111. LA RESIDENCIA DE YADDO

Humo de leña y un altavoz distante

Filtrándose en este aire

Claro, y enturbiándolo.

El tomate rojo, la judía verde están en sazón;

El cocinero acarrea una calabaza

Desde la viña

Para hacer pasteles. El abeto está plagado de quiscales.

La carpa dorada aflora en los estanques.

Una avispa avanza despacio

Por las manzanas caídas para sorber su sidra.

Los huéspedes reflexionan, crean

En sus estudios.

Dentro, los fénix de Tiffany se elevan

Por la chimenea;

Dos trineos labrados descansan

Sobre una felpa anaranjada, junto al pilar de la escalera.

Las estufas de leña calientan como una buena tostada[276].

El huésped más tardío

Despierta, da los buenos días a un cielo azul cobalto,

Una ventana con cristales en forma de rombo,

La nieve, de un blanco zinc.