Busque ayuda para vencer la tentación de comer en exceso

Desde los tiempos de Adán y Eva, la tentación siempre ha estado presente. Para un diabético es una tentación constante consumir alimentos que lo apartan de su principal objetivo como diabético: controlar el nivel de glucosa en la sangre. Las probabilidades de arruinar su dieta son innumerables. Al igual que su compañero para hacer ejercicios, su «compañero para comer» —su pareja— puede hacerle más fácil la tarea de ceñirse a una dieta.

Si su pareja es quien cocina en su casa, en sus manos está la responsabilidad de preparar los platos adecuados. Para lograrlo, él o ella debe saber qué hacer y qué evitar (vea el Capítulo 8). Por lo tanto, si va al dietista, lleve a su media naranja con usted.

Hay numerosos libros de cocina escritos específicamente para diabéticos. El primer libro de recetas que debe consultar es Diabetes Cookbook For Dummies, publicado por Wiley, que escribí con Fran Stach. Lo escribimos porque ofrece algo diferente: reúne recetas de algunos de los mejores chefs de los Estados Unidos y Canadá. También puede ir a la Internet para buscar buenas recetas; en el Apéndice C hallará una lista de magníficos sitios Web.

Saber cuánto cocinar es tan importante como saber qué cocinar. Esa información se encuentra en los libros, especialmente los publicados por la American Diabetes Association.

Creo que el gran problema en la diabetes (así como entre la población obesa que no es diabética) son las grandes porciones de comida. Una de las dietas más simples consiste en comer los mismos alimentos, pero reduciendo su cantidad a la mitad. Cuando compartí con los chefs de los restaurantes que menciono en el Apéndice A, me mencionaban constantemente que los norteamericanos comen porciones mucho mayores que los europeos. Los norteamericanos han aprendido a evitar las grasas, pero ingieren demasiados carbohidratos.

Cuando coma fuera, su pareja puede animarlo a visitar restaurantes donde encuentre platos apropiados para su condición. Y también puede indicarle las opciones más saludables. La mejor forma de orientarlo es con el ejemplo.

Si alguien lo invita a comer a su casa, su pareja puede avisarle al anfitrión que usted tiene diabetes y debe evitar ciertas comidas. Pero no convierta a su media naranja en alguien fastidioso. No le pida que le avise cada vez que usted esté apartándose de su dieta; pues hacerlo podría desencadenar hostilidad.