57. DOS VISTAS DE WITHENS[119]

Por arriba, la aulaga acaracolada, cenceña,

Las hierbas allanadas por las ovejas,

La pared de piedra y la parhilera se yerguen

Como una proa a través de los manchones

De niebla en esta hinterland a la que muy pocos

Caminantes llegan:

Hogar de inaprensibles

Urogallos y conejos centelleantes,

Donde el aliento recobrado, las botas altas

Ayudan a subir una colina

Tras otra, y a cruzar la turba encharcada.

Aquí descubrí el páramo desnudo,

Un clima incoloro,

Y la Casa de Eros,

De dinteles bajos, no un palacio.

Ahora tú, la más afortunada,

Da cuenta de estos blancos pilares, de este cielo añil,

De estos espectros, con afecto.