74. ESCULTOR[174]

Para Leonard Baskin

A esta casa vienen sin cesar

Los seres incorpóreos, a trocar con él

Visión y sabiduría por cuerpos

Graves y palpables como el suyo.

Sus manos, más sacerdotales que

Las de un sacerdote, invocan no vanas

Imágenes de luz y de aire sino estaciones[175]

Seguras, esculpidas en bronce, madera, piedra.

Un ángel obstinado, desnudo, tallado

En madera de densas fibras, obstruye y modela

La débil luz; con los brazos cruzados,

Observa cómo su mundo ingente eclipsa

Mundos inanes de nube y de viento.

El bronce muerto, resistente,

De cuerpo rojizo, domina el suelo

Empequeñeciéndonos. Nuestros cuerpos

Arden vacilantes hacia la extinción

En esos ojos que, sin él, carecían

De lugar, de tiempo, de cuerpo propio.

Espíritus émulos crean discordia,

Intentan entrar, introducir pesadillas,

Hasta que su cincel les otorgue

Una vida más viva que la nuestra,

Una respuesta más sólida que la de la muerte.