124. MALOGROS[349]

Estos poemas no viven: triste diagnóstico.

Sus manos y sus pies crecieron bastante bien,

Sus diminutas frentes se abombaron de tanto concentrarse.

Si no salieron a deambular por ahí como la gente normal

No fue por falta de amor materno.

Ah, no llego a entender lo que les ocurrió.

Tienen la forma, el número, todo cuanto precisan.

¡Parecen tan apetecibles, conservados en su salmuera!

Sonriendo y sonriendo sin parar: sonriéndome a mí.

Y, sin embargo, sus pulmones no se inflan, su corazón no late.

No son cerdos, ni tan siquiera peces,

Aunque tengan cierto aire de cerdo y de pez:

Mejor sería que estuviesen vivos, y lo cierto es que llegaron a estarlo.

Pero ahora yacen muertos, y su madre, casi muerta, de tanto como la desquicia

Saberlos así: mirándola estúpidamente y sin hablar de ella.