¿Pura? ¿Y eso qué significa?
Las lenguas del infierno
Son necias, necias y aburridas como la triple
Lengua del gordo, necio y aburrido Cancerbero
Que resuella ante la puerta. Incapaz
De limpiar, lamiéndolo,
El tendón afiebrado, el pecado, el pecado.
La mecha solloza.
¡El olor indeleble
De una vela despabilada!
Amor, amor, las ondas de humo fluyen bajas
De mí como los chales de Isadora[639], y tengo miedo
De que alguna se quede enganchada a la rueda.
Estos malhumorados humos amarillos
Crean su propio elemento. No se elevarán
Sino que girarán alrededor del globo,
Asfixiando al anciano y al dócil,
Al débil
Bebé de invernadero en su cuna,
A la espectral orquídea
Que pende en el aire su jardín colgante,
¡Diabólico leopardo!
La radiación la ha empalidecido del todo,
La ha matado en una hora.
Untando los cuerpos de los adúlteros,
Como la ceniza de Hiroshima, y devorándolos.
El pecado. El pecado.
Cariño, llevo toda la noche llameando
De manera intermitente: encendiéndome y apagándome.
Las sábanas son ya tan pesadas como el beso de un lascivo.
Tres días y tres noches así.
A base de agua con limón, de agua
Con pollo, de agua nauseabunda.
Soy demasiado pura para ti o para cualquiera.
Tu cuerpo
Me hiere como el mundo hiere a Dios. Soy un farolillo:
Mi cabeza, una luna
De papel japonés, y mi piel, de oro batido,
Infinitamente delicada e infinitamente cara.
¿No te maravilla el calor, la luz que desprendo?
Yo sola me he vuelto una inmensa camelia
Fulgurante, que viene y que va, rubor sobre rubor.
Siento que me elevo,
Siento que podría ascender:
Las bolas de mercurio caliente vuelan, y yo, amor mío, yo
Soy una virgen
De puro acetileno
Asistida por rosas,
Besos, querubines
O lo que sean esas cosas rosadas.
Ni tú ni él,
Ni él, ni él[640]
(Mis egos se disuelven, viejas enaguas de puta):
Al Paraíso.
20 de octubre de 1962