19. CARTA A UN PURISTA[44]

Ese grandioso coloso[45] que

Se erguía a horcajadas

Frente a los envidiosos embates del mar

(El cual intentaba, ola tras ola,

Marea tras marea,

Continuamente, acabar con él),

No tiene nada de ti,

Oh amor mío,

Oh gran idiota mío que,

Con un pie

Atrapado (digamos) en la alcantarilla

De carne y hueso,

Dudas si coger la otra salida

En las absurdas provincias de la alocada

Babia,

Observando boquiabierto la impecable luna.