Décadas de estudio de pacientes diabéticos, junto con los adelantos en el conocimiento científico, han permitido establecer «normas de cuidado» para la persona con diabetes. Estas recomendaciones usualmente aparecen en el suplemento del número de enero de Diabetes Care, una revista de la American Diabetes Association. Me refiero a esas normas en el Capítulo 7 y en la hoja titulada ¡A la Vista!, que aparece al inicio de este libro. Si las sigue, tendrá grandes probabilidades de evitar las complicaciones de la diabetes a corto y a largo plazo, o de que se las diagnostiquen a tiempo.
A usted le corresponde estar al tanto de que le hagan un examen anual de la vista, un análisis de orina para detectar microalbuminuria, una prueba para determinar la capacidad de sensación de sus fibras nerviosas, y todas las demás pruebas que precisa realizarse de forma periódica y rutinaria. (Vea el Capítulo 7 para más detalles sobre estas pruebas). Pero usted mismo no puede hacérselas. Necesita que su médico se las indique, y que lo envíe al oculista. No cuente con que su médico recuerde todos estos detalles. Del mismo modo que usted tiene dificultades para seguir un programa de cuidado a largo plazo, su médico responde mucho mejor a enfermedades graves que a enfermedades crónicas.
Prepare una tabla con las pruebas y los estudios importantes en una columna, y columnas individuales para indicar las fechas en las que se realizaron o se deben realizar. Los espacios en blanco saltarán a la vista.
Las normas de cuidado contemplan objetivos de tratamiento. Si se siguen las normas, los objetivos se pueden alcanzar. Los objetivos permiten comparar su tratamiento con lo que es posible (aunque no necesariamente seguro) lograr.