G…, 23 de julio
Querida Julia:
Vaya día que he tenido hoy. Anoche salí a cenar con el periodista y luego me quedé en casa con un ataque de insomnio, dándole vueltas a la cabeza con unas copas, y esta mañana, entre todas mis ocupaciones, he estado dándole vueltas a una idea tan fantástica que ni te la cuento, pero el caso es que, ya me conoces, me ha abierto una puerta en el caso que tengo entre manos. No sé si fiarme de ella porque es de las que tú denominas de imaginación desbordante. En fin, me he dado veinticuatro horas para cerrar la instrucción porque ni avanza ni retrocede. O, más bien, retrocede hacia lo que todo el mundo ha pensado desde el principio y que me produce un rechazo total. No sabes lo bien que me vendría que estuvieras aquí porque tú siempre ayudas a separar el grano de la paja de mis intuiciones. En fin, más razones para echarte de menos. ¿Es que no vas a volver nunca, milonguita?
Te quiere y te añora,
MARIANA