Oh, este lodo, este lodo, ¡fluyendo a mares!
Espeso como un café extranjero, y a un ritmo tan moroso.
¿Diga, diga? ¿Quién es?
Éste es el ritmo del intestino, tan amante de lo digerible.
Es él quien ha articulado estas sílabas.
Pero ¿qué significan estas palabras, estas palabras
Que borbollan como el lodo?
Oh Dios, ¿cómo voy a limpiar luego la mesilla del teléfono? Si no paran
De fluir de los miles de agujeros del auricular, buscando quien las escuche.
¿Está él ahí?
Ahora la habitación es un siseo continuo. El aparato
Retira su tentáculo.
Pero la freza que deja penetra mi corazón. Sus huevas son fértiles.
Embudo de estiércol, embudo de estiércol:
Eres demasiado grande. ¡Deberían retirarte del mercado!
11 de julio de 1962