Jade:
Piedra del costado[681],
Del doliente
Costado del verde[682] Adán, yo
Sonrío, con las piernas cruzadas,
Enigmática,
Repartiendo mis claridades,
Tan valiosas.
¡Cómo pule el sol este hombro!
La luna, mi
Infatigable prima,
Debería
Salir, con sus cancerosas palideces,
Arrastrando árboles,
Pequeños pólipos frondosos,
Pequeñas redes
Para ocultar mis visibilidades[683].
Pues yo relumbro como un espejo.
A esta faceta[684] llega el novio,
Señor de los espejos,
Guiándose a sí mismo
Por entre estas mamparas
De seda, estas dependencias susurrantes.
Respiro, y el velo[685]
De la boca agita su cortina.
El velo de
Mi ojo es
Una concatenación de arcos iris.
Soy suya.
Incluso en ausencia
Suya, yo
Giro en mi
Vaina de imposibles[686],
Inestimable y callada
Entre estos periquitos, guacamayos.
¡Oh, parlanchines!
¡Criados[687] de la pestaña!
Pero me liberaré
Soltando una pluma, como el pavo real.
¡Criados del labio!
Me liberaré[688]
Soltando una nota
Que destroce
El candelabro
Del aire que a lo largo del día elabora
Sus cristales,
Un millón de ignorantes.
¡Siervos!
¡Siervos!
Y, al próximo paso que él dé,
Me liberaré,
Desataré
A la enjoyada muñequita
Que él guarda como un tesoro,
Y soltaré a la leona,
El grito en el baño,
El manto de agujeros[689].
29 de octubre de 1962