[1] Debo aclarar que el bar se llama así porque antes era comercio de artículos religiosos, rosarios, estampas, velas, santos y vírgenes de termoplástico o resina celulósica. La nueva gerencia respetó el nombre y sólo le añadió el genitivo sajón de «María’s» para expresar su nueva orientación.
Me encantan las notas a pie de página. Le dan seriedad y solvencia al trabajo. <<
[2] Gómez Zapiain, 2009, p. 23. Véase el estudio «Los estilos afectivos en la población española: un cuestionario de evaluación del apego adulto», de Remedios Melero y María José Cantero. <<
[3] Mediano, 2009, p. 35. <<
[4] Prueba de ello es que se publicaban, y aún se publican, manuales y libros de autoayuda sobre cómo cazar a un hombre (y uso «cazar» porque es la palabra que emplean). El más útil que conozco es el de Zsa Zsa Gabor (1970), una experta en la materia. <<
[5] En los años sesenta el sexólogo John Money defendía la idea de que el bebé nace neutro y después se decanta sexualmente gracias a la educación recibida. Hoy sabemos que no es así, que el sexo radica en el cerebro. Véase Ariza, 2010, p. 38. Las novedosas técnicas que nos permiten estudiar la actividad cerebral son la tomografía de emisión de positrones (PET) y la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf). Ambas se basan en el mismo principio: cuando una zona del cerebro se vuelve más activa, aumenta el flujo local de sangre en esa zona. El escáner PET requiere que se inyecte al sujeto una pequeña dosis de trazador de oxígeno radiactivo de vida corta. Véase Paul Martin, 2009, p. 316. <<
[6] Se llamaban así porque eran las más buscadas. <<
[7] El propio lenguaje era, y todavía es, machista. «Zorro» aplicado a un hombre evoca a un espadachín justiciero; «zorra», aplicado a una mujer, es una puta. «Perro»: el mejor amigo del hombre; «perra»: puta. «Aventurero»: osado, valiente, arriesgado, hombre de mundo; «aventurera»: puta. «Cualquier»: fulano, mengano, zutano; «cualquiera»: puta. «Callejero»: de la calle, urbano; «callejera»: puta. «Hombrezuelo»: hombrecillo, varón pequeñito; «mujerzuela»: puta. «Hombre público»: personaje prominente; «mujer pública»: puta. «Golfo»: masa de agua marina parcialmente rodeada de tierra; «golfa»: puta. «Lobo»: mamífero predador, hombre experimentado y agresivo; «loba»: puta. «Ligero»: hombre débil y/o sencillo; «mujer ligera»: puta. «Adúltero»: infiel; «adúltera»: puta. «Perdido»: hombre que no encuentra su camino; «perdida»: puta. «Qué hijoputa»: menuda suerte; «Qué hijaputa»: menuda zorra. «Hombre que vende sus servicios»: consultor; «mujer que vende sus servicios»: puta (según Cayetano Gea Martín). <<
[8] Folleto «Educando en Igualdad. Guía para la educación infantil», Madrid, 2010. Realizado por FETE-UGT en colaboración con el Instituto de la Mujer y el ya extinto, o más bien degradado, Ministerio de Igualdad. Autores: Alicia Herranz Gómez, maestra de educación infantil; M.ª Belén San Martín Horcajo, maestra de educación infantil; Nona Seijo Cabrera, maestra de educación infantil, y Mauricio Maggiorini Tecco. <<
[9] Se refería al texto-reclamo, no al extinto ministerio. <<
[10] Me refiero a las autoras del cuento, que están en nómina del ministerio, impulsando una importante labor social no suficientemente conocida ni, por supuesto, reconocida. <<
[11] Esperemos que de esa censura de los cuentos de hadas, por su contenido machista, no pasemos a prohibir o censurar La Iliada, la Odisea, El Quijote y La insoportable levedad del ser, obras de contenido machista si se leen con lo que Blake llamaba bad intent, o mala intención. <<
[12] La escritora Elvira Lindo se pregunta a propósito de la censura ministerial de los cuentos tradicionales: «¿Qué tendrá que ver eso con la violencia de género o la perpetuación de los roles? […] Ya esto de querer meter cuchara en los cuentos clásicos me parece, sobre todo, trasnochado. Añadiría algo más: tengan un poco más de respeto por los juegos de niñas. Que jugar a las casitas, a mamás o a leer historias de amor no nos hace ni tontas, ni putas, ni sumisas. ¡Sumisa yo!» («Mi vida, en dos patadas», El País Domingo, 18 de abril de 2010, p. 17). <<
[13] De ahí que a veces se critique que en las pruebas físicas de algunas profesiones se exija a las mujeres un esfuerzo menor que a los varones. Un caso concreto: un incendio, una persona atrapada por una viga desprendida que requiere una fuerza de setenta kilos para moverla; llega una bombera a la que sólo exigieron mover cincuenta kilos en las pruebas físicas. Mala suerte, ese día saldrás en el telediario. <<
[14] Los sarcopterigios son peces de aletas lobuladas, o sea con una base carnosa sostenida por un esqueleto interno formado por varios huesos. Además, sus fosas olfatorias se comunican con la cavidad bucal. Actualmente son muy escasos. <<
[15] Las cuatro fases de evolución están muy marcadas. La primera se produjo hace entre doscientos cuarenta y trescientos veinte millones de años, cuando los antepasados de los mamíferos se separaron de los pájaros. La última ocurrió hace unos treinta millones de años, cuando los antepasados del mono humano se distanciaron de los antepasados de los lémures. <<
[16] Aparte de que da un gusto espantoso y es saludable en multitud de aspectos, la práctica regular del sexo cura la depresión (las endorfinas que segrega), es antihistamínico natural (bueno para combatir el asma y la fiebre del heno), adelgaza (quema calorías), tonifica los músculos, mejora la piel y el pelo (aumento de estrógenos), tranquiliza, alivia el dolor de cabeza (afloja la tensión de los vasos sanguíneos del cerebro), etc. Por el contrario, la represión sexual estropea la piel (lo que padecía san Pablo) y acarrea histerias (éxtasis místicos), alucinaciones (apariciones marianas) y trastornos de la conducta (pederastia clerical). <<
[17] Esta vez los cambios climáticos eran achacables exclusivamente a los pedos de las vacas porque aquel antepasado nuestro, aún monillo, poco podía polucionar. Cagaba en cualquier parte y meaba contra un árbol con esa autenticidad y regreso a los antiguos valores que hoy reivindica la juventud del botellón. <<
[18] En efecto, repito que la Naturaleza desarrolló la reproducción sexual no por vicio sino por pura filantropía, porque contribuye a la difusión de los caracteres ventajosos y a la eliminación de los perjudiciales, o sea, para asegurarnos una selección a más largo plazo que en las especies asexuadas. <<
[19] Ya sé que en Kenia no hay osos polares. Era sólo una trampa para comprobar si el lector se había saltado estas primeras páginas de intenso contenido científico para buscar más adelante las de sexo explícito. En cualquier caso, sepa que intento poner ejemplos válidos, no aprobar un examen. Si el lector va a empezar con desconfianzas y suspicacias hacia mi persona, le ruego que deje el libro aquí mismo y se busque otro más científico y documentado, aunque dudo que lo encuentre. <<
[20] De hecho, el orgasmo más retardado de la hembra pudiera deberse a que está diseñada para obtenerlo tras varios coitos sucesivos de distintos monos. No por vicio, Dios me libre de pensar tal cosa, sino porque la Naturaleza se asegura así de la preñez. <<
[21] Los adelantos técnicos de la especie (armas) requerían un aprendizaje cada vez más largo. El cerebro del mono al nacer alcanza un 70% de su desarrollo; el 30% restante se alcanza a los pocos meses. El del hombre sólo tiene al nacer un 23% y el pleno desarrollo no se alcanza hasta los veintidós años. Véase Desmond Morris, 1968, p. 44. Las hembras no podían cazar porque tenían que cuidar a una prole cada vez más débil y expuesta a los peligros de la Naturaleza, una prole que tardaba años en valerse por sí misma. <<
[22] La típica chapuza de la Naturaleza. Ya dijo Alfonso X que si él hubiera diseñado el mundo le habría salido algo mejor. <<
[23] Entre dieciocho y veinte en Europa; entre treinta y cuarenta en España (con tendencia a aumentar, me temo, tras la reciente aparición de la generación «ni, ni»: ni estudia, ni trabaja). <<
[24] La primata sólo está receptiva cuando puede concebir, o sea unos días al mes, y si ya está preñada o amamantando al bebé, tampoco quiere macho. Sólo la especie humana disfruta de una hembra permanentemente receptiva (excepto, claro está, cuando le duele la cabeza o está demasiado cansada, o no está de humor o «ahora no que nos pueden oír los niños»). <<
[25] A sus primas, las otras monas, se les inflama la vulva y se les pone de un color cereza intenso para avisar a los machos de que están disponibles. La mona humana, con el tiempo, desarrolló un coño falso en la boca: el abultamiento de los labios, que es notoriamente antinatural: «La especie humana es la única que tiene labios. Sacar al exterior una delicada mucosa para que la reseque el sol y la cuartee el viento es una estupidez que ningún otro ser vivo ha cometido» (Mediano, 2009, p. 48). Desmond Morris señala que el vello de axilas y pubis femeninos está diseñado como reclamo odorífero para el macho (Morris, 2005). <<
[26] Domínguez-Rodrigo, 2004. <<
[27] Sobre la historia del amor se han gastado océanos de tinta, pero al que esté interesado en ella le recomiendo que no pierda el tiempo y vaya directo al libro colectivo La historia más bella del amor (Anagrama, Barcelona, 2004) y al de Julián Marías La educación sentimental (Alianza, Madrid, 1992). <<
[28] En el serrallo gobernaba la sultana madre (validé), la seguían en categoría hasta ocho esposas (kadín efendí) y un número indeterminado de favoritas (gozdeler) y concubinas. Y todavía le quedaban arrestos al sultán para gobernar el imperio de la Sublime Puerta. <<
[29] En la España de principios del siglo XX la querida del industrial próspero era un signo de estatus, como poseer un coche de alta gama, una mansión en un barrio exclusivo o un mayordomo filipino. Eso lo entendía la esposa legítima. Recuerden aquella que observaba desde un palco del Liceo a la querida del competidor de su marido: «¿Pues sabes lo que te digo, Jordi? Que la nuestra me gusta más». Esta conformidad se puede dar en la clase altísima, la sobrada de recursos financieros. Es, por ello, una excepción y corresponde a una mentalidad femenina que tarda varias generaciones en consolidarse. Prueba de ello es que las esposas de los millonarios almerienses del cultivo extratemprano bajo plásticos se ponen frenéticas cuando el marido le pone un piso a una amante rubia procedente de los países del Este. Y no digamos en los casos en que abandonan a la legítima para casarse con la rubia. «Las bodas de este tipo han generado hostigamiento social, hasta el punto de suscitar la creación de una asociación de mujeres autóctonas que se manifiestan contra estas inmigrantes y las acusan de “robamaridos”» (Martín y Sabuco, 2006). <<
[30] Eso es política natalista responsable y no lo de esta triste España cuyos ministros y ministras y diputados y diputadas, hombres tenaces y mujeres tenazas, nos sermonean con la necesidad de tener hijos para la Patria pero luego no se aplican el cuento y se aparean con artimañas anticonceptivas para eludir la reproducción. Deberían predicar con el ejemplo. Desde aquí propongo una modificación de la ley electoral: que el ciudadano o ciudadana que no procree un mínimo de cinco hijos no sea elegible. ¡A trincar a otra parte! <<
[31] El coito frontal todavía no se denominaba «postura del misionero» dado que la Iglesia aún no iluminaba al mundo con las verdades de la Revelación. <<
[32] Hoy sabemos que las damas cromañonas no le hacían ascos a un buen revolcón con el rudo, fornido y sudoroso neandertal. Como consecuencia de ello ha resultado que el hombre moderno tiene casi un cuatro por ciento de genes neandertales. Parece que el desliz con resultado de preñez ocurrió en Oriente Medio hace unos ochenta mil años, cuando los sapiens salían de África dispuestos a extenderse por Eurasia. Los que quedaron en África, hoy negros subsaharianos, están limpios de herencia neandertal. El equipo científico español que ha estudiado el genoma del neandertal está compuesto por Antonio Rosas, paleoantropólogo; Caries Lalueza-Fox, biólogo, y Marcos de la Rasilla, arqueólogo (El Mundo, Eureka. Revista de la ciencia, 9 de mayo de 2010, pp. 1-5). <<
[33] El antropólogo Bronislaw Malinowski, en su documentado libro The Sexual Life of Savages in North-Western Melanesia (1929), menciona por vez primera la postura del misionero (misinari si bubunela, en melanesio) porque así la denominaban los nativos melanesios cuando se burlaban de la torpeza de los blancos al montar a la hembra, ya que ellos, aunque menos avanzados tecnológicamente, daban sopas con honda al hombre blanco en la obtención de orgasmos. La postura del misionero, antes la única que consentía una mujer española y decente ya en la cama, ya sobre la mesa de la sacristía, está hoy bastante desprestigiada y sólo la practican un 7,66% de los españoles. Desde el fin del nacional-catolicismo ha cedido terreno a la postura a tergo (también conocida como del perrito o levrette, 40,37%). La variante del misionero con el hombre debajo, o postura de Andrómaca (que, en tiempos de Cervantes, se decía «meter la iglesia sobre el campanario»), la practican un 21,34% de los españoles. A otros les gusta hacerlo de lado, «la cuchara» (7,25%); y no faltan los que lo hacen de pie, precariamente (3,51%), por falta de mejores apaños. Mediando buena intención, cualquier postura es válida. <<
[34] Los experimentos han demostrado que los hombres no somos capaces de distinguir un primer plano del canalillo de los glúteos del de las tetas: los confundimos. Pease, 2009, p. 206. Hoy, debido a la moda del talle bajo combinada con la del tanga, el canalillo glúteo comienza a competir con el pectoral. <<
[35] Algunos científicos opinan que las mamas femeninas se desarrollaron cuando la bipedestación ocultó la vulva de la mona humana, para que el mono no se confundiera intentando aparearse con otro macho, lo que daría lugar a situaciones comprometidas: «Perdona, no me había dado cuenta de que eres macho», a lo que el otro replicaría: «Y qué más da. ¿Me vas a dejar así, a mitad de la faena?» <<
[36] Horrible palabro este de «fidelizar», pero los que estamos uncidos a una hipoteca sabemos cuánto nos fideliza. <<
[37] Mediano, 2009, p. 50. <<
[38] Este ideal de belleza queda patente en la Celestina cuando alaba: «Los labrios colorados é grosezuelos; el torno del rostro poco más luengo que redondo; el pecho alto; la redondez é forma de las pequeñas tetas, ¿quién te la podría figurar?» En el tiempo de Fernando de Rojas gustaban las tetas pequeñas, pero ello fue una moda pasajera impulsada por poetas menoreros. <<
[39] Viene en el libro de Albert von Le Coq Chotscho (Dietrich Reimer, Berlín, 1913) que un prefecto de la provincia de Szechuan impuso el uso del chal o mantón a las damas que visitaban los mercadillos mongoles para evitar que los astutos comerciantes, con el pretexto de mostrarles cintas bordadas o zapatitos incrustados de nácar, se dieran un banquete visual, y en algunos casos táctil, a través de los suculentos escotes. En España, en distintas épocas, también se ha querido limitar la magnitud del escote femenino, casi siempre sin éxito. El viajero alemán Münzer observaba que «las mujeres con excesiva bizarría van descotadas de tal modo que se les pueden ver los pezones». El cronista Alonso de Palencia, hablando de la sensación producida en la corte castellana por las damas portuguesas del séquito de la reina doña Juana, anota: «Descubren el seno hasta más allá del ombligo y cuidan de pintarse de blanco afeite desde los pies hasta la parte más alta del muslo para que, al caer de sus hacaneas, como con frecuencia ocurre, brille en todos sus miembros uniforme blancura». ¿Cabe mayor coquetería? Las damiselas lusas, con la primavera en la sangre, propensas a caer de espaldas, llevaban permanentemente maquilladas sus más íntimas regiones como quien siempre anda aparejado para el amor. <<
[40] Moreno, 1994, p. 13. El wonderbra se comercializó en España en 1994 y vendió más de medio millón de unidades en seis meses. Debido a un artificio ingenieril, aprieta, junta y levanta los pechos hasta fingir dos tallas más. Antiguamente se conseguía lo mismo, con menor gasto, apretando un poco el corpiño. <<
[41] Morris, 1969, p. 82. Este autor subraya además el papel erótico del rubor de labios y orejas cuando el mono salido se excita. El color como indicativo sexual se da en muchos animales. Incluidos algunos monos de nuestra lejana parentela, como el mandril que colorea la nariz de rojo chillón y las mejillas azules para cortejar a la hembra (y después de hacer el ridículo con ese disfraz de payaso a menudo no se estrena). Morris explica, también, que cuando la piel se oscurece, caso de la raza negra, los labios aumentan de tamaño, para compensar. El abultamiento excitante puede añadirse artificialmente hoy gracias a las inyecciones de botox y otras marranadas. Recuerden los labios de la modelo Esther Cañadas o los de la actriz Angelina Jolie. Constato, no critico, que conste. <<
[42] ¡Cuidado con las palmadas! Si el ayuntamiento venéreo sucediera con una feminista radical, conviene asegurarse, antes de iniciar la coyunda, de que sea de las que admiten palmadas placenteras en los glúteos o si, por el contrario, al día siguiente las considerará malos tratos y violencia de género. Algunas militantes son aficionadas a lo étnico y están dispuestas a justificar cuanto provenga del Tercer Mundo, en el que ven la autenticidad y honradez que hemos perdido en el corrupto Occidente. Si es de éstas, quizá pueda usted favorecer su propia causa aludiendo al tratado sexual del moro Al-Tifasi, Esparcimiento de Corazones, del siglo XII, en el que se alaban las virtudes de «la guantada placentera» o safa’. <<
[43] Morris, 2004, p. 236, explica algunos. <<
[44] También se contonea, dentro y fuera del escenario, la folclórica y mujer de negocios Isabel Pantoja, sobreponiéndose a su talla bisontona (ancha de busto, escurrida de culo y caderas, diferente talla en las dos piezas del biquini), lo que tiene más mérito. El traje de faralaes está inteligentemente diseñado para ocultar esta desproporción congénita de las bisontonas, tan abundantes en la ciudad de la Gracia. <<
[45] A las mujeres, según estudios, les gustan los hombres con frente ancha y fuertes mandíbulas, que tengan mucha fibra en el pecho y los glúteos (indicio de buena salud) y las nalgas bien desarrolladas que indican la distribución muscular del resto del cuerpo. <<
[46] El caso es antiguo y muy divulgado. Cervantes alude a él en la primera parte del Quijote, capítulo XXV: «Has de saber que una viuda hermosa, moza, libre y rica, y sobre todo desenfadada, se enamoró de un mozo motilón, rollizo y de buen tomo; alcanzolo a saber su mayor, y un día dijo a la buena viuda, por vía de fraternal reprehensión: “Maravillado estoy, señora, y no sin mucha causa, de que una mujer tan principal, tan hermosa y tan rica como vuestra merced se haya enamorado de un hombre tan soez, tan bajo y tan idiota como fulano, habiendo en esta casa tantos maestros, tantos presentados y tantos teólogos, en quien vuestra merced pudiera escoger como entre peras, y decir: Este quiero, aqueste no quiero.” Mas ella le respondió con mucho donaire y desenvoltura: “Vuestra merced, señor mío, está muy engañado y piensa muy a lo antiguo, si piensa que yo he escogido mal en fulano por idiota que le parece; pues para lo que yo lo quiero, tanta filosofía sabe y más que Aristóteles”». <<
[47] De hecho, todos los españoles de mi generación se la tiraron, con la única excepción de un servidor y del cantante El Fary, como ya expliqué por extenso, sin que me dolieran prendas, en mi libro Coitus interruptus (Planeta, Barcelona, 1997). <<
[48] Los peligros de que otro te preñara a la mona en tu ausencia habían aumentado a causa de la evolución. Debido al cada vez más prolongado desarrollo del cerebro, los monillos alcanzaban la plenitud sexual mucho antes de que su cerebro madurara por completo. O sea, el monillo se convertía en un zangolotino de rabo inquieto, sin dos dedos de frente (el incompleto desarrollo cerebral) que le permitieran refrenar sus instintos. En estas condiciones, ¿cómo iba el mono emparejado a marchar de caza dejando atrás a su mona a merced de aquellos salidos demasiado jóvenes para cazar como hombres, pero suficientemente desarrollados para montar a las hembras? <<
[49] Apena reconocerlo: el hombre es una víctima de la evolución, una mera maquinaria cerebral calculada para perpetuar la especie humana. De esa servidumbre no se escapan ni Brad Pitt, ni George Clooney, ni todos los guaperas de Hollywood. Ni siquiera El Fary logró sustraerse a esa ley fatal. <<
[50] Aunque a menudo lo hicieran a costa de trastornos bipolares mal resueltos: ¿qué hacer si al mono le gustaba la suegra o la vecina de cueva más que su propia mona? ¿Y qué hacer si le gustaban tres (trastorno tripolar) o todas (trastorno multipolar)? <<
[51] Esa tiranía de someternos a una hembra y alimentarla junto con su prole para perpetuar nuestros genes les parece a muchos un abuso de la Naturaleza. Dense con un canto en los dientes porque, aunque no lo parezca, figuramos entre las especies más beneficiadas. Otros lo tienen peor. El macho de la mantis religiosa se deja devorar por la hembra mientras copula para alimentarla no ya con su trabajo sino con sus propias carnes. La araña de lomo rojo australiana (araña de lomo rojo australiana Latrodectus hasselti) y la araña viuda negra practican el mismo casquete kamikaze. <<
[52] Lo prueba un reciente estudio conjunto de las universidades de Groningen y Valencia publicado el 5 de mayo de 2010. El caso es que ya lo había señalado, con intuición fulminante, un alumno de la ESO que en un examen de biología señaló como estimulantes del sistema nervioso el café, el tabaco y las mujeres. <<
[53] «El cambio de las relaciones sentimentales ha sido tan notable que en un 40% de las parejas francesas con tres hijos o más, el último de ellos podría no ser del marido según un estudio del Institut National de la Statistique et des Etudes Economiques (INSEE)» (Mesquida, 2000, p. 157). <<
[54] Por eso, en las sociedades tradicionales se ha concedido gran importancia al cornudo, mientras que el hecho de que una mujer fuera cornuda carecía de importancia. De hecho, el término «cornuda» sólo se usa desde que la mujer se equiparó en derechos al hombre (o reivindica esa equiparación). <<
[55] Comprensible: ¡menuda estafa hacerte criar a unos hijos que en realidad no transmiten tus genes! <<
[56] Si acaso, podía importarle el qué dirán. Recuerden el chiste: «Pepita, soy tu amiga y considero mi deber decírtelo: ¿sabes que tu marido se acuesta con la vecina del quinto?» Y la mujer traicionada se sonroja: «¡Ay, qué vergüenza, ahora se va a enterar toda la comunidad de lo mal que lo hace!» <<
[57] Algo parecido acaece a la hembra del escarabajo enterrador, que se enfurece con el macho cuando lo ve tontear con otras hembras. ¿Por qué? La doctora Judson lo explica: «La presencia de otra hembra con sus crías haría más difícil para la primera sacar adelante todas las suyas. Y no sólo porque las dos familias tendrían que compartir el cadáver de la ardilla que el escarabajo ha enterrado en su despensa y tal vez la comida no alcanzaría a todos. No. Lo peor es que la amante mataría a algunas de las crías de la esposa». En la especie humana sucede lo mismo: la segunda esposa suele ser crudelísima madrastra para los hijos de la primera y hará todo lo posible por indisponer al padre con ellos (hablo naturalmente de las malas personas, que son rarísima excepción entre las mujeres). <<
[58] Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (Estados Unidos, agosto de 2007) a partir de encuestas realizadas en Munich, en personas de edades comprendidas entre 26 y 40 años que habían participado en un programa de citas. <<
[59] Leo en la prensa de hoy que según los investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania, basándose en investigaciones de los antropólogos Cristina Gomes y Christophe Boesch en el Parque Tai, en Costa de Marfil, las hembras de los chimpancés copulan con mayor frecuencia con los machos que les entregan carne fresca. El estudio sugiere que los chimpancés intercambian carne por sexo. «Existe una clara correlación entre compartir la comida y la frecuencia del acto sexual, independientemente de cuándo el chimpancé regala la carne», asegura Gomes, quien explica el fenómeno por la selección natural y por la necesidad de la hembra de asegurar la supervivencia de su prole. La antropóloga Gomes se abstuvo de establecer paralelismo alguno con la especie humana, aunque haberlo haylo, como comprobaremos en páginas venideras. <<
[60] Si hubiera más sexo libre sin interferencias de curas ni ayatolás, imanes o directores espirituales, otro gallo cantaría a la Humanidad. Incluso es posible que nos libráramos de las guerras. Entre nuestros primos los bonobos del Congo, famosos por su libertad sexual (en su amplio repertorio figuran: chico con chica, chico con chico, chica con chica, trío, grupo, masturbación, sexo oral, besos con lengua, todo), las hembras socializan a los machos y los amansan hasta el punto de que, cuando se encuentran dos bandas, en lugar de disputarse el territorio, organizan lo que el presbítero Góngora denomina «combates de amor en campos de pluma». Por el contrario, los chimpancés rasos, entre los que dominan los machos, cada vez que se encuentran dos bandas opuestas organizan una marimorena de mordiscos y repelones de la que a menudo resultan muertes y mutilaciones. Véase Paul Martin, 2009, pp. 34-35. <<
[61] La protección es más importante de lo que parece. Por eso muchas mujeres se fingen desvalidas e impostan una voz de niña (deficitaria en testosterona), para incitar los sentimientos protectores del macho, para explotar la generosidad del que se presenta sobrado de testosterona. <<
[62] Desmond Morris, 1968, p. 65. <<
[63] Mediano, 2009, p. 24. <<
[64] Eso es lo que dice en el Timeo. <<
[65] Schopenhauer, 2005, p. 32. <<
[66] Pensábamos que hombres y mujeres diferíamos en carácter e inclinaciones porque nos educaban de forma diferente: primero nos vestían de azul y a ellas, de rosa; después nos regalaban pistolas y a ellas, muñecas; más tarde leíamos tebeos del Capitán Trueno y ellas, historias románticas de príncipes y hadas. De jovencitos nos ponían pantalones largos y fumábamos a escondidas; mientras que nuestras hermanas se vestían de largo y se maquillaban. Más tarde, nosotros leíamos el Marca y ellas, el ¡Hola!; nosotros, las novelas del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía y ellas, las de amor de Corín Tellado; ellas competían en contoneos y tacones; nosotros, en pedos y en longitud de pene… Y así sucesivamente. <<
[67] El sentido de la orientación del monillo le permitía explorar el territorio de caza y encontrar el camino de vuelta al poblado; la monilla, por el contrario, se orientaba mal porque no necesitaba esa habilidad. En su cometido de paridora de los hijos y cuidadora de la prole y del hogar, no se alejaba mucho de la cueva, sólo lo suficiente para recolectar frutos o hierbas en los alrededores o, después de la invención de la agricultura, para trabajar en los campos cercanos. <<
[68] En ello coinciden genetistas, bioquímicos, antropólogos, psicólogos, sociobiólogos y médicos. No hay más vueltas que darle. <<
[69] El biólogo y anatomista Theodor Ludwig Wilhelm Bischoff (1807-1882) determinó que el peso medio del cerebro de los hombres era de 1.350 g, y el de las mujeres, de 1.250 g, de lo que dedujo que la capacidad intelectual de los hombres es mayor que la de las mujeres. Después cometió el error de donar su cuerpo a la ciencia y cuando murió resultó que su cerebro sólo pesaba 1.245 g. <<
[70] La hormona femenina, el estrógeno, impulsa a las células nerviosas a establecer más conexiones entre los dos hemisferios. Véase Pease, 2000, p. 66. Podríamos decir que ellas los comunican por autopista y nosotros, los tíos, por caminos vecinales. <<
[70b] Muy superior en el caso de mi admirada Sharon Stone, cuyo cociente intelectual es de 154. El cociente intelectual (CI) es la relación entre la edad mental analizada y la edad cronológica, y se expresa como un cociente multiplicado por 100. El promedio sería 100. Véase también Pease, 200, p. 61. <<
[71] Ángel González, «Soneto a Dánae», en Áspero Mundo, 1956. <<
[71b] Pease, 2009, p. 205. <<
[72] «Realmente, las mujeres tenían que limitar sus habilidades lingüísticas cuando disputaban con los varones para evitar acorralarlos hasta el punto en que se les empujase a utilizar la violencia, el recurso de los incompetentes» (Mediano, 2009, p. 103). <<
[73] El tema se amplía en los Apéndices. <<
[74] «La mujer, en promedio, es mucho más competente en la esgrima dialéctica y en la manipulación psicológica» (Mediano, 2009, p. 249). <<
[75] Algunas veces la pobre chica se defendía recurriendo a armas más sutiles que las del esposo energúmeno. Antiguamente, en la España profunda, las mujeres que querían eliminar al marido le preparaban la «mala sopa», una receta infalible que le provocaba una hemorragia intestinal que lo llevaba a la tumba en pocas horas, sin dejar rastro: molían en el mortero vidrio de botella hasta reducirlo a polvo y se lo administraban con algún potaje espeso y suculento. <<
[75b] Tasso, 2008, p. 197. <<
[76] Algún lector machista replicará que no he contado los accidentes que provocan con su conducción timorata. En realidad, como todos sabemos, lo que provoca los accidentes es el exceso de testosterona masculina y la confianza en la propia destreza de ciertos conductores que se creen Fittipaldi. La mujer al volante, consciente de sus limitaciones espaciales, no arriesga, lo que a la postre se traduce en una conducción más relajada y segura. No digo esto por halagarlas, bien lo sabe Dios. Cuando llegue el momento de zaherirlas lo haré sin misericordia ninguna. A cada cual lo suyo. <<
[77] Esta habilidad se concentra en la parte frontal de su hemisferio cerebral derecho. En la mujer no está tan desarrollada porque anda dispersa en ambos hemisferios. Tal carencia se explica porque ella se formó en la cueva o en sus alrededores, sin desarrollar las habilidades de la caza. Véase Pease, 1999. «Los hombres destacan más en matemáticas, ingeniería y orientación espacial. Las mujeres son mejores a la hora de manejar el lenguaje, el contacto social y el habla» (Ariza, 2010, p. 40). <<
[78] Pease, 2000, p. 159. (Ariza, 2010, p. 40). <<
[79] Eso explica que hombres incapaces de matar una mosca se finjan peligrosos para que su pareja crea que a su lado va bien protegida. A veces se implican en una reyerta en la que, en el fondo, saben que van a recibir una somanta de palos: el sacrificio es también un admirable acto de valor, piensan los pobretes. <<
[80] Los estetas masculinos (artistas, poetas, modistos) suelen presentar un componente femenino muy intenso. Por eso los homosexuales, o simplemente afeminados, abundan entre ellos. Genios cabalmente machos como Picasso, Gauguin o Buñuel son, quizá, la excepción. <<
[81] Le parecen mariconadas porque los gays, mucho más sensibles, sí se preocupan por la moda, por la figura (cuerpos de gimnasio, raramente panzas cerveceras) y por el diseño. Es el aspecto femenino del homosexual que muchos heterosexuales, los metrosexuales, han adoptado. <<
[82] Racionero, 2009, pp. 57-58. <<
[83] Cuenta el escritor Alberto Vázquez Figueroa un encuentro que tuvo con Catherine Deneuve, sentados los dos en la cafetería de un hotel en Cannes. Ella le enviaba señales, alguna mirada intencionada, un golpe de melena, un cruce de piernas, que él no supo procesar debidamente en aquel momento y, aunque la deseaba, el anhelado encuentro bisectriz no se produjo. Muchos años después, los presentaron unos amigos comunes y él se lo comentó. La bella francesa le dijo, sonriendo: «¡Ay, amigo: esos trenes sólo pasan una vez en la vida!» Otro caso: uno de mis pacientes anda todavía traumatizado porque, haciendo el servicio militar, Granada, 1969, la criada de la pensión donde se cambiaba el uniforme por ropa de paisano le decía a veces, al franquearle la puerta: «Aquí estoy, solita». El desdichado tardó cuarenta años en advertir que la maritornes lo estaba invitando a un revolcón: «Y pensar que yo me hartaba a pajas pensando en ella…». Como terapeuta suyo, y como amigo, le he recomendado que se vista de militar y se vaya de putas, pero se resiste al tratamiento: «Hombre, si ya hasta los generales van siempre de paisano, por eso del terrorismo». También es verdad. <<
[84] Carmen Laforet intentaba describir esa actitud femenina en su novela El Gineceo. Su tesis es que «el mundo de las mujeres es el que domina secretamente la vida, pero ese dominio no es favorable. Puede ser tiránico y esclavizador para el hombre». Sus proposiciones eran: «a) la falta de palabra pública impuesta a las mujeres por una sociedad patriarcal que se la negó reiteradamente ha generado un matriarcado absoluto, dominante, feroz. Siglos y siglos de un dominio ejercido en silencio por las mujeres y silenciado a su vez por sus descendientes, porque ha constituido un tabú que se ha ido pasando de una generación a otra: “Nuestras abuelas aceptaron la situación riéndose en su fuero interno y dominando al hombre con la comedia de la sumisión”; b) ese matriarcado se ha sustentado en el engaño al varón: “A los hombres hay que engañarlos; de lo contrario, ¿qué sería de nosotras?”, hace decir Laforet a una viejuca de pueblo, que mantiene a su marido permanentemente en vilo y pendiente de su salud; c) algunas mujeres han querido liberarse de ese mundo enrarecido de mentira y complicidad en la mentira, pero tantos siglos de silencio las han manumitido para la expresión de sí mismas: “No sabemos hacerlo aún —escribe, admitiendo su impotencia—. Algunas tanteamos a ciegas. Una necesidad cada vez más urgente de verdad, de sinceridad, llena el vacío de los seres humanos”» (Caballé, 2010, pp. 323 y 329). Otro libro esclarecedor sobre el asunto es el de Fernando Díaz-Plaja, brillante escritor y hombre de mundo que siempre permaneció soltero, El casado imperfecto. <<
[85] La mujer localiza su habilidad para el habla en la zona central de sus hemisferios cerebrales (con predominio del izquierdo) mientras que el hombre la limita al hemisferio izquierdo y no posee una zona localizada. «Se supone que una mujer occidental pronuncia unas veinte mil palabras al día, y un hombre sólo cinco mil». Véase Mediano, 2009, p. 102. <<
[86] Anécdota real: dos jubilados cordobeses, sin duda senequistas, que se reúnen cada tarde en una bodega de la judería para charlar frente a una copa de montilla. Después de una hora sin cambiar palabra, ensimismados, dice uno de ellos: «¡Qué bien se está hablando poco!» Pasan otras dos horas de silencio absoluto al cabo de las cuales el otro responde: «Sí, ¡pero mejor se está no hablando ná!» <<
[87] Acabáramos: el puñetero sexo, como siempre. Lo que les molesta a los monos salidos no es que ellas permanezcan calladas, es que saben que mientras dure el silencio no les permitirán mojar el churro, y discúlpenme la vulgaridad de la expresión en gracia a su claridad. <<
[88] La Iglesia ha procurado reprimir a la mujer también en su capacidad verbal: «De toda palabra ociosa pedirá Dios cuenta rigurosa», advertían los predicadores. Páginas arriba citábamos también a san Pablo, el verdadero fundador de la empresa vaticana, cuando ordena: «Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley dice. Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa a sus maridos; porque deshonesta cosa es que una mujer hable en público» (1 Cor. 14, 34-35). O sea, como era soltero, y tirando a misógino, transfiere el problema a los maridos en casa. <<
[89] Sin embargo, durante los días críticos de su ciclo menstrual, la mujer suele mostrarse más taciturna debido a sus altos niveles de estrógeno. <<
[90] ¿Recuerdan esa última impagable escena de la película Revolutionary Road en la que el sordo va bajando el volumen de su sonotone a medida que su locuaz esposa se explaya sobre los defectos de la pareja a la que vendió la casa? <<
[91] Ariza, 2010, p. 42. Giacomo Rizzolatti y Laila Craighero, de la Universidad de Parma (Italia), defienden en la prestigiosa Annals of Review Neuroscience que «el mecanismo de espejeo neuronal es de gran importancia evolutiva ya que ha permitido a los primates comprender las acciones llevadas a cabo por sus semejantes» (ibídem, p. 40). <<
[92] Ibídem. <<
[93] Mediano, 2009, p. 240. <<
[93b] Pease, 2009, p. 151. <<
[94] La testosterona predomina en los hombres, aunque su cantidad fluctúa en los individuos con el tiempo, pero también se encuentra, en menor cantidad, en las mujeres. En ellas, sus niveles dependen del ciclo menstrual. <<
[95] Es la edad del pavo, en que dejan de ser niños. Los cambios los alteran. «La amígdala, el centro de todas las emociones, está en ebullición, mientras que el córtex prefrontal del cerebro, encargado del control racional, aún no ha madurado del todo. Esta descoordinación explica la impulsividad propia de esta época de la vida». <<
[96] El gen es una secuencia lineal organizada de nucleótidos en la molécula de ADN que contiene la información necesaria para la síntesis de una macromolécula con función celular específica, normalmente proteínas. Esta función puede estar vinculada al desarrollo o funcionamiento de una función fisiológica. El gen es la unidad de almacenamiento de información genética y unidad de herencia que transmite esa información a la descendencia. El conjunto de genes de una especie, y por tanto de los cromosomas que los componen, se denomina genoma (extractado de Wikipedia). <<
[97] El cromosoma Y emite el «Factor Inhibidor de Praeder», que impide que la criatura derive a niña. <<
[98] Los hombres nacemos de un óvulo con el núcleo cargado del cromosoma XY, lo que quiere decir que nuestros genes están afectados por esa X. Por el contrario, la mujer nace de un cromosoma XX doblemente beneficioso para ella. El cromosoma Y se ha definido como «una ruina genética plagada de averías moleculares que lo están condenando a desaparecer», según Bryan Sykes, genetista de Oxford, en su obra La maldición de Adán (Debate, Madrid, 2004). Al parecer, los cromosomas X, al estar emparejados, intercambian genes para minimizar las mutaciones perjudiciales. Por el contrario, el cromosoma Y, privado de pareja que le permita regenerarse, va acumulando mutaciones negativas y degenera a una velocidad alarmante. Uno de los efectos del empobrecimiento del cromosoma es la infertilidad masculina, que, según los cálculos de Sykes, podría acabar con los machos en unas cinco mil generaciones (o sea, unos ciento cincuenta mil años). Si antes no lo hemos hecho nosotros, por nuestros propios medios, o sea cargándonos el planeta. Por otra parte, no es sólo el cromosoma Y lo que determina nuestra ruina. Es que además los pantalones ceñidos y el estrés nos empobrecen el semen y nos atontan los espermatozoides. Antes ibas al sastre a que te hiciera unos pantalones y te preguntaba con delicadeza: «¿Para dónde carga, don Romualdo?» Y según dijeras para la izquierda o para la derecha, allí te daba holgura para que alojaras tus partes cómodamente. Hoy, no. Hoy con la ropa de confección no se tiene en cuenta para dónde carga uno, y si a ello sumamos la perniciosa costumbre de los vaqueros y de la ropa ceñida, ahí tenemos una de las causas del progresivo empobrecimiento del semen. En tiempos de nuestros abuelos eyaculabas en la piscina y se preñaba todo el convento; hoy se empeña la parienta en tener hijos y hay que andar de médico en médico con tratamientos y mariconadas. «¿Soy estéril, doctor?» «Usted qué va a ser estéril, señora, con lo buena que está. Lo que pasa es que el caldo de su marido no tiene sustancia». <<
[99] La diferenciación de los sexos se fraguó en un largo proceso de trescientos millones de años. La provocó un gen, denominado SRY (gen determinante de la región sexual), que evolucionó dentro del cromosoma femenino. La mutación se produjo mucho antes de la aparición del género humano, cuando los cromosomas eran aún primitivos y se denominaban autosomas, pero las consecuencias han llevado a la irreconciliable separación actual de los sexos (según investigaciones de Bruce Lahn, de la Universidad de Chicago, y David Page, del Instituto Whitehead, publicados en la revista Science). Otros investigadores señalan que el sexo básico y autosuficiente es el femenino. En 1994, David Crew, un biólogo de la Universidad de Texas, en Austin, descubrió que, en muchas especies de saurios (lagartos), todos los ejemplares son hembras, ¡que se autorreproducen! En la historia humana se han dado algunos casos similares: la diosa Hera se autorreprodujo como venganza por los devaneos de su hermano y marido Zeus, un picha inquieta que andaba todo el día de flor en flor. El tipo, en venganza, la hizo parir a un dios tullido, el herrero Hefaistos; por cierto, el único que trabaja en el Olimpo, los demás no dan golpe. Debo esta indicación a mi buena amiga la sexóloga Olga Bertomeu. <<
[100] Tomo la cita de Jared Diamond, 2007, p. 56. <<
[101] «La mujer es superior al hombre porque es más completa —escribe el psiquiatra Enrique Rojas—. A la mujer le exigimos que sea madre de familia, esposa, amante, trabajadora, vigía de los estudios de los hijos… Es decir, para ella no existen las horas extraordinarias. Su vida, en muchos casos, es una ininterrumpida sesión de horas extraordinarias» (Rojas, 2006, p. 52). <<
[102] Estas feministas radicales (la Society for Cutting Up Men, sociedad para acabar con los hombres, SCUM, y otros grupos) han puesto en circulación el concepto «macho redundante», o sea, innecesario. Sueñan con un mundo habitado sólo por mujeres pacíficas y amables como ellas mismas (lo digo sin segundas, ¿eh?), sin guerras ni conflictos de testosterona, en el que las mujeres se reproducirían fertilizando óvulos en laboratorio sin ayuda del macho (Morris, 2009, p. 15). <<
[103] Eso no es justo, protesta alguna lectora: a los chicos, músculo, y a nosotras, la grasa. Tiene su sentido: las chicas necesitan la reserva de grasa para la lactancia del bebé; los chicos, el músculo para cazar animales y traer carne a casa con la que alimentar a la madre y al bebé. Todo es una trampa de la Naturaleza o, para los creyentes, de Dios. <<
[104] Debería haber añadido «ni el condón», porque él agarró un sifilazo. <<
[105] En efecto, segregamos los niveles máximos de testosterona al amanecer, la hora de salir de caza, y esa circunstancia, combinada con que la vejiga urinaria llena presiona los nervios eréctiles, favorece la erección matinal que, a cierta edad, si la mujer no remolonea en los preliminares, permite a la pareja culminar una faena de alivio. <<
[106] Un vistazo al diccionario nos muestra que los cojones presiden nuestra vida con su rica polisemia. «Me costó un cojón» (era caro); «Con dos cojones» (bravura); «Me importa tres cojones» (desprecio); «Me costó mil pares de cojones» (dificultad). Usado con diferentes verbos cambia el significado: «Ángela Merkel tiene cojones» (es valiente), aunque si es admirativo indica sorpresa o desagrado: «¡Tiene cojones la tía!» A veces, el significado depende del tiempo verbal. El presente indica molestia o hastío («¡Me toca los cojones!»); el reflexivo, vagancia («¡Estaba allí, tocándose los cojones!»); el imperativo, sorpresa («¡Tócate los cojones!»). <<
[107] Sí, querido lector, el bonobo está todo el día dale que te pego, constante como el batán del arzobispo, y además lo efectúa en la humanísima postura del misionero, caso único en el reino animal. Los bonobos son tan sociables que copulan como saludo, como medio de reconciliación y como simple expresión de bonhomía monil. Más sorprendente aún es que den besos con lengua y practiquen el sexo oral. <<
[108] Hay que advertir que el tamaño de los testículos humanos tiende a disminuir. Parece que antiguamente eran más voluminosos. Del torero Rafaelito el Gallo se cuenta que los tenía como berenjenas de simiente, y los buenos aficionados acudían a admirárselos al corral de vecinos trianero donde vivía porque antes de las corridas tenía por costumbre lavárselos en la pila del patio comunal después de echarle un casquete a su mujer, que acudía solícita a la orden de «¡Pepa, ponte!». <<
[109] A esa variación se debe que, por ejemplo, «los barítonos alcancen el doble de eyaculaciones que los tenores» (Pease, 2000, p. 186). <<
[110] Desgraciadamente, muchos semovientes del género macho, mal encauzados, dilapidan su testosterona en destrozar el mobiliario urbano, apedrear farolas, volcar contenedores de basura o quemar autobuses. Incluso, en casos muy extremos, se inmolan con un pretexto religioso o político. Los hinchas gordos cerveceros que nos quedamos en casa porque se nos pasó la edad de escalar la Cibeles o de correr delante de los antidisturbios también quemamos nuestro exceso de testosterona haciendo la ola, gritando y saltando hasta desfondar el sofá en el salón familiar frente a la tele de plasma adquirida con ocasión de los Mundiales. <<
[111] Los hombres tenemos un promedio de veintiocho kilos de músculo frente a los quince de la mujer, lo que significa que somos un 30% más fuertes, un 10% más pesados y un siete por ciento más altos. «El cuerpo femenino, al ser tan importante para la reproducción, tenía que estar mejor protegido contra el hambre. Por eso contiene un 25% de grasa frente al 12,5% del hombre» (Morris, 2005, p. 15). <<
[112] Por eso decimos que en la pareja empiezan pareciendo marido y mujer, después parecen dos hermanos y finalmente… dos hermanas. La disminución de la testosterona causa la andropausia, un conjunto de trastornos que padecemos en la cincuentena: fatiga, astenia, estancamiento de ideas, falta de concentración, depresión, ansiedad, trastornos del sueño, aumento de grasa y, lo más grave, disfunción sexual en libido y potencia: el pene se transforma en la pena. <<
[113] En la Naturaleza la vejez es más breve y llevadera: si eres herbívoro, pierdes agilidad y te atrapa algún carnívoro; si eres carnívoro, llega un momento en que no puedes atrapar a los herbívoros y te mueres de hambre. <<
[114] La edad idónea inicial la impone el ajuste del aparato reproductor de la mujer, que oscila entre los seis y los ocho años después de la menarquia (primera regla). <<
[115] Envejecemos antes, pero, ojo, envejecemos mejor: no incurrimos en ese patetismo de ciertas damas que llegan a los setenta años queriendo aparentar veinte (la edad ideal para concebir) a base de gimnasios, liftings, pildoras, cremas, peelings, teñidos (generalmente de rubio, que finge fertilidad sexual), y otros dislates. <<
[116] Especialmente en los casos en que él aporta los únicos ingresos y, si pasara a mejor vida, se llevaría consigo la llave de la despensa. <<
[117] Pease, 2000, p. 51. <<
[118] En casos extremos, las tornas se vuelven y la mujer, que cuando era más joven se ha sentido anulada por un marido mandón y agresivo, se toma la revancha, ahora que lo ve más débil, y lo maltrata durante el resto de su vida. El cazador que ya no caza estorba en la cueva. «Tengo la mitad del sueldo y el doble de marido», se lamenta la esposa del jubilado. Ellos pierden fuelle, pero conservan los hábitos. Quieren mandar en casa, el territorio de su mujer de siempre, como mandaban en el trabajo. Ellas se sienten invadidas y tienden a expulsarlo: «Vete a dar una vuelta o a tomar un café o a jugar al dominó en el hogar del pensionista que yo tengo que hacer las tareas de la casa y me estorbas. No vuelvas hasta la hora de comer». El pobre hombre se pasa la mañana deambulando por esas calles sin rumbo fijo o se va a la tertulia con otros amigos tan expulsados como él de sus respectivas cuevas. <<
[119] Obviamente, hablamos de tendencias naturales que, como personas responsables, debemos reprimir en bien de la familia y de la comunidad. Lo advierto porque luego se niegan a vender mis libros en las librerías del Opus con el pretexto de que son disolventes. Si realmente lo fueran, los venderían en las droguerías, pero hete aquí que los drogueros también los rechazan, sean o no del Opus. <<
[120] Según Vicenzo Matera, antropólogo de la Universidad de Pavía. <<
[121] La cita es del psicólogo Carlos Pachuk. En los tiempos heroicos que consolidaron el matrimonio, el promedio de longevidad no llegaba a los treinta y cinco años, y debido a las condiciones de trabajo, guerras, etc., las mujeres pasaban solas largas temporadas: el reencuentro impedía la rutina y avivaba la llama. Hoy vivimos muchos más años y casi nunca nos separamos de nuestra pareja, lo que prolonga las posibilidades de conflicto y hastío matrimonial. Por eso muchas personas optan por la poligamia sucesiva y cambian varias veces de pareja a lo largo de sus vidas. <<
[122] Según Carlos Pachuk, médico psicoanalista vincular, presidente de la Federación Argentina de Psicoanálisis. Fittipaldi señala que «la monogamia es una construcción cultural de larga data basada en una necesidad económica. En la antigüedad se necesitaba una organización productiva que permitiera labrar la tierra, y era necesario tener hijos para que esas tierras de propiedad privada pudieran ser explotadas de manera apropiada». De la misma opinión son Barash y Lipton (véase «Bibliografía»). <<
[123] Se ha reducido a la mitad en el último medio siglo. Pease, 2000, p. 237. <<
[124] En efecto, en tiempos de nuestros abuelos, la recién casada notaba la primera falta del periodo antes de que se le aliviaran las escoceduras de la noche de bodas. <<
[125] Según una comparativa reciente realizada por la clínica Belén de La Coruña y el Institut Marqués de Barcelona sobre la calidad del semen, resulta que el 53% de las muestras gallegas cumple las condiciones estándares de la OMS, pero en las muestras catalanas sólo lo alcanza un 34%. El gallego, por otra parte, presenta mayor concentración de espermatozoides (91 millones, casi cinco veces por encima de lo que la OMS considera el mínimo de normalidad), mientras que las muestras de Barcelona y Tarragona (donde también se realizó un estudio en el 2001) no alcanzan el número mínimo de espermatozoides con una movilidad aceptable. <<
[126] Por eso las rubias no es que sean más tontas, es que van pregonando su fertilidad, lo que atrae al macho abocado instintivamente a reproducirse. Cuando los niveles de estrógeno disminuyen, debido a la edad o a la maternidad, el pelo de la mujer se oscurece. Llegadas a cierta edad, todas se vuelven rubias, pero de bote, del mismo modo que la mayoría de los hombres nos volvemos calvos. Lo natural: ellas siempre obsesionadas con aparentar juventud. En este punto, la dibujante Ana Miralles, lectora de este manuscrito, me indica: «Hay además una explicación más práctica, asociada a los tintes que todas nos ponemos. El tono rubio disimula la pertinaz raíz blanca que cada ocho o diez días hay que cubrir. Si te pones un tinte oscuro o medio, como un castaño, acabas teniendo un color negro-cojón-de-grillo que resulta irritante». <<
[127] Provocado por la disminución de las hormonas femeninas y el aumento de la progesterona. <<
[128] El ejemplo más conspicuo del panorama nacional es Belén Esteban, «la princesa del pueblo». Podríamos acumular casos: esas señoras de mandil y tez morena que se tiran de los pelos o se arañan el pecho cuando la brigada antidroga irrumpe en sus chabolas y les desentierra y confisca millón y medio de euros que habían ahorrado tacita a tacita; también entran en esta clasificación esas damas de moño y clavel que se desgañitan gritándole a la Infanta Elena «¡guapa, guapa, guapa!» el día de su boda, y esas señoras con mechas de peluquería que se agolpan en la calle nueve horas antes de la llegada de los Príncipes de Asturias porque van a inaugurar un dispensario con baño de multitudes y tele promocional. <<
[129] Se entiende que la mujer embarazada no padece el síndrome premenstrual. Antiguamente las mujeres estaban continuamente embarazadas, por lo que este fenómeno se desconocía. <<
[130] Las carencias hormonales que acarrea la menopausia se combaten parcialmente, durante un tiempo, con terapia hormonal sustitutiva. Las mujeres con un poquito de sobrepeso tienen mejor climaterio y menopausia que las delgadas, porque en su grasa almacenan una reserva de estrógenos (Bertomeu, 2009, pp. 203 y ss). <<
[131] Afortunadamente, no se puede generalizar. La sexóloga Olga Bertomeu observa que la máxima frecuencia de la «pereza de amar» de la mujer (o Deseo Sexual Inhibido) se produce en la mitad de las mujeres entre los 25 y los 50 años, que es precisamente cuando están más pictóricas de estrógenos. <<
[132] El hombre tiene tres poderes. De los 15 a los 35 años, el poder sexual; de los 35 a los 55, el poder económico; a partir de los 55, el poder mear. <<
[133] Bertomeu, 2009, pp. 83 y ss. <<
[*] Pertencen al famoso soneto de Quevedo «Amor constante más allá de la muerte». El Sr. Eslava citará la autoría más adelante, pero es varón, y no puede pensar en todo. Y háganle caso: medula fue esdrújula a partir del siglo XIX, no en tiempos del Siglo de Oro (corrección digital). <<
[134] No va descaminado Andreas Capellanías, quien, en su tratado De Amore (siglo XII), lo define como «atracción hacia otra persona y pensamiento obsesivo sobre ella». <<
[135] Por ejemplo, querida amiga: ese compañero tan atento que te ayuda a hacer tu tesis doctoral porque tú no sabes hacer la «o» con un canuto, lo que en realidad quiere es encamarse contigo. Tú eres como una hucha en la que va depositando monedas (su conocimiento, su tiempo) hasta que, alcanzado el precio imaginario de un polvo, tú le concedas lo que busca. El engaño también opera al contrario, o sea, algunas personas fingen estar enamoradas para obtener beneficios (por ejemplo, el guaperas que se prenda de la rica heredera, aunque sea fea). <<
[136] Desde las mujeres de la Biblia, comenzando por Eva con el desliz de la manzana y pasando por la embustera Dalila, que engaña a Sansón, y por la Judith que hizo perder la cabeza a Holofernes, hasta las del arte moderno (como las de Edvard Munch y Gustav Klimt) y las vampiresas del cine. Las estudia muy bien Erika Bomay, 1990. <<
[137] El filósofo Baruch Spinoza decía que «el deseo es la verdadera esencia del hombre», el conatus, la insistencia. No somos de más carnes debido a nuestra simpleza. <<
[138] De Calícatres se dice que profundizó tanto en sus conocimientos que no volvió a emerger. <<
[139] No me refiero a que tenga un temperamento lírico ni un carácter dulce sino a un miembro viril de caballo (según la clasificación zoológica del Kamasutra). <<
[140] Allí es menos frecuente que en España que un sujeto que ha alcanzado el bienestar y la riqueza abandone a la mujer que lo ayudó a auparse y que lo apoyó en los tiempos malos para emparejarse con una veinteañera vistosa o lagarta. <<
[141] Por eso el enamoramiento irracional es más frecuente en los hombres que en las mujeres: ellas segregan menos testosterona y pueden racionalizar algo mejor el proceso: «¿tiene posibles para mantenerme dignamente y criar a mis hijos?» <<
[142] Bertomeu, 2009, pp. 23 y ss. <<
[143] Véase Pease, 2000, pp. 180-181. «Las alegrías, las tristezas, los recuerdos, las ambiciones, el sentido de la identidad, la libertad y el amor son consecuencia de la conducta de un haz de células nerviosas», dice el científico Francis Crick, uno de los que descifró el código del ADN. <<
[144] La feniletanolamina es algo pariente de las anfetaminas. También se encuentra en el chocolate (recuerden que antiguamente, cuando había algo más de romanticismo, los enamorados regalaban bombones y flores). <<
[145] En el cóctel de hormonas intervienen también la oxitocina (la hormona de la ternura) y la norepinefrina, además de testosterona y estrógenos. <<
[146] Porque cuando se quedan solos (por viudez o abandono de la esposa) se los come la mierda y el aburrimiento (como a todos los hombres, me temo). <<
[147] Pease, 2009, p. 94. <<
[148] Esta necesidad de presentarse como joven para atraer al hombre justifica que muchas mujeres de edad provecta se esfuercen en vestir y adobarse como si tuvieran quince o incluso treinta años menos. De ahí también la ferocidad con la que se entregan a la cirugía estética. Es por exigencia del mercado. Incluso aquellas que ya podrían, por su posición económica, prescindir de esa tiranía de parecer jóvenes, se empeñan en aparentar medio siglo menos. No estoy pensando exactamente en Cher o en Joan Collins, ni, circunscritos al mercado nacional, en Isabel Preysler, Tita Cervera, Carmen Lomana o Nati Abascal. Lo digo como una generalidad, sin pensar en nadie en concreto. <<
[149] En los países occidentales pensamos que el coño se lava y se estrena, pero en ciertas culturas, más bien curturas, la virginidad sigue siendo requisito imprescindible para que una mujer acceda al matrimonio. Como la contención sexual no siempre es compatible con la vida moderna, muchas chicas recurren a la reconstrucción del himen (himenoplastia o zurcido japonés) para que el incauto esposo se haga la ilusión de que las desflora. La operación vale unos dos mil quinientos euros en Europa y unos cuatrocientos en Oriente Medio. Las pacientes son en su mayoría árabes o gitanas, pero también se dan casos de prostitutas que venden su falsa virginidad a algún incauto. Véase Martin, 2007, p. 10. Para las que teman pasar por el quirófano, una empresa china, Gigimo, ha comercializado un kit de virginidad artificial que sólo cuesta unos veinte euros, una especie de globito que se introduce en la vagina unos veinte minutos antes de la penetración y que al romperse libera una cantidad razonable de líquido rojo que puede pasar por sangre. La mujer debe ayudar fingiendo molestias: «Ay, ay, cuidado, me haces daño, oh, me gusta, pero duele. ¡Oh, oh, mi amor, qué extraña e inédita sensación!» y todo eso. El imán cairota Youssef al Badri ha emitido la correspondiente fatwa condenatoria a los fabricantes de ese ingenio diabólico. En nuestra España profunda, sin ser moros, la obsesión por la virginidad se manifiesta en la copla flamenca, también predio tradicional del pueblo gitano: «La mujer que rompe el plato / sin ser hora de comer, / por muy bonita que sea, / no le sale mercader»; «No le quites los hilvanes / hasta no acabar la prenda, / porque luego el dependiente / no me la admite en la tienda». Hay que tener en cuenta también que existen hímenes complacientes que no sufren desgarro ni distensión. Algún teólogo moderno aventura, en su deseo de concordar ciencia y mito, que el de la madre de Jesús pudo ser de esta naturaleza, lo que justificaría su virginidad. <<
[150] Algunas calculan incluso que se entregarán a partir de la tercera salida, nunca antes… Y a veces se equivocan porque el cortejador se impacienta, ignorante de que a la tercera va la vencida, y ante la perspectiva de un asedio largo y fatigoso, se desanima y se cambia a la amiga. Por eso las madres tradicionales recomendaban pequeñas concesiones a los buenos partidos, para que se mantenga la llama del deseo y el pretendiente no abandone la carrera. <<
[151] Según estudios de la Universidad de California, San Francisco, Estados Unidos. Para algunos, ello justifica que muchas prostitutas se nieguen a besar en la boca a sus clientes, porque el beso dispara la segregación de dopamina. Recuerden que Julia Roberts, en Pretty woman, sólo besa a Richard Gere cuando se enamora de él. <<
[152] Pease, 2009, p. 31. También se generan sustancias de comportamiento menos romántico, como la vasopresina (la hormona de los celos y la posesividad). <<
[153] Esther Porta, «Esta noche tampoco», País semanal. <<
[154] Hoy los jóvenes españoles, más honrados y sinceros que sus padres y que sus abuelos, llegan al afecto y al amor a través del sexo, sin necesidad de engañar a la mujer con falsas promesas. <<
[155] Comprometidas con ella y con toda su parentela, aviso a navegantes. «¡Pues claro, mi amol, quien quiere la col tiene que querer también las hojitas de alrededol!» <<
[156] Dopamina, que provoca euforia, «la hormona de la felicidad y el placer»; feniletanolamina, que estimula; serotonina, que equilibra emocionalmente, noradrenalina, que borra cualquier resto de sentido común que te quedara y te hace creerte Superman. <<
[157] Permítanme que cite un poco más a Fernando de Rojas, el judío sutil que disertó sobre los misterios del amor: «Soberano dios, quan altos son tus misterios. Quanta premia pusiste en el amor: que es necessaria turbación en el amante. Su limite posiste por marauilla: paresce al amante que atras queda, todos passan, todos rompen: pungidos e esgarrochados como ligeros toros: sin freno saltan por las barreras. Mandaste al hombre por la muger dexar el padre e la madre: agora no solo aquello, mas a ti e a tu ley desamparan, como agora Calisto, del qual no me marauillo: pues los sabios, los santos, los profetas por él te oluidaron» (Tragicomedia de Calixto y Melibea). <<
[158] «Sálvame Deluxe», 5 de marzo de 2010. <<
[159] Dulce yugo, por otra parte. La vida natural del hombre es la pareja del mismo modo que la de la mujer es la tranquila viudedad con reunión de amigas de similar estado civil para la partidita del bridge o para la Novena de San Antonio. <<
[160] La antropóloga Helen Fisher define el enamoramiento como «una serie de reacciones químicas cerebrales que guarda cierta similitud con enfermedades mentales» (Pease, 2009, p. 32). Ahora los métodos anticonceptivos han conseguido burlar a la Naturaleza, pero esa es otra historia que trataremos más adelante. <<
[161] Gómez Sancha, 2000, p. 22. <<
[162] Montero, 2010, p. 92. <<
[163] Entrevista concedida a Diego Jemio en el Festival de Cine de San Luis el 16 de noviembre de 2007. <<
[164] Un ejemplo de este amor que dura una vida es el de Katharine Hepburn y Spencer Tracy. Cuando se conocieron, ella tenía 33 años y salía muy escaldada de un matrimonio desdichado; él no parecía el tipo de hombre que podía enamorarla: irlandés, católico, borrachín y lastrado por una esposa enferma y un hijo sordomudo. Además, era más bajito que ella: «Me temo que soy un poco alta para usted, señor Tracy», observó malévolamente Katharine cuando los presentaron. A lo que él respondió: «No se preocupe, señorita Hepburn: la pondré a mi altura». Fueron felices e independientes hasta el fallecimiento de Spencer, un cuarto de siglo después. <<
[165] Aquellos cuescos sonoros que tanto la divertían cuando estaba enamorada dejan de hacerle gracia, especialmente cuando se los tira en la cama y le tapa la cabeza con el embozo para que no desaproveche las inhalaciones. A él le ocurre lo mismo: lo que antes veía como encantadoras originalidades de su amada, aquellas mechas azules en el pelo teñido de caoba, aquel despeine erizado como si metiera los dedos en un enchufe, ahora le parecen expresiones de la hortera descerebrada y carente de gusto que lo engatusó con sus malas artes. <<
[166] Esta dualidad de la mujer (lo mismo cabría decir del hombre) la interpretó el sacerdote Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635), un hombre que entendía mucho de mujeres, en un célebre soneto: «Es la mujer del hombre lo más bueno, / y locura decir que lo más malo; / su vida suele ser y su regalo, / su muerte suele ser y su veneno. / Cielo a los ojos cándido y sereno, / que muchas veces al infierno igualo; / por bueno, al Mundo, su valor señalo; / por malo, al hombre, su rigor condeno. / Ella nos da su sangre, ella nos cría; / no ha hecho el Cielo cosa más ingrata; / es un ángel y a veces una arpía. / Quiere, aborrece, trata bien, maltrata, / y es la mujer, en fin, como sangría, / que a veces da salud y a veces mata». <<
[167] La opinión es muy antigua. Aparece ya en el latino Marcial (Epigrammaton liber IX, 32): «La quiero que sea fácil», donde expresa claramente su predilección por las putas baratas. Roma aún no daba síntomas de decadencia y agotamiento, pero el poeta estaba ya de vuelta de los románceos y de los cortejos. <<
[168] La oferta es muy limitada fuera de la prostitución, y esos sueños de seductor raramente se cumplen, o se cumplen con pobres mujeres necesitadas, callos recalentados, huertos sin riego, campos en barbecho (así las tasarían si las vieran con un amigo), que no responden en absoluto al canon de belleza del seductor. Ese sexo menesteroso y muchas veces fingido genera insatisfacción. La verdad es que dentro del matrimonio o de la pareja se practica más el sexo que fuera de ella, y se tiene más seguro a poco que los dos miembros de la sociedad parejil se lleven razonablemente bien: fuera del matrimonio también hay que ceder parcelas de libertad para conseguir sexo. <<
[169] Ramírez, 1995, p. 93. <<
[170] Para estos semovientes del agro hispano todavía no incluidos en el índice de especies protegidas se ha escrito recientemente un tratado de seducción: Sexo cerdo por Torbe: truquillos de un gañán que se la ha metido a más de 1000 jamonas (Edición del autor, Madrid, 2010). Me malicio que el tal Torbe debe de ser pseudónimo de algún plumilla que quiere sacarse unas perras para irse de lumis. Creen que, debido al descrédito de la moral sustentada por la Conferencia Episcopal, todo vale. <<
[171] A propósito de casamentera: ¿Recuerdan Hello Dolly, de Barbra Streisand? Es un musical estadounidense de 1969. Fracasó, pero tenía su gracia. Me la vean los que no la conozcan. <<
[172] La protagonista del libro de Helen Fielding El diario de Bridget Jones, que retrata a una chica en edad de casarse que no acaba de encontrar su camino en la vida. <<
[173] Gaspar Hernández, 2009. <<
[174] Racionero, 2009, p. 61. <<
[175] Pease, 2009, p. 207. <<
[176] La seducción forma parte del bagaje de conocimientos que la mujer trae de serie, por el hecho de serlo: sacude la cabellera hacia atrás descubriendo el apetitoso cuello, separa las piernas, se inclina hacia adelante mostrando el canalillo, cruza y descruza las piernas frente al hombre al que quiere camelarse, se saca el zapato, muerde el collar, juguetea con los botones de la blusa, se acaricia la muñeca u otra parte del cuerpo, etc. Por el contrario, si evita mirarte a los ojos, se cruza de brazos o junta las rodillas, piensa que no le entusiasmas. <<
[177] Aludo, naturalmente, a las universidades extranjeras. En la universidad española eso no ocurre, ni se produce la vergonzosa endogamia que desprestigia a tantas universidades extranjeras. ¡Viva España! <<
[178] Lo sé, acongojado lector: después de contemplar el mecanismo del cortejo en toda su crudeza, francamente, se le quitan a uno las ganas de invitar a cenar a nadie. <<
[179] Experiencias similares menudean en la cruel Naturaleza. El grillo campestre, sin ir más lejos: se desgañita para atraer a la hembra y ella se hace la remilgosa y da lugar a que la mosca parásita acuda antes e implante en el pobre enamorado una camada de larvas tan consideradas como el bicho extraterrestre de la película Alien que se lo comerán por dentro, virgen y mártir. A veces, también hay que decirlo, la mosca parásita se queda con un palmo de narices porque la garza azul acude antes y se lo zampa. Véase Judson, 2004, p. 94. <<
[180] Así en la inspirada composición Consejos, de Rafael de León y Muñoz Molleda, cuando dice: «Que la mujer discreta / que es entendida / a dos hombres en suerte / siempre tendrá. / Si una vela se apaga, / otra queda encendida / y así nunca soltera / se quedará». Véase Vázquez Montalbán, 2000, p. 345. <<
[181] Es posible que el mito literario del donjuán se base en un personaje real, el sevillano don Miguel de Mañara. La tradición popular asegura que fue un depravado burlador que plantaba un rosal en su jardín por cada virgo cobrado (a las viudas consoladas y a las esposas desbravadas no las contaba, despreciándolas como piezas menores). Debo advertir a las lectoras incautas (si alguna hubiera) que especímenes como este siguen abundando en el mundo. Tenía don Miguel de Mañara, sigue la leyenda, el jardín de su casa más espeso que las selvas del Mato Grosso cuando, ya peinando barbas de plata, de regreso de una aventura galante, se topó con la espantable escena de su propio entierro. La impresión fue tal que, desengañado del mundo, decidió regenerarse y purgar antiguos pecados con oraciones, sacrificios y obras pías. Hoy lo habría entrevistado Iker Jiménez y todo se habría quedado en el susto. <<
[182] Esa tendencia a depositar el ADN en toda hembra a su alcance que observamos en el mono salido no es por vicio sino por impulso natural. En un gallinero hay un gallo para veinte gallinas, no un gallo para cada gallina, lo que sería un desperdicio biológico. <<
[183] Solamente en eso, porque el gallo puede montar hasta sesenta gallinas en una misma sesión. También es cierto que vive apaciblemente en un corral, sin agobios ni obligaciones, y con la manutención asegurada. Así cualquiera. Véase Pease, 2000, pp. 233-234. <<
[184] Este caso escandaloso ocurrió en Tailandia en 2006. Al regreso, la novia pidió el divorcio, pero, afortunadamente, un experimentado terapeuta logró recomponer el equilibrio emocional del matrimonio y ella aceptó que el desliz se debió al jet lag y a la inexperiencia del novio. <<
[185] La ansiedad que nos producen las preocupaciones cotidianas nos genera glucocorticoides que inhiben la libido. Es una putada, lo sé, pero es lo que hay. Pero hoy día ¿quién no se preocupa de los afanes cotidianos?, me replicará algún lector. No sé, ¿quizá los internos en conventos y comunidades religiosas? <<
[186] Esta búsqueda del orgasmo sin malicia es observable en otros animales de la naturaleza que han desarrollado cierta inteligencia o que están maleados por la compañía del hombre: el perro se chupa el capullo, el mono se la pela compulsivamente en el zoológico (total, no tiene nada mejor que hacer y la comida está asegurada), el delfín se aplica al chorro de agua para que le dé gustito (eso explica que siga a los barcos, no que los humanos le hagamos gracia). <<
[187] Morris, 1969, p. 81. <<
[188] Morris, 1968, p. 78. <<
[189] Pease, 2000, p. 235. Naturalmente, no hay que confundir esta celeridad con la del eyaculador precoz que es tocar una teta y precipitar el desenlace, con lo que antes de comenzar ya ha acabado. Éste es víctima de una patología y lo que hace es dejar con un palmo de narices a la Naturaleza que pretende que se reproduzca. La eyaculación precoz afecta a un 30% de la población mundial. Últimamente se ha desarrollado un fármaco, el PSD502, que se aplica mediante spray sobre el pene erecto y logra retardar la eyaculación hasta tres minutos y medio. La doctora Ira Sharlip, de la Universidad de California, lo ha calificado de «hallazgo realmente emocionante». Véase Lantigua, 2010, p. 13. <<
[190] Mediano, 2009, p. 63. <<
[191] La explicación sobre el significado de gang bang está en los Apéndices. Desaconsejo su lectura a las personas sensibles. <<
[192] De ese modo aumentan las posibilidades de preñarla porque la deliciosa receptora tiene en la vagina un medio ácido que destruye gran parte de los espermatozoides y, para colmo, en cuanto se produce la descarga acuden sus leucocitos a neutralizar la extraña sustancia que has depositado. El estro popular, tan sabio e intuitivo, lo ha puesto en versos y coplas: «La cogí bajo el ciruelo / y se la metí hasta el fondo / y corriéndose gritaba: / “Mete más hondo, más hondo.”». <<
[193] Daniela Drake y Elizabeth Ford, Las chicas listas se casan por dinero: cómo se han dejado engañar las mujeres por el sueño romántico y cuánto están pagando por ello. Las autoras son dos cuarentonas que se han casado y divorciado un par de veces. Daniela es médica y tiene un master y Elisabeth es productora de televisión y tiene un Emmy. Pasan mucho de feminismo. <<
[194] Es lo que suelen pedir las mujeres, nada malo en ello, natural. Incluso los padres del papa Ratzinger se casaron así. El 7 de marzo de 1920, un anuncio en el diario católico Altoettinger Liebfrauenbote («Correo de Nuestra Señora de Altotting») decía así: «Modesto funcionario del Estado, soltero, católico, de 43 años, con derecho a pensión, quiere contraer matrimonio con una muchacha católica, que sepa cocinar y a ser posible coser, con patrimonio». El autor del anuncio, Joseph Ratzinger, gendarme de profesión, padre del papa actual, no recibió respuesta. Cuatro meses después lo intentó de nuevo pero en lugar de «modesto» escribió «funcionario medio». Inmediatamente le respondió la cocinera Maria Peintner. Se casaron y tuvieron al papa Ratzy, nada menos, para que se vea que un matrimonio por interés puede dar sazonados frutos para beneficio de la Humanidad. La noticia apareció en el dominical alemán Bildam Sonntag, cuando el papa visitaba su Baviera natal. El matrimonio de los padres del papa se celebró en 1920, recuerda el dominical, y tuvieron tres hijos: Maria (nacida en 1921 y fallecida en 1991), Georg, que ahora cuenta con 82 años, y Joseph, de 79. <<
[195] El psicólogo y experto en pareja José Ignacio Perales explica el proceso: «Los primeros años de la pareja serán fáciles de aguantar: él pone el dinero y ella la apariencia. Pero luego la belleza comenzará a desaparecer y, en una ecuación inversa, el sueldo del marido se mantendrá, si no ha aumentado. Si el hombre persigue sólo un cuerpo bonito, no tiene por qué llegar al matrimonio. Es decir, no voy a comprarme algo caro si puedo alquilarlo y mantenerlo sólo el tiempo que me apetezca. Suena cruel, pero también hay que mirarlo desde el punto de vista de que, en circunstancias como ésta, ningún miembro de la pareja puede dárselas de inocente. Si la belleza de la mujer se va, el hombre querrá cambiarla por otra; pero, por esta regla de tres, si el dinero de él desaparece, también lo hará ella» (Martin, 2009, p. 79). <<
[196] Naturalmente, también se da el caso contrario: el joven que se empareja con una vieja por su dinero. En la jungla del mundo actual es frecuente que se inviertan los papeles, como veremos más adelante. Porfirio Rubirosa se casó sucesivamente con las millonarias Doris Duke y Barbara Hutton, a las que enamoró con su labia y su calibre, fifty-fify, un secreto a voces que determinó que en Francia se llame coloquialmente Rubirose al molinillo de la pimienta cuando es king size. El mono humano es el único animal de la naturaleza que copula con una pareja distinta a la que lo excita: es una de las perversiones que acarrea la evolución. <<
[197] La lista se podría ampliar hasta el infinito en el mundo de la literatura: Alberto Moravia (78 años) y la española Carmen Llera (31); Camilo José Cela y Marina Castaño (también conocida como Marina Mercante por su avidez recaudadora); Rafael Alberti y María Asunción Mateo; Borges y María Kodama. Por cierto, Carmen Llera le declaró a la prensa que le gustaba «no trabajar, ser mantenida y tener tiempo para ella misma». Éstos son, evidentemente, matrimonios por interés (se busca el estatus del otro), que no hay que confundir con matrimonios de conveniencia (por ejemplo, para unir fortunas). <<
[198] O sea, la finca «Cantora» necesitada de reformas y con la cabaña esquilmada; la mansión de La Moraleja hipotecada, y el restaurante regentado por Paquirrín a punto de echar el cierre tras el fracaso del «pollo a la Pantoja», la versión española del canard a la presse, de La Tour d’Argent, París. <<
[199] Sáez, 2002, p. 7. <<
[200] Pease, 2009, p. 217. <<
[201] Pease, 2009, p. 76. Es lo que se deduce de un estudio realizado por los psicólogos evolutivos Thomas Pollett y Daniel Nettle, de la Universidad de Newcastle. El estudio se basó en la experiencia de 1.534 mujeres chinas, pero cabe suponer que sea extrapolable a las europeas. <<
[202] La hembra del ave del paraíso es una modesta pajarita que mide la robustez de la descarga biológica del macho por la fortaleza y habilidad que demuestre haciéndole un nido. La competencia es tal que los machos optantes al virgo construyen verdaderos palacios y los adornan con vidrios, envases, trapos y otros vistosos desperdicios que recogen en los vertederos o roban del nido de algún rival en cuanto este se descuida. <<
[203] Fue el caso de la miss Europa Juncal Rivero, unida al restaurador Félix Cabezas, que huyó de él en cuanto su fortuna menguó, o el de Isabel Pantoja, desenamorada de Julián Muñoz en cuanto este cambió la alcaldía marbellí por la trena. <<
[204] Es el caso del actor Peter Falk, el inolvidable inspector Colombo de la serie televisiva, cuya custodia (y fortuna) se disputan su actual mujer y una hija. <<
[205] Lamentos de cornudos, denominaba a los tangos mi buen amigo Gonzalo Torrente Ballester, gran aficionado a ellos, aunque personalmente los cantaba con patente torpeza. Regresemos al titulado Tomo y obligo (1931) como botón de muestra: «Tomo y obligo, sírvase un trago, / de las mujeres mejor no hay que hablar. / Todas, amigo, dan muy mal pago / y hoy mi experiencia lo puede afirmar. / Siga un consejo, no se enamore, / y si una vuelta le toca hocicar, / fuerza, canejo, sufra y no llore, / que un hombre macho no debe llorar». (La letra es de Manuel Romero, y la música, de Carlos Gardel, yo sólo pongo mi declinante memoria). <<
[206] Burmann, 2002. <<
[207] «Henry Kissinger Quotes», Brainy Quote. http://www.brainyquote.com/quotes/quotes/h/henryakislOI648.html. Véase también el libro de Bernie Zilbergeld La nueva sexualidad masculina. <<
[208] Zilbergeld, 1999, señala la secreción abundante de testosterona que disfrutan o padecen los triunfadores y que a algunos los hace adictos al sexo: Hugh Grant, Michael Douglas, etc. Existen clínicas dedicadas a los sexoadictos, ese seis por ciento de la población mundial que no puede pensar en otra cosa. Algunos fallecen prematuramente por el abuso de la Viagra, como cierto famoso presidente de club de fútbol español de abundante cabellera cana o como cierto dirigente empresarial de talluda figura. Kissinger se casó, en la cumbre de su poder, con la estupenda Nancy, una cuarentona guapa que le sacaba más de un palmo. El primer ministro griego Andreas Papandreu (70 años), se unió a la corpulenta y hermosa azafata Dimitra Lianis (35 años). <<
[209] Los agasajos de después nos los podemos ahorrar cuando no pensamos repetir los encuentros sexuales y, por lo tanto, no hay necesidad de fidelizarlas. <<
[210] Sáez, 2002, p. 7. Según estudios del etnólogo alemán Karl Gammer, cuanto más rico es el hombre, más joven quiere a su pareja (véase Pease, 2009, p. 106). David M. Buss, en un estudio realizado en 37 culturas, llega a la misma conclusión. <<
[211] De hecho, cuando un paciente de mi consulta de terapeuta aficionado comenta que una mujer era estupenda, siempre lo corrijo: «Por favor, en mi diván cuida el vocabulario machista. Prefiero que la llames especiosa». Del francés specieuse, como asépticamente ponderaban el atractivo de sus feligresas los curas franceses del siglo XIX. <<
[212] «Viejo verde busca ecologista joven», se anuncia en la sección de contactos. <<
[213] Esther Vilar, feminista y enemiga del matrimonio, lo tiene claro: «La belleza femenina y la riqueza masculina son los parámetros para elegir pareja» (entrevista en Cambio 16, 20 de noviembre de 1995, p. 88). <<
[214] El repugnante chiste machista sugiere que la española es puta en la calle, cocinera en la cama y señora en la cocina. Esto es muy español: denigrar el producto nacional y exaltar lo foráneo. ¡Así nos luce el pelo! <<
[215] Algunas especies animales lo tienen mejor resuelto: el macho de la mosca danzante presenta dos sacos a los lados del abdomen y antes de comparecer ante la hembra traga aire y se hincha hasta aumentar un par de veces su tamaño, lo mismo que el chulo piscinas saca pecho y tensa abdominales y bíceps para exhibirse ante la bañista que aspira a cubrir tras breve cortejo. La ventaja de la mosca danzante es que trae el equipo hinchador de serie mientras que la subespecie del chulo piscinas se ve obligado a pasar el invierno en el gimnasio machacándose con las mancuernas (lo que no deja de tener mérito habida cuenta de que no es homosexual) para que luego, en la mayoría de los casos, le den calabazas. <<
[216] No se trata tan sólo de una metáfora maliciosa de las feministas. Existen pruebas concluyentes de que el bálano, o capullo masculino, pudiera estar dotado de voluntad y pensamiento propios generados por un microcerebro genital que, cuando se manifiesta, inhibe al cerebro superior, el que se aloja en el cráneo. Prueba de ello es que el 5 de agosto de 2008, la audiencia de Granada condenó a cárcel y multa a un chatarrero de Benalúa de Guadix (Granada) que penetró en el puticlub nocturno «El conejo feliz», en la autopista del 92, armado de una pistola, y, atrancando por dentro la puerta del local, encañonó al personal y a la distinguida clientela y manifestó: «Soy el jefe y esta noche manda mi polla». Las expresiones equivalentes: «Lo hago porque me sale de la punta del nabo» y «Aquí se hace lo que quieran mis cojones» confirman la existencia de esa entidad pensante localizada, vagamente, en los genitales masculinos. <<
[217] En lo sustancial coincidimos los distintos autores. Fernández Porta, por ejemplo, enumera cortejo, encuentro, exaltación y atenuación. Fernández, 2010, p. 18. <<
[218] Como mera curiosidad, digamos que las cordobesas, mujeres que gozan de justa fama de guapas, son también las que escogen mayores prótesis de silicona (en torno a los cuatrocientos gramos), según leemos en un documentado estudio de la revista Tiempo, 14 de mayo de 2010. En el tamaño de las tetas el canon oscila según modas. En los años noventa se llevaba la talla 100 al estilo de Pamela Anderson o de nuestra nacional (nada siliconada) Rocío Jurado. Hoy se estila una teta más reducida, talla 90 o 95, y algunas famosas que se habían implantado unas tetazas impresionantes (la mentada Pamela Anderson, Demi Moore o Victoria Beckham) han vuelto a pasar por el quirófano para reducirlas. La talla media española es la 90. <<
[219] En la naturaleza, macho y hembra se olfatean antes de pasar a mayores (pensemos en los perros, por ejemplo). La actriz y presentadora Ana Millán, una mujer por otra parte espléndida, habla así del olor de su amado: «El olor es un sentido ancestral, único, genuino, animal… Levantarse por la mañana, ponerse su camiseta y notar de inmediato su olor se convierte en un momento de esos que te hacen cerrar los ojos» (El País Semanal, 7 de marzo de 2010, p. 91). <<
[220] Los hombres, con olfato menos desarrollado, escogen a las mujeres por la vista; las mujeres, a los hombres por el olor, según investigadores de la Universidad Emory de Atlanta, Estados Unidos. Véase Marián Benito, «¿Por qué a las mujeres no les gusta el porno?», Tiempo, 6 de septiembre de 2004, p. 78. Una escena de contenido sexual (una película porno, por ejemplo) dispara las hormonas del hombre pero suele dejar indiferente a la mujer: ella necesita olfatear al aspirante. En este sentido, la higiene íntima a diario y el uso de desodorantes enmascarantes no ayuda, la verdad. <<
[221] Algunas universidades americanas han realizado experimentos con alumnas voluntarias, que olisquean camisetas sudadas y las puntúan. No falla: la nota más alta se la lleva la camiseta del individuo genéticamente idóneo para la chica evaluadora. Ello se debe al complejo génico denominado complejo principal de histocompatibilidad (más conocido por las siglas inglesas MHC). Véase Judson, 2004, p. 61. Las norteamericanas Martha McClintock y Kathleen Stern publicaron un concluyente estudio de las feromonas en 1998, en la revista Nature. Los estudios de Sarah Newman, David Moran (Universidad de Pennsylvania) y Larry Stensaas (Universidad de Utah) demuestran la existencia, en el interior de la nariz humana, de un par de minúsculos orificios cónicos, el órgano de Jacobson, u órgano vomeronasal (OVN), que remite esa información al cerebro. <<
[222] El profesor Klaus Wedekind, biólogo de la Universidad de Lausanne (Suiza), ha formulado el complejo de histocompatibilidad (CMH), que depende del olor corporal de cada persona. Cuanto más diversos sean los genes del CMH de los padres, más fuerte será el sistema inmunológico de la descendencia: «Inconscientemente escogemos parejas de CMH distinto al nuestro». <<
[223] La recientísima liberación de la mujer (fruto de los anticonceptivos) ha perturbado estos esquemas, pero el instinto forjado a lo largo de milenios de evolución no puede anularse de la noche a la mañana. <<
[224] Maticemos: el cortejo no es, en puridad, una imposición cultural privativa de la especie humana. En realidad, todos los animales, o gran parte de ellos, deben soportar periodos de cortejo más o menos prolongados. Incluso existen especies más perjudicadas que la nuestra: pájaros hay que se ven obligados a construir tres o cuatro nidos antes de que la exigente pajarita dé uno de ellos por bueno y consienta en copular (precisamente cuando el desdichado está exhausto a causa de la prolongada albañilería y no le quedan fuerzas para coronar una faena como Dios manda). <<
[225] El brigada existe, pero no sabe jugar al mus. Debo estas indicaciones a mi amiga Ana Miralles, estupenda artista y observadora del mundo. <<
[226] Pease, 2009, p. 170. <<
[227] El chocolate contiene feniletanolamina y N-aciletanolaminas, excitantes del centro cerebral del amor. Ojo: estas sustancias sólo las contienen el chocolate negro y el cacao, no el blanco. Además, el chocolate es un excelente alimento que aporta las energías necesarias para la contienda amorosa (a batallas de amor, campos de pluma). Ya notaron los cronistas de Indias las cualidades afrodisiacas del chocolate que trasegaba Moctezuma: «Traían en unas como a manera de copas de oro fino cierta bebida hecha del mismo cacao y decían que era para tener acceso con mujeres […] y de aquello bebía y las mujeres le servían al beber con grande acato». <<
[228] Para que se vea la crueldad de la madre Naturaleza: en muchas especies, la hembra no sólo exige un regalo adecuado antes de entregarse sexualmente, sino que se entrega con un entusiasmo proporcional a la categoría del regalo y «los que traen un regalo pequeño son castigados con una cópula de corta duración». Véase Judson, 2004, p. 45. <<
[229] Por otra parte, ten en cuenta que los tíos somos coitocéntricos, o sea, todo lo dirigimos a meterla y alcanzar un orgasmo devastador, pero el sexo es, o puede ser, mucho más amplio, y las maneras de darse gusto (no necesariamente llegando siempre al orgasmo), casi infinitas a poco que las explores. Las lesbianas nos dan sopas con honda en este sentido. <<
[230] No se te ocurra, por ahorrar, comprar un par de velas de parafina enfundadas en rojo con una estampa del Sagrado Corazón de Jesús adherida, de las que se ven en los cementerios o en los lugares donde ha ocurrido un accidente o se ha cometido un asesinato. También debes cuidar dónde las pones, no sea que ardan las cortinas y provoques un incendio. No nos salga la torta por un pan. <<
[231] Sugiero algo de Enya (Watermark suele ser efectiva) si le va el rollo céltico y usa faldas descoloridas, pulseras de cuero y un tatuaje del yin y el yang en el morrillo; pero si es más de traje chaqueta y complementos de Tous, le pondrás la Venezia e Napoli de Liszt; el cuarto movimiento, adagietto, de la Quinta sinfonía de Mahler o el Nocturno en si menor, molto adagio, de Dvorák. El pegote cultural nunca está de más siempre que no te excedas. Recuerda que todo hartazgo es malo, y el de perdices, malísimo (Cervantes). <<
[232] Consejos de Doña Venus al Arcipreste, Libro de Buen Amor. La misma idea abunda en variadas literaturas: el poeta galante Basar Ibn Burd (m. 785) aconseja: «No cedas ante la negativa de una mujer recatada / por mucho que sus palabras te maltraten y hieran / ya que la resistencia puede trocarse en solicitud / y el potro arisco, dejarse cabalgar si lo domas» (Al-Tifasi, 2003, p. 112). Ese juego de la insistencia varonil frente a la resistencia femenina estuvo bien en otro tiempo. Ahora será mejor que, si la chica se niega, no insistas: podría castigar tu obstinación atrapando tu virilidad en un condón antivioladores de reciente invención que obliga al romeo a pasar por el quirófano para liberar su natura del artefacto (Eureka. El Mundo, 27 de junio de 2010, p. 15). <<
[233] No te alarmes: considera que, si tienes suerte, en cuanto te considere suyo (de su propiedad, quiero decir) ella misma moderará el gasto, Dios mediante. <<
[234] Si es posible, después de haberla invitado a langostinos y manzanilla en una taberna de Bajo de Guía. <<
[235] Copla Viva Sevilla, de Rey y Quintero. <<
[236] Pease, 2000, p. 220. <<
[237] Siempre la sombra de la sospecha. Pensamos: «Si es de moral distraída, se entregará a otros y quizá conciba de ellos y me haga responsable y proveedor de una camada espuria que no va a transmitir mis genes». <<
[238] Aparece en los textos védicos (India, hacia 1500 a. J. C.). En el bíblico Cantar de los Cantares, atribuido a Salomón, hombre que, por acumular cientos de esposas y concubinas, es presumible que supiera bastante del amor: «Bésame con los besos de tu boca, porque son como el vino tus amores, bajo tu lengua mana la miel y la leche…». En cuanto a la figuración, la más antigua representación del beso que conocemos es un relieve ibérico del Museo Arqueológico Nacional. <<
[239] Así describe John Morris los besos de pasión (1936). <<
[240] Recuerden: dopamina y testosterona; adrenalina, noradrenalina y oxitocina. <<
[241] Para los gorditos que hemos de vigilar la báscula, es conveniente saber que un beso como Dios manda, de los que deja al contrincante con los ojos vueltos, quema entre tres y doce calorías, mueve doce músculos de los labios y diecisiete de la lengua, y aumenta el ritmo cardiaco de setenta pulsaciones por minuto a 140. Consulten a William Cane en su libro The Art of Kissing, y a Tomima Edmark, autor de El libro de los besos. <<
[242] Según el experto David D. Coleman. <<
[243] También sirve para intercambiar bacterias y enfermedades contagiosas (mononucleosis, herpes simplex 1, y pudiera ser que meningitis y úlceras gástricas), pero eso no es necesariamente malo porque de este modo reforzamos nuestro sistema inmunológico. <<
[244] El rabino Don Sem Tob de Carrión, en el siglo XV, besó a una moza subiendo una escalera, un beso robado quizá, y encontró su saliva «dulce y temprada». <<
[245] Me refiero a la Elena que le escribió con carmín en el espejo: «Olvídame. Adiós». <<
[246] Mediano, 2009, p. 30. <<
[247] Son tan esenciales para nuestra salud emocional que el niño poco acariciado en su infancia difícilmente podrá expresar el amor cuando sea mayor, según la terapeuta Phyllis K. Davis, El poder del tacto, Paidós, Barcelona, 1998. <<
[248] «San Valentín, 50 regalos para ese día», Magazine El Mundo, 14 de febrero de 2010, p. 14. <<
[249] Ya sabes, atento lector, a partir de hoy deja de sobornar a tu chica con regalos y ofréndale caricias. Eso es lo que ellas realmente valoran. Es más, pregúntales a tus amigas: ¿Para expresar el amor hace falta un regalo caro, por ejemplo una sortija de brillantes, o basta con una flor o una poesía acompañadas de un profundo sentimiento? Verás como todas ellas prefieren el profundo sentimiento. Aunque a veces finjan lo contrario, son unas románticas. <<
[250] Por poner un ejemplo, la modelo Bimba Bosé enumera como sus zonas erógenas: el pezón izquierdo, «mi coño, ese lugar en el que una está tan acostumbrada a que le toquen tanto» y, por último, la boca. A la sexóloga Carolina Lombardía le van las caricias en la base de la espalda (El País Semanal, 31 de mayo de 2009, p. 106). Un tipo de caricia que aprecian es el traje de saliva, o sea lamer todo el cuerpo con especial atención a las zonas erógenas: orejitas, detrás de las orejitas, cuello, corvas, entorno de las axilas, pezones, todo eso. <<
[251] Hablo de oídas, que conste. En la consulta de terapeuta aficionado uno se entera de cosas. <<
[252] La sexóloga Olga Bertomeu opina que el hombre se enciende como la paja: rápido, llameante y apagón; la mujer, por el contrario, se enciende como el carbón: lento, intenso y con rescoldo. <<
[253] En puridad era ya conocido y usado por las indias que los conquistadores españoles encontraron en América. La primera noticia está en los escritos de Cristóbal Colón: «Hay muy lindos cuerpos de mujeres […] van desnudos todos, hombres y mujeres, como sus madres los parieron. Verdad es que las mujeres traen una cosa de algodón solamente tan grande que le cobija su natura y no más y son ellas de muy buen acatamiento». <<
[254] A este propósito contaré una anécdota cierta ocurrida en un pueblo del sur a principios del siglo XX. Después de la boda, los novios se encierran en la alcoba nupcial, preparada en casa de los padres de ella. La suegra, que sabe que su hija es virgen y bastante inexperta, arrima el oído a la puerta para ver si todo va bien. Dentro, el novio está tratando de desatarle los cordones que cierran el corpiño a lo largo de la espalda. «¡Caramba! —exclama—, esto está difícil… ¡Vaya!, ¡que no hay manera!… Esto está tan ajustado que me estoy haciendo daño en los dedos y no hay manera… ¿Sabes lo que te digo?, que lo voy a cortar con la navaja». La suegra, alarmada porque cree que el novio se refiere al virgo de su hija, da unos golpecitos en la puerta y dice: «¡No, hijo, la navaja no! Ahora mismo te traigo un poco de aceite para que se lo untes y ya verás lo bien que entra». <<
[255] Y al fin y al cabo, la única diferencia entre braga y tanga es que hay que apartar las bragas para ver el culo y hay que apartar el culo para ver el tanga. <<
[256] Un estudio de iPulse entre 2.400 españolas (2005) reveló que «la presencia de vello impedía mantener relaciones sexuales al 10%; sentirse atractivas ante un hombre, al 28%, y alentar un posible interés amoroso, al 72%». Según la misma encuesta, «el 55% admite que en invierno usa sólo pantalones o falda con medias gruesas para ocultar el borreguillo de las piernas». Véase el esclarecedor estudio «El vello fuera, que ellas se deprimen», Magazine El Mundo, 11 de abril de 2010. <<
[257] Las caricias pueden incluso provocarles orgasmos (por ejemplo, cuando masajeas con suave firmeza el mons veneris o monte de Venus, esa almohadilla de tejido graso tapizada de terciopelo que tienen en el bajo vientre). Por cierto, ya puestos, nota la suavidad de la piel, como de uvas, de esa zona que se extiende del vello púbico al ombligo. <<
[258] Sobre el ombligo, sus formas, alcances y literatura existe un librito de Gutierre Tibón, El ombligo como centro erótico (Fondo de Cultura Económica, México, 1979). Trae la curiosidad de un plano minucioso del ombligo de Raquel Welch (p. 92) en el que se demuestra que su redonda circunferencia enmarcaba un plieguecillo semejante a un coño en miniatura. <<
[259] O su mera ausencia en el pubis afeitado, o recortado en forma de ingle brasileña. <<
[260] Por cierto, si lo van a practicar en el exiguo baño de un avión, como en la película Emmanuelle, sepan que una pareja entra bien, pero a la salida no es posible abrir la puerta si uno de ellos no se encarama en la taza del retrete. No sería la primera vez que tiene que acudir el sobrecargo a impartir las instrucciones precisas para que los pardillos se liberen de la cárcel de amor. <<
[261] El Parlamento alemán discute estos días la obligatoriedad de esta postura. Quizá muy pronto los retretes públicos germanos estén provistos de una especie de visera o proyección, a la altura adecuada, para obligar al usuario a sentarse. Una diputada de las que se pelan casi al rape y llevan al escaño una mata verde en una maceta, como muda protesta contra las agresiones que continuamente infligimos a la Naturaleza, criticó acerbamente a los hombres que orinan de pie ante un artefacto específicamente diseñado para usarse sentado. <<
[262] Otros autores lo han denominado «corales tibios», «flor martirizada» (García Lorca); «cerrada caverna de coral», «secreto erizo que en la mar trasmina» (Rafael Alberti); «soto que atrae», «vertiginoso abismo» (Miguel Hernández); «ardentísimo pozo» (José Luis Cano); «encantada grieta», «habitación del hombre» (Alfonso Canales), e «inexhaustas puertas» (José Ángel Valente). <<
[263] Por eso don Enrique de Villena, en su Arte Cisoria o arte de cortar a cuchillo, recomendaba «que las dueñas no se acerquen a la mesa del trinchante, porque hieden». Ello no espantaba a muchos hombres, que conste, sino que más bien los atraía, así de sabia es la Naturaleza. Por eso Napoleón anunciaba a su amada Josefina su llegada con un par de días de anticipación, para que se abstuviera de abluciones íntimas. Por eso, también, Víctor Manuel II de Italia se quejó amargamente: «¡Me la han estropeado!» cuando un cortesano, ignorante de sus gustos, hizo bañar a una campesina que el rey había expresado el deseo de explorar. En la misma idea abundaba el difunto y ya olvidado Camilo José Cela cuando escribía: «Desde que se inventaron el cuchillo eléctrico y el bidé, ni el jamón sabe a jamón, ni el coño sabe a coño». <<
[264] Tampoco vendría mal que si la chica es de las que andan escasas de imaginación o está lastrada por una educación puritana (frecuente en las cincuentonas) se informara de algunos principios básicos por medio de un libro de autoayuda que ofrezca ciertas garantías (existen muchas memeces en el mercado). Yo les recomendaría los manuales de Tina Robbins, especialmente Cómo volver loco a tu hombre en la cama (Océano, Barcelona, 2003). <<
[265] Hablo del coño estándar europeo, que es, para la estética dominante, el menos feo. Otros pueden presentar características incluso más repelentes: el mandil hotentote o el tablier égyptien. Es de consignar que la labioplastia es una de las cirugías estéticas más solicitadas entre las elites económicas de algunos países emergentes. También se practican estrechamientos de vaginas dadas de sí por los partos o la edad, de modo que la sensación del copulador se asemeje a la que tendría con una muchacha nubil. Lo que hay es mucho vicio. <<
[266] El filósofo hindú Ayasasivanalohi predicaba la inteligencia de Dios en la armonía de los cuerpos, que contrasta, sin embargo, con la fealdad de los órganos sexuales (referida tanto a la vulva, con su juego de labios mayores y menores, como al pene). En cierta ocasión, un discípulo le preguntó: «Santo, si todo lo demás es tan armonioso, ¿por qué hizo Dios los sexos tan feos?» A lo que Ayasasivanalohi respondió: «Para preservarlos indemnes, ya que si feos y todo los chupamos, si fueran bonitos, los morderíamos». <<
[267] El controvertido tema se arrastra de antiguo. De Bourdeille, contemporáneo de Cervantes, saca a una mujer que razona de esta guisa: «No sé quién tiene más derecho a quejarse, si vosotros los hombres de nuestras capacidades y amplitudes, o nosotras las mujeres de vuestras pequeñeces y menudencias […]. Si tuvierais vuestras medidas acordes a nuestros calibres, nadie tendría nada que reprochar al otro» (De Bourdeille, 2006, p. 63). <<
[268] Sea por presión y rozamiento con el pene o instrumento vicario (dedos, lengua o consolador) o por succión (Paul Martin, 2009, p. 45). Para la mecánica del placer femenino y sus órganos, consúltese el libro de Josephine Lowndes Sevely, Los secretos de Eva, Granica Ed., Buenos Aires, 1988. <<
[269] El clítoris es como un iceberg. Lo visible al exterior, el glandecito, es una mínima parte. Por dentro puede alcanzar los diez centímetros y se bifurca en dos bulbos clitorianos que abrazan la vagina y se hinchan durante la excitación. <<
[270] Se llama punto G por el doctor Ernst Grafenberg, que tuvo la ocurrencia de descubrirlo en 1950, ignorante de las controversias y banderías que iba a desencadenar. Algunos sexólogos hasta han llegado a las manos, y no para prodigarse caricias, a cuenta del punto G. <<
[271] Si la tuya es de las que no, más vale que no insistas en excitárselo porque acabarás irritándola y en cuanto tengáis una discusión te reprochará tu torpeza y falta de maña. Una retirada a tiempo es una victoria. O sea, no es un botoncito que se aprieta y la tía se corre. El sexo es más complicado: ya sabes: ternura, el «antes» y el «después». <<
[272] Ha probado la existencia del punto G, tan controvertida últimamente, Emmanuele Jannini, sexólogo de la Universidad de L’Aquila, Italia, que lo ha radiografiado mediante ecografía vaginal transversal. No obstante, sigue habiendo gente que niega su existencia y piensan que lo que Jannini ha descubierto forma parte del clítoris. Son ganas de marear la perdiz. En una reciente encuesta que realicé entre las parroquianas de La Inmaculada Concepción de María’s resultó que unas lo tienen activo y otras no: a quien Dios se lo dé, san Pedro se lo bendiga. La sexóloga Olga Bertomeu piensa que está en el «gerebro». <<
[273] Barraud, 2003, p. 104. <<
[274] Si no pudiera tomarse por precisión machista, añadiría que la doctora Keesling está muy buena y es autora de varios libros de autoayuda esenciales para explorar el aspecto emocional de las relaciones de pareja: Cómo volver loca a la mujer en la cama, Cómo hacer el amor toda la noche y Cómo hacer el amor con un hombre de más de cincuenta. <<
[275] De lo mismo se queja Valérie Tasso cuando alude al fastidio de encamarse con uno de esos «hurgadores vaginales» y «exploradores de grutas». Tasso, 2008, p. 148. <<
[276] El postillón sirve igualmente en el hombre, tras vencer todas las barreras mentales que solemos tener en lo referente al ano. No es aconsejable, por tanto, practicarlo con un genuino macho alfa de lomo plateado como el seleccionador de fútbol Luis Aragonés («¡A mí me van a dar un ramo de flores, que no me cabe por el culo ni el bigote de una gamba!»). Éstos deberían conservarse en reservas y parques nacionales, al abrigo de contingencias. <<
[277] Debo confesar que lo tengo comprobado de manera indirecta, puesto que, inexplicablemente, las mujeres no frecuentan mi consulta, a pesar de las rebajas y oportunidades que ofrezco en «Cambalache» y en el tablón de anuncios gratuitos de La Inmaculada Concepción de María’s. <<
[278] Al menos, en las sociedades civilizadas; de los otros miembros de la alianza de civilizaciones no hablo, los que practican la ablación del clítoris y otras hijoputeces propias de primates obsesos e inseguros. Tampoco debemos ignorar que nuestras actuaciones médicas, aunque bienintencionadas, pueden perjudicar a las titulares de este delicado órgano. Esto me recuerda el caso de la gitana que, con ocasión de una intervención en sus bajos, advirtió al cirujano: «¡Por Dios, doctor, no me vaya a cortar la vena del gusto que es lo único que tenemos los probes!» <<
[279] Algunos colegas míos, los más desorientados, discrepan en este punto e insisten en buscar una utilidad práctica al orgasmo femenino. Creen que su función es dejar a la mujer desmadejada y soñolienta para que permanezca echada un rato porque si recuperara inmediatamente la posición bípeda, vertical, para atender otras labores del hogar, el semen del macho descendería por su propio peso y adiós preñez. Por eso, dicen, el resto de las primatas carecen de orgasmo, porque cuando terminan la faena siguen a cuatro patas y el semen hace su efecto. <<
[280] Las feminazis citan a cada momento la famosa sentencia, atribuida al célebre médico y humanista Marañón, «No existen mujeres frígidas, sino hombres inexpertos» (en realidad, me señala Olga Bertomeu, Marañón la tomó de la obra de Van der Velde El matrimonio feliz). Esa exigencia del orgasmo perfecto, por penetración en la vagina, es un pernicioso mito moderno. La vagina es bastante insensible. Por otra parte, el orgasmo femenino puede obtenerse de muchas maneras y no siempre es responsabilidad del hombre: la interesada también debe colaborar. <<
[281] Se llama «el rincón del desmayo» porque al presionar sobre la carótida se corta el riego sanguíneo del cerebro. <<
[282] Morris, 2009, p. 253. Información más amplia en Definitive Penis Size Survey, en Internet. En términos generales corre el bulo de que los penes más grandes son los de los negros (especialmente, los de los jamaicanos y senegaleses) y los más pequeños, los asiáticos («colta, pelo legoldeta», decía el chino del chiste). Los europeos se acercan más a la media. El preservativo homologado por la Comunidad Europea mide 17 cm de largo por 5,6 de ancho (Paley, 2000, p. 35). <<
[283] A esta segunda categoría pertenece el pene del famoso monje Rasputín que tanta influencia ejerció sobre la zarina y sus damas en vísperas de la Revolución de Octubre. El pene, que se conserva en un frasco de formol en el «Museo del Erotismo de San Petersburgo», tiene 28 cm de longitud, pero algunas fuentes aseguran que en su origen alcanzaba los 40, pero fue cercenado por los asesinos del monje cuando lo castraron después de matarlo el 29 de diciembre de 1916. No existe seguridad absoluta de que sea el del célebre monje. <<
[284] Morris, 2009, p. 254. <<
[285] Rafael Alberti, «Diálogo entre Venus y Príapo», de Entre el clavel y la espada (1939-1940). <<
[286] Al parecer, el médico que atendía a Napoleón en su isla-prisión de Santa Elena, Francesco Antommarchi, le seccionó el pene en 1821 durante la autopsia del cadáver del gran corso y se lo entregó al capellán, el abate Ange Vignali. El apéndice napoleónico estuvo en poder de la familia Vignali hasta 1916, cuando lo sacaron a subasta bajo el membrete «tendón momificado tomado del cuerpo de Napoleón». Después de pasar por varios propietarios, actualmente es propiedad de los Lattimer, en Englewood, New Jersey, que lo guardan en una cajita joyero con una corona repujada en oro en su tapa. Reseco y momificado, asemeja el dedo de un niño (Perrottet, 2010, p. 43). <<
[287] Esta última, la trenza prioral, llamada en indio samapada banda, es la mar de cómoda (por eso la usaban los clérigos rozagantes y descansados): la mujer boca arriba se deja penetrar por el hombre tendido a su izquierda, de lado, mientras descansa su pierna izquierda en el lomo masculino. Él, a su vez, descansa su pierna derecha sobre el vientre de la mujer, los troncos separados, casi en ángulo recto. Permite contemplar y acariciar los pechos de la mujer muy a sabor. <<
[288] Existen muchas ediciones del Kamasutra, pero yo me atengo, por los sabrosos comentarios editoriales, a la del sabio Juan B. Bergua aparecida en el volumen Libros de amor del Oriente (Ed. Ibéricas, Madrid, 1974), que incluye, además, el Ananga-Ranga, tratado de erotología hindú (siglo XVI); La flor lasciva, colección de cuentecillos eróticos, y El Ktab, libro musulmán de las leyes secretas del amor (siglo XIX). Bergua editó también los textos eróticos o diálogos putañescos de Pietro Aretino (Los Ragionamenti, Ed. Ibéricas, Madrid, 1978). También interesan el Kamasutra español (Siruela, Madrid, 1992), un delicioso libro erótico, no pornográfico, obra de un morisco español expulsado a Túnez en 1609 y encontrado y editado por Luce López Baralt, y el Speculum al joder (Olañeta Editor, Palma de Mallorca, 1994), tratado erótico del siglo XVI, y Sevillana medicina, obra del médico judío Moses Ben Samuel (siglo XVI). Son de lectura grata e inexcusable el tratado de Ibn Hazm El collar de la paloma (Alianza, Madrid, 2002), el de Ahmad ibn Yusuf Tifashi Esparcimiento de corazones (Gredos, Madrid, 2003) y El jardín perfumado. El arte de la pasión amorosa, de Muhammad ibn Muhammad al-Nafcawi (Dilema, Madrid, 2009). En el mercado no dejan de aparecer refritos y tonterías de sexo tántrico. El que quiera informarse sobre el particular lea el tratado de Kamala Devi Método oriental del amor (A. T. E., Barcelona, 1979). <<
[289] El que quiera ampliar lo referente a posturas, acuda a Lynne Lawner, Los 16 placeres. Las cortesanas del Renacimiento (Temas de Hoy, Madrid, 1990), en realidad una traducción comentada del clásico de Pietro Aretino y Marcantonio Raimondi I Modi (1524), un libro ilustrado con dieciséis posturas sexuales y los dieciséis «sonetos lujuriosos» deliciosamente explícitos que las describen. Esta edición incluye también las ilustraciones del conde de Waldeck, no menos meritorias. Otra famosa colección de láminas eróticas, obra del artista del siglo VII Ruknuddin, más conocidas como miniaturas de Bikaner (región de la India septentrional), se encontrará en el libro de la prestigiosa hinduista Wendy Doniger, La trampa de la yegua (Anagrama, Barcelona, 2003). Básicamente reproducen posturas del Kamasutra. Sumemos las láminas contenidas en el libro Las delicias de los césares (Akal, Madrid, 1978), una compilación de iconografía erótica clásica realizada por el francés Pierre-François Hugues d’Hancarville a finales del siglo XVIII. Tiene una continuación no menos interesante en El culto secreto de las matronas romanas (Akal, Madrid, 1978). <<
[290] Varios autores, Sesso santo, L’erotismo nel sacramento matrimoniale come via al cielo, Segno Editori, 2000. Existen otros textos que ilustran el sexo católico. Los más relevantes son: Sexo santo. El Cantar de los Cantares, de Michael Pearl (editado por El Hogar Educador, Saltillo Coah, México, 2009), un libro que «invita a las parejas cristianas a retomar esta tierra santa y disfrutar del don santo y divino del placer sexual», y El sexo que no conoces: Guia de sexualidad para parejas que viven en la fe católica, del sacerdote polaco Ksawery Knotz (Planeta, Barcelona, 2010). <<
[291] Deschner, 1993, p. 373. <<
[292] La prohibición del sexo anal es extensiva, también, a los homosexuales. «¿Cuál es la esperanza de los homosexuales incurables?», se preguntan los autores de Sesso santo. Bien, los homosexuales «pueden vivir una vida rica en afectos y ternura, de gestos de cariño blancos, o sea el ABC: Abrazos, Besos y Caricias». <<
[293] Sexologies, editada por MC Ediciones, que cuando escribo esto (17 de junio de 2010) se vende en los quioscos. En el consultorio de su página web encuentro estos anuncios de los lectores: «Juegos incestuosos… busco chica»; «Jugar con cérvix»; «Strip poker (para chicas en Madrid)»; «¿Chicas para juegos atrevidos por webcams?»; «¿Alguna chica con experiencia?»; «Busco una chica que me acompañe a probadores en Valencia»; «¿Alguien para charlar?»; «Necesito alguna morbosa++++ si eres tú, escribe»; «Mujeres en botas negras a medio muslo que sepan montar duro y fuerte»; «Busco chica que me quiera feminizar». <<
[294] Por cierto, España es el segundo país del mundo (después de Estados Unidos) en ventas del acreditado anillo vibrador de Durex. Desde su aparición en 2005 se han vendido en España más de tres millones de unidades; más que escapularios y rosarios se repartieron cuando vino el padre Peyton a predicar la Cruzada del Rosario en Familia (Rebollo, 2008, p. 76). <<
[295] La alusión a cualquier mamífero de piel suave nos servirá, pero abstente de mencionar a la zorra, no sea que se lo tome como una indirecta y se nos joda el proceso. Algunas son muy suspicaces. <<
[296] Este 77,28 es lo que antes se conocía como el 69. Consciente de mis deberes ciudadanos hacia la Administración Tributaria, Plan Evasión Cero Impuestos, le he sumado el IVA. <<
[297] Técnicamente, «pedicación» (del latín poedicatio o poedicationis), pero la Iglesia, tan experta en estas cuestiones, lo denomina «verter en vaso equívoco o prepóstero». Ya Marcial, en el libro XI, 43, 11.12, plantea la equivalencia del coito trasero y el delantero con dama. <<
[298] Antiguamente apenas se practicaba porque el macho ibero, debido a su ignorancia y tosquedad, lo consideraba una práctica degradante y poco viril. <<
[299] Lo explican Alien Edwardes y Robert Masters en The Cradle of Erotica, Julián Press, Nueva York, 1966. <<
[300] Esto también lo ha recogido la poesía. Tenemos, por ejemplo, a García Lorca que dice: «Desnuda, mirando al campo, / como si fuera una perra. / ¡Porque eso soy! Que te miro / y tu hermosura me quema» (Bodas de Sangre, 1935). O la delicada composición anónima: «No me jodas en el suelo / como si fuera una perra, / que con esos cojonazos / me llenas el coño de tierra». <<
[301] Según los sexólogos de la Sociedad de Investigación y Terapia Sexual en Estados Unidos y Canadá, en un estudio aparecido en 2008 en el prestigioso Journal of Sexual Medicine. Los sexólogos que participaron en él, con una media de veintiséis años de experiencia viendo a veintitrés pacientes semanales, coinciden en que si dura entre tres y siete minutos «la relación es adecuada», aunque «el coito deseable se extiende entre los siete y los trece minutos». Cuarenta años atrás, Desmond Morris, 1968, p. 70, lo situaba entre los diez y los veinte minutos. Se ve que vamos perdiendo fuelle. Según el estudio del Journal, los tiempos reales raramente concuerdan con los tiempos imaginados por los usuarios. Sólo un 14% de los hombres se reconocen satisfechos con un coito que dure menos de diez minutos. A la mitad de los encuestados le gustaría aguantar por lo menos media hora, y un 36% preferiría aguantar una hora. Al 52% de las mujeres les gustaría que la penetración durara por lo menos media hora y al 29%, una hora. Sólo un 18% se conforma con menos de diez minutos. «La cultura popular y los mensajes sociales han generado estereotipos sobre la actividad sexual que no son reales. Muchos hombres y mujeres fantasean con penes más grandes, con erecciones más largas y, sobre todo, con coitos que duren toda la noche», comenta Eric Corty, uno de los autores de la investigación, de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos). «Estas expectativas pueden provocar insatisfacción en los individuos que no las logran», añade. <<
[302] Paul Martin, 2009, pp. 42-43. Quizá el lector recuerde el orgasmazo (fingido, ¿eh?) de Meg Ryan en Cuando Harry encontró a Sally. Dura veinte segundos, un tiempo perfectamente normal, aunque a muchas les pareció fantasioso debido a que la envidia es muy mala. <<
[303] De este modo se aseguraba un suministro de esperma abundante y variado, a fin de preñarse con el que le ofreciera mejor calidad genética. <<
[304] Los ejemplos que nos da la Naturaleza son concluyentes: el elefante, por ejemplo, cuando acaba de montar a la elefanta barrita, o sea, brama, convocando a otros elefantes a que la monten porque ella no se sacia con uno solo y la emprende a trompadas con él en cuanto la desmonta dando por concluida la faena. <<
[305] Y en gran parte llevan razón: el eterno contraste entre el egoísmo del hombre y el altruismo abnegado de la mujer. <<
[306] Barbara Hutton, esposa un tiempo del playboy y superdotado dominicano (28 cm) Porfirio Ruborosa, escribió: «Su secreto en el amor es que practica una técnica egipcia llamada imsak. Por muy excitado que esté, se contiene. Su placer consiste en excitar a su pareja mientras él se mantiene distante y domina la situación» (Paley, 2000, p. 271). <<
[307] Más de un paciente me consulta sobre qué orgasmo es preferible: si el vaginal o el clitorideo. Paparruchas freudianas. Hace tiempo que mis colegas Masters y Johnson descubrieron que el orgasmo es el mismo venga del clítoris o de la vagina, ya que nace en la zona sacra de la médula espinal. También descartaron que la vagina sea un órgano de placer femenino: es tan insensible como una piedra. En estos asuntos, la verdad es que la pelota está todavía en el tejado y los aficionados estamos a la espera de que la Secretaría de Estado de Igualdad del Ministerio de Sanidad y Política Social publique las conclusiones del «Mapa de Inervación y Excitación sexual en clítoris y labios menores» (BOE, 16 de febrero de 2010), que está preparando un trabajo que promete ser definitivo (le han presupuestado nada menos que 26.000 euros). <<
[308] Eduardo VII fue un bon vivant que pasó sesenta años de su vida como heredero de la corona, a la sombra de la reina Victoria, sin obligaciones, dedicado a la buena vida: los mejores cocineros y las mejores hetairas de Europa se desvivieron por atenderlo. Después de una vida afable, se apagó apaciblemente teniendo a un lado de su cama de agonizante a la esposa legítima, la reina Alejandra de Dinamarca, y al otro lado a su amante, lady Alice Keppel (bisabuela, por cierto, de Camilla Parker-Bowles, la esposa del príncipe Carlos). <<
[309] Según el sexólogo Alfred Kinsey, las mujeres alcanzan su plenitud sexual después de los 35 años. Para Desmond Morris, las mujeres más jóvenes tienen mayor dificultad para alcanzar el orgasmo. Con 15 años, sólo un 23% lo alcanza; con 20, sólo un 53%; a los 35, un 90%. Desmond Morris, 1968, p. 76. Según otros autores, el hombre experimenta sus mayores deseos de sexo entre los 17 y los 20 años y la mujer, entre los 35 y los 45. <<
[310] Josep Pía, Un señor de Barcelona, Destino, Barcelona, 1945, p. 6. <<
[311] Canción ¡Viva Sevilla!, de Rey y Quintero. <<
[312] Retransmitida por la BBC en febrero de 2010, una recensión apareció en el número 348 de The Magazin (marzo de 2010) bajo el título Occidental complaints and Oriental wisdom in the deep black age. <<
[313] Tiene razón el indio: el síndrome premenstrual (SPM) se admite como eximente en la legislación de varios países avanzados. <<
[314] «Davis Buss, que ha estudiado los comportamientos sexuales en 37 culturas diferentes, afirma que la actitud ante el sexo de hombres y mujeres es evolutivamente distinta. Los hombres tienen menor implicación afectiva. En cambio, las mujeres, que durante toda la historia de la especie humana, hasta hace muy pocos años, pasaban la mayor parte de su vida ocupadas con embarazos y crías, en situación muy vulnerable, necesitaban el compromiso emocional del marido para asegurar su subsistencia y la de sus hijos. Esto ha cambiado muy recientemente en algunos países desarrollados, donde la mujer disfruta de una gran protección económica por parte del Estado, lo que ha provocado que en Dinamarca y Suecia el 50% de los niños nazcan de madres voluntariamente solas» (Marina, 2002). <<
[315] No es por incordiar, pero Martín de Lucenay predica que el matrimonio no es más que una institución capitalista, un elemento de reproducción de fuerzas productivas (obreros) que emplea a la mujer como elemento más estable que debe soportar la explotación social (doblemente dura en el caso de la mujer proletaria, además explotada por el marido). De este modo, dice, se hacen pasar por respetables ideas retrógradas como la de la familia (Lucenay, 1979, pássim). Para compensar con una visión católica y, sin embargo, inteligente, aconsejo la lectura de G. K. Chesterton, La superstición del divorcio (Sudamericana, Buenos Aires, 1966). <<
[316] Ahí nos duele: como tenemos el hipotálamo más voluminoso y producimos mucha más testosterona, necesitamos mucho más sexo que ellas. En esa disparidad opera fatalmente la ley de la oferta y la demanda. Esto significa que el sexo que necesitas debes comprarlo de un modo u otro con dinero (prostitución) o consentimiento pactado (pareja bien avenida). <<