221. PALABRAS

Hachas

Con cuyos golpes resuena la madera,

¡Y los ecos!

Ecos que parten

Desde el centro, como caballos.

La savia

Brota como las lágrimas, como el

Agua que se esfuerza

En reestablecer su espejo

En la roca,

Deshaciendo y horadando[782]

Este cráneo blanco,

Carcomido por las malas hierbas.

Años después, vuelvo

A encontrármelas por el camino:

Las palabras secas y sin jinete,

El estruendo incansable de los cascos.

Mientras,

Desde el fondo de la charca, las estrellas fijas[783]

Gobiernan una vida.

1 de febrero de 1963