Existirá
Esa gente con torsos de acero,
Codos alados y ojos
Aguardando masas
De nubes para darles expresión,
¡Esa supergente!
Sus huesos olfateando distancias.
Y yo, casi extinta,
Sus tres dientes formándose,
Y mi niño un clavo
Inserto, inserto dentro,
Chilla en su grasa,
Saliendo sobre mi pulgar.
Y la estrella, la vieja
Historia de siempre.
En la vereda me topo con carros y ovejas,
Tierra roja, sangre maternal.
Oh, Tú que devoras
Gente como rayos de luz, deja
Este espejo
Intacto, sin redimir
Por la aniquilación de la paloma,
La gloria,
El poder y la gloria.
1 de diciembre de 1962