TRES CANCIONES DE AMOR[821]

I

Las mayores faltas grabadas en granito

indican una carencia mortal,

pero el planeta de cada quien

rige en su zodíaco.

Un diagrama de montañas

dibuja un gráfico febril,

pero las fuentes astronómicas

manan del corazón.

Un tempo de estricto océano

acompasa la sangre,

pero el ciclo regular de la luna

procede de la marea privada.

El drama de cada estación

trama el destino desde arriba,

pero la razón angélica guía

nuestro más pequeño amor.

II

Mi amor por ti es más

atlético que un verbo,

ágil como una estrella

que absorben las carpas del sol.

Caminando por la cuerda

floja de cada sílaba,

el insolente fanfarrón

se romperá la crisma si cae.

Acróbata del espacio,

el intrépido adjetivo

se zambulle a por una frase

describiendo arcos de amor.

Hábil como un sustantivo,

se catapulta en el aire;

un vahído planetario

podría ser el fin de su carrera,

pero una diestra conjunción

unirá elocuentemente

un objetivo periódico

a su lírica acción.

III

Si diseccionas un pájaro

para dibujar su lengua,

cortarás el acorde

que articula la canción.

Si desuellas un animal

para admirar su crin,

arruinarás el resto

donde empieza la piel.

Si capturas un pez

para analizar su aleta,

aplastarás con tus manos

la espina que lo genera.

Si me arrancas el corazón

para saber qué lo mueve,

pararás el reloj que

acompasa nuestro amor.