56. HISTORIA NATURAL

Aquel altivo monarca, el Monarca de la Mente,

Reinaba con su sangre azul en un país vulgar;

Aunque dormía en armiño y se atracaba de asado,

La Filosofía Pura, su auténtica pasión, le absorbía los sesos.

Mientras sus súbditos pasaban hambre y penurias,

Él conversaba con las estrellas y los ángeles,

Hasta que, hartos de los devotos aires de su regente,

Aquellos seres vinculados a la tierra se alzaron como un solo cuerpo

Y ataron los nervios reales al potro de tortura.

Entonces el Rey Lumbrera vio resquebrajarse su poder,

Su corona usurpada por la frente de baja estofa

Del bárbaro y vil Príncipe Ay.