224. LÍMITE[786]

La mujer se ha perfeccionado.

Su cuerpo

Muerto luce la sonrisa del acabamiento,

La ilusión de un anhelo griego[787]

Fluye por las volutas de su toga,

Sus pies

Descalzos parecen decir:

Hasta aquí hemos llegado, se acabó.

Cada niño muerto, enroscado en sí,

Una serpiente blanca, uno a cada lado de

Su jarrita de leche, ya vacía.

Ella los ha plegado

De nuevo hacia su cuerpo, como se cierran

Los pétalos de una rosa cuando el jardín

Se retesa[788] y los aromas sangran

De las dulces y profundas gargantas de la flor de noche[789].

La luna no tiene por qué entristecerse.

Está acostumbrada a ver este tipo de cosas,

Oculta bajo su capuchón de hueso,

Arrastrando sus vestiduras crepitantes y negras[790].

5 de febrero de 1963