Como ya es ducha
En esos elaborados rituales
Que atenúan la malicia
De la mesa nudosa y la silla curva,
La recién llegada[53]
Viste de púrpura, anda con cuidado
Entre sus secretas combinaciones de cáscaras de huevo
Y frágiles colibríes,
Camina de puntillas, pálida como un ratón,
Entre las rosas damascenas
Que, poco a poco, van abriendo sus cien pétalos velludos
Para devorarla y arrastrarla al interior
Del diseño de la alfombra.
Con su vivaz mirada de pájaro alzada de reojo
Puede ver en la mella del tiempo
Las peligrosas espinas que brotan en las tablillas del parqué
Y desbaratar su zarzaleño plan;
Cruzando el aire lleno de emboscadas,
Cegador a causa de los deslumbrantes pedazos
De cristales rotos,
La mujer avanza despacio, con aliento cauto,
Sorteando puntas y colmillos,
Hasta que, poniéndose de costado,
Levanta un pie palmeado tras otro
En el ambiente calmoso, sofocante,
Del comedor de los pacientes.