Deseo agradecerle a Matthew Bankowski, doctor en Filosofía, su paciencia y generosidad por haber soportado que le formulase preguntas sobre su especialidad y también su amabilidad por haber leído y comentado el manuscrito original de Terminal.
Asimismo deseo darle las gracias a Phyllis Grann, mi amiga y editora, por su valiosa aportación. Desearía también excusarme por los efectos nocivos que el retraso en la conclusión del manuscrito de Terminal pueda haber tenido en su longevidad.
Desearía agradecer finalmente a los departamentos de Ciencias Básicas de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia la información que me facilitaron y que me permitió comprender y valorar los rápidos progresos que está experimentando la biología molecular.