79. RANA DE OTOÑO

El verano envejece, se vuelve una madre de sangre fría.

Los insectos escasean, enflaquecen.

En estas moradas palustres no podemos

Más que croar y marchitarnos.

Las mañanas se disipan en mera somnolencia.

El sol rara vez vuelve a brillar

Entre las cañas sin médula. Las moscas se acaban.

El pantano enferma hasta dar asco.

La escarcha tumba incluso a la araña. A todas luces,

El genio de la plenitud

Emigra a otro sitio. Nuestra comunidad disminuye

Lamentablemente.