68. ESCENA DE UNA BATALLA[155]

DE LA FANTASÍA OPERÍSTICA CÓMICA EL NAVEGANTE

Cómo cautiva,

Esta pequeña Odisea

Rosa y lavanda,

Sobre una superficie de baldosas

Turquesas, suavemente escalonada,

Que representa un mar

De olas cuadriculadas, sosteniendo

Alegremente al navegante,

Alegre, alegremente,

Con su casco, su penacho y su armadura rosas.

Una góndola

De farolillo de papel

Transporta a este Simbad de estanque

Que arroja su lanza color pastel

A tres monstruos de púrpura

Rosácea que se alzan

Desde el fondo del océano

Con su temible boca repleta de colmillos.

Cuidado, cuidado con

La ballena, el tiburón, el calamar.

Pero las aletas y las escamas

De estas bestias marinas, adornadas con grecas,

No arrastran ni limo ni algas.

Están bruñidas para la contienda,

Brillan como huevos de Pascua,

Rosas y amatistas.

Ahab, ultima tu bravata:

Llévate a casa esas gloriosas cabezas.

Una lanzada, y otra,

Y otra, y acabarás con ellos.

Así transcurren las fábulas.

Y así cantan todos los niños

Sus batallas de bañera

Intensas, arriesgadas y largas.

Pero ¡oh!, los sabios adultos llaman

Sofá al dragón marino, cartón

Al colmillo, y sueño

Febril a la canción de la sirena.

La risa, la risa de esos

Barbicanos nos despierta.