otto no podía hablar con ella directamente porque estaba a las órdenes del Coloso. Y, cuando ella insistía en tener una audiencia con éste, ellos le aseguraban que era inaccesible. Es obvio que sus esfuerzos por asumir, por hacer las paces con lo que ese Coloso significaba para ella, para su poesía, fueron, con los años, cada vez mayores, hasta llegar a adquirir una importancia crucial».
El lunes 19 de octubre, S. P. escribe: «[…] Estos días he probado a hacer el “ejercicio” de Ted: respiraciones profundas, concentrándome en diversos objetos y dejando surgir el flujo de la consciencia, y así he escrito dos poemas que me gustan. Uno para Nicho— las [“El jardín de la Residencia”] y otro sobre el viejo tema de la adoración que siento por mi padre. Pero [éste último] distinto. Más extraño. Veo un paisaje, un clima en estos dos poemas». (N. del T.) <<
[288] Líquido de color rojizo que se emplea como insecticida y desinfectante. (N. del T.) <<
[289] La obra de Esquilo en la que aparece Electra, la correspondencia femenina del “complejo de Edipo” freudiano que S. P. ya había abordado antes en “Electra en la Vereda de las Azaleas” (poema n° 103). (N. del T.) <<
[290] El escenario de este poema, titulado originalmente “In Frost Time”, “En época de helada”, también es la finca de la Residencia de Yaddo, cuyo propietario era Spencer Trask: el “tú” del poema (teñido, según algunos críticos, por la sombra del padre de la poeta). (N. del T.) <<
[291] Las estatuas a las que alude el poema estaban, en efecto, «encajadas como en pequeñas cabañas de madera», para protegerlas de las inclemencias del tiempo «y de los vándalos». V. Diarios, anotación del 11 de noviembre de 1959. (N. del T.) <<
[292] Disminuyen, menguan. Mantengo el verbo porque S. P. alude a la enfermedad conocida como “colapso pulmonar”. (N. del T.) <<
[293] Tabla de números (como la pitagórica) que, según Platón en el Timeo, guió al Demiurgo durante la creación de los cielos y la tierra, y durante la creación de las almas y los cuerpos tanto de los dioses como de los seres mortales. En el cristianismo, se denomina así al conjunto de las cuatro virtudes cardinales. Yeats —entre otros— habló de ella. Creo que también hay un instrumento para dibujar denominado así —o “mesa platónica”— mas no he logrado constatarlo. (N. del T.) <<
[294] Un cyclecar creado en los años veinte por los hermanos Bound, de Southampton, Inglaterra. Eran ciclomotores muy baratos, de fácil manejo y arreglo, y aún debían de usarse en los años cincuenta en la Inglaterra rural, al parecer. (N. del T.) <<
[295] S. P. retomó este verso en “El tejo y la luna”, sólo que cambiando “zapatos” por “pies”. (N. del T.) <<
[296] En Boston, a principios de año, S. P. había intentado abrir una vía creadora a la manera del primer [Robert] Lowell (como en “Point Shirley”). Los poemas de Theodore Roethke siempre la habían impresionado vivamente, pero fue en Yaddo, durante el mes de octubre, cuando se percató del modo en que éste podía ayudarla. Esta secuencia lírica se inicia, deliberadamente, como un pastiche de Roethke, una serie de ejercicios que, en un primer momento, pudieran servirle de guía y de molde, para luego ir más allá. El 22 de octubre escribió: «Ambiciosas semillas de un largo poema dividido en distintas secciones. “Poema para [un] cumpleaños”. Ser un morada en el manicomio, en la naturaleza: significados de las herramientas, invernaderos, floristerías, galerías subterráneas, vividas e inconexas. Una aventura. Jamás concluida. En desarrollo. Renacer. Desesperación. Ancianas. Esbozarlo». Luego, el 4 de noviembre: «Milagrosamente, acabo de escribir las siete partes de mi serie “Poema para un cumpleaños”».
[El cumpleaños de la autora era el 27 de octubre, y además, ese año, cumplió 27, lo cual, para un ánimo tan proclive al esoterismo como el suyo, debió de ser algo muy significativo.
Según el propio T. H., la influencia de Roethke no impidió que S. P. consiguiera escuchar, por primera vez, «su verdadera voz». Concretamente, en la parte VII de esta serie, “Las piedras”, a partir de la cual se iría intensificando hasta retumbar en la serie de obras maestras que escribió antes de morir. “Las piedras” es un texto clave por ese motivo, pero también porque ejemplifica la manera en la que S. P. transcendía sus propias vivencias, dichosas o dolorosas, hasta transformarlas en esa “cosa rilkeana”: una visión de índole universal.
A todas luces, la experiencia vital que informó este texto fue el primer intento de suicidio de S. P. y los electrochoques a los que la sometieron durante el “proceso de cura” (cf. capítulos doce y trece de La campana de cristal). — Pero hay más. En su insólito, ejemplar análisis sobre «la estructura y la imaginería de rito iniciático arcaico» que él advierte en casi todos los poemas de S. P., Jon Rosenblatt nos revela que “Las piedras” está basado en una leyenda recogida por el antropólogo Paul Radin, “La ciudad donde arreglan a los humanos”, incluida en su célebre libro African Folktales and cultpture (1952). Las obras de Radin —que también tiene un libro sobre la figura del trickster— marcaron profundamente a S. P. y a T. H. (How The Whale Becamey Crow, principalmente), y, como veremos más adelante, la poeta tomó prestados varios personajes de esas leyendas africanas a la hora de componer esta serie.
Sobre “Las piedras”, en concreto, dice Rosenblatt: «“La ciudad donde arreglan a los humanos” no sólo le proporcionó [a S. P.] la idea básica [del poema] sino también el verso inicial. La historia trata de una esposa mala que intenta vencer a una esposa rival, madre de una hermosa hija. Cuando la hija de la esposa buena muere atacada por una hiena, no queda nada de ella, salvo los huesos. Sin embargo, su madre se entera de que existe una “ciudad donde arreglan a los humanos”, y de que puede llevar los huesos de su hija allí, para que le devuelvan la vida. Como la mujer es buena, la profecía se cumple; su hermosa hija vuelve resucitada y reconstruida. Al saber de ese hecho maravilloso, la esposa mala imagina que también ella puede sacar partido de “la ciudad donde arreglan a los humanos”. La madre mala decide matar a su horrenda hija y llevar los huesos a la ciudad, confiando en que allí mejoren su aspecto. Mete a su hija en un mortero, la machaca, y luego lleva los huesos a la ciudad. Pero, por supuesto, no consigue lo que desea: su hija regresa de la ciudad aún más espantosa de lo que era antes de que ella la matase, remendada con un solo brazo, una sola nalga, una sola pierna, un solo lado del cuerpo».
S. P. no siguió al pie de la letra el cuento, y, de hecho, petrificó los huesos —de ahí el título del poema—. Pero lo más curioso y significativo del caso es que la protagonista de “Las piedras” no es la hija hermosa de la buena madre sino la otra, la horrenda, la de la mala madre, aunque, al final, en la tercera etapa del “rito iniciático” que aprecia Rosenblatt, la del renacimiento, S. P. le concede a la hija fea, utilizada y asesinada por su mala madre, el final feliz de la hija hermosa.
Cuando S. P. leyó este poema en la BBC (junio de 1961) lo presentó con estas palabras: «La mujer que habla ha perdido completamente el sentido de identidad y de relación con el mundo. Se imagina, con gran viveza, sometida a un proceso de renacimiento, como una estatua fragmentada, triturada que, al cabo de los siglos, es sacada de nuevo a la luz y recompuesta. La pesadilla que supone para ella despertar en un moderno hospital poco a poco se va atenuando, a medida que avanza su convalecencia, y ella acepta los aterradores pero necesarios vínculos de amor que la harán sanar del todo y la reintegrarán, de nuevo completa, en el mundo».
El poema tuvo tanta transcendencia para la propia autora que, según T. H., ésta «liquidó todo cuanto había escrito antes de “Las piedras” como poemas juveniles, producto de los días precedentes al momento en que había hallado su verdadera identidad».
Con respecto a las otras partes de “Poema para un cumpleaños” (todas ellas hermosas y cruciales, a mi juicio, por muchas deudas que tengan), los críticos han destacado, en especial, la cuarta, “La bestia”, en la que, según Anna Ravano, «la figura masculina, padre o marido, o ambos a la vez, sufre una serie de metamorfosis animalescas, degradantes, descritas con vituperante complacencia: [mono], perro, cerdo, jabalí. Incluso la protagonista, al desposarse con él, cae abismada entre desperdicios y animales ínfimos. Para Billi […] ‘La bestia anticipa ‘Papi’, en su intento por exorcizar la figura del padre-dios y de conquistar, confrontándola, su propia autonomía, por cortar el vínculo amor-culpa que la mantiene anclada a él».
Judith Kroll, que también analiza la serie en profundidad, aporta en una nota de su libro, un detalle importante: una lista de los temas que, junto con los ejercicios respiratorios y de concentración, le propuso T. H. a su mujer, seis de los cuales dieron pie a otras tantas partes de la secuencia. (N. del T.)] <<
[297] To be all mouth significa también “ser un bocazas”, “hablar mucho y no hacer nada”, pero la autora parece emplear esta expresión —al menos en esta parte— en su sentido literal. Ver nota 2, verso 17. (N. del T.) <<
[298] Al margen de su carácter “otoñal” o “de almacenamiento”, «octubre era la estación de las Basárides, las Ménades que adoraban a Dionisio (un Hijo de la Diosa Blanca)». (Judith Kroll). S. P., que se identificó especialmente con el motivo del “dios que muere y la diosa que lamenta su muerte”, unificó la fecha de su nacimiento, 27 de octubre, con la del fallecimiento de su padre, 5 de noviembre, en un mismo período mítico, cuyo eje sería la Fiesta de Todos los Santos y su signo astrológico Escorpio. Luego, tras la ruptura definitiva con T. H. (acaecida también en octubre), su marido, simbólicamente “muerto” para ella y/o “asesinado” por ella, pasaría a formar parte, como imagen especular de su padre, de ese mismo “ciclo” personal. (N. del T.) <<
[299] O “mami”, ya que el término “mummy” tiene esos dos sentidos en inglés. De ahí que cambie la palabra “estómago” por “vientre”. S. P. estaba escribiendo por entonces un relato titulado así precisamente, The Mummy, que, al igual que “Medusa”, es como la versión materna de “Papi”. De hecho, la conflictiva relación de Sivvy con su madre late constantemente en las siete partes del poema. Los conceptos de “madre terrible”, “madre devoradora”, etc. provienen de la psicología junguiana. (N. del T.) <<
[300] La autora juega aquí, a todas luces, con dos de las acepciones del término head, que, tanto en inglés como en castellano, también designa “una masa compacta y redonda de hojas”: “cabezas de repollo”, “cabezas de ajo”, etc. Con todo, la expresión remite al verbo to deadhead, “quitar las flores muertas de una planta”. (N. del T.) <<
[301] Lit. “geranio detenido”. Pero to stop a plantes “destallar o podar una planta”, para impulsar su crecimiento. (N. del T.) <<
[302] Es muy difícil saber con qué está comparando aquí la autora esas «cabezas de repollo» medio podridas, pues mule ears —o mule’s ears— designa tanto a la wyetha amplexicaulis (un tipo de asteraceae amarilla, propia de Estados Unidos y México) como a las tiras de cuero que llevan las botas vaqueras en su abertura para poder calzarlas mejor, entre otras cosas. Lo más probable es que se trate de esa suerte de girasol, cuyas hojas largas y lanceoladas recuerdan a las de los repollos, posee propiedades balsámicas, y que, al parecer, en México es conocida como “mala mujer”. De todas formas, he mantenido el nombre científico pues así se vende incluso en las floristerías. En cuanto a dressing, creo que aquí puede significar “emplasto”, ya que con esa planta se elaboran, en efecto, diversos tipos de remedios. (N. del T.) <<
[303] La poeta alude, sin duda, a una “egagrópila”, “pelota” u “ovillo” hecho de pelos y huesecillos mezclados que regurgitan las rapaces, en general, y los búhos, mochuelos y demás congéneres, en especial. Por eso no se puede traducir como “excremento”. Yo me he decidido por “bolaño”, ya que pellet significa también “perdigón”. (N. del T.) <<
[304] También en el sentido de “engendrar, procrear”. (N. del T.) <<
[305] O sea: «Voy a tener más crías. Habrá que agrandar la casa». (N. del T.) <<
[306] Figura inspirada en Devora-Todo, personaje de uno de los relatos recogidos por Paul Radin en African Folktales: “Mantis and the All-Devourer”. <<
[307] La «Madre de la otredad» es vista como una inmensa papelera «con la boca abierta» («la Boca Abierta del cesto», lit.), como un enorme vertedero que devora todos los residuos del mundo —como la propia protagonista y… Perseo. (N. del T.) <<
[308] Además de las referencias mitológicas, hay que tener en cuenta que Ménade significa “la que desvaría”, “mujer (de vida) salvaje”, “irracional”. (N. del T.) <<
[309] Bean tree: son varios los árboles —con frutos en forma de vaina— que reciben este apelativo en inglés. Yo me he decidido por el Carob Bean Tree o Biblical Carob (por ser el algarrobo un árbol común en Palestina y aparecer varias veces citado en la Biblia, como, por ejemplo, en la “Parábola del Hijo Pródigo”), ya que el verso de S. P. posee, a mi juicio, obvias connotaciones bíblicas. Algunos traductores han confundido esta clase de árboles con la judía o habichuela, conocida comúnmente como beanstalk (como en el cuento Jack and the Beanstalk). (N. del T.) <<
[310] La imagen surge a partir de la forma que tienen las vainas, pero, además, creo que S. P. está jugando, nuevamente, con dos acepciones a la vez; en este caso, aludiendo, quizás, a la fingers food, que es el nombre que recibe, en general, cualquier clase de comida para “picar” con las manos, en EE. UU. En ese sentido, «the fingers ofwisdom» equivaldrían a las manzanas del Árbol de la Ciencia. (N. del T.) <<
[311] De nuevo Radin. Esta vez, un relato titulado “The Bird That Made Milk”: “El pájaro que daba leche”. (N. del T.) <<
[312] Old man también tiene el sentido de “jefe, patrón”. (N. del T.) <<
[313] En alusión, probablemente, al dios egipcio Anubis. <<
[314] No creo que dish signifique aquí “plato”, como entienden todos mis colegas, sino “bombón”, “una chica muy atractiva”, en argot: “la princesa/reina de la casa”. (N. del T.) <<
[315] Otro homenaje a Radin y su libro. En concreto, a un relato titulado “The Sun and The Children”, “El sol y los niños”. Con todo, el verso entraña una compleja variedad metafórica. Para comprenderlo hay que saber que pit es un “foso”, y, por tanto, armpit es el “foso del brazo”: la axila. Esa imagen del foso hace pensar que el sol es como un ave que se posa o anida en él, ya que to sit no sólo significa “sentarse” sino también “poner huevos; anidar un ave”. Por otro lado, armpit hace pensar en armchair, “butaca”, que tal vez fuera la primera imagen en la que pensó la autora. En todo caso, el verso parece dar a entender que este soberano de naturaleza mitológica tiene incluso al sol a su servicio. (N. del T.) <<
[316] Monkey también significa “tunante, golfo”. (N. del T.) <<
[317] Según los críticos, el rey-toro metamorfoseado en perro fiel de la casa. Ravano traduce este término inexistente (¿?), “Mumblepaws”, como “Zampemosce”, “Papamoscas”, pero, la verdad, ignoro por qué, pues no he encontrado ninguna referencia semejante. (N. del T.) <<
[318] También “necedades, tonterías”. La frase puede entenderse en el sentido de “me casé con un montón de desperdicios”. Pero hay que tener en cuenta que a cupboard love es un “amor interesado”. (N. del T.) <<
[319] El juego de palabras entre bugs (chinches, o bichos en general; vi rus) y los bugs de Gales (una suerte de trasgos) parece buscado a propósito. Puede que S. P. hallara esta última acepción en la obra de Dylan Thomas. (N. del T.) <<
[320] El Tiempo visto como una suerte de ballena de Jonás, en el fon do de la cual la protagonista hace «sus labores» domésticas. (N. del T.) <<
[321] Bower significa también “aposento —o gabinete— de una dama en un castillo”, una suerte de boudouir. Hay un tipo de ave en Nueva Guinea conocida como bowerbird porque construye bowers (“torres nupciales”, digamos) usando “musgos y ramitas, y decorándolas con bayas azules y amarillas”. (N. del T.) <<
[322] Lit. “sin médula, sin esencia vital”. Pithless parece ser un neologismo de la poeta. (N. del T.) <<
[323] Caul —palabra culta— es, en realidad, una parte del amnios, en concreto, “la parte de la membrana que cubre la cabeza del feto”. (N. del T.) <<
[324] En el sentido mitológico y entomológico: “larvas de insectos”, como las de la libélula. (N. del T.) <<
[325] “Puppet: marioneta”, viene del latín “pupa: niña; muñeca”. (N. del T.) <<
[326] De cuerno estaban hechos, según la tradición griega, los sueños verdaderos. (N. del T.) <<
[327] En el sentido fisiológico: de los pájaros, de las serpientes… La imagen es sumamente complicada. Tal vez deba interpretarse como: «las mudas (de los pájaros) son (ahora seres) sin lengua que (antaño) cantaban, etc.». Sencillamente: «los restos ya mudos de los pájaros». (N. del T.) <<
[328] El título también puede interpretarse como «bruja ardiendo», pues, de hecho, es ella quien habla. Kroll cree ver aquí otro préstamo del citado libro de Radin, un relato titulado “Untombide, la muchacha alta” (cosa que S. R siempre se consideró: alta). En esa leyenda, “la madre de los escarabajos” es un monstruo que devora a la bija de un rey. El monstruo, como los dragones, cae finalmente muerto, la hija sale viva de su estómago, vuelve junto a su padre y se casa. (N. del T.) <<
[329] La frase parece ser copia de “to eat ones heart out. suspirar, desfallecer o consumirse por algo o alguien”, ya que to eat out, como tal verbo, sólo significa: “comer fuera de casa”. Pero no estoy seguro. El verso, lit., significa: «Tan sólo el demonio puede comer —acabar con— el demonio fuera». (N. del T.) <<
[330] Como los del escarabajo, animal sagrado para los egipcios y otros muchos pueblos. Shard o sherd también es un fragmento de porcelana, de cerámica rota. (N. del T.) <<
[331] El verbo intimar también posee connotaciones sexuales en inglés. (N. del T.) <<
[332] To construe posee un sentido arcaico que probablemente S. P. conocía: “Traducir literalmente”, sobre todo en voz alta. (N. del T.) <<
[333] “Stone Eye: ojo de gema, ojo de piedra preciosa”. Elegí “el ojo del tigre” (u “ojo de halcón”) porque, al parecer es una “piedra de la libertad” que “proporciona una gran fuerza interior” y “limpia el organismo a todos los niveles”, virtudes que me parecieron muy apropiadas para el “proceso de reconstrucción” al que se está sometiendo la protagonista. (N. del T.) <<
[334] También, “estafadores, embusteros”. (N. del T.) <<
[335] Catgut, el hilo hecho de tripa con el que suturan los médicos, entraña otro juego de palabras, pues literalmente significa “tripa de gato”, por lo que podríamos considerarlo como otro de los enigmáticos personajes que aparecen en el poema: «Tripa-de-gato sutura…, etc.». (N. del T.) <<
[336] Tras el incendio que lo había destruido, el antiguo balneario de Saratoga Springs, [próximo a la colonia de Yaddo], no era más que un montón de ruinas. <<
[337] Secreción líquida de una herida; sangre de los dioses en la mitología griega. Según ésta, el icor era el mineral presente en la enrarecida e incolora sangre de los dioses, o la propia sangre. Esta sustancia mítica, de la que se decía a veces que también estaba presente en la ambrosía o el néctar que los dioses tomaban en sus banquetes, era lo que los hacía inmortales. Cuando un dios era herido y sangraba, el icor hacía su sangre venenosa para los mortales, acabando con todos los que entraban en contacto con ella. (N. del T.) <<
[338] Entrada del 14 de noviembre: «Ayer escribí un ejercicio sobre las setas, que a Ted le gusta. Y a mí. Mi absoluta falta de juicio cuando he escrito algo: nunca sé si es una porquería o una genialidad».
[T. H. comentó que el poema había nacido también a partir «de una invocación», o sea, de un ejercicio de concentración que Judith Kroll describe de la siguiente manera: «Concentrarse en un tema dado durante un cierto tiempo, “trasferirlo” a una voz, a un personaje, y, por último, dejarlo hasta un momento preestablecido, normalmente, el día siguiente, cuando se retoma y se empieza a escribir el poema». En el budismo —sobre todo tibetano— existe un tipo de meditación similar: la llamada “meditación con soporte” (un tema, un color, un objeto, un marídala.), aunque su desarrollo y su finalidad son bien distintos.
En la lista reproducida por Kroll (ver nota a “Poema para un cumpleaños”) figura el siguiente tema elegido por S. P. o sugerido por T. H.: «Las setas, su convicción de que conquistarán el mundo».
El penúltimo verso alude, claro, a “los mansos” de las Bienaventuranzas: Mateo, 5,5. (N. del T.)] <<
[339] De vuelta en Inglaterra antes de la Navidad de 1959, la poeta y su marido encuentran un piso en el n° 3 de Chalcot Square, cerca de Primrose Hill, Londres.
En febrero, S. P. firma un contrato con Heinemann para la publicación de su primer poemario, El coloso. El 1 de abril, nace Frieda, su hija, en casa. En octubre, aparece El coloso en Londres. <<
[340] Como evidencia la fecha, S. P. escribió este poema para su hija Frieda cuando ésta aún no había nacido, imaginándola en su vientre. (N. del T.) <<
[341] Verso harto difícil que cada cual entiende a su manera —lectores y traductores. Tras mucho pensar, me quedo con la idea de que “un cierto sentido común (te lleva a) rechaza(r) el camino del dodo”, o sea, a nacer, a vivir y no a extinguirte. De hecho existe una frase semejante: to go the way of the dodo, “hacer como el dodo”, “morir, extinguirse”. El pájaro dodo (extinto desde 1681) aparece en varias obras inglesas, como Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Caroll. (N. del T.) <<
[342] Uno de abril. O sea, los nueve meses que duró el embarazo. La elección de los dos días (Independence Dayj All Fools Day) es tan irónica como significativa, aunque es cierto que Frieda Hughes nació el día 1 de abril. T. H. data el poema entre enero y febrero de ese año, pero es probable que S. P. lo retocase luego, pues, a pesar de las cuentas que hubiese hecho y de sus —probados— atisbos visionarios, ¿cómo iba a estar tan segura de que, en efecto, la niña nacería el 1 de abril? Igual que en “Metáforas”, las estrofas tienen nueve versos silábicos, en alusión al período de gestación. De hecho este poema es la re/visión de aquél otro “malogrado”, como el niño que, poco antes, no llegó a vivir. (N. del T.) <<
[343] A high-riser es la persona que habita en un high-rise, un rascacielos de pisos u oficinas, pero también una “cama-nido” (metáfora que casa bien con la madre y el feto: un lecho dentro de otro), y, en general, “cualquier cosa que se alza o se agranda” (como un bizcocho en el horno). S. P. ya había ensayado este tipo de imágenes sumamente originales —y arriesgadas— en “Metáforas”. <<
[344] En méxico hay un insecto que deposita sus larvas en el interior de los frijoles, las cuales, al moverse, los hacen saltar. (N. del T.) <<
[345] Clean slate significa, figuradamente, “folio en blanco”, “algo nuevo que nace”. Pero yo he preferido mantener la imagen original, cuyo sentido es idéntico al de nuestra frase hecha. (N. del T.) <<
[346] El poema alude a la carta del Tarot homónima (cuyo sentido básico es el de “transición” o “regeneración”), así como a los electrochoques que la autora padeció durante su primera crisis. A ese acontecimiento se refería T. H. al justificar la inclusión de este magnífico texto en su versión de Ariel, diciendo que «describe, con una imagen nítida, la experiencia que hizo posible [el libro]: un hecho preciso en un momento preciso (como todo en sus poemas)». No en vano, el poema alude también en la última estrofa al Ariel de Shakespeare, quien, según Auden, representa el aspecto imaginativo y creador del ser humano, al contrario que Calibán, que simboliza el aspecto natural y bestial. Al igual que Antonin Artaud, S. P. logró, pues, transformar aquella terrible experiencia en arte, «la angustia en cosa» (como Rilke), y no sólo en su poesía sino también en su prosa (cf. capítulo doce de La campana de cristal, el relato “La sombra” de Johnny Panic y la Biblia de los Sueños, y el poema “Las piedras” de “Poema para un cumpleaños”). (N. del T.) <<
[347] S. P. alude sin duda al “tercer párpado” de los lagartos —y de otros animales, como el pollo— que no es visible a primera vista cuando estos están sanos. En el ser humano, esa “membrana nictitante se materializa en el repliegue semilunar de la conjuntiva”. Lo que el ahorcado quiere decir es que, a partir de que el dios se adueñó de él, ya no volvió a ver la oscuridad. Sus noches devinieron «un mundo de días blancos» en una «cuenca sin sombra» (cuenca del ojo cubierta por un “párpado” transparente, como el del lagarto). (N. del T.) <<
[348] Vulturous es sinónimo de “depredador, rapaz, carroñero, devorador, etc”. El verso puede significar dos cosas: una, que el «hastío rapaz» llevó al ahorcado a cometer el delito por el que fue castigado, o, dos, que, carcomido por su hastío, el ahorcado es incapaz de librarse de su destino. Creo que S. P. pensó también en el mito de Prometeo al escribir este poema, aunque no era un buitre sino un águila el que le comía el hígado al héroe griego que robó el fuego. De hecho, ese he del último verso se refiere al dios, no al «vulturous boredom». (N. del T.) <<
[349] El título inicial de este poema era “A Book of Dead Poems”, “Un libro de poemas muertos”, juicio que S. P. aplicaba a buena parte de su primer poemario, El coloso, «ese mamotreto sin nervio», «como muerto». Su opinión no era muy justa, creo, aunque sí acertada, pues como indica Ravano citando a Aird, «este autoanálisis poético de [S. P.] “indica el abismo entre la poesía como oficio —el período de El coloso— y la poesía como necesidad —el período de Ariel». (N. del T. La cursiva es mía). <<
[350] A juzgar por la fecha en la que lo sitúa T. H., S. P. debió de escribir —o de concluir— este poema después de la travesía de la que habla: la que hicieron juntos, de vuelta a Inglaterra, unos meses antes, en diciembre de 1959. (N. del T.)
Aparte de su sentido literal, la expresión on deck posee otras acepciones informales, entre ellas “ponerse manos a la obra: estar preparado o dispuesto a empezar a trabajar”. (N. del T.) <<
[351] Probablemente, una alusión velada al “arte degenerado” que prohibieron —y robaron— los nazis, y que tanto le gustaba a la autora/pintora. (N. del T.) <<
[352] T. H., seguramente, que, en efecto, sabía y creía mucho en la astrología, y era de signo Leo. (N. del T.) <<
[353] Un postre típico de Navidad, en Estados Unidos. T. H. debía de odiarlo… (N. del T.) <<
[354] S. P. y —en especial— T. H. llegaron a hacer los planes más increíbles para “hacerse ricos” de golpe y poder dedicarse plenamente a la escritura. Una vez (v. nota al poema n° 62) casi lo consiguen… (N. del T.) <<
[355] Uso esta palabra en dos sentidos: “iluminado por la luna” y “lunático” —tal y como se emplea en Latinoamérica. (N. del T.) <<
[356] Más de dos años después de aquella noche a la intemperie (ver nota al poema siguiente), este poema apareció en The Observer, noviembre de 1961, con el título de “Mojave Desert”. (N. del T.) <<
[357] Reproduzco la aliteración —uno de los recursos más característicos de la autora— de este verso, «the heat-cracked crickets congregate», que, además, encierra varios sentidos sabiamente conjugados, ya que heat-cracked significa tanto “agrietados, reventados, etc. de calor” como “enloquecidos por el calor” (“grillos grillados de calor”). Y encima S. P. consigue con ese adjetivo, cracked, hacernos oír la “voz cascada” de los grillos. Al final obvié, eso sí, la aliteración más fácil —«las chicharras achicharradas». (N. del T.) <<
[358] A fiddle es un tipo de violín popular, semejante al rabel. To fiddle, pues, “tocar el violín”, pero to fiddle time away es “perder el tiempo ociosamente”. A ello hay que unir que S. P. da a entender que las cuerdas de los violines de los grillos son los cabellos de la pareja que va a pasar la noche junta en el desierto. (N. del T.) <<
[359] Durante el verano de 1959, S. P. y T. H. viajaron por Canadá y Estados Unidos en coche, durmiendo en campings y tiendas de campaña (camper). Periplo que T. H. también poetizó en Birthday Letters. Es probable que ella puliera y concluyera en Inglaterra la versión inicial de este poema. Empleo el término que los propios “campistas” españoles se dan a sí mismos, aunque el DRAE no recoge esa acepción. El nombre del lugar, Cloud Country, significa “el país de las nubes”. (N. del T.) <<
[360] Alusión a los llamados Pilgrims Fathers (Padres Peregrinos) que establecieron la segunda colonia exitosa en Estados Unidos, aunque no sin tener graves conflictos con los nativos. (N. del T.) <<
[361] Algunas críticas y, sobre todo, muchas lectoras han visto en este poema una prueba concluyente de la “homosexualidad reprimida” de S. P. Esa lectura lésbica es, desde luego, posible, ya que, como en tantos otros poemas de la autora, no hay ningún dato en el texto que nos indique el sexo de la persona que habla. Mas lo cierto es que la descripción de este poema que la propia S. P. le hizo a su madre desmiente esa lectura. Según ella, estamos ante «el monólogo de un hombre sobre las flores de la estancia de la señora del piso de arriba (donde él ya no trabaja [pues] ella quiere mantener en secreto las visitas que recibe)». Es más, la figura del hombre en cuestión podría estar basada en la de T. H., al que una «gentil señora bohemia», vecina de la pareja, había dejado usar su apartamento como estudio durante su ausencia. (N. del T.) <<
[362] Aún hoy, un recurso doméstico muy habitual en Estados Unidos. (N. del T.) <<
[363] Un souvenir típico de Inglaterra: copas o cálices que festejan la Coronación de la Reina Isabel II, normalmente hechas de porcelana. (N. del T.) <<
[364] Así denomina Ausonio a las perlas («las bayas lechosas de las ostras») en La Mosella —que quizás leyera S. P. (N. del T.) <<
[365] Parece ser una expresión creada por la autora, del tipo de “sangre de su sangre” o “cortado/a por el mismo patrón”. (N. del T.) <<
[366] Una jarra de cerveza en forma de un personaje sentado, vestido con levita y tricornio. (N. del T.) <<
[367] A bud vase es simplemente eso, un florero fino, alargado. Eso sí: el término “bud: capullo” podría conllevar aquí un matiz erótico-femenino. (N. del T.) <<
[368] O “lengüeta de madera”, como la de algunos instrumentos de viento. Aunque no he hallado confirmación, puede que tongue of wood signifique “lengua de trapo”. Hay un célebre poemilla de Stephen Crane sobre “Un hombre que tenía la lengua de madera”. (N. del T.) <<
[369] La expresión original puede entenderse de diversas maneras, aunque S. P. utiliza en otro poema la palabra shift en su sentido de “camisola femenina”. Aquí parece aludir al “cuerpo astral/espiritual”, algo así como “vestida de alma”. No obstante, otra traducción posible sería: «En mi devenir de alma / Pura etc». El poema es difícil, pero el tema de fondo parece coincidir con el de otros de este período (empezando por “Las piedras”): el renacimiento espiritual, el tránsito de la muerte “subterránea” a una nueva vida “celestial”. Lo cual, sin duda alguna, «es un don» (y un regalo) divino. (N. del T.) <<
[370] «Por definición, las abstracciones son algo alejado de la vida y formulado a pesar del “aquí y ahora”, de las complejidades de la vida. En este poema, “Los reyes magos”, imagino que los grandes absolutos de los filósofos se reúnen alrededor de la cuna de una niña recién nacida que, a diferencia de ellos, no es sino vida». Así presentó S. P. este poema en un recital radiofónico emitido por la BBC.
[Como se aprecia en éste y en muchos otros poemas, incluso “de juventud””, S. P. sentía un fuerte rechazo por el cristianismo en general —y el catolicismo en particular. De hecho, “Magi” pone en tela de juicio los “viejos conceptos” heredados del cristianismo, sobre todo el del Bien y el Mal —y, con ellos, el del Pecado. (N. del T.)] <<
[371] El verso es muy irónico, ya que este ojo es probablemente el de Dios “supervisando (como jefe: bossing)” a sus apáticos (apagados, necios, sosos…) ángeles. (N. del T.) <<
[372] Aunque godfolks es sinónimo de godparents, “padrinos”, posee también el significado ele “personajes divinos”. (N. del T.) <<
[373] Lamp-headed, “lit. con cabeza de lámpara o de farol”; “faro delantero (de un coche)”, “farol”. La alusión a Platón evidencia que S. P. pensaba sobre todo en su “mundo de ideas” al hablar de esas «abstracciones que penden en el aire». (N. del T.) <<
[374] Probablemente, en el sentido teológico/católico: “Digno de recompensa divina”. (N. del T.) <<
[375] O “chupados”. “To take the finger in the mouth: meter un dedo en la boca; chupar el dedo”. S. P. juega con distintas acepciones del verbo, entre ellas “cobijar; aceptar; reducir…”. (N. del T.) <<
[376] To get a fair hearing es frase hecha: “Tener un juicio o recibir un trato justo”. (N. del T.) <<
[377] ¿De pura nostalgia, como dice el/la protagonista de “Al marchar temprano” (n° 128)? (N. del T.) <<
[378] Característicos del reinado de Eduardo VIl de Inglaterra. (N. del T.) <<
[379] El emperador de Austria Francisco José I (1830-1916), el marido de la princesa Isabel, “Sissi”. (N. del T.) <<
[380] Literalmente, “de Iglesia Alta”, una rama de la Iglesia Anglicana que conserva algunos de los ritos asociados a la Iglesia Católica. (N. del T.) <<
[381] Los frosty napkins (holders) son algo típico de Estados Unidos e Inglaterra, servilletas y servilleteros con dibujos de o en forma de muñecos de nieve. (N. del T.) <<
[382] Ephemerid no significa “efeméride”, como traducen mis colegas. Las efémeras o —más correcto— efímeras, moscas de mayo o cachipollas, son insectos pterigotos del orden de los efemerópteros, llamados así por su brevísima vida. Suelen habitar en los lagos, arroyos y ríos, y son un bocado suculento para los peces. La protagonista llama así a las llamas de las velas —supongo—, «expuestas a (la oscilación de) las corrientes de aire». (N. del T.) <<
[383] La clave de este enigmático poema se halla en el relato “Una comparación”, de Johnny Panic y la Biblia de los Sueños: «Pienso en esos pisapapeles redondos, de cristal, de la época victoriana, que yo aún recuerdo pero que nunca logro encontrar: nada que ver con esos de plástico, fabricados en serie, que se amontonan en la sección de juguetes de los grandes almacenes Woolworths. El tipo de pisapapeles al que me refiero es un globo transparente, un universo cerrado, puro y límpido, con un bosque, una aldea o una familia dentro, y que, cuando lo volteas y lo vuelves a enderezar, empieza a nevar en él. Todo se altera en un minuto. Nada, allí dentro, volverá a ser como era: ni los abetos, ni los tejados de dos aguas, ni los rostros». (N. del T.) <<
[384] A palm-spear es un “vástago de palmera”, al parecer, la hoja del centro, en forma de lanza. Se emplean mucho en decoración. (N. del T.) <<
[385] Este poema ha sido extraído de un manuscrito enmarañado e intensamente corregido, por lo debe tomarse por una obra inacabada.
Otro poema de este mismo período, que parece estar acabado pero que S. P. nunca incluyó en su carpeta de textos definitivos, es el siguiente:
EL ROSAL DE LA REINA MARY
En este día antes del día no hay un alma alrededor.
Un mar de sueños baña la orilla de mi isla verde
En el centro de este jardín que lleva el nombre de la Reina Mary.
Las grandes rosas, muchas de ellas sin aroma,
Regentan sus lechos como nobles decapitadas, resucitadas y silenciosas,
La única comida en mi plato de desayuno vacío.
No puedo entender semejante derroche de brillo.
Son las seis de una mañana más espléndida que cualquier domingo
Aunque no hay nadie paseando ni mirando excepto yo.
El cielo de la ciudad está blanco; la luz viene del campo.
Varios patos bajan de su plataforma plagada de verdes juncos
Y se zambullen en el plateado elemento del estanque.
Les veo empezar a navegar y a sumergirse en busca de comida
Bajo la campana de cristal de un país de las maravillas.
Cercado de setos y a todas luces inviolado
Aunque centenares de londinenses lo conocen como la palma de su mano.
Las rosas llevan nombres de reinas y de celebridades,
De un día especial o de un color que a su cultivador le resultó apropiado.
Y yo no tengo la menor intención de despreciarlas
Por ser demasiado finas, o inodoras, o aficionadas a la capital.
También a mi me gustan las enaguas, y los terciopelos, y los cotilleos sobre la corte,
Y una dama con título bien puede con frecuencia ser una beldad.
Desde luego, un prado de Devon puede engendrar una personalidad
Más sencilla que éstas —con sólo una falda, perfumada, una joya—
Pero por ahora me contento con este lote más pomposo. <<
[386] En coche: On rubber wheels es frase hecha que significa, sencillamente, “en coche”. (N. del T.) <<
[387] En la primavera y a principios del verano de 1961, S. P. escribió su novela autobiográfica The Bell Jar [El fanal o La campana de cristal].
Durante el verano, después de un viaje a la Dordoña, ella y T. H. compraron una casa en un pueblo de Devon, y se trasladaron allí en septiembre. <<
[388] Una zona de Hampstead Heath, al norte de Londres. Al presentar este poema en una lectura para la radio de la BBC, S. P. dijo: «Este poema es un monólogo. Imagino el paisaje de Parliament Hill Fields, en Londres, visto por una persona sobrecogida por una emoción tan intensa que lo colorea y lo distorsiona todo. La protagonista del poema se halla atrapada entre el año que acaba y el que comienza, entre la pena que le causa la pérdida de un hijo (aborto) y la alegría que le provoca el saber que otro le aguarda sano y salvo en casa. Gradualmente, las primeras imágenes de vacío y silencio dan paso a otras de convalecencia y curación, a medida que la mujer regresa —con cierta rigidez y dificultad— de su aflicción por la pérdida del niño a la parte vital y exigente de su mundo que aún sobrevive».
[En las estrofas de cinco versos acentuados, el último verso de cada una “rima” con el primero de la siguiente. Una estructura que S. P. repetirá en varios poemas de este período. (N. del T.)] <<
[389] Lit. “Campos de la Colina del Parlamento”. El lugar es conocido también como Parliament Hill, simplemente. S. P. juega en el primer verso con varias acepciones del verbo to hone (afinar, instruir, entrenar…) y del sustantivo edge (filo, límite, margen, alrededores…). De hecho, en Parliament Hill, hay una célebre escuela femenina, a cuyas alumnas alude la protagonista. (N. del T.) <<
[390] Lit., “se abre para tragarme”. La imagen es más clara en el original, ya que crocodile, aparte de “cocodrilo”, es un grupo de alumnos/as paseando en fila. La fila se rompe —o sea el “cocodrilo” abre la boca— “para tragarme”. (N. del T.) <<
[391] Lit. “arenosos o cascajosos”, de gravel, “gravilla, cascajo”. De ahí la imagen del embudo. (N. del T.) <<
[392] Los pompons y los papyrus de los que habla la protagonista son plantas, no objetos. (N. del T.) <<
[393] Además de “aire viciado o enrarecido”, thin air denota “la nada, la no existencia”. En el capítulo quince de La campana de cristal, Esther tilda de «viciado» el aire que respira bajo el fanal, pero, poco después, equipara éste con su «antiguo vacío». (N. del T.) <<
[394] La imagen parece creada a imitación de la frase hecha “chew the cud: rumiar algo, darle vueltas a algo”. De hecho, el caballo está «observando fijamente algo a través [o más allá] de nosotros», como reflexionando. (N. del T.) <<
[395] Chalcot Square está cerca del Zoo de Regent s Park, que S. P. visitaba con frecuencia. [T. H. trabajó en ese zoo pero, más que como guarda, fregando platos en la cafetería. (N. del T.)] <<
[396] La imagen, superrealista de por sí, se complica al saber que silk stocking denota también a “una persona acaudalada, aristocrática o elegantemente vestida”. (N. del T.) <<
[397] Lit. “las cabezas y las colas”. La expresión heads or coils es equivalente a nuestra “cara o cruz”. De ahí que la protagonista del poema hable después de monedas. También se denomina así a un tipo de solitario (juego de cartas). (N. del T.) <<
[398] Todos los zoológicos anglosajones tienen una SmallMammal House, la mayoría de cuyos habitantes son roedores. (N. del T.) <<
[399] “”Pinhead: metafóricamente, cabeza de chorlito”. (N. del T.) <<
[400] En el ámbito universitario, a fellow es un miembro del claustro de profesores, pero también un graduado universitario. Hay varios Fellow’s Garden, pero el más célebre de todos es el de Cambridge, donde S. P. conoció a T. H. Ahora es un jardín público, conocido en todo el mundo por su nombre inglés. (N. del T.) <<
[401] S. P. emplea en varios poemas esta palabra, stile, que, al parecer no tiene equivalente en español: “Escalera, normalmente de madera, que se construye en una cerca rural para pasar sobre ella”. (N. del T.) <<