Una sonrisa cayó en la hierba.
¡Cualquiera la recupera!
Y cómo van a extraviarse tus danzas
Nocturnas. ¿En las matemáticas?
Esos brincos y giros en espiral
Tan puros recorren ciertamente
El mundo para siempre; pero yo no me quedaré
Del todo sin bellezas, el don
De tu leve aliento, el olor a hierba
Empapada de tu sueño, lirios, lirios.
Su pulpa no guarda ninguna relación.
Fríos pliegos de ego, la cala,
Y la tigridia, embelleciéndose a sí misma:
Manchas, y un despliegue de pétalos ardientes[709].
Las cometas
Tienen tanto espacio que cruzar,
Tanta frialdad, tanto olvido…
Así, en pequeños fragmentos, se desprenden tus gestos,
Cálidos y humanos. Luego su luz rosada
Sangra y se despelleja
Al atravesar las negras amnesias del universo[710].
Quién y por qué me ha concedido
Estas luminarias, estos planetas
Que llueven como bendiciones, como copos
Hexagonales, blancos,
Sobre mis ojos, mis labios, mi cabello,
Fundiéndose al tocarlos.
En ningún lugar.
6 de noviembre de 1962