170. AMAPOLAS EN JULIO

Pequeñas amapolas, pequeñas llamas infernales,

¿Sois inofensivas?

Vuestro fuego vacila. No me atrevo a tocaros.

Pero luego meto las manos en las llamas, y no se queman.

Ah, me canso de veros

Parpadear así, arrugadas y rojas, como la piel de una boca.

Una boca manchada de sangre.

¡Pequeñas faldas ensangrentadas!

Hay ciertos humos que yo no puedo tocar.

¿Dónde están vuestros opiáceos, vuestras cápsulas nauseabundas?

¡Ojalá pudiera yo sangrar o dormir!

¡Ojalá mi boca pudiera desposar una herida semejante!

O se infiltrara vuestro licor en mí, en esta cápsula de cristal,

Para embotarme, para aliviarme, para calmarme.

Pero sin color, eso sí. Sin ningún color.

20 de julio de 1962