El verano envejece, se vuelve una madre de sangre fría.
Los insectos escasean, enflaquecen.
En estas moradas palustres no podemos
Más que croar y marchitarnos.
Las mañanas se disipan en mera somnolencia.
El sol rara vez vuelve a brillar
Entre las cañas sin médula. Las moscas se acaban.
El pantano enferma hasta dar asco.
La escarcha tumba incluso a la araña. A todas luces,
El genio de la plenitud
Emigra a otro sitio. Nuestra comunidad disminuye
Lamentablemente.