DE LA FANTASÍA OPERÍSTICA CÓMICA EL NAVEGANTE
Cómo cautiva,
Esta pequeña Odisea
Rosa y lavanda,
Sobre una superficie de baldosas
Turquesas, suavemente escalonada,
Que representa un mar
De olas cuadriculadas, sosteniendo
Alegremente al navegante,
Alegre, alegremente,
Con su casco, su penacho y su armadura rosas.
Una góndola
De farolillo de papel
Transporta a este Simbad de estanque
Que arroja su lanza color pastel
A tres monstruos de púrpura
Rosácea que se alzan
Desde el fondo del océano
Con su temible boca repleta de colmillos.
Cuidado, cuidado con
La ballena, el tiburón, el calamar.
Pero las aletas y las escamas
De estas bestias marinas, adornadas con grecas,
No arrastran ni limo ni algas.
Están bruñidas para la contienda,
Brillan como huevos de Pascua,
Rosas y amatistas.
Ahab, ultima tu bravata:
Llévate a casa esas gloriosas cabezas.
Una lanzada, y otra,
Y otra, y acabarás con ellos.
Así transcurren las fábulas.
Y así cantan todos los niños
Sus batallas de bañera
Intensas, arriesgadas y largas.
Pero ¡oh!, los sabios adultos llaman
Sofá al dragón marino, cartón
Al colmillo, y sueño
Febril a la canción de la sirena.
La risa, la risa de esos
Barbicanos nos despierta.