139. MUJER ESTÉRIL[404]

Vacía, resueno hasta cuando doy el más ligero paso,

Museo sin estatuas, grandioso con sus pilares, pórticos, rotondas.

En mi patio, una fuente brota y se abisma en sí misma,

Con corazón de monja y ciega ante el mundo. Lirios de mármol

Exhalan su palidez como un aroma.

Me imagino a mí misma frente a un público numeroso,

Madre de una blanca Niké y de varios Apolos sin párpados[405].

Pero, en vez de eso, los muertos me hieren con sus atenciones, y nada puede ocurrir.

La luna posa una mano sobre mi frente,

Impávida y callada[406] como una enfermera.

21 de febrero de 1961