Otra forma de administrar la insulina sin necesidad de agujas es el páncreas artificial implantable. Los investigadores tienen la meta de crear un sistema de asa cerrada que consiste en:
✔ Un sensor que detecta el nivel de glucosa en la sangre.
✔ El sensor transmite la información de la glucosa a la bomba de insulina que se ha implantado.
✔ Por medio de un tubo que se aloja en la cavidad peritoneal, la bomba libera la dosis exacta de insulina para el nivel de glucosa que se ha detectado.
La bomba consta de un reservorio que se rellena de insulina mediante una inyección.
El sistema que existe hoy en día es un sistema de asa abierta. La bomba externa (vea el Capítulo 10) suministra la insulina pero el paciente es quien programa la dosis que se va a administrar. Incluso hay un sistema en el que un medidor de glucosa toma la lectura a partir de la sangre de la yema del dedo, y envía el resultado a la bomba, pero esta solamente libera la insulina si el paciente da la orden.
Los investigadores han tropezado con dificultades para crear un sensor de glucosa que sea infalible; por lo tanto, habrá que esperar un poco más para que esta opción sea una realidad.