[1] El hombre que plantaba árboles fue el resultado del encargo en 1953 por la editorial estadounidense Reader’s Digest de un relato sobre alguna persona inolvidable; Giono lo escribió la noche del 24 al 25 de febrero de 1953, sobre un personaje inventado, por lo que la editorial lo rechazó, publicándolo entonces Vogue el 15 de marzo de 1954 en Estados Unidos como The Man Who Planted Hope and Grew Happiness (El hombre que plantaba esperanza y creció felicidad). Renunciando Giono a sus derechos de autor en ésa y todas la ediciones posteriores (Cf. Pierre Citron: Giono. Ed. Seuil, 1990), desde entonces las ediciones y traducciones se han sucedido por todo el mundo, existiendo también versiones sonoras adaptadas. En 1987 Frédéric Back realizó un corto de animación basado en el texto, que obtuvo el Oscar. <<
[2] Siendo reales los lugares en que trascurre, pronto se despertó el interés sobre la supuesta existencia del protagonista, Eleazar Bouffier, pero como el propio Giono declaró en una carta al director del Departamento de Aguas y Bosques en Digne, en 1957:
Estimado Señor:
Siento mucho decepcionarlo, pero Eleazar Bouffier es un personaje inventado. El motivo fue el de hacer que se ame al árbol o más exactamente: hacer que se ame plantar árboles (que de siempre ha sido una de mis ideas más preciadas). O, si lo juzgo por el resultado, el objetivo lo consiguió este personaje imaginario. El texto que usted leyó en Trees and life se ha traducido al danés, finés, sueco, noruego, inglés, alemán, ruso, checoslovaco, húngaro, español, italiano, yidis y polaco. He cedido mis derechos gratuitamente a todas las reproducciones. Un americano me vino a ver recientemente para solicitarme la autorización para publicar una edición de 100 000 ejemplares del texto, para distribuirlas gratuitamente en América (lo que por supuesto he aceptado). La Universidad de Zagreb ha hecho una traducción al yugoslavo. Éste es uno de mis textos de que me siento más orgulloso. No me produce ni un céntimo y es porque cumple aquello por lo que fue escrito.
Si le fuera posible me encantaría reunirme con usted, para hablar precisamente de la utilización práctica de este texto. Creo que ya es hora de que se haga una «política del árbol», aunque la palabra política no parezca nada adecuada.
Muy cordialmente,
Jean Giono. <<
[3] Se emplea la forma establecida en castellano de este nombre a partir de varios personajes del Antiguo Testamento (en hebreo al‘wr, ayuda de Dios; también es origen del nombre Lázaro). <<