Pastillas de insulina

El tercer método sin agujas son las pastillas de insulina. Los científicos han hallado la forma de cubrir la insulina con un polímero, para evitar que se descomponga antes de pasar al torrente sanguíneo desde el intestino. El grosor de la capa protectora es aproximadamente la centésima parte de un cabello humano. Las partículas de insulina cubiertas se adhieren a la parte superior del intestino delgado, donde están menos expuestas a los jugos digestivos y donde se libera la insulina. La capa protectora sale del intestino después de un tiempo.

Hasta ahora este producto ha funcionado en animales, pero el principal problema radica en lograr que el paciente reciba la dosis correcta, teniendo en cuenta que la necesidad de insulina varía entre comida y comida. Además, el momento en que se libera la insulina es importante para contrarrestar la ingesta de alimentos.