159. UNA APARIENCIA[488]

La sonrisa de las neveras me aniquila.

¡Igual que las corrientes azules en las venas de mi queridísima amiga[489]!

Escucho el ronroneo de su enorme corazón.

De sus labios salen los signos & y %

Multiplicados, como besos.

Hoy es lunes en su mente[490]: la moral y la costumbre

Se saludan, lavan y planchan la ropa.

¿Qué voy a hacer con estas contradicciones?

Con mis esposas[491] blancas, hago una reverencia.

¿Es esto, pues, el amor, esta materia roja

Fluyendo de la aguja de acero que vuela tan ciegamente?

Mi amiga hará con ella pequeños vestidos y abrigos

Para toda una dinastía.

¡Cómo se abre y grita su cuerpo,

Ese reloj suizo con junturas adornadas de rubíes!

¡Ah, corazón, menudo desorden!

Las estrellas centellean como terribles guarismos[492].

ABC, replica ella con sus párpados.

4 de abril de 1962